Ojitos Verdes

DE REGRESO AL CONVENTO)

Original de

ANALBO

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Ojitos Verdes, ya de regreso al internado, pasa los d�as
estudiando. Lee y realiza ejercicios sobre las pr�ximas pruebas. Con el uniforme
gris, cubri�ndole desde los tobillos hasta el cuello, quien la viera en �ste
momento pensar�a en un �ngel recorriendo los largos pasillos del convento,
saliendo de una sala para entrar a otra, seg�n el tema a desarrollar. Su
amiguita y compa�era de estudio, estaba preocupada. Nunca la hab�a visto as�,
tan cerrada, tan m�stica, dedicada a la lectura, y decidi� hablar con la
preceptora, quien la deriv� al padre cura, para que fuera a hacerle el
comentario de su inquietud. Lucy, fue a verlo, nadie le hab�a informado que el
viejo prelado hac�a un tiempo que estaba enfermo y en su lugar hab�a un
sacerdote nuevo. El reci�n llegado servidor de Dios, estaba rezando.
Respetuosamente, la compa�erita de Karina aguard� a que se desocupara. Estaba
arrodillado frente al Altar Mayor. Pasaron los minutos, no quer�a molestarlo. De
pronto entr� una monjita por otra puerta y fue directamente hacia el cura, vio
que la monjita se acerc�, le dijo algo y �l le devolvi� el susurro a sus o�dos.
Los dos rieron. Ella se dispon�a a retirarse y el atrevimiento del hombre de la
iglesia asombr� a Lucy, ya que aquel le di� una palmadita en las nalgas a la
religiosa que riendo se alej�. El cura se puso de pie y fue hac�a el
confesionario. Reci�n pudo verlo bien. Era alto. Rubio, de cabellos largos,
relativamente joven y apuesto. No vest�a como el viejo padre cura de sotana
negra y larga, sino muy de civil. Solamente el cuello de su camisa hablaba de su
calidad de religioso. Cuando iba a entrar al lugar de las confesiones, reci�n
advirti� la presencia de Lucy, le sonri� y decididamente se encamin� hac�a el
lugar donde estaba sentada. Ella tembl�. Jam�s le hab�a ocurrido algo as�:

- �me buscas, hija?... �pregunt� ya casi frente a ella.

- �S�, padre, perd�neme, pero puedo volver por la ma�ana!...
Usted est� ocupado....

- No, ni�a... �me ves ocupado acaso?...

- S�, la monjita que estaba con usted, acaba de entrar al
confesionario con su merienda...

- Ven... mientras tomo mi refrigerio, podemos hablar... ven,
por favor.... � y se encamin� hacia el lugar y ella temerosamente se puso de pie
y lo sigui�. Los largos trancos del cura hicieron que ella se retrasara. Lucy,
no sab�a por qu�, pero prefiri� que el sacerdote la invitara a pasar y se qued�
a una distancia prudente, ya que la monjita que llevara la bandeja se demoraba
en salir. De pronto comenz� a o�r gemidos, m�s de dolor que de placer. Su sangre
se encendi�. Eran conocidos por ella esos gimoteos, si bien no estaba con los
atuendos largos que estaba usando Ojitos Verdes, su vestimenta era bastante
amplia y las fantas�as iniciaron una revoluci�n en su mente. Volvi� a temblar,
mientras sent�a mojarse entre sus piernas, cuando escuch� un grito de furia del
macho caliente que estaba eyaculando y el llanto de placer de la hembra
perforada, tal vez por primera vez. Gir� sobre sus pasos y se alej� del lugar,
en el momento que la monjita sal�a casi huyendo del confesionario, arregl�ndose
la ropa y la bandeja en una de sus manos. Lucy, justo en el momento de abrir la
puerta de salida de la capilla, escuch� la melosa voz del servidor de la
iglesia:

- �Lucy...- se detuvo. �C�mo sab�a su nombre? -... �Qu� ibas
a decirme ni�a? Estoy esperando...

- Vuelvo ma�ana, padre... tengo un curso ahora... � aquella
mirada le impidi� continuar en su pretendida hu�da y reingres� al recinto:

- �Ven peque�a!... � la dulce sonrisa del sacerdote y esos
ojos negros y profundos ten�an algo de diab�lico y un tremendo atractivo que la
hicieron caminar sin intentarlo. Iba como en el aire.

