No s� que hacer. No se si lo que hice estar� bien o no. Lo
cierto es que no me arrepiento, ni mi madre tampoco. Me llamo Pablo y tengo 22
a�os.
Hace 8 a�os que vivo con mi viejo y desde entonces no veo a
mi madre, ya que ellos est�n separados.
Un buen d�a me entero que mi viejo tiene que hacer un viaje a
Australia por su trabajo y no me puede llevar, entonces decidimos que yo podr�a
aprovechar ese tiempo que �l no estar�a (dos meses) para ir a la casa de mam�, y
compartir con ella un tiempo, ya que hac�a tanto que no nos ve�amos. Ok, pues mi
padre se marcha y yo me voy a lo de mi vieja. Ella vive en Buenos Aires y yo
estaba en C�rdoba, as� que me fui en avi�n. Cuando llego, ella me hab�a ido a
buscar al aeropuerto. Debo admitir que en un principio no la reconoc�, ya que
estaba infartante. Mi madre tiene 40 a�os, pero aparenta much�simo menos. Es
alta y muy delagada, con unas curvas espectaculares fruto de meses y meses en el
gimnasio. Yo recuerdo que era morocha, pero ahora se ha te�ido de rubio, cosa
que le queda muy bien. Y lo mejor de todo: se hab�a implantado siliconas en los
pechos, lo que le produc�a unas tetas realmente enormes, redondas y duras.
No voy a olvidar nunca el abrazo de bienvenida que me dio. Lo
que sent� cuando ella apoy� sus duras tetas en mi pecho.
Recuerdo que durante esos breves segundos de cari�o entre
madre e hijo, yo experimente una erecci�n imposible de disimular.
En el coche, camino a casa, yo no sabia como hacer para
evitar mirarle el cuello de su blusa escotad�simo, o su minifalda diminuta que
hacia excelente juego con sus botas negras. Ella me hablaba de muchas cosas,
pero para m� era imposible concentrarme en lo que me dec�a.
Bueno, pues llegamos a casa. Me fui a duchar, y en la ducha
solo pensaba en el nuevo y maravilloso cuerpo de mi madre. Obviamente, con la
pija dur�sima de tanto pensar en ello, me masturbe sin sacarme esa idea de la
cabeza.
Durante las noches siguientes salimos a cenar juntos, a
caminar y a compartir buenos momentos como madre he hijo.
Una noche me presento a Miguel, su amante, un profesor de
educaci�n f�sica, muy adinerado, y de muy buen f�sico, musculoso, alto y
fornido. Aparte de todo eso, debo reconocer que Miguel es un tipazo.
Esa misma noche Miguel fue a cenar a casa. Despu�s de la cena
yo salude y me fui a dormir. Luego de un rato sin conseguir consumar el sue�o,
decido levantarme a buscar agua. Lo que vi en el comedor de la casa de mi madre
me cuesta describirlo con palabras. Me escond� tras la puerta para no ser
descubierto mientras espiaba. Mi madre estaba arrodillada en el piso, semi
desnuda, proporcion�ndole a su amante una mamada estupenda. Lo que debo
reconocer de Miguel, a parte de ser un buen tipo, es que porta un pene
francamente enorme. Yo he visto una variada cantidad de pel�culas porno, pero
estoy seguro que de haber filmado lo que vi esa noche, gano el Oscar a la mejor
Porno de todos los tiempo. El terrible polvo que se echaron ese tipo con mi
vieja era de aplaudir. Por la vagina, por el culo, sexo oral... en fin... de
todo.
En un momento, en el que yo esta excitad�simo por lo que
observaba y en que yo ya hab�a perdido toda preocupaci�n de ser descubierto, mi
madre me ve escondido tras la puerta. Yo me asuste, suponiendo que se enojar�a
con migo. Contrario a eso, mi madre me miro a los ojos, me sonri� y acto seguido
me gui�o un ojo, y luego sigui� con lo suyo.
Nunca olvidare aquello.
Los d�as pasaban y situaciones as� se repet�an diariamente.
Yo no pod�a m�s. Pero lo mejor aun no hab�a comenzado.
Un mediod�a caluroso, se me ocurre ir a nadar un rato a la
piscina de mi madre. Cuando llego al borde de la piscina, estando a punto de
darme un chapuz�n, reparo en que mi madre esta tomando sol en una reposera.
Estaba boca abajo y dormida. Tenia puesto una bikini diminuto. Y yo pude
observar detalladamente la perfecci�n de su culo.
Me tiro al agua y nado un rato, sin dejar de mirar de reojo
el espect�culo que mi madre ofrec�a. De pronto, ella se despierta y se voltea
boca arriba, y entonces me ve y me dice: hola hijito de mi alma, como estas?. Yo
estaba enmudecido.
A pesar de mi presencia, mi madre no vacila en quitarse el
corpi�o para hacer toples, para broncear as� sus magnificas tetas. Se coloca sus
gafas de sol y enciende un cigarrillo. Ahora mi mayor preocupaci�n era para
cuando salga del agua, ya que seria imposible de ocultar la tremenda erecci�n
que tenia. As� que all� est�bamos, yo en el agua con la pinchila dur�sima y mi
madre acostada en tetas fumando y fumando (cosa que tambi�n me excita una
barbaridad). Cuando ya no aguanto mas, aburrido de estar en el agua, decido
salir a secarme. Cuando salgo mi madre abre los ojos y mira con una sonrisa de
orgullo mi pene agigantado y duro que remarca y evidencia el bulto en mi
ba�ador. Me acerco a ella, y me mira a los ojos mientras me dice: mi vida,
cuanto has crecido. Ella noto indiscutiblemente la forma en la que yo no dejaba
de mirarle las tetas, pero nada de eso parec�a importarle.
