El gitano de ojos verdes: mi turno
Tan incansable que apenas se hab�a corrido dentro de Fierro
se volvi� hacia m� y me dijo:
-Es tu turno
-Pero eres demasiado grande- dije tembloroso. Su mano me
cruz� la cara.
-Lo s�- asever� orgulloso agarr�ndosela con ambas manos (y
a�n sobresal�a el glande) -todo el mundo lo dice, pero todo el mundo lo goza.
Yo estaba pr�cticamente paralizado mientras aqu�l machote,
aqu�l ejemplar de virilidad se iba deshaciendo de sus ropas, revelando un cuerpo
poderoso de piel aceitunada con la ligera sombra del vello completamente
recortado. Era una visi�n para quitar el aliento. Sus hombros eran bien anchos y
los pectorales definidos y cuadrados, con unos pezones duros que parec�a pedir
guerra. Los abdominales los ten�a bien marcados al igual que los brazos, todo
ello, como su polla, marcando unas cuantas venas. De hecho, una de ellas
empezaba justo debajo de su ombligo y continuaba todo lo largo de su majestuoso
cipot�n.
-Eso dec�a el mariconcete este y ahora es todo un adicto a
esto �verdad, Fierro?- pregunt� al sudoroso cuerpo que yac�a a su lado que
respondi� con un suspiro. -Ahora vas a saber t� lo que es bueno.
-Pero...- comenc� a decir y su polla me cruz� la cara.
-No quiero o�r nada de peros. Cuando acabe contigo vas a ser
adicto a mi lefa. Ahora date la vuelta- rugi�. Yo estaba casi paralizado, no
sab�a bien como reaccionar. Sab�a que ese tio me iba a dar por culo quisiera o
no. Una parte de mi pensaba que aquello iba a ser la hostia, la otra estaba
muerta de miedo. No me dio tiempo a reaccionar y me empujo, haci�ndome caer de
espaldas. -Te voy a empalar. Y cuando acabe me vas a dar las gracias.
Manej�ndome como un mu�eco a su disposici�n, me dio la vuelta
y me puso boca a bajo. Se coloc� entre mis piernas, haci�ndome separarlas, con
lo que mi ano quedaba a su disposici�n. Empez� a lamerlo con lametones r�pidos y
profundos. Su barba rozaba mi piel, su lengua generaba escalofr�os a lo largo de
todo mi cuerpo. Y me iba relajando poco a poco sintiendo su experimentada lengua
relajando mi culo. Despu�s introdujo uno de sus dedazos mientras segu�a lamiendo
con fruicci�n. Mientras me segu�a dilatando para adaptarme a sus dimensiones
colosales, Fierro ya se hab�a recuperado de la tremenda cabalgada de la que
hab�a sido objeto. Se puso en cuclillas ante mi y acarici�ndome la cabeza me
dijo:
-Ya ver�s lo que vas a gozar- una ancha sonrisa se dibujo en
su cara. Mientras me acariciaba no me di cuenta de que en mi parte trasera los
dedos se hab�a retirado y hab�an sido sustituidos por el cabez�n de la polla.
-Toma aire...
Pero todo el aire que pudiera tomar con mis pulmones no era
el suficiente para soportar lo que estaba entrando por mi trasero, aqu�l enorme
trozo de carne lleno de venas que parec�a invadirme por completo, poco a poco
entrando mas y mas dentro de mi. Las l�grimas empa�aron mis ojos y un grito
ahogado se qued� en mi garganta. Aquello era m�s de lo que estaba acostumbrado y
de lo que era capaz de soportar. Pens� que me desvanec�a, que perd�a el
conocimiento, pero mi macho me ten�a bien agarrado por las caderas y no hab�a
nada que se interpusiera entre sus ganas de follar y mi culo casi abierto en
canal por su poderosa verga. Cuando pens� que no pod�a m�s, sus cojones chocaron
con mi culo, ya ten�a todo bien dentro de m�. El dolor era intenso, pero me
sent�a lleno, como no me hab�a sentido en toda mi vida. Empez� a moverse
lentamente dentro de mi, poco a poco su polla se desliz� hacia fuera, luego
hacia dentro, un lento movimiento que cada vez que atacaba mi pr�stata me hac�a
gemir de placer, a pesar del dolor que sent�a al tener su ariete de carne
alojado en mi interior.
-Bufff, que apretado tienes el culito, puta- dijo el
follador. -S� que te sientes lleno �eh? �Te gusta como te estoy jodiendo?
Yo no pod�a casi ni responderle, me parec�a que me falta el
aire. Me agarr� del pelo.
-Te gusta �no?
-S�...- consegu� responder con un hilo de voz.
-Pues toma- empez� a joderme a un ritmo infernal, su polla
dentro de m� como un martillo neum�tico que me estaba dejando el culo en llamas.
Yo estaba perdido en lo que estaba sintiendo, era una mezcla de cielo e
infierno. -�Toma polla maric�n de mierda! �No te vas a poder sentar en una
semana! �Te estoy dejando el culo bien abierto! �Mi polla te esta taladrando un
nuevo ojete! �Seguro que nadie te hab�a petado el culo como yo! �Eh maricon?
Joder, como me gustan los culos prietos como el tuyo y romperlos con mi poll�n.-
Mientras hablaba incrementaba aun mas el ritmo diab�lico de su follada, cada vez
con m�s velocidad y m�s fuerza. Con un �ltimo golpe de sus caderas, en medio de
un gemido prolongado, m�s parecido a un rugido animal, su lefa hirviente me
llen� las entra�as. -Qu� suerte, dos putas para mi hambrientas de polla- dijo
retir�ndose de mi interior. Yo estaba destrozado, me sent�a lleno de su leche de
semental. Nadie me hab�a roto el culo como aqu�l pedazo de hombre que parec�a
una m�quina de placer. Me di cuenta de que me hab�a corrido, mi vientre estaba
pegajosa de mi abundante corrida.
-Fierro, ven aqu� y l�mpiame la polla- mi gitanillo no
deseaba otra cosa que servir a aqu�l pavo que nos ten�a a su merced para lo que
deseara.