Relato: Acosada por el destino (02)





Relato: Acosada por el destino (02)

Acosada por el destino � Cap�tulo 2�



Apareci� el secretario de los estudios, seguido de su
secretaria. Tiempo despu�s me enterar�a que estaban liados. Y en menos de 5
minutos era atendida, con la compa��a de Ana que me serv�a de gu�a caliente del
primer contacto.



La secretaria busc� entre los papeles pendientes, sin poder
encontrar mi contrato. Y cuando le explic�bamos que todo hab�a sucedido el d�a
anterior, apareci� Bruno descubriendo que est�bamos cogidas de la mano.



Al percatarnos de su presencia, separamos nuestras manos,
pero su sonrisa agradable nos hizo saber que lo ve�a normal y bien. Y
adelant�ndose a la secretaria le dijo :





Luisa, atiende este contrato y prepara todo para las
revisiones oportunas, pero asigna una suitte completa para Lisa.





Al volverse a nosotras, mientras Luisa jugaba con la m�quina
para hacer que apareciera el formulario de admisi�n, coloc� una mano sobre el
hombro de cada una y nos sonri�, para despu�s besar en la boca a Ana...y tras
ella a m�.



Me qued� alucinada con su modo de expresi�n, pero tiempo
despu�s sabr�a que �l era una especie de protector nato de la gente indefensa
que llegaba hasta su negocio o parte del mismo. Y record� las palabras de Nacho,
cuando me dec�a...: "Firma todo lo que Bruno te diga....".



Claro, por algo deb�a decirlo. Bruno, era alguien muy
especial. Pero y Nacho?. Por qu� se hab�a comportado as�, conmigo?. Lo supe poco
tiempo despu�s. Se trataba de que no le recordase como una ayuda potencial.



Cuando Bruno nos dej� a solas en las manos de Luisa, que
parec�a ser una chica muy eficiente, pero que se liaba con el sistema, Ana cogi�
de nuevo mi mano y me sent� derretir ante el contacto c�lido. La mir� y nuestro
amor cortocircuit� el ambiente ya que nos dimos cuenta de que a la pobre Luisa
se le ca�a todo de la mesa y se pon�a mas y m�s nerviosa. Nos mir�
apesadumbrada, pero se resign� y comenz� de nuevo, ante la p�rdida de la
informaci�n temporalmente almacenada.



Me atrev� a decirla :





Luisa, es posible que en breve dejes de tener los
problemas que pareces sufrir con el sistema. Puede que trabaje para vosotros
y me encargar� de los sistemas de gesti�n de los estudios.



Jo, eso ser�a estupendo. De verdad, Lisa?. Qu� curioso,
nuestros nombres son casi iguales. Ser�a una bendici�n si alguien pudiera
arreglar estos artilugios del diablo. No hay dios que los entienda.





Ana y yo re�mos como dos tontas, ante las palabras de Luisa,
que se adhiri� a nuestra risa contagiosa, hasta que sali� el gerente al oir
tama�as risas. Y despu�s de enterarse de lo que pasaba, se digno re�rse junto a
tres chicas. Fueron 5 minutos que no olvidar� en mi vida, aunque no tenga mayor
transcendencia.



En cuanto el gerente volvi� a su despacho, Luisa me dijo :





Lisa, he asignado para ti una suitte especial, hace
tiempo que no se usa pero est� limpia y dispuesta. Espero que te encuentre
bien en ella. Y ya nos veremos mas veces. Deseo que tengas suerte.



Gracias Luisa.





Ana, cogi�ndome del hombro y tras despedirnos de Luisa nos
fuimos a mi nuevo aposento en la parte alta de los estudios. Nada mas doblar la
esquina del pasillo que daba acceso a la suitte que me hab�an asignado, vimos a
un hombre que aguardaba algo impaciente ya. Nada mas vernos avanzar hacia �l,
nos bloque� el paso diciendo :





Tu debes ser, Lisa, verdad?. Hola Ana.



Si, me llamo Lisa y me hab�an asignado al parecer esta
suitte.



Claro, no era mi intenci�n prohibirte pasar. Solo deseo
entregarte un mensaje del jefe. Lisa, tienes que bajar a reconocimiento
m�dico lo antes que puedas. Los Doctores Remillard Y Celticock, parecen algo
impacientes.



Vale, pero no conozco este lugar. Acabo de incorporarme.



Yo podr� llevarte hasta los servicios m�dicos, pero has
de darte prisa.



No importa, yo la bajar�. Qued� encargada de traerla, as�
que podr� llevarla a donde sea menester.



Vale Ana, pero no tard�is demasiado, est�n un poco
excitados con la espera.



Descuida, bajaremos lo antes que podamos.





Cuando aquel hombret�n se alej� por el pasillo, entramos en
la suitte que me hab�an asignado. Era realmente magn�fica. Dejamos el bols�n en
el suelo y tras ponernos unas ropas m�s limpias, que ella aprovech� de las que
yo tra�a, incluyendo una mini tanga muy sugerente y yo la imit�. De ropa escog�
una blusa muy vaporosa de tan solo un bot�n y una microfaldita. Y todo a
indicaciones de Ana. Y viendo la hora que era, bajamos corriendo como dos
adolescentes hasta el piso mas bajo , en donde se hac�an las revisiones m�dicas.



Nada mas entrar, pude ver un plantel de 4 m�dicos o algo as�
que nos miraban con cara de pocos amigos. Ana, me present� y cuando les salud� y
ped� si ella pod�a quedarse, tajantemente dijeron que no. En cuanto Ana se fue,
el Dr. Celticock, segundo jefe de la revisi�n m�dica, me cogi� del pelo y me
llev� hasta el centro de la sala, en donde aguardaban los dem�s, diciendo :





Vamos zorra, camina mas aprisa. Llevamos 4 horas perdidas
por tu culpa, pero ser�s revisada completamente. No me extra�a que llegues
tarde, viendo como vistes.





Me dejaron un poco afectada sus palabras, pero no rechist�.
Uno de los que estaban sentados y que despu�s supe que era el Dr. Remillard,
jefe m�dico, se levant� y me dijo :





Desn�date. Y obedece todas nuestras indicaciones, de
acuerdo?.





Asent�, casi aterrorizada. No imaginaba que fuera a ser
tratada de aquel modo tan humillante. Y comenc� a desnudarme delante de ellos,
que no perd�an detalle. En cuanto me qued� con el mini tanga, supe que hab�a
sido un error, pero ya nada pod�a remediarlo.





Ya lo dije yo. Es una zorra. En fin, la analizaremos
igual, que remedio. Nuestra profesi�n nos obliga. Qu�tate la tanguita,
golfa.



Oigan, no me parece muy correcto que me traten as�. Estoy
aqu� para que me hagan una revisi�n m�dica, porque es imprescindible para mi
trabajo, pero no soy una puta o una zorra, comprendido?.



Vaya humos tiene la putita...uffffff. Bueno se�orita,
qu�tese esa cosa del co�o y atienda nuestras �rdenes.





Les mir� fr�amente, pero al final ced� y me quit� la mini
tanga, quedando desnuda ante ellos. No contar� las pruebas que me hicieron, pues
son las normales en todo examen m�dico completo. Aunque se pasaron bastante con
mi cuerpo en todos los sentidos. El Dr. Remillard tras ver los resultados
iniciales, dijo :





Nuestra jovencita esta bastante sana, menos mal. Ahora
pasaremos a las pruebas de resistencia. Debemos asegurarnos de todo. Si las
pasa eficazmente y creo que lo har� dada su constituci�n, le aplicaremos las
vacunas.





El Dr. Celticock, que antes me hab�a tomado de los pelos,
volvi� a hacerlo y me aproxim� hasta una cuba de metacrilato, llena de agua a la
que a�ad�an cubitos de hielo, de dos grandes bolsas. Un ATS cuya identificaci�n
pon�a Dr. Ajeno, me pon�a una mordaza de bola en la boca, dej�ndome sin poder
decir lo mas m�nimo. Y un tercero, que era un enfermero llamado Almaret, me
ataba las manos a una barra de hierro que ancl� al cierre de la mordaza y en
cuyos extremos ataron mis mu�ecas.



Y me condujeron hasta unas escaleritas que ascend�an hasta el
borde la enorme cuba. El m�dico jefe, me coloc� en los pezones y en los labios
vaginales unas pinzas de las que part�an un cable fino. Me revolv�, pero ellos
me contuvieron por la barra de hierro que sujetaba mi cabeza y mis manos. Y sin
mas, me dejaron caer dentro del agua helada.



Pate� al sentir la fuerte bajada de temperatura, pero poco a
poco fui qued�ndome mas calmada, hasta casi no sentir el dolor por el fr�o.
Ellos ve�an los trazos de mi organismo, por medio de los cables conectados a un
aparato.



Despu�s de un tiempo que se me hizo eterno, me sacaron de la
cuba y me llevaron casi a rastras hasta una especie de mesa muy larga. Me sent�a
mal y sin fuerzas. Ellos me desataron las manos de la barra y despu�s las
extendieron por encima de mi cabeza, mientras las engarzaban en unas argollas. Y
los pies me los sujetaron muy separados a una especie de tabl�n con dos
agujeros, en donde quedaron aprisionados. Poco despu�s algo tiraba de mis
mu�ecas, que hac�a que mi cuerpo se tensara poco a poco.



Si hubiera podido gritar, me habr�a quedado af�nica del dolor
tan incre�ble que soportaba en aquellos momentos. Ces� el estiramiento por unos
minutos y comenzaron a estudiar las gr�ficas. Pod�a ver como asent�an entre
ellos, comparando varios trazos. Pero el Dr. Celticock dijo, que era preciso
forzar m�s. Y as� me tensaron un poco m�s.



Pens� que me desmembrar�an. El dolor era incre�ble y mis ojos
cerrados escup�an l�grimas de terror. As� estuve por espacio de unos pocos
minutos, mientras ellos analizaban sus datos. Cuando volvieron a m�, me qued�
espantada al ver los utensilios que portaban.



Una serie de elementos punzantes fueron acercados ante mis
ojos, mientras me sent�a morir de p�nico. Pero despu�s de leer los datos de las
gr�ficas, me comenzaron a destensar, hasta quedar medio muerta sobre aquella
mesa de madera.





Bueno, creo que esta jovencita est� en buena forma, pero
le haremos las pruebas del molino, as� nos aseguramos completamente.





Cada palabra de ellos la asociaba con una crueldad mayor,
aunque no me imaginaba que podr�a ser. Fui desatada y conducida hasta una
especie de rueda enorme. Deb�a medir unos 3 metros de di�metro y estaba como
hundida en una plataforma. Al acercarme, no pude ver nada debajo de ella.



Ellos se limitaron a atarme, de espaldas sobre la misma, en X
de manos y pies, tens�ndome a conciencia. Y entonces, tras pulsar uno de ellos
una serie de botones, la rueda se desplaz� hacia mi parte de atr�s. Al mirar
hacia mi vientre y pies, descubr� que un foso enorme lleno de alg�n tipo de
l�quido se abr�a bajo la rueda.



Les mir� aterrorizada, pero ellos s�lo sonre�an. Ya no ten�a
pinzados los pezones, ni los labios vaginales y tampoco sent�a dolor en los
mismos. S�lo sent�a un terror que me hac�a intentar pedir socorro.



Y de pronto la rueda comenz� a girar. Mi cuerpo se desplazaba
por su propio peso hacia un lado. Pero adem�s la rueda comenzaba a descender
hacia el foso, hasta que el l�quido moj� mi brazo y pierna derecha. Me sent� a�n
mas aterrada. Cog� aire en mis pulmones y me encomend� a lo mas alto para que me
protegiera. Pero no sucedi� nada. La rueda se hab�a detenido.



Abr� los ojos y expuls� el aire reconcentrado de mi interior.
Jadeaba, sin saber que desear�an hacerme aquellos monstruos. Pero cuando menos
lo esperaba, la rueda gir� muy deprisa y me v� sin aire en mis pulmones,
mientras mi cabeza se hund�a en aquel l�quido tibio.



Estaba a punto de ahogarme, cuando mi cabeza sal�a ya por el
otro lado y consegu�a aspirar el aire de la vida. Y segu� girando entera hasta
llegar de nuevo a la posici�n inicial, pero sin detenerse el giro de la rueda
ya. Hab�a recogido el aire necesario para poder soportar el giro, hasta que mi
cabeza empapada sinti� el c�lido aire de la sala.



As� me tuvieron por un largo tiempo. Cuando por fin la rueda
volvi� a la posici�n inicial en donde hab�a sido atada, respir� mas aliviada.
Pero mientras me desataban, pens� que hab�a alguna prueba mas que pasar. Y mi
estado de �nimo se afloj� de nuevo.



Me llevaron medio a rastras hasta otra rueda de dimensiones
m�s peque�as, en donde volv� a ser atada, pero esta vez en la circunferencia de
la misma. En esa rueda ya no me resist�a y me dej� atar d�cilmente. Me tensaron
a conciencia y antes de proceder a lo que fuera, hurgaron en mis labios
vaginales y en mis pezones, sin que pudiera siquiera moverme.



As� me dejaron, mientras ellos se pon�an a charlar y tomar
unos aperitivos. No era capaz casi ni de mover mi cabeza. Me sent�a fatal y ya
estaba deseando terminar esta prueba m�dica para decirles que me iba, que no
deseaba meterme en un mundo tan despiadado como aquel.



Pero, tuve que soportar la espera, sus comentarios y adem�s
sus manoseos indiscriminados. Como pod�an actuar de aquel modo ellos?. Alguien
deb�a de ampararles, porque con s�lo una denuncia de alguna chica y aquello se
habr�a hundido. Deb�a haber algo mas, pero que podr�a ser?.



Cuando se acercaron a m�, de nuevo, sent� que el mundo me
abandonaba a mi terror, junto a aquellos s�dicos seres.



Hicieron girar la rueda, mientras sent�a un rumor debajo de
m�. Y cuando alcanc� a ver el foso, en el que se hund�a la rueda que me portaba,
llegaron los primeros olores desagradables. La rueda se par� cuando mi cabello
se mojaba con aquel flu�do repugnante, mientras sus efluvios nefastos llegaban a
mis pituitarias.



As� permanec� por espacio de unos minutos, en los que pude
escuchar por alguno de ellos que me encontraba en el foso de las cloacas. En el
tiempo que me mantuve en aquella posici�n, pude descubrir como m�s porquer�a se
a�ad�a al foso.



El olor era insoportable y me sent�a mareada, ya no por el
aroma nefasto, sino por la acumulaci�n de sangre en mi cabeza.



