SOY�
Por: Georgina Machorro.
Ua puta, una perra� peor que eso pues las putas cobran y las
perras solo cogen cuando est�n en celo. Pero yo, que me revuelco con los hombres
que se me ponen enfrente, sin importar su aspecto, su procedencia, solo que
tengan una buena verga y que est�n dispuestos a darme por el culo y la boca
cuando yo se los demande. Eso s�, las medidas deben de ser mayores al t�rmino
medio; nada de juguetes de ni�o. Solo acepto aquellas de m�s de 18 cent�metros
de largo. Si, ya s� que son escasas pero siempre encuentro las suficientes para
mi placer. �Ah!, otra condici�n: resistencia, aguante, capacidad para m�nimo
tres coitos. Gran cantidad de semen, mecos, leche, esperma o como quieras
llamarlo.
No hay nada mejor para m� que recibir abundantes descargas en
mi boca y en mi culo. Que me dejen llenos mis intestinos, que est� escurriendo
ese n�ctar entre mis muslos tiempo despu�s de que mi o mis amantes se fueron.
Que me quede el sabor de ese fluido por horas. �Madre, Madre! Que hijo tan puto
diste a luz. Que hija tan puta te honra cada vez que me cogen.
Porque han de saber que soy as� a causa de mi madre (no digo
que por culpa de mi madre). Ella me orill� a que tomara el camino de la
homosexualidad y el travestismo, cosa que de verdad se lo agradezco, pues el ser
como soy me ha proporcionado muchos, tal vez demasiados, momentos de placer;
excepci�n hecha del que voy a narrarles, que despu�s de todo, y visto a la
distancia, tambi�n me proporcion� placer, otro clase de placer. Paso a
cont�rselos:
Javier es uno de mis amantes frecuentes, cumple los
requisitos que les exijo a mis parejas sexuales y, en algunos aspectos, los
excede. Alto, m�s que yo, fornido sin ser obeso, velludo y con un aroma natural
que me excita (como a manzanas verdes). Y su miembro; �ah, su miembro! Eso es lo
que m�s excede de los requisitos que pido. Mide, creanlo o no: �veinticinco
cent�metros en erecci�n!, �diecisiete cent�metros de circunferencia! Un
verdadero garrote, aunque no arroja mucha leche, pero se compensa con el placer
que me proporciona, pues llega a durar mas de media hora cogiendo antes de la
primera eyaculaci�n. Algunas veces me ha sangrado de tanto roce, pero me deja
m�s que satisfecha. Pero vamos a la historia: resulta que me llam� por tel�fono
para concertar una cita y preguntarme que si pod�a llevar a unos amigos, que
estaban mas o menos de su f�sico y que ten�an ganas de conocerme pues le hab�a
comentado de mi forma magistral de fornicar. A quien le dan pan que llore; de
inmediato acept� y me puse a prepararme para la visita. Como me considero una
buena anfitriona, prepar� unos bocadillos y unas botellas de licor y refrescos
para ofrecerles a mis futuras v�ctimas.
Llegaron en pocos minutos y les invit� de lo que ten�a
preparado. Eran tres chicos adem�s de Javier, y efectivamente, todos parec�an
cortados con la misma tijera: altos, fuertes, velludos. Iban vestidos de jeans y
camisas de manga corta, lo que les permit�a lucir sus velludos y musculosos
brazos. Y adem�s, por el tipo de pantalones, les resaltaba el "paquete" de una
manera muy estimulante.
Estuvimos disfrutando de las bebidas y la comida un rato.
Para esto d�jenme decirles que yo, como la mayor parte del tiempo, estaba
vestida de una manera muy provocativa, pues me gusta lucir mis piernas y
resaltar mis pechos. Esa ocasi�n me puse un vestido muy primaveral, sin mangas,
muy corto y sin medias. Unas zapatillas de "tiritas" o cintas y alto tac�n de 10
cent�metros. Me maquill� muy al natural y solo resaltaban mis labios y u�as de
pies y manos con un rojo fuego muy llamativo. De interiores solo me puse una
tanga peque��sima que apenas alcanzaba a cubrir mi peque�o atributo, y resaltaba
mis sensuales nalgas. Mis pechos estaban sueltos en el vestido y como
afortunadamente a�n est�n firmes, no requieren de ning�n soporte.
Al paso del tiempo y de las bebidas, el ambiente se fue
caldeando, las frases ya eran abiertamente atrevidas y los muchachos, incluido
Javier, se hab�an quitado las camisas.
Si hay algo que me pone a mil, es acariciar un torso de
hombre velludo, mordisquearle las tetillas y sentir en mis labios los vellos que
las rodean. Ya uno de ellos, me estaba acariciando las piernas, otro los senos,
otro se estaba masturbando y Javier solo estaba mirando, observando como un
director de escena.
Yo ya estaba hirviendo, mi ansioso culo y mi obscena boca ya
estaban ansiosos de sentir ese trozo de carne palpitante que tanto placer me
dan. Javier, que ya me conoce en cuanto a mis reacciones, supo que ya era tiempo
de pasar a las acciones m�s directas. Se adelant� a la rec�mara, esparci�
condones y lubricantes, se desnud� y regres� por nosotros a la estancia.
Ni lentos ni perezosos, mis nuevos amigos se desplazaron a la
rec�mara y fueron tirando sus ropas en el camino. Cuando entr� vi el m�s
incre�ble espect�culo que una ninf�mana como yo ha visto jam�s: �cuatro
espl�ndidas vergas completamente erectas me esperaban en la cama!, �todas a mi
disposici�n!, �todas para mi placer! El solo verlas casi me provoca un orgasmo.
No sab�a a cual ir primero pues eran todas verdaderos ejemplares de virilidad.
Dando preferencia a la que ya conoc�a, me acerqu� a la de Javier y tom�ndola
entre mis manos, la empec� a besar. Como al hacer este movimiento mi grupa qued�
levantada, uno de los muchachos se acerc� por detr�s y haciendo a un lado la
tirita de la tanga, comenz� a besar y lamer mi culo, y metiendo su lengua lo m�s
lejos que pod�a. Esto, aunado a la mamada que le estaba dando a Javier, me
sobreestimul� y tuve mi primer orgasmo. En la pausa que hice para saborearlo,
dej� de mamar la verga de Javier, cosa que �l aprovