Luego de la siesta, me dedique a limpiar la cama, estaba todo
pegajoso, fui a ba�arme y ah� descubr� que aun me quedaba un pedazo de
salchich�n dentro m�o. Tome una ducha, me despeje lo mejor que pude, fui al bar,
me serv� un whisky y me lo beb� sin hielo. Son� el timbre, me puse una toalla y
fui a atender, por la mirilla pude ver a un polic�a con un pastor alem�n.
Entreabr� la puerta y me mostr� un papel del cual no pude leer mucho salvo
"Orden de Allanamiento"

-Vengo a registrar el departamento � dijo � hay una denuncia
de que aqu� se vende droga.-

Me qued� helado y pens� en la marihuana que ten�amos
guardada. Para el momento en que quise decir que no era verdad, el perro ya
estaba adentro olfateando todo. El polic�a paso. Era moreno, no muy alto, con
ojos caf�s y una nariz respingada de las que me gustan y con un cuerpo bien
formado, acentuado por el uniforme. El perro se met�a en todas las habitaciones
y cuando llego a la mesa de luz de la alcoba comenz� a ladrar.

- Abra el caj�n � me ordeno. Mi cuerpo temblaba y no acertaba
a poder abrirlo, cuando lo logre, se me cayo la toalla al piso, me agache para
recogerla y �l me puso la macana en la nuca y no me dejo ponerme de pie; con la
otra mano revolvi� el caj�n y saco un sobre pl�stico con un poco de picadura.

- Ahora que haremos � dijo socarronamente, el perro se
encontraba nuevamente enganchado a la correa, yo no sabia que decir estaba
totalmente indefenso pero conciente que aquella cantidad de hierba no era
evidencia de nada. El animal olfateaba el sobre que su amo mov�a de aqu� para
all�.

- No se que decir � balbucee � esto lo tenemos desde hace
mucho, pero ac� no vendemos nada.

Se sent� en la cama, mientras el perro comenz� a olfatearme
el culo, yo segu�a con la macana en la nuca. Desde esa perspectiva pod�a ver el
bulto que tenia el agente de la ley y mi pedazo comenz� a crecer. Es algo que no
puedo evitar y es ver una verga y no calentarme. �l se dio cuenta de ello, tiro
de la correa y acerco al can mas cerca de mi agujero, pod�a sentir su hocico
fri� entre mis nalgas; un tir�n mas y el animal me lo lam�a con su lengua �spera
sacando un gemido. Se empez� a re�r.

- Hab�as resultado bien putito � dijo � ya sabes que hay que
hacer si no queres que te lleve preso- no termino de decirlo cuando saco su
capullo rojo y chorreando de presemen, con la macana arrastro mi cabeza hacia
ese pedazo jugoso de carne que se me ofrec�a, en tanto que el pastor alem�n
segu�a lami�ndome.

Abr� bien la boca y me lo trague entero, se termino de
desprender el pantal�n y conforme se lo segu�a comiendo se iba desprendiendo su
camisa, jalo un poco mas de la correa y el perro que ya estaba caliente se monto
sobre mi y comenz� a moverse. Me acomode para que el buen animalito me
penetrara. Sent�a su cuerpo peludo y c�lido sobre mis nalgas, mi espalda, y su
bolas peludas que chocaban con las m�as. El pene de la bestia me resultaba un
tanto mas dura que lo normal pero se sent�a rico. En tanto que el guardi�n de la
ley me hizo el regalo de verlo sin camisa, sus m�sculos estaban bien formados,
se pasaba su mano libre por su vientre y se pellizcaba los pezones cada vez mas
fuerte. Tiro su camisa sobre mi y pod�a sentir su perfume de jab�n barato
mezclado con su olor a macho, la extra�a pareja gem�a cada vez mas y mi pija se
hallaba dura y hambrienta. Mientras me hallaba chupandole los huevos
maravillosamente afeitados un chorro de leche espesa vol� por los aires y cayo
sobre mi cara as� que me apresure a mamar lo que quedaba todav�a en el grifo. El
perro comenz� a aullar mientras el tambi�n se descargaba dentro de mi.