A los pocos segundos, la rueda tuvo una vibraci�n que lleg� a
mi cuerpo muy tensado y supe que se mover�a. Aspir� el aire de la vida y soport�
con los ojos cerrados en tr�nsito hasta sacar mi cabeza por el otro lado.



Era un horror sin definici�n. Mi cuerpo apestaba sin que
pudiese evitarlo. Pero el movimiento de la rueda era ya imparable y cuando me
hallaba casi horizontalmente, sent� que mi vida no val�a nada en aquel lugar y
que deb�a luchar para sobrevivir y denunciar este abuso cruel y manifiesto.



Cuando mi cabeza tomaba la vertical y a medida que descend�a,
aspir� una nueva raci�n de aire y consegu� pasar mi cabeza bajo aquel l�quido
cada vez m�s apestoso.



Y as� estuve dando varias vueltas hasta perderlas la cuenta.
Cuando todo termin�, me encontraba en lo alto de la rueda. Respiraba
entrecortadamente y los flu�dos vaporosos me mareaban. Respirando mal y hasta
tragando algunos restos del l�quido entre la mordaza y mis labios, sent� que
algunas espitas se abr�an sobre mi cuerpo. Una lluvia de agua helada pulverizada
ca�a sobre mi cuerpo. La presi�n con que tocaba mi desnudez me hac�a sentirla
como muy caliente, para en segundos notar una frialdad extrema.



Despu�s de quedar ausente de malos olores, hicieron descender
la rueda hasta que qued� vertical y de cara a ellos.



Primero soltaron mis tobillos, para despu�s hacerlo con mis
mu�ecas, pero mi mente hu�a de mi ser, sin preocuparse de ellos. A�n en los
umbrales de mi penumbra reparadora, ellos consegu�an reanimarme de alg�n modo.



Y en cuanto fui consciente de nuevo, me llevaron hasta una
ducha en la que fui ba�ada entre el ATS y el enfermero, que pasaron cepillos de
ra�ces por mi pelo y mi cuerpo extremadamente sensibilizado ya.



Cuando el ba�o hubo terminado, me secaron con toallas suaves
y a mi pelo le aplicaron secadores de mano. Unos minutos despu�s, estaba en pie
ante ellos, tan atemorizada que no me atrev�a siquiera a mirarles directamente a
la cara.



El Dr. Remillard, me dijo :





Lisa, de momento ya hemos terminado. Te mandaremos llamar
a la tarde, pero en cuanto salgas de aqu� no recordar�s mas que estuviste en
el reconocimiento m�dico. Ver�s una l�nea Roja y poco despu�s otra Amarilla.
Nos ver�s como a tus m�dicos, sin el mas leve temor. No te sentir�s mal si
nos ves fuera de este recinto. Incluso puede que te sientas a gusto con
algunos de nosotros. S� que ahora nos odias, pero eso nos encanta, porque
abusaremos de t� sin que tu tengas constancia de este recinto en el
exterior.





Me sent�a tan humillada y acomplejada que dud� mucho de las
palabras que o�a. Y a los pocos minutos el propio Dr. Celticock me volv�a a
sacar de la cl�nica. Pude ver la enorme raya roja.....y a medida que caminaba
distingu�a la l�nea amarilla, pero mi mente estaba cambiando. No consegu�
recordar que hab�a pasado minutos antes.



El Dr. Celticock me dej� ante la taquilla que guardaba mi
ropa. Me vest� ante una sonrisa suya, muy gratificante. Poco despu�s y antes de
salir de la cl�nica, le mir� y le dije :





Gracias Doctor Celticock. Estoy bien verdad?.



S�, Lisa. Faltan algunas pruebas mas, pero ya te
avisaremos. Ahora sal y divi�rtete. Ya te avisaremos.





Y tras saludarle con la mano, sal� sonriente. No hab�a nadie
esper�ndome en la puerta que daba acceso a la cl�nica. Camin� por el pasillo
hasta llegar hasta la entrada principal de los estudios.



No encontraba a nadie en todos los estudios. Me fij� en un
enorme reloj que hab�a sobre la pared de entrada y v� las 5 de la tarde. No
pod�a ser, deb�a estar mal. Calculaba que habr�a estado unas 3 horas a lo sumo.
No entend�a aquello y volv� sobre mis pasos, hasta topar con la puerta de la
cl�nica. Mir� en otras direcciones, pero no o�a ni ve�a nada ni a nadie por lado
alguno. En donde estar�a el sal�n o la cafeter�a para poder comer algo?.



Decid� entrar de nuevo en la cl�nica y preguntar a alguno de
los doctores donde podr�a tomar algo. Me adentr� y v� la l�nea amarilla, sin
prestarla excesiva atenci�n. Pocos metros una nueva l�nea roja, pero aunque no
conoc�a su significado segu� avanzando. Tampoco encontraba a nadie por all� y ya
me decid�a a dar media vuelta cuando me di cuenta que estaba ante el enfermero
Almaret.



Y de repente, me sent� hundida en los m�s bajos submundos. La
mirada que me dirig�a me hac�a temblar. M�xime cuando pareci� el Dr. Celticock,
que dijo :





Vaya nuestra zorra ha vuelto. Te haremos los honores
entre Almaret y yo. Desn�date puta y s�guenos. Vamos a azotarte ese culo tan
goloso que tienes. Y ya sabes, camina con las piernas separadas y las manos
en la nuca. Obedece, puta!!!.





Y sin saber bien por qu� lo hac�a, me desnud� r�pidamente y
poniendo mis manos en la nuca camin� delante de ellos separando mis piernas, con
lo que mi caminar era un poco extra�o.



Llegamos a la c�mara en donde me hab�an torturado minutos
antes y aguard� a que el Doctor o el enfermero me atasen en alg�n lugar. Lo
hicieron sobre la parte alta de una pilastra de un metro de altura, haci�ndome
separar bien las piernas, que mantuvieron separadas, mediante una barra de unos
60 cent�metros.



Me colocaron un collar que engarzaron a la anilla superior de
la pilastra, dejando mi cuerpo doblado por la cintura. Y me indicaron que
mantuviera los brazos en cruz, mientras me calentaban el culo. El Dr. Celticock,
a�adi� :





Puta, debes mantener esta postura hasta que te hallamos
dado los 20 azotes cada uno en tus nalgas de ramera. Si se te ocurre gritar
o bajar los brazos, pasar�s a tormentos mucho m�s fuertes. De ti depende
puta.





Ante semejantes palabras, mantuve mis brazos en cruz y me
prepar� para un tormento que no sab�a a�n lo que significaba.



Sin mucha tardanza, comenc� a sentir peque�os golpes de
cueros en cada una de mis nalgas, sin que hiciera el m�s m�nimo movimiento
violento, durante los 5 primeros latigazos de cada uno de ellos y manteniendo
mis brazos en cruz, aunque muy crispada ante el dolor brutal que me produc�an.



Cuando los latigazos iban por el d�cimo de cada uno, mi
cuerpo se resist�a a poder soportar semejante tensi�n y mis brazos tend�an a
encogerse para calmar el terrible estado de mis nalgas que me ard�an como si las
estuvieran quemando.



