Dando clases de tenis
Desde muy chico jugu� al tenis, primero solo por diversi�n y
luego compet� para el club donde practicaba. Hace alg�n tiempo me dedico a dar
clases de este deporte que me sigue gustando mucho y como soy bastante conocido
tengo mucho trabajo.
Tengo 37 a�os, soy delgado, buena forma f�sica, soy alto de
1.95 mts., cabello casta�o cortito, ojos marrones y estoy bastante bronceado
debido a mi actividad.
Como en todos los deportes en este las mujeres suelen
practicarlo durante la semana y tengo m�s alumnas que alumnos en mis clases. Doy
bastante clases individuales por lo cual mantengo un buen harem con el cual
adem�s de cobrar por las clases a algunas de ellas les cobro en especie ya que
est�n muy bien.
Estando hace alg�n tiempo en lo de mi cu�ado Guillermo, su
esposa D�bora me pidi� si pod�a darle algunas clases de tenis porque quer�a
comenzar a jugar y esta era la forma de engancharse. Por supuesto que acept�,
ten�amos una muy buena relaci�n con mis cu�ados y adem�s D�bora est� b�rbara, es
una mina simp�tica, siempre jovial, sonriente y adem�s tiene un f�sico para el
asombro.
Tiene 28 a�os, delgada, 1.70 mts. aproximadamente, debe pesar
unos 53 kg., con un busto generoso y una cola de ensue�o. Tiene cabellos rubios,
enrulados, ojos verdes con pesta�as muy largas y una nariz respingada hermosa.
Quedamos en que le dar�a clases los d�as martes y jueves por
la ma�ana a eso de las 10 hs. debido a que una de mis alumnas se hab�a ido de
vacaciones y ten�a disponible ese horario. Como viv�amos cerca uno de otro qued�
en pasarla a buscar el pr�ximo martes para tomar su primer lecci�n.
El martes por la ma�ana toqu� timbre en su departamento y
sub� al auto a esperarla. Apareci� vestida de tenista, esto es una remera sin
mangas color blanca que dejaban ver sus hermosas tetas y una pollerita tableada
extremadamente cortita que apenas le cubr�a la cola. Su cola es tan hermosa y
parada que la pollerita le colgaba graciosamente de estos hermosos gl�teos.
Estaba para matarla.
En cuanto subi� al auto se sent� a mi lado, se acerc� a mi y
me dio un beso en la mejilla y le dije:
No te acerques mucho porque as� vestida no respondo de mi.
Jajajajjaa�.no seas loco, estoy mal?
No, que vas a estar mal, est�s buen�sima con esa ropa.
Bueno gracias, vamos a ver si sos tan bueno dando clases como
halag�ndome.
Comenc� por darle las explicaciones b�sicas, c�mo pararse y
como tomar la raqueta.
No, as� no Debby, tenes que tomarla as�, y le mostraba como
agarrar la empu�adura de la raqueta.
Asi?
No, tenes que rodearla bien y tomarla firme.
Asi?
Debby, hac� de cuenta que es la "herramienta" de Guillermo la
que estas empu�ando.
Jajajjaja�..ahora entiendo, as�?
Eso!!!!!!
Le di la clase que hab�a pactado pero no pod�a concentrarme,
estando cerca de ella me incitaba a tocarla, aprovechaba los momentos en los
cuales le ten�a que explicar como pararse, tomar la raqueta para tocarla y estar
cerca.
Cuando terminamos como no tenia otra clase tomamos algo y me
ofrec� a llevarla a casa cosa que D�bora acept�. En el viaje le hice todo tipos
de comentarios con doble sentido, quer�a saber si ten�a alguna posibilidad de
poder cog�rmela.
Ella respond�a ri�ndose, pero no me daba entrada para poder
avanzar. Llegamos a su departamento y nos quedamos un momento charlando en el
auto antes de bajarse.
No me gusta estar ac� en el auto conversando, es demasiado
peligroso me dijo.
Bueno, invitame a tomar algo y seguimos conversando en tu
casa.
Dale, te invito a comer algo, pod�s?
Claro, no tengo nada hasta la tarde.
Bajamos del auto y entramos al edificio, esperamos el
ascensor y subimos hacia su departamento. Mis cu�ados viven en un piso 16 que
tiene una vista hermosa. Durante el viaje en ascensor no pare de mirar esa
hermosa cola que tiene y ya no pod�a disimular mi erecci�n.
Entramos a su depto y me fui a lavar la cara y las manos
mientras Debby preparaba algo para tomar y comer.
Nos sentamos a comer algo, ella todav�a estaba vestida con su
hermoso atuendo de tenista al igual que yo. Cuando caminaba hacia la cocina a
buscar algo la miraba como se mov�a su pollerita y dejaba ver parte de su
hermosa cola lo que hac�a que me calentara m�s.
Tomamos un caf� y entre charla y charla intimamos sobre
algunos temas y lleg� la oportunidad que estaba buscando, se puso mal por
algunos asuntos y yo le pas� la mano por la cara acarici�ndola por lo cual ella
se sonri� y me tom� la mano d�ndome un beso en ella.