El polic�a se dejo caer de espalda en la cama, como la macana
ya no me tenia sujeto, me tire de espalda al piso y comenc� a pajearme; el buen
animal me comenz� a lamer la pinga y me hizo explotar sobre mi estomago, as� que
ah� mismo me sigui� limpiando, acerque mi cara y lami� la leche de su amo y mi
boca. Realmente fue una experiencia nueva, que me agrado bastante.

Una vez de pie, el polic�a se termino de vestir, puso la
hierba en su bolsillo.

- Todav�a falta algo para que no te lleve- como yo segu�a
acostado puso el animal sobre mi cara y me agrego- hay que limpiar al animal �
la verga del can todav�a chorreaba un poco as� que saqu� mi lengua y por primera
vez en mi vida prob� semen de un perro. Me resulto un tanto acre, no era
desagradable, pero me sigue gustando mas la humana.

Y as� tirado en el piso, vi como se iba, sin antes prometerme
volver. Me puse de pie, fui al placard, saque un sobre, me arme un porro y me lo
fum� a su salud.

Llegada la noche, los chicos llegaron con un invitado, era un
hombre robusto, pelado con barba candado, con piercings en sus cejas, nariz y
labios, en tanto sus orejas estaban llenas de argollas de plata. Media como un
metro noventa y tanto, puro m�sculo, sin un gramo de grasa; llevaba puesta una
sudadera negra y pantalones de jeans bien ajustados y gastados, que dejaban
adivinar un bulto considerable. Ni siquiera me dijeron buenas noches al entrar,
cuando Gerardo y V�ctor me llevaron a la rastra a la cama, me pusieron boca
abajo con la mordaza. Sinceramente no comprend�a por que me hab�an llevado de
ese modo, a la fuerza me di vuelta y ah� a los pies se hallaba erguido este
sujeto que tenia el torso desnudo dejando ver que desde el cuello hacia abajo
tenia tatuado el rostro de un drag�n cuyos cuernos segu�an por su espalda.

Las orejas del monstruo finalizaban en la extensi�n de sus
brazos musculados, las pupilas de sus ojos eran las tetillas atravesadas de
aros, la punta de la nariz el ombligo, y su boca abierta dejaba ver una lengua
que empezaba en el pubis. Cuando se bajo los pantalones, dejo ver que la punta
terminaba en un enorme miembro dormido lleno de tachas, se lo tom� con la mano
derecha llena de anillos y comenz� a pajearlo para ponerlo a punto. Mis ojos no
se apartaban de esa lengua de drag�n que se mostraba gigante, quer�a gritar para
pedir ayuda pero la mordaza me lo imped�a, las venas se hinchaban cada vez mas
entre sus dedos, los anillos de sus dedos chocaban contra los piercings que se
hab�a colocado alrededor de ese miembro alucinante. Los chicos me hab�an atado
en cruz a la cama y cada uno me agarro de las piernas y me las separaron dejando
mi ano totalmente sin defensa. Los ojos de mi verdugo brillaban de azules que
eran, con su mano izquierda levanto mi culo, lo miro y de sus labios comenz� a
salir un chorro enorme de saliva que cayo entre mis huevos y mi agujero, con la
otra mano me lubricaba y me met�a los dedos hasta los anillos, caus�ndome dolor,
otro chorro mas de saliva y sus dedos ya se deslizaban sin problemas. Trate de
relajarme pero cada tanto el dolor me lo imped�a.