Almaret se acerc� a m� y me hizo colocar los brazos en la
posici�n exigida y alej�ndose y poni�ndose de nuevo a mi espalda, sigui�
fustigando mis nalgas. Gem�a y resoplaba, sin atreverme a m�s, aunque mis
l�grimas ca�an de mis ojos como pidiendo clemencia. Pero al parecer a ellos, ese
detalle m�o les encantaba y les hac�a ser a�n m�s s�dicos.



Cuando terminaron de darme los 20 latigazos cada uno, me
desataron y el Dr. Celticock me dijo :





Te has portado bastante bien, aunque con algunos fallos.
Los remediaremos mas adelante. Ahora te pondremos un spray en ese culo, para
que se te quite ese color rojo y saldremos a comer algo, para reponer
fuerzas.





Asent� como pude, si atreverme a decir algo en voz alta. Me
dej� aplicar el spray, que me pic� muy fuertemente, pero no hice intenci�n de
auxiliarme con mis manos.



En cuanto desengancharon mi collar de la pilastra, pude
erguirme y mantener una postura m�s c�moda. Acto seguido desenganchaban mis
tobillos de la barra que manten�a mis piernas separadas.



Miraba a aquellos seres sin odio, pero me sent�a tan
cruelmente tratada que su presencia era la provocaci�n de mi horror.



Me dejaron bajar los brazos cuando ya me llevaban hacia la
salida. Nada mas traspasar la l�nea roja, mi cabeza sinti� un efecto extra�o y
al mirar a mi izquierda, descubr� mi mini vestido, lo encontr� en una taquilla
que ten�a mi nombre y me lo puse.



Me sent�a como mareada, pero nada mas traspasar la l�nea
amarilla mi cabeza se despej� y al mirar hac�a un lado vi a Almoret, que me
sonre�a. Le correspond� y seguimos caminando hacia el sal�n-cafeter�a. Volv� mi
cabeza hacia atr�s y v� que el Dr. Celticock ya cerraba la cl�nica y se
apresuraba por unirse a nosotros dos.



Le aguardamos unos segundos, hasta que se uni� a nosotros
dos. Y los tres juntos, riendo por los chistes que comenta Almaret, en los que
me re�a como una tonta, llegamos hasta la cafeter�a.



Nos acomodamos en una mesa, sin que pudieran hacer detener mi
risa. Pero es que Almaret, unas veces y otras el Dr. Celticock, me hac�an morir
de risa. Y lleg� un momento en que incluso amenaz�ndome con ponerme una
inyecci�n o hacerme alguna burrada, mi risa medio hist�rica ya, se volv�a a
disparar.



Afortunadamente, consegu� serenarme a los pocos minutos,
mientras los pocos que all� estaban me miraban como a un bicho raro.



Solo pudimos comer unos sanwiches cada uno, con una buena
jarra de cerveza que me supo a gloria todo.



Cuando mejor estaba con ellos, una vez hubimos comido y
descansando en los confortables sillones de la cafeter�a, apareci� Bruno y uno
de los Directores. Este �ltimo al encontrarme, me dijo :





Lisa, hay trabajo por hacer y aunque s� que est�s en la
sobremesa, debemos aprovechar el tiempo. Doctores, lo siento pero me llevo a
su paciente para sus estudios previos.





Almaret y Celticock, se levantaron al tiempo que yo y me
hicieron algunos mimos, mientras me sonre�an. Y tras saludar al Director, se
sentaron en sus sillones mientras yo, iba camino de mis primeras clases
te�ricas. Por el camino, me di cuenta que el Director hab�a llamado
Doctores.....se equivocar�a al verles en la cl�nica.



Avanzamos por un pasillo, en donde Bruno m�s pendiente de m�,
se estuvo interesando por como me hab�a ido la primera ma�ana en los estudios.
Le respond� que estaba un poco cansada, pero que hab�a encontrado gente muy
agradable.



Llegamos despu�s de varios pasillos hasta una de las salas de
exposici�n. Y entonces repar� en mi vestimenta y se lo susurr� a Bruno. Este me
mir� y sonriendo me dijo que iba ideal y que era la chica m�s guapa del estudio.



Me qued� como tontita. Sab�a que lo hab�a dicho para
animarme, pero me agrad� much�simo. La sala de exposici�n estaba a rebosar de
gente. El Director que me acompa�aba me hizo subir al estrado y ponerme ante la
pantalla gigante en donde se expondr�an im�genes para mi ense�anza, pero antes
pidi� silencio a los asistentes y me present�, diciendo :





Amigos, por favor....guardad silencio. Deseo presentaros
a nuestra nueva estrella, su nombre es Lisa. Los estudios desean compartir
con ella los muchos �xitos, que estoy seguro vamos a lograr.





Me sent� ligeramente abrumada al ser presentada entre tanta
gente, m�xime pensando en las ropas que luc�a ante ellos.





Como dec�a, Lisa protagonizar� nuestra serie de 3 cintas
de contenido especial. Pero....pero, antes deberemos educarla en este arte.
As� que no teng�is muchas prisas por verla. Y ahora, pido una ovaci�n para
nuestra estrella Lisa.





Escuch� aplausos, silbidos y algunas palabras malsonantes,
pero en conjunto me sent� llena de orgullo y autoestima. Salud� a todos y me
coloqu� mas cerca del Director, con el fin de intentar que �l cubriera la
presentaci�n con su presencia, en lugar de ser yo quien me expusiera.



El Director, sigui� diciendo cosas, mientras me dejaba a su
lado exponi�ndome mas ante los asistentes. Incluso hab�a desabrochado el �nico
bot�n de mi blusa, para que los presentes me vieran m�s excitante. Habl� de
muchas cosas y todas de un corte muy excitante y c�lido, para terminar diciendo
:





Por tanto, nuestra estrella contemplar� varias cintas por
cada uno de los temas en los pr�ximos d�as. Comenzaremos esta noche con la
proyecci�n "Historia de O", pero en la versi�n realizada por nuestros
estudios. Por lo que os pido silencio.





Nos sentamos todos, mientras los murmullos hacia mi cuerpo
semidesnudo se generalizaban tanto que llegu� hasta escuchar barbaridades hacia
m�, pero a los m�s cercanos les sonre� y me refugi� en el sill�n que el Director
hab�a elegido para m� y que me aislaba ligeramente de los presentes.



La proyecci�n de la cinta dur� una hora. Me sent� sumergida
en el personaje, porque la protagonista O, se parec�a extremadamente a m�. En
cuanto las luces se encendieron, el Director me hizo subir de nuevo junto a �l
hasta el estrado para anunciar :





Ya hab�is visto la cinta y el parecido de la protagonista
con nuestra nueva estrella, verdad?. Ahora puedo anunciaros la segunda
parte. Se titular� "El rapto de O", que protagonizar� nuestra estrella Lisa,
a quien ten�is ante vosotros.





Los aplausos y comentarios que escuch� me hicieron sentirme
muy peque�ita ante aquella manifestaci�n. Adem�s al tener desabrochado el �nico
bot�n de mi blusa, me hac�a parecer mas expuesta ante los presentes.



Pero el Director de la pel�cula que hab�a anunciado que iba a
realizar, segu�a pesado una y otra vez en mostrar todas mis bondades. Lo que
hizo que los presentes reclamaran mi desnudez. Y ya estaba a punto de
desvestirme, cuando v� aparecer en el fondo de la sala al Dr. Remillard, que me
hac�a se�as.