Gracias, sos muy dulce Nacho.
Vos sos dulce, realmente me gusta conversar con vos, sos una
mina preciosa.
Gracias, espero que otros se den cuenta de esto que decis.
Porque me lo decis?
Por nada, dej�.
Contame, que pasa?
Mientras le dec�a esto me acerqu� a ella poniendo mi silla
m�s cerca de la suya para poder rodearla con mi brazo.
En cuanto la abras� con mi brazo derecho apoy� su cabecita en
mi hombro y se puso a llorar.
Que es lo que pasa Debby? Contame, confi� en m�.
Nada, no es nada, soy una boba eso es todo.
No, a vos te pasa algo y me gustar�a que me contaras.
Es que me siento muy contenida con vos y me da bronca.
Te da bronca, tan malo soy?
No, al contrario, sos muy bueno, redulce pero me pone mal que
Willy no sea as�.
Esta era mi oportunidad, Debby estaba necesitando mucha pija
y yo se la iba a proporcionar, si era posible por todos los lados.
Sin decir nada la tom� de su cara, le di vuelta la misma
hacia m� y la bes� dulcemente en los labios. Ella me mir� sorprendida. Entonces
la bes� en serio, un beso de lengua que la tom� por sorpresa pero en unos
instantes la hizo reaccionar.
Su lengua comenz� a jugar con la m�a, sus manos me
acariciaban y mis manos se posaron sobre esas dos hermosas tetas que tiene
disfrutando de sus pezones.
Continuamos as�, bes�ndonos y acarici�ndonos un buen rato
hasta que comenc� a desvestirla, primero fue su remera, se la quit� y
posteriormente liber� sus hermosas tetas de la contenci�n de su soutien. Eran
maravillosas, duras, paradas, puntiagudas, con unos pezones que estando excitada
parec�an agujas.
Ella me quit� la remera y qued� en igualdad de condiciones,
ahora mientras la besaba en sus pechos me dediqu� a sacarle la tanga que ten�a,
lentamente mientras bajaba con mi lengua recorri�ndola. Ella disfrutaba, gem�a
despacito me excitaba mucho eso.
Una vez que quit� su tanga me levant�, me saqu� el pantal�n
corto, mi boxer y dej� libre mi verga que apuntaba al cielo. Me volv� a sentar,
tom� a Debby de la mano y la atraje hacia m�, la hice sentar lentamente, con las
piernas abiertas frente a mi, sobre mi verga. Se la fue comiendo toda hasta que
sus gl�teos chocaron con mis muslos. En ese momento supe que se hab�a comido mis
21 cm. todos hasta el mango.
Cuando la ten�a toda adentro comenz� a moverse
desenfrenadamente, me cabalgaba como no esperaba que lo hiciera, se mov�a arriba
y abajo como loca, no me daba tiempo de acompa�ar sus movimientos. Tardamos un
rato en encontrar el ritmo, para esto ya Debby hab�a ten�do 3 orgasmos, uno tras
otro y se hab�a aferrado a mi espalda abraz�ndome cada vez como si fuera a
hundirse en el mar. La forma de manifestar sus orgasmos me dio la clave de que
no los ten�a muy a menudo.
Ahora est�bamos acompasados, movi�ndonos a gusto, disfrutando
mas lentamente. Segu�amos bes�ndonos apasionadamente mientras tanto, sus pechos
hermosos estaban colorados de mis chupones y mordeduras. Sus pezones estaban muy
sensibles debido a los mordiscos que le hab�a propinado. Termin� una vez m�s,
como antes, abraz�ndome desesperadamente.
La hice levantar y la llev� al living, le ped� que se pusiera
en posici�n perrito para poder penetrarla y disfrutar de esa vista. Ella accedi�
gustosa y se puso en cuatro patas.
El espect�culo que tenia frente a mi era soberbio, su hermoso
culo, su vulva rosada chorreando sus jugos vaginales d�ndome un espect�culo
maravilloso. No pude aguantar m�s, me puse detr�s de ella, la tom� de las
caderas y poniendo mi verga en la entrada de su hermosa vulva la penetr� de un
solo envi�n hasta el fondo y all� la retuve. El grito me demostr� que hab�a
llegado bien a fondo. Esto bast� para que Debby volviera a tener otro orgasmo,
se contorsion�, se movi� como no lo hab�a hecho antes mientras jadeaba y gem�a.
Despu�s de esto vino el m�o, en la �ltima embestida la contuve a fondo tom�ndola
fuerte de las caderas y le vaci� toda mi leche. Uno, dos, tres, cuatro
eyaculadas, no se en realidad cuantas fueron pero si se que fueron un mont�n y
que dejaron todo mi l�quido dentro de ella. Despu�s de esto ca� rendido a su
lado.
Me acariciaba la cara mientras me miraba y me dec�a:
Gracias, me hac�a falta algo as�.
Yo me qued� mirando sin decir nada y pensaba en cuantas otras
formas me la iba a coger en el futuro��.