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- �y por qu� crees muchacha que tu amiguita no se encuentra
bien de salud?... - el cura hab�a clavado su mirada en los ojos casi inocentes
de Lucy, que con su carita ani�ada y su blusa amplia no destacaba en absoluto
sus enormes senos. No hablaba. Adem�s, como siempre que estaba en el internado,
manten�a sus pechos fuertemente enfajados ya que la Madre Superiora dec�a que a
su edad tener semejantes atributos y tan desarrollados, era una obscenidad y una
ofensa a Dios -... �Por qu� no hablas ni�a?... �Tranquil�zate!... seguramente no
pensabas ver a un desconocido... � y sonri�, mientras le tom� las manos
acarici�ndolas para calmarla. Lucy tembl�. El cura lo observ�. Fue como un golpe
de corriente el�ctrica que penetr� en ella a trav�s de esas manos y cerr� los
ojos. Sinti� correr por sus piernas sus jugos seminales. Tuvo un escape de
Feromonas, que el ducho prelado percibe, hiede el ambiente, lo que produce
cierto fastidio sexual en el cura que con sus cuarenta y pico de a�os, no se
animaba a m�s. Era una ni�a. Y le pregunt� -... �Cu�ntos a�os tienes, Lucy? No
te sorprenda de c�mo s� tu nombre. Me lo dio la monjita que me trajo la
merienda... Si no parece que tuvieras m�s de 12 o trece a�os, �estoy en lo
cierto?... � Ella asinti� con un movimiento de cabeza y ojos asustados -... �Ve
y trae a tu amiguita!... tratar� que me diga a m� qu� problemas tiene... �Y la
pr�xima vez, cu�ntame t� tus dudas, porque a tu edad las tienes!... Dime,
muchachita asustada, �te ha venido ya el per�odo?... Tienes verg�enza... �me
dejas probar?... -No tuvo tiempo a nada, cuando la mano del blondo cura de
cabellos largos, ya le estaba hurgueteado su zona pudenda, sinti� sus gruesos
dedos meti�ndose entre sus labios vaginales y sacarlos todos mojados. La mir�.
Le sonri�. Le pidi� que se pusiera de pie y ella obedeci�, mientras sus ojos la
devoraban cargados de lujuria... Corri� los cortinados del confesionario. Le
baj� la bombachita. Se la quit�. La llev� a su nariz. Luego la meti� en la boca.
La alz� y la sent� sobre su mesita. Levant� su pollera hasta su ombligo, se
arrodill�, le abri� las piernas y comenz� a pasar su lengua en ese hueco que �l
cre�a virgen. Lucia se apoy� con sus manos en la mesa y se afloj�, tirando su
cabeza hac�a atr�s, mientras gem�a y se arqueaba de goce. El sacerdote, hundi�
su lengua en las profundidades de esa cuevita saboreando los jugos de Lucia, que
le tom� la cabeza con ambas manos apret�ndola contra su vagina, llorando de
placer. El cura, busc� con sus manos lo senos de la jovencita y tropez� con el
enfajado. Se sorprendi�. Tir� de la ropa y abri� con rudeza el blus�n, quedando
a su vista el cuerpo apretado por un lienzo. Le quit� toda la ropa hasta dejarla
desnuda. Lucy, no hablaba. Estaba totalmente entregada a esa forma brutal de
placer. Se prendi� del cuello del religioso, busc� su boca. Lo penetr� con su
lengua, mientras �l desenvolv�a aquello inesperado que saltaron ante sus ojos.
Las tetas de Lucy, eran tremendamente grandes. Las tom� entre sus manos. Acost�
a le ni�a sobre la mesa y comenz� a morder semejantes atributos, cuyos pezones
a�n lastimados por la batalla de dos semanas atr�s y los mordi� hasta
sangrarlos. Luego sent� a Lucy con sus piernas bien abiertas frente a �l, y all�
se di� cuenta la muchacha, que aquel cura ten�a tanta verga como Alejandro, el
padrino de Ojitos Verdes, y sinti� una feroz penetraci�n. Sus orgasmos se
multiplicaron, mientras �l cura gritaba su eyaculaci�n - ... Doce a�os, �no?...
putita... �cu�ntas como �sta te has tragado ya?... � El placer que le di� el
cura jam�s lo olvidar�. La descarga de semen de aquel hombre fue interminable y
ella segu�a acabando y mordiendo con su vagina semejante pedazo, que no lo dej�
salir, mientras lo besaba en la boca y peleaba con su lengua. El cura le chupaba
el labio superior lado derecho y ello le significaba un nuevo placer que nunca
hab�a sentido. Era una succi�n que la calentaba cada ve m�s, entonces por fin,
habl�:

- ��Por favor, padre.... quiero sentirla por el ano... dame
ese placer... por favor te lo pido...