El Director al verme un poco distra�da me pregunt� a que se
deb�a, en un susurro. Le respond� que el Dr. Remillard reclamaba mi presencia,
lo que aprovech� �l para decir :





Estimados amigos, nuestra estrella debe comparecer ante
el equipo m�dico, por el bien de ella y de la pr�xima pel�cula. Dr.
Remillard, puede llevarse a nuestra chica, pero d�jenosla bien para que
podamos disfrutar de ella en la pantalla.





Un coro de risas, mientras las miradas iban del fondo de la
sala hasta m�. Yo bajaba ya del estrado y todos me aplaud�an y vitoreaban,
mientras el Director trataba de ganarse la atenci�n de los mismos.



Cuando llegu� ante el Dr. Remillard, me sent� a salvo. Me
sac� de aquel lugar, sin mas contratiempos y me condujo a un lugar reservado. En
cuanto estuvimos a solas, me dijo :





Lisa, he cre�do conveniente liberarte de esa panda de
burros, empezando por esa especie de Director est�pido. Ahora estamos solos
y me siento bien. Haberte podido admirar a lo largo de este corto d�a, ha
supuesto para m� cambiar muchos conceptos de m� mismo.



Dr. Remillard, me hace ruborizar con sus comentarios.



Que boba eres Lisa. Te he visto y tocado desnuda. S� que
tu s�lo has sentido toques m�dicos, lo cual te honra. Pero ahora estamos
solos y te sigo diciendo de las delicias de tu cuerpo. Al menos, d�jame
emocionarme con la idea de poseerte alg�n d�a.



Jo, Dr. Remillard. Me hace sentir cruel y no lo soy. S�
que soy est�ril en estos momentos, porque as� se decidi� por los jefes. Si
tanto desea estar conmigo, para m� ser�a un orgullo darle mi cuerpo para
satisfacerle, pero no ser�a imprudente ofrecerse una chica como yo a quien
la va a reconocer?.



Pues lo de injusto, nada tiene que ver con lo que siento.
Sinceramente, creo que no, pero es tu cuerpo...eres t�, Lisa. Nos tienes
encandilados a todos.



Dr. Remillard, ahora estamos a solas. Me gusta ser libre
y elegir mis amores, pero debo decirle que ud. me cae muy bien y que me
sentir�a feliz si decidiera poseerme.



Lisa, realmente estoy mas que tentado de hacerlo. Pero
dado que soy la autoridad m�dica me calmar�. Aunque gracias por el
ofrecimiento. De verdad te apetecer�a que te follara?



Pues, sinceramente s�, Dr. Remillard. Me gusta ud. como
m�dico y como hombre.



Lisa, siento tanto por t� en estas pocas horas que no
llegar�as a entenderme, pero te agradezco el gesto por tu parte. Y si sigues
pensando igual en unos d�as, yo ser� el honrado al poder penetrarte hasta
volcar mi lechada sobre t�. Pero, se me ocurre algo mejor que quiz�s te
agrade tambi�n.



Y de qu� se trata?.



Pues hab�a pensado en salir al exterior. Caminar un rato
y hasta acercarnos a ver a un amigo m�o, que toca en una orquesta. Por
cierto, te gusta la m�sica?.



Bueno, algo s� pero no me tengo como una entendida. Mas
bien soy una analfabeta en ese sentido.



Creo que este tipo de m�sica te podr�a gustar. Es una
m�sica que se te mete dentro, te relaja pero a la vez te anima. Y si tienes
la suerte de que llegue a calar en tu cabecita, ser� tu escudo ante la vida.
Te atreves?.



Jo, claro que me atrevo. Venga, me encantar� acompa�arte
a escuchar tocar a tu amigo.





Y salimos sin mas, los dos de aquel lugar, aunque pasamos
antes por la suitte que me hab�an asignado, para cambiar mi vestuario y
adecentarlo ligeramente para el mundo exterior.



Una vez en el exterior, despu�s de mis primeras horas de
contrato me sent�a libre, feliz y viva. Pasear con �l era algo que me hac�a
sentirme muy bien. Hab�a un aura especial que me rodeaba, como una m�scara
invisible que me serv�a de escudo protector.



El Dr. Remillard era un tipo de persona que consegu�a que me
enloqueciera con cualquier situaci�n que nombrase. Y aunque hac�a pocas horas
que le conoc�a, causaba un efecto positivo y total sobre mi mente.



Caminando, llegamos hasta donde se iba a preparar un peque�o
concierto popular. Me indic� en donde sentarme y segu� sus indicaciones,
sent�ndose �l a mi lado.



Conversando de cosas intranscendentes, apareci� ante nosotros
un hombre bastante joven, pero con rasgos de un hombre adaptado a mil
situaciones. El Dr. Remillard se levant� y nos present� :





Hola Andy, me alegra verte de nuevo. Mira, te presento a
Lisa. Es nuestra nueva actriz. Lisa, �ste el Detective Andy. Es alguien
importante y nos servir� de protecci�n....jajajajajajaja



Remi, siempre tan gracioso. Lisa, encantado de conocerte.
Si necesitas algo, sea lo que sea, ni lo dudes...acude al t�o Andy. El te
ayudar�. Remi, me alegra verte de nuevo y gracias por la receta que me diste
la semana pasada.





Le mir� como atontada, pero al cambiar la mirada al Dr.
Remillard....mi mente se confund�a. Eran dos hombres que me enloquec�an con su
presencia. Me sent� entre ellos dos y pude calmarme un poco, porque el concierto
iba a comenzar en breves segundos, aunque los susurros de uno y otro llegaban a
mi o�do correspondiente.



Apareci� en la plataforma para los m�sicos, el que ser�a mi
tercer hombre en discordia. Era guap�simo y emanaba una calma tal que cuando sus
ojos se cruzaron con los m�os, sent� un escalofr�o muy agradable. Pero tanto,
Andy como Remi se percataron y el primero dijo en voz alta :





Remi, parece que nuestro SAX acaba de cazar a otra chica.
No has notado que su mirada es irresistible para las chicas que acuden a
escucharle?. A nuestra amiga reciente ya la ha afectado. Ya te puedes
imaginar de quien partir�n los primeros aplausos.......jajajajajaja





Les v� re�rse a los dos, pero de un modo que me contagiaron,
sin saber porqu�. Re� junto a ellos y en cuanto supe el porqu�, me puse
colorada. Pero cuando SAX me mir� sent� que la tierra se reblandec�a bajo mis
pies. Solo fue un intercambio de miradas turbadas, pero mi cuerpo se trastoc�
por completo.



Creo que Andy y Remi se percataron de mi confusi�n mental y
solo intercambiaron sonrisas c�mplices, mientras los tres nos dispon�amos a
escuchar a ese ser, cuya m�sica ya sonaba dentro de m�, mucho antes de que
hubiera puesto su saxo en posici�n.



Cuando, las primeras notas vibraron en el aire, me sent� s�la
ante su concierto. No hab�a nadie mas.....�l tocaba para m�. Me sent� tan
extremadamente subyugada con la m�sica que percib�an mis sentidos, que no era
capaz de escuchar los comentarios de ellos. Y cuando termin�, me levant� y le
aplaud� como si estuviera sola ante �l.



Me mir�, me sonri�.....y sent� que mi vida se escapaba. Era
suya.....solo suya.



Los brazos de Andy y Remi, consiguieron, tirando de los m�os,
sentarme en mi asiento. Cuando sal� de mi trance, me sent� muy aturdida y
avergonzada. Les ped� disculpas por mi comportamiento. Realmente no sab�a por
qu� me hab�a portado de aquel modo. Pero cre� entend� que sus miradas eran
declaraciones mudas hacia m�.