Eso me llev� a que corra hasta mi cuarto y me masturbe
fren�ticamente sin dejar de pensar en los sucedido.
Esa misma noche Miguel tuvo que hacer un viaje y no fue a
casa. As� que nos quedamos mi madre y yo solos. Nos pusimos a ver televisi�n y
cuando ya no hab�a nada para ver, ya que eran las 2 de la ma�ana, ella comenz� a
hacer saping en busca de algo interesante. Est�bamos sentados en un sill�n uno
al lado del otro. En eso, pasando de programa en programa, mi madre se detiene
en un canal porno en donde se ve�an una dos mujeres chupando la pinchila a un
tipo. Mi madre enciende un cigarrillo y se me acerca. Yo estaba at�nito.
Entonces sucede lo que yo no esperaba. Mi madre comienza a acariciarse las
tetas, cada vez m�s desesperada. Y luego... lo mejor. Despu�s de manosearse
empieza a acariciarme mi pija, por encima de mi pantal�n. al notar ella que mi
miembro estaba dur�simo se excita aun mas y entonces me mira a los ojos y me
besa enterrando su lengua hasta lo mas profundo de mi boca, fundiendo labio con
labio y lengua con lengua.
Yo, que no dejo pasar semejante oportunidad, empiezo a
apretarle sus dur�simas tetas con mis manos. Ella continua bes�ndome de forma
desesperada, mientras que con una mano (con la otra sosten�a el cigarrillo) me
abre la cremallera del pantal�n y saca mi pene para luego masturbarlo con el
mismo frenes� con el que yo le apretaba las tetas. El beso pasional se detuvo
para que yo le abriera la camisa con violencia, haciendo saltar los botones, y
as� dejar en evidencia sus magnificas tetas. Le chupe y mord� los pezones
mientras ella continuaba masturb�ndome, aunque deten�a de vez en cuando esta
acci�n para introducirse la mano en el pantal�n y as� masturbarse su concha.
Entonces, inesperadamente se agacha alejando sus tetas de mi cara y mir�ndome a
los ojos, con una sonrisa provocativa en su rostro, me baja los pantalones y me
chupa el dur�simo falo mucho mejor que las t�as que estaban el peli porno
chap�ndosela a un t�o. A todo esto, cabe aclarar, que mi madre segu�a fumando
mientras me la chupaba, cosa que ninguna de mis novias hizo jam�s. Esa chupada
fue monumental, como nunca lo hab�a sentido.
Mi madre es toda una experta.
Cuando decide acabar semejante mamada, comienza a subir
desprendi�ndome la camisa y pas�ndome la lengua por mi vientre para ir
arrastrando a su ves los pezones por mi cuerpo. Luego me tumba violentamente
sobre el sof�, y se baja los pantalones.
Tenia dos medias largas de color negro y un portaligas. Se
baja el tanga (sin sacarse el porta ligas), se abre de piernas y se sienta sobre
mi rostro, dejando sobre mi boca toda la perfecci�n de su depilado co�o. Empiezo
a chap�rselo mientras se me inunda la boca. Escucho sus gemidos, mientras que mi
madre se mueve muy er�ticamente. Despu�s de haber tragado yo litros de flujo,
ella se para, le da una ultima fumada a su cigarrillo, lo deja suavemente en el
cenicero, y se recuesta boca arriba sobre el sof� mientras que se abre de
piernas y me dice: veni, mi vida, hac� feliz a mami...
Me recost� sobre ella y la penetr� hasta el fondo. Junto con
mis movimientos sexuales, sus tetas se mov�an de una manera que me enloquec�a.
Luego de unos minutos a ese ritmo, cambiamos de posici�n, coloc�ndose ella en
cuatro patas y yo la penetr� desde atr�s. De esa manera yo ten�a una perfecta
visi�n de su silueta, su cinturita perfecta y su culo espectacular. Luego de
otro rato de fallarla de esa forma, ella se volte� bruscamente y me recuesta
como antes sobre el sof�.
Entonces introduce mi polla en su co�azo y cabalga sobre m�
fren�ticamente. Entonces siento como me sube un ri� de leche. Y le digo: Mam�,
estoy por acabar, dejame salir que acabo, acabo!!!!
Mi madre, en pleno orgasmo explosivo, me dice: tranquilo,
beb�, segu�, segu�...
Y, si mi madre dice que siga, yo le obedezco. La cosa es que
acab� brutalmente y sent� c�mo se le inundaba el co�o con mi semen. No s� si
tomar� pastillas o qu�, pero me dej� eyacularle dentro sin ning�n reparo.
Entonces, mam� se tom� un respiro, me mir� y con una sonrisa me dijo: estoy
orgullosa de vos, hijo m�o, sos todo un hombre.
As� mi primer gran experiencia sexual fue con mi Madre.
Despu�s de aquella ocasi�n, hasta el �ltimo d�a de vivir con ella, follamos
todos los d�as, con la misma pasi�n y desenfreno.
Nunca hablamos si est� bien o mal lo que hac�amos, lo cierto
es que ambos sent�amos placer, un placer �nico que no volver�amos a sentir
jam�s, y de lo que no nos arrepentimos. Estoy muy feliz de tener la madre que
tengo, y no veo la hora de volver a verla, para as� entregarnos una vez m�s a
ese maravilloso y especial, muy especial, sexo.