Relato: Eduardo Mi primo Eduardo era muy sexy con 18 a�os, me atra�a mucho.
Yo ten�a 17. Fue el verano en que fuimos con toda la familia a la playa. Yo
llevaba puesta un top y unos shorts. Y lo pill� mir�ndome m�s de una vez. Esa
noche todos llegamos cansados despu�s del viaje y la playa se fueron a dormir.
Quedamos s�lo Eduardo y yo en el balc�n, mirando al mar. Hablamos hasta las dos
de la madrugada, ambos est�bamos un poco tomados y la conversaci�n se puso
caliente. De repente, �l dej� de hablar, se acerc� a m�, me mir� a los ojos, me
tom� por la cintura y me dio un beso y se fue a dormir. Al d�a siguiente, como
si nada me salud� y me propuso ir caminando a la playa. Yo acept�, camin�bamos
de la mano. �l no dec�a nada, ni yo. Al llegar a la playa, par� en seco. Levant�
mi cabeza con cara de interrogaci�n y en ese momento me volvi� a besar m�s
apasionadamente que la noche anterior. Nadie nos ve�a, as� que �l me tom� el
trasero y me acerc� a �l.
Las caricias iban aumentando cada vez m�s, y empec� a sentir
la presi�n de su pene. Estaba muy excitada y no quer�a parar, pero sab�a que
alguien nos pod�a ver. As� romp� el contacto y segu� caminando. Lo perd� de
vista por casi media hora. Ya calmada, me puse boca abajo acostada en la playa
para tomar el sol. Me solt� la parte de arriba de mi bikini. Despu�s lleg� �l, y
al verme as� me propuso untarme bloqueador. Sus manos recorr�an mi espalda,
est�bamos solos en la playa as� que empez� a pasar las manos por mis las nalgas
debajo del bikini. De repente sent� su dedo en mi sexo acarici�ndome lenta y
suavemente. Yo estaba excitada y mojada, �l empez� a acariciar mi cl�toris con
suaves movimientos circulares. Sin p0ensar abr� mis piernas, �l empez� meter sus
dedos. Me mov�a al comp�s de sus dedos. R�pidamente tuve un orgasmo, sent�a la
electricidad que recorr�a mi cuerpo, unos segundos despu�s me hallaba tirada en
la arena sin energ�as. �l se recost� a mi lado, y me acariciaba la cara,
dici�ndome que bella era y que hace rato que �l quer�a hacerme eso.
Sent� que ya era el momento de darle a �l el mismo placer que
�l me estaba dando a m�. Por lo tanto le dije que se recostara porque era mi
turno ayudarle, aun que de manera que no se viera lo que hacia por si venia
gente. As� lo hizo y empec� a jugar con su pene, cuando lo tuve en plena
erecci�n lo met� en mi boca y empec� a chup�rselo. Sent�a c�mo su respiraci�n
aumentaba y de vez en cuando uno gemido escapaba de su garganta. De repente,
sent� c�mo su pene se puso r�gido y empec� a sentir su leche mi garganta, yo
segu� moviendo mi boca d�ndole a�n m�s placer. Cuando termin�, me puse a
limpiarlo y lo dej� absolutamente brillante. �l estaba rendido, se qued�
recostado sobre la arena con los ojos cerrados. Me agradeci� con un beso. Yo me
acost� a su lado. Estuvimos as� durante un largo rato. Era la hora del almuerzo,
as� que nos pusimos en marcha a la casa. regresamos abrazados. No paramos de
mirarnos durante el almuerzo.
Al terminar la familia fue a la playa a tomar el sol. Eduardo
y yo nos quedamos en la casa con el pretexto de lavar los platos y arreglar la
cocina. Lo hicimos lo m�s r�pido posible, pero tambi�n nos besamos. Cuando
termin�, �l me tomo por detr�s, empez� a acariciarme. Empec� a mojarme, y a
sentir electricidad por mi cuerpo, empec� a gemir. Me di la vuelta y le di un
beso apasionado. Despu�s empec� a besar su cuello, su pecho hasta llegar a su
sexo. �l ya estaba en erecci�n as� que le di unos cuantos leng�etazos, pero
sent� c�mo �l me tom� por las manos para darme otro beso.
Me llev� a una habitaci�n y cerr� la puerta, me puso sobre la
cama y empez� a besarme las piernas y al llegar a mi sexo par�, y me bes� en la
boca. Fue bajando hasta llegar a mi ombligo. Estaba ya mojada y quer�a m�s. As�
que empec� a quitarme la blusa que llevaba puesta y los shorts. Qued� en ropa
interior. �l par� y me dijo lo bella que era. Despu�s retom� su labor. Mientras
yo le quitaba sus bermudas �l me quit� el sost�n y luego la tanga. Me pregunt�
si era la primera vez. Le dije que no. (Hacia casi un a�o que lo hiciera con
Quique mi segundo novio).
Se iba a poner un cond�n y le dije que no, que deseaba
sentirlo plenamente, y bes�ndome empez� a penetrarme lenta. Par� cuando lleg� a
la mitad, se retiro y me penetr� nuevamente ahora hasta el fondo. No pude evitar
un gemido. �l iba aumentando el ritmo cada vez m�s. Los dos gem�amos. Despu�s de
unos minutos, sent� c�mo un orgasmo empezaba a crecer dentro de m�. Las paredes
de mi vagina empezaron a contraerse sobre su pene. Cuando termin� �l empez� a
gemir y a darme m�s fuerte, lentamente sent� c�mo un segundo orgasmo a�n m�s
fuerte que el primero. Para �l era lo mismo, me daba m�s fuerte. Ambos
terminamos completamente cansados pero felices. Nos quedamos ah�, acostados como
una hora, sintiendo el roce de nuestros cuerpos y el ritmo de nuestra
respiraci�n. M�s tarde bajamos a la playa. Todos se preguntaban que nos hab�a
pasado, a lo que respondimos que me dio un fuerte dolor de cabeza y que prefer�
quedarme en la casa y que Eduardo muy amable se quedo cuid�ndome. Nadie
sospecho.
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Relato: Eduardo
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