No pod�a creer lo que me estaba sucediendo. SAX, el m�sico se
hab�a colado dentro de mi alma, pero Remi y Andy....ya hurgaban agradablemente
dentro de la misma. Y record� entonces a Ana. Ella era mi primera sensaci�n de
amor y estaba pura dentro de m�.



C�mo pod�a ser que sintiera amor por una mujer y tres
hombres, al mismo tiempo?. No deb�a estar muy cuerda, pero as� era como lo
sent�a. Estaba en semejantes meditaciones, cuando Remi reclam� mi atenci�n para
presentarme a SAX.



Pens� que mis piernas me traicionar�an y me caer�a
desvanecida. Era �l. Sax ante m�. De frente a m�. S�lo ante m�. Pens� que deb�a
estar en el cielo. Era el ser mas guapo del mundo y se hab�a dignado a bajar de
su Olimpo, solo para verme. Me sent�a tan extra�amente feliz, que era incapaz de
hablar.



El Dr. Remillard, ayudado por Andy me hicieron reaccionar. Me
sent� como una tonta y les ped� disculpas a todos. El rubor cubri� todo mi
rostro en cuanto supe como hab�a reaccionado ante SAX y delante de ellos dos.
Pero uno y otros, quitaron hierro a mi forma de escape mental m�o.



Despu�s de algunos chistes y un poco de risas entre los tres,
me contagi�, volviendo al mundo normal. Re� con ellos y me sent� la chica la
chica m�s feliz del mundo. Y en cuanto estuve mas con mis pies en la tierra, o
sea cuando ya me sent�a mas real......not� que los tres eran mis acechadores. No
sab�a como interpretarlo, pero me agrad� hasta tal punto que les d� lo mas
positivo de mi vida. Les d� mi amor y mi amistad. Era todo lo que pod�a dar,
pero parece que fue mucho m�s de lo que ellos hubiesen imaginado.



Estaba como alucinada a�n en mis fantas�as cuando unos tonos
insistentes, me hicieron volver a pisar tierra firme y pude apreciar como Remi,
miraba su avisador y dec�a :





Amigos, lo siento, pero tengo una urgencia. Lisa, nos
vamos. Lo siento, otro d�a nos veremos. Te dejar� en los estudios camino del
hospital.



Remi, yo puedo acercarla a la hora que me indiques. Estoy
libre de servicio hasta ma�ana.



Y yo tambi�n puedo llevarla, aunque a m�, me conoce
menos.



Gracias SAX, que la lleve Andy. Pero he de decirte que
los tres la conocemos desde hoy. Yo un poco mas, pero tampoco mucho m�s. Que
pena que no haya mas mujeres como Lisa, porque es encantadora aunque tenga
su personalidad. Bueno, chicos...Andy, tu te encargas de ella......y tu SAX,
a ver cuando sales de tu escondite y me llamas. Cuidaros amigos. Lisa, me he
sentido muy feliz de tu grata compa��a. Andy y SAX cuidar�n de ti, de eso
estoy plenamente seguro.



Tranquilo Remi, nosotros la cuidaremos, verdad SAX?



Pues claro, nunca se tiene la oportunidad de estar ante
una chica tan maravillosa como Lisa.......jijijijiji



Vale, me voy tranquilo. Hasta muy pronto.





Nada mas irse, me sent� algo nerviosa ante el detective y el
m�sico. Pero solo fue una fracci�n de segundo, porque mi mente comenz� a sentir
fuertes oleadas de sensaciones nuevas y muy agradables.



La velada junto a ellos se me hizo extremadamente corta y me
sent�a tan bien, que cuando lleg� el momento en que deb�a volver a mis tareas,
me sent� odiarlas por un momento. Pero en breves segundos, supe que gracias a
esa nueva actividad en mi vida, hab�a conseguido conocer a tres hombres
maravillosos y ni que decir de esa mujer, llamada Ana por la que mis fibras
vibraban sin sentido alguno.



Pens�, qu� me deparar�a el destino en un futuro inmediato?.
Pero eso era cuesti�n de mi identidad celestial, de la cual no pose�a mas que la
dicha de poder vivirla en este preciso momento.



Cuando fue el momento de despedirme de SAX, me acerqu� a �l y
estamp� mis labios con un beso suave y sincero en los suyos, que le dej�
impresionado. Despu�s le mir� a los ojos y al ver su mirada, supe que estaba
ante la pureza de la vida y el amor.



El rubor se encarg� de se�alarme ante los dos, mientras Andy
re�a ante mi reacci�n. Y cuando le mir�, algo asalt� dentro de m�. Me iba con
uno de mis hombres. No era Remi, no era SAX, pero era Andy.



La mirada limpia de Andy me alborotaba excesivamente y SAX,
coment� :





Cu�dala amigo. Es una chica maravillosa. Y cu�date tu
tambi�n de paso, porque creo que esta chica nos ha cazado a los tres en una
sola redada....jijijiji.



Puede que tengas raz�n, pero el t�o Andy sabr� cuidarse y
adem�s cuidar de la chica entregada a su protecci�n......jejejejejeje





Les escuchaba hablar y mi cuerpo se derret�a, sin poder hacer
gesto o acci�n alguno para agradecerles cuanto dec�an sobre m�.



Cuando me alejaba junto a Andy, mi mente oblig� a girar mi
cabeza hacia el lugar que hab�amos ocupado momentos antes. Y all� estaba �l,
sentado mirando como me alejaba. Y sent� un escalofr�o al fisionarse nuestras
miradas. Una l�grima errante cay� de mis ojos, cuando torcimos por una calle
transversal. Intent� que Andy no me lo notara, pero �l, apretando un poco mi
brazo desnudo, me dijo :





C�lmate Lisa. Le podr�s ver un mont�n de veces m�s. Y
aunque esto vaya en contra de mis pretensiones, soy capaz de llevarte yo
mismo junto a �l.





Le mir� llorando como una ni�a peque�a, pero �l se limit� a
arroparme con sus brazos y besarme en la frente y las mejillas con tanta
ternura, que me sent� descomponerme mientras era consolada.



Cuando consegu� serenarme un poco, me separ� de �l y le bes�
en los labios, con toda la gratitud y amor de mi coraz�n. Le sent� algo
sorprendido ante semejante acto de gratitud m�a, pero me abraz� entre sus
fuertes brazos y me consol� de un modo mucho m�s humano de lo que hubiera
sentido alguna vez en mi vida.



Pocos minutos despu�s, �l fue quien separ� nuestros cuerpos y
dijo :





Venga Lisa, an�mate. Tienes mas amigos que la mayor parte
de las personas que conozco. Y adem�s s� que tendr�s muchos m�s. Eres de una
forma de ser, que no recordaba desde hace muchos a�os. Tus amigos te
cuidar�n. Y yo que ya me siento mas que tu amigo, te proteger� mucho mas
a�n.





Le mir� arrasada en l�grimas, pero sus palabras eran tan
maravillosas y profundas, que me dieron la fuerza que no conoc�a desde hac�a ya
mucho tiempo.



Para no intentar repetirme en mis actos, que ansiaba con
hacer, me separ� de �l y me dej� llevar hasta su coche. Abri� mi puerta
galantemente y una vez que estuve instalado en el interior, cerr� suavemente la
puerta.