Comenz� a frotar su verga por sobre mis bolas y mi raja,
haci�ndome sentir cada tacha y cada vez que quer�a cerrar las piernas, los
chicos me lo imped�an. Sonri� y apoyo la cabeza en la entrada de mi culo,
escupi� una vez mas justo en el blanco y empujo su pedazo de carne que apenas
entraba, mi coraz�n bombeaba como loco, mi cuerpo se contrajo y sent�a que las
venas de mi cuello se hinchaban. Lance un grito ahogado. Los chicos me ve�an con
cara de susto, en tanto la punta del glande se habr�a paso dentro de mi, pod�a
sentirlo como una estaca, como si me estuvieran empalando. La saco un poco
escupi� otra vez y me pego en las nalgas, luego me apret� los huevos y me dijo;

- Ac� el que manda soy yo, nadie hace lo que yo no quiero y
ahora te voy a coger hasta que te mueras de placer-

Me asust� tanto que si no hubiera sido por la mordaza el
coraz�n se habr�a salido por la boca. Mis l�grimas comenzaron a brotar y los
chicos tambi�n lloraban. Ahora si por �ltima vez, puso la cabeza de su pija
sobre mi ano y empuj� todo de una vez. Lo ultimo que recuerdo es ver el reloj en
la pared que marcaban las veinte treinta horas, antes de desmayarme. Cuando me
despert� hab�an pasado como treinta minutos, mi cuerpo se mov�a al ritmo que le
daba cada embestida.

En mi boca hab�a semen, como as� tambi�n sobre mi nariz,
ment�n y sobre uno de mis ojos; los chicos me explicaron luego que el drag�n les
orden� pajearse sobre mi cara para reanimarme, as� que se pusieron cada uno a mi
lado y derramaron su n�ctar sobre mi. Ya no ten�a ni la mordaza ni estaba atado,
ahora mi cuerpo disfrutaba de esa pija monumental que lo hac�a retorcer con cada
embestida. Las tachas entraban y sal�an y era como si arrancaran un pedazo de mi
culo a la vez. En tanto que sus manos acariciaban mis muslos, apret�ndolos cada
tanto hasta que escuchaba mis gritos.

Por un momento me sent� como si tuviera nueve a�os y fuera mi
profesor el que me cog�a; fue as� que empec� a mover mi cadera acopl�ndome a su
vaiv�n, tratando de cerrar los esf�nteres.

vamos.

cintura y lo penetr� con toda su furia. Yo estiraba la lengua
para poder paladear esa pija y ese culo que tanto amaba, mientras mis manos
trataba de acariciar las piernas de los chicos. Mi garcha estaba dura otra vez y
golpeaba mi est�mago una y otra vez, mientras la lengua del drag�n revolv�a mi
interior.

De repente, me tomo de la cintura y me deslizo levant�ndome.
sus anillos quedaron impresos sobre mi piel.

- Que lindas tetas, mmmm- dec�a lami�ndose los labios, en
tanto que a medida que me iba acercando a su torso, me escup�a unos gargajos que
se deslizaban por mi pecho. Acerco su lengua que tambi�n tenia un piercing y
lam�a mis tetillas, como si estuviera hambriento de d�as, hasta que me mordi� y
el dolor provoco que se me escapara la leche que tenia guardada. Lo abrace como
pude y mis piernas lo rodeaban. El me sub�a y me bajaba y su estoque llegaba
hasta lo mas profundo, haciendo que tuviera un orgasmo anal terrible.

- Tengo que mear , vamos al ba�o � durante todo el camino no
dejaba de escupirme y cada mano se turnaba para pegarme en los gl�teos, cada
tanto pasaba un dedo por mi culo para sentir como estaba su pija bien adentro y
sonre�a. Los chicos ven�an detr�s.

Me puso en la ba�era, mi culo se quedo vac�o, pero bien
abierto. Apunt� a mi cara y un chorro de orina cayo sobre mi pelo, les mando a
los chicos que hicieran lo mismo y a mi que abriera la boca, como me negu�, me
tomo de los pelos y me dio un cachetazo que me aturdi�. Obedec� y el meo de los
tres me inundaba, pod�a sentir su gusto, me dijo que lo tragara pero era tanto
que bastante se sal�a por entre mis labios. Yo tambi�n empec� a mear con un
chorro como una fuente. Ahora estaba ba�ado con esa lluvia dorada, tibia y
salada a la vez.