- �S�, pero primero arrodillate y m�mamela .... � obediente,
Lucy se arrodill� a los pie del alto cura y tom� con ambas manos esa hermosa
verga y ajustadamente fue meti�ndola en su boca hasta lograr introducir el
glande entero y a succionar lentamente. Luego de verlo enroscarse en la silla al
gigante aquel que oficiaba de cura logr� introducir esa poronga hasta su
garganta. Tuvo arcadas y cuando intent� sacarla de su boca las fuertes manos del
sacerdote, se lo impidi�, al tiempo que daba alaridos de macho enardecido,
mientras vomitaba gruesos chorros de esperma, que Lucy fue tragando para no
atorarse y asfixiarse. Minutos interminables dur� la tremenda verga en estado
r�gido dentro de su peque�a boca, hasta que se calm� el hijo de la iglesia. Ella
limpi� con su lengua el hermoso trozo y se prepar� para que la penetrara por el
ano.

- Y ahora, �qu�?... � pregunt� sarc�sticamente el cura.

- Ahora, la quiero sentir por atr�s, me lo prometiste
padre... Por favor. Padrecito, h�zmelo o me vuelvo loca... te quiero sentir
ya... toda... necesito que lo hagas, sino morir� de deseos... no temas, destroza
mis esf�nteres... �Por Dios te los pido, Padrecito!....

- �No!... Despu�s�Ahora, ve y trae a tu amiguita y me lo
pides delante de ella... y te hago eso y mucho m�s, pero me ayudas a gozarla a
ella tambi�n...

- �Y por qu� eso?.. � y llor�:

- Por mentirosa... Me dijiste que ten�as doce a�os... me
hiciste creer que eras virgen... �me enga�aste!... Ahora paga por tus
mentiras... En la casa de Dios no se debe mentir...

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Lucy, volvi� en busca de Ojitos Verdes, Estaba en su
dormitorio. Acababa de ba�arse. Estaba pein�ndose, la salud� con un beso en la
boca. Karina, degust� el beso. La mir� con sus p�caros ojitos, traviesos y
maliciosos y le dijo:

- �Me dejas probar de nuevo?... � y se trenzaron en una lucha
de lenguas extensa y furiosa. Ojitos Verdes, busc� la entrepiernas de su amante
amiga y sorprendida grito -... La tanguita... �qu� te pas�?... seguro que el
viejo padre Ram�n.... �no? y �qui�n entonces?...- se introdujo en el v�rtice
felpudo de Lucy y comenz� a succionar l�quidos, no solamente suyos. Sali� de su
escondite, la mir�, se di� vuelta y coloc� su cosita limpita en la boca de la
amiguita mientras gui��ndole un ojo, le dec�a -... �qu� rico est� esto! Pero
ahora no hables... c�meme, te necesit� toda la tarde... � la lucha entablada era
cuerpo a cuerpo. Un bello 69 las mantuvo entretenidas y obnubiladas por la
lujuria. La exaltaci�n, el arrebato de las amigas se ve�an estimuladas para
ojitos Verdes por el sabor a semen y a Lucy por la cantidad de l�quidos que
recib�a en su boca debido a los orgasmos de su amiga. La sobre excitaci�n, no
les permit�a ver, ni o�r. Karina sobre Lucy, con su cola respingada segu�a
succionando la vagina bastante castigada de la otra colegiala y no advirtieron
como se abr�a la pesada puerta de la celda de Ojitos Verdes totalmente
exacerbada glorificada por el placer de gustar esperma fresco, cuando de pronto,
sinti� que algo se apoy� en su ano, que mojado por la transpiraci�n, cuando
quiso reaccionar, dos pesadas manos se lo impidieron y se sinti� penetrada
impiadosamente, exclamando mientras su cuerpo se convulsionaba de dolor y placer
-... �Padrinito!...

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