En cuando se sent� frente al volante y darme un cari�oso
pellizco en mi desnudo muslo izquierdo, conect� el encendido y salimos con
cierta fuerza hacia el tr�fico de aquel d�a maravilloso.



De reojo, le miraba conducir, pero tambi�n apreciaba su forma
de saber estar. Si antes me hab�a licuado por SAX, ten�a que reconocer yo misma,
que en estos momentos Andy ocupaba mi mente y mi coraz�n.



En un momento de tr�fico mas relajado, me mir� un segundo y
me dijo :





Lisa, eres ese tipo de mujer que podr�a hacer que una
roca sintiera amor. Y yo que no soy una roca, me siento feliz de haberte
conocido. Esto cambiar� mi vida, la est� cambiando ya, aunque nunca me
volvieras a hacer caso, ya nada podr�a cambiar este maravilloso momento que
siento junto a ti. Ahora, quiz�s no entiendas muy bien mis palabras, pero
m�s adelante las entender�s y ser�s consciente de la fuerza que tienes.





Intentando analizar sus palabras, mientras le miraba llena de
una gratitud y quiz�s amor, que yo desconoc�a, deb�a reconocer que no encontraba
sentido a sus palabras.



Despu�s de tomar muchos desv�os llegamos hasta los estudios.
Detuvo el coche ante la entrada principal y par� el motor, al tiempo que me
dec�a :





Lisa, est�s en tu �rea de trabajo. Espero que sigas
queri�ndome alguna vez m�s. Y tambi�n conf�o y deseo que me sientas como tu
amigo y protector. Bueno, ya no me enrollo mas, s�lo decirte que me has
gustado como persona, mujer y amiga.



Gracias Andy. No te olvidar� en mi vida. No podr�a
hacerlo, eres alguien muy importante para m�. Y aunque te parezca extra�o,
hoy he conocido y he estado con tres hombres maravillosos, cada uno en una
actividad distinta pero todos llenos de humanidad y calor.



Lisa, nos veremos muchas veces, si a ti no te importa.
Pero incluso ahora mismo, siento deseos de proponerte en matrimonio. S� que
lo entender�s como una barbaridad, pero es lo que mi coraz�n siente por ti.
Y no me suele enga�ar. Pero, al margen de lo dicho espero y conf�o que me
perdones por ser tan atrevido.



Andy, no tengo nada que perdonar. Lo que has dicho es
algo muy gratificante para cualquier mujer. Y para m� es especialmente
agradable. No te olvidar� en mi vida, de eso puedes estar seguro, pero
hablar de matrimonio ahora, no creo que sea muy bueno para ti. Sabes que
tengo un contrato por un a�o con los estudios y tambi�n debes saber el tipo
de pel�culas que voy a realizar, de las que no me siento nada orgullosa,
pero que no tengo mas remedio que realizar, ya que mi palabra es honrada y
no ser�a capaz de dejar en la estacada ahora a tanta gente que se est�
preocupando por m�.



Lisa, cu�date. Ya nos veremos. Ahora creo que es el mejor
momento para que salgas del coche. Pero ten en cuenta que estar� pendiente
de ti, aunque decidas irte con SAX o con Remi, o con otra u otro.





Tras quitarme el cintur�n de seguridad, me gir� un poco y
alzando mis brazos desnudos, me abrac� a su cuello y le bes� dulce y
apasionadamente, sin que �l me tocara en momento alguno, aunque si permiti� un
beso profundo.



Cuando me retir� de su boca, le mir� con mirada turbia y mi
alma le comunic� todo lo que la suya estaba ansiando saber. Me sonri� y tras
apretarme ligeramente mi mano derecha, me hizo un gesto para que me fuera.
Supuse que llorar�a como yo.



Nada mas bajar del coche y cerrar la puerta, sali� como si
tuviera cohetes en el coche. Y no s� si fue mi imaginaci�n o realmente lo hizo,
llev� su mano derecha a sus ojos y la pas� por los mismos.



Le perd� de vista, en menos de dos segundos y tras secarme
las l�grimas incipientes, sub� las escalerillas de acceso a los estudios. Me
sent�a feliz y contenta. Decidida a afrontar cualquier problema en mi nuevo
trabajo.



Nada mas entrar, Ana apareci� ante m� y tras besarme, me
pregunt� :





Donde has estado cielo?. Estaba ya desesperada por ti.



Sal� con el Dr. Remillard y despu�s acudimos a un
concierto de un tal SAX que me hizo vibrar con su m�sica y su mirada dulce y
limpia.



Te entiendo Lisa, yo tambi�n pas� por esa fase y ese
mismo SAX era una bendici�n para m�. Bueno, dime que pas�.



No pas� nada especial. Antes de empezar se nos uni� un
Detective llamado Andy. Y que maravilla tambi�n de persona.



Andy, claro. Ten�a que aparecer. Es como un fantasma que
aparece en los momentos especiales. Ten cuidado con �l, es muy buena
persona, guapo y todo lo que tu quieras, pero podr�a arruinar tu vida. A
veces resulta demasiado cargante.





Asent�, a�n sin poder decir algo a favor o en contra de ese
Andy, que a m� me pareci� un maravilloso ser y quiz�s alguien en quien poder
confiar de por vida. Pero nada de mis pensamientos le dije a Ana, que estaba m�s
guapa que ayer y que me hac�a deshacerme de emoci�n y amor.



Y justo entonces, las im�genes de SAX, Andy y Remillard se
volcaron en mi mente y tuve que hacer un esfuerzo supremo para poder aislarlos a
ellos de Ana. Qu� me pasaba?. Es que me estaba enamorando de cuantos seres
encontraba en mi vida?.



Eso no pod�a ser. Sab�a de mi condici�n de bisexual, pero no
pod�a complicarme la vida con amores m�ltiples. No deb�a, pero mi alma era mas
fuerte que mi raz�n y as� estaba sucediendo.



Ana, que a pesar de parecer una mujer fr�a y sin
sentimientos, era la chica m�s agradable en presencia, en trato y por supuesto
en amor. Ya hab�a tenido tiempo de comprobar parte de ella la noche anterior en
mi casa.



Cogi�ndome del cuello con mucha ternura, me atrajo hacia ella
y me bes� a la vez que me hac�a entrar en el interior de los estudios. Me sent�
de nuevo disparada y maravillosamente feliz.



Estaba anocheciendo ya por momentos, pero aquella especie de
recibimiento me embarg� en una sensaci�n de la que ya no ser�a capaz de librarme
en mi vida.



Al parecer estaba condenada por los m�s altos designios a que
mi alma se aliara con cuantos seres me tropezara en mi corta y desde hac�a unas
horas, prol�fica existencia.



Seg�n entraba en los estudios y mientras cerraba la puerta de
acceso Ana, uno de los auxiliares en la Gerencia de Gesti�n, se aproxim� a
nosotras corriendo. Al verme, me dijo :





Lisa, pero donde te hab�as metido?.



Jo, pues sal� a dar un paseo con el Dr. Remillard y luego
me entretuve con unos amigos.



Lisa, yo no soy quien para decirte que debes y que no
debes hacer, pero como consejo te dar�a que preguntes antes de salir. Te
llevan esperando en la cl�nica para las vacunas, por espacio de dos horas. Y
adem�s hay una sesi�n de cine en la que figurabas como invitada especial,
que comienza dentro de media hora.