La piel me picaba por la orina que se iba secando, me hizo
poner en cuatro para que chupara la pija a mis dos amores, y les advirti� que no
podr�an acabar, mientras tanto el se puso de cuclillas en el borde de la ba�era.
Algo caliente cayo de golpe sobre mi espalda, estaba cagando sobre mi, y con la
misma mierda escribi� en mi espalda "Soy puto", mientras no paraba de re�rse. El
olor era impresionante y ya casi no lo aguantaba ni �l mismo as� que abri� la
ducha y empez� a lavarme. De reojo ve�a que el agua corr�a color marr�n, pero
como estaba tibia mis m�sculos se relajaban; con un suave masaje pasaba el
jab�n, yo no hab�a dejado de mamar a los chicos que se conten�an de no llenarme,
pero que se acariciaban y se besaban entre si.

- Hay que limpiar bien todo- dijo y comenz� a ponerme la
pastilla de jab�n dentro de mi agujero haci�ndome arder las lastimaduras. Cuando
lo met�a lo empujaba con sus dedos para que entrara aun mas. Tambi�n embarduno
la esponja y me la fue metiendo despacio, sus aristas me provocaban piel de
gallina. Luego la saco muy suavemente para que pudiera gozar aun mas. La ultima
vez que el jab�n sali�, me lo meti� otra vez y me dec�a que lo sacara r�pido de
modo que me parec�a cojerme, provoc�ndome un orgasmo anal.

Cerr� la llave del agua y le dijo a Gerardo que se acostara
sobre el piso del ba�o, me levant� y me puso sobre �l y V�ctor se puso detr�s.

- Enti�rrensela los dos y acaben adentro- le mando. Gerardo
me la meti� primero y como mi culo estaba enjabonado la de V�ctor entro sin
problemas. Una sonrisa de felicidad broto en mi, al sentir a mis machos dentro
m�o otra vez, hasta que sent� un cachetazo que dejo los anillos del drag�n
tatuados en mi mejilla.

- Ahora mamamela - me agarro de los pelos, mi cabeza estaba
hacia atr�s, abr� la boca y me puso su pit�n dentro, las tachas chocaban contra
mis dientes y su glande llego hasta mis am�gdalas, empez� a cogerme por la boca.
Mi garganta a duras penas se abri� mas que de costumbre. Se me saltaban las
lagrimas y me daban arcadas, pero tener ese pedazo de carne en mi boca val�a la
pena.

Una y otra vez empujaba mas y mas tirandome cada vez mas de
los cabellos, los chicos hab�an a bombear cada vez mas r�pido y estaban a punto
de terminar y cuando el Drag�n dio la orden todos me llenaron con sus jugos mas
exquisitos. Mi culo chorreaba y mi traquea estaba inundada de ese liquido espeso
que sal�a de ese animal humano que estaba delante de mi. Sent�a ese pene
glorioso bombeaba su mas preciado tesoro mientras sus bolas pegaban en mi
ment�n. Me solt� pero mantuve su animalito dentro m�o un instante mas, me pego
en la cabeza para que lo soltara y lo hice suavemente. Una vez afuera un hilo de
leche y saliva un�a mi boca con su glande.

- No puedo m�s � les dije y me dej� caer.

Los chicos me levantaron y me pusieron en el sill�n, me dol�a
todo el cuerpo, me trajeron un vaso de g�isqui con hielo y me armaron un
porrito. El Drag�n me dijo que me hab�a portado bien, y que cuando tuviera mucho
hambre de algo especial iba a volver y as� se despidi�.

Mas tarde, cuando estaba en la cama con mis dos amores, me
dijeron cuanto me amaban y agradecieron que haya cumplido con la apuesta como
hab�amos acordado. Antes de dormirme del todo V�ctor me susurr� al o�do:

- Te hicimos trampa-

Epilogo

Luego de ese d�a Hugo volvi� muchas veces inclusive con un
compa�ero que luego seria su pareja, pero esa es otra historia. Si te gustaron
mis relatos, escr�beme la direcci�n de correo que aparece en el relato y te
contare eso y como mi profesor particular me ense�o a amar a los hombres y si
quieres v�tame, gracias, espero tus cartas.

Deckard