Lo siento, no sab�a las actividades que ten�a pendientes
para hoy.



Bueno, intentaremos apa�arlo. Ahora acomp��ame a ver al
Gerente y que �l decida que es lo que se puede hacer.





Mir� a Ana, que me miraba con ojos entristecidos. Era la
segunda vez que en pocas horas, nos separaban. Pero la di un beso con mi gesto y
segu� a aquel hombre, que estaba m�s nervioso que yo.



Llegamos hasta el despacho del Gerente. Y en cuanto el
auxiliar hubo cerrado la puerta, me ech� una bronca terrible por mi ausencia sin
notificar. Y a�adi� que por ser la primera vez no tomar�a medidas, pero que los
t�cnicos sanitarios y el Doctor exigir�an pago de cuotas especiales. As� que yo
ser�a la tuviera que intentar paliar sus problemas.





Lisa, como no hay tiempo para que pases tus chequeos.
B��ate, maqu�llate y ponte un vestido largo que encontrar�s sobre tu cama. Y
nada de ropa interior. Y en cuanto est�s dispuesta ve directamente a la sala
de proyeccionesX. Yo avisar� a los doctores de que acudir�s despu�s de la
sesi�n de cine. Quiz�s ellos se animen a esperarte, pero les dir� que tu
pagar�s sus horas extras. Te parece bien?.





Asent�, un poco afligida por no haber conseguido hacer las
cosas bien. Aunque no me importaba despu�s de lo que hab�a vivido en aquel final
del d�a.



Me fui a la suitte y nada mas entrar, derecha al ba�o. Pero
la curiosidad pudo mas que yo y me asom� al dormitorio, descubriendo el vestido
que deb�a llevar.



Era de locos llevar aquella cosa tan escotada y tan suave
como una pluma, aunque ten�a un cierto peso y su ca�da deb�a de resultar
magn�fica. No perd� tiempo y me duch� aplic�ndome geles de mi agrado y que
proteg�an mi piel. No me lav� el pelo, porque hac�a poco que lo hab�a hecho y
hubiese tardado una eternidad en secarlo. Me lo arregl� cuidadosamente y despu�s
maquill� ligeramente mis facciones, as� como mis pezones y sexo.



Pero en cuanto volv� al cuarto, me descorazon� de nuevo. Me
puse esa cosa llamada vestido. Ten�a casi mas escote que vestido. Por detr�s
nada. Una vez colocado se ve�a perfectamente desnudo el anuncio de mis nalgas.
Por los costados, nada hasta algo mas abajo de mis caderas. Y por delante un
escote profundo y que me dejaba mostrar todo mi ombligo. Me cubr�an los pechos
las tiras de seda transparente que se sujetaban con una fina cadenilla dorada.
La transparencia era tan brutal, que me sent�a m�s provocadora que si bajara
desnuda. El color de la seda era un rojo fuego que contrastaba con el tono de mi
piel.



No le d� mas vueltas y tras calzarme unas sandalias, sal�
hacia la sala de exposici�n.



Baj� las escaleras si cruzarme con alguien de los estudios y
avanc� por el largo corredor, en donde sent� algo de fresco al ir tan desnuda,
hasta que alcanc� la sala previa a la de proyecci�n. Hab�a un mont�n de gente,
que nada mas entrar se quedaron mir�ndome y algunos hasta comi�ndome, cosa que
no me extra��, pues iba provocadora a tope.



El anfitri�n y Director de una de las pel�culas en las que
intervendr�a en breve, se vino casi corriendo hasta m� y tras darme un par de
besos en las mejillas y toquetearme a su antojo, me cogi� del brazo y me fue
presentando uno por uno a todos los invitados.



Decir, que mi rubor apenas se notaba, gracias a la tonalidad
del vestido aquel. Pero el sofoco que sent�a dentro de m�, me hac�a presagiar
que al final lo notar�an.



Beb� algunas copas de martini, siempre atendida por sol�citos
invitados. Cuando Ana me vi� se qued� medio aturdida y muda de asombro. Pero
s�lo dur� una fracci�n de segundo, que solo ella y yo percibimos. Se acerc� a m�
y ante los dem�s invitados e invitadas, me bes� en los labios. Me dej� besar y
correspond� t�midamente, mientras escuchaba los murmullos de los m�s cercanos.



Despu�s del beso de Ana, que ya no se separ� de m�,
agarr�ndose a mi brazo izquierdo unas veces y otras pasando su brazo por mi
desnuda espalda, vimos al Dr. Celticock conversando con algunas invitadas, pero
nada mas verme se disculp� con ellas y se vino hacia nosotras dos.



Me mir�, de arriba abajo y despu�s de mover su cabeza con una
sonrisa de lo m�s p�cara, me dio un par de besos y nos llev� a un lugar mas
apartado. Y all� conversamos de todo un poco. Ana, que no se separaba de m�,
estaba espl�ndida. No tan sugestiva como yo, pero sentirla vestida as� junto a
m�, me hac�a ponerme muy excitada. Su vestido largo de color negro, de amplios
escotes y abertura en su cadera izquierda, la hac�an extremadamente atractiva.



La antesala de la proyecci�n fue bastante agradable, a pesar
del nerviosismo que sent�a al vestir de aquel modo tan provocador. En un momento
determinado, se anunci� que iba a comenzar la proyecci�n. Momento que aprovech�
el Dr. Celticock par decirme :





Lisa, despu�s de la proyecci�n vendr� a buscarte en Dr.
Ajeno, para que te ponga las vacunas pertinentes y te explore de nuevo.
Puede que est� yo tambi�n, pero por si acaso no lo estoy, te aviso.





Asent� ante su mirada c�lida y entramos en la sala. Me sent�
en un lugar en la primera fila en donde sent� algo de fresco por todo mi cuerpo.
Ana, se qued� a mi lado derecho, mientras el Director lo hac�a al otro lado.
Intent� por todos los medios recostarme sobre Ana, para que me aportara el calor
que necesitaba.



Ana, no s�lo permiti� que me recostara contra ella, si no que
adem�s acarici� mi cuerpo hasta dejarlo excitado, pero con una temperatura que
me permiti� ver la p�rfida cinta hasta el final. El contenido no val�a la pena
para m�, aunque para Ana y sobre todo para los hombres a los que pod�a apreciar
ligeramente, parec�a haberles encantado. El autor de la obra estaba firmada por
un tal Mr. JOPI.



Cuando las luces se encendieron de nuevo, consegu� adivinar
alunas expresiones de los invitados. La cinta fue aplaudida con tanto
entusiasmo, que al final tuve a unirme a los aplausos. Y al mirar a Ana, pude
ver como el Dr. Ajeno me miraba y me hac�a gestos con su mirada.



Sin embargo, fui capturada por el Director, quien haci�ndome
subir a la tarima me expuso ante los invitados, mientras dec�a alabanzas sobre
mi f�sico, para terminar con el remate :





Y c�mo es dado en estos menesteres, nuestra pr�xima
protagonista, ahora deber� bajar a hacer sus revisiones m�dicas
correspondientes.





Estuve a punto de darle un beso de gratitud, al liberarme de
un modo tan agradable. Me desped� de �l y de los invitados, entre sus sonrisas
lascivas. Llegu� hasta Ana y la bes� en los labios delante de todos, mientras
escu

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Relato: Acosada por el destino (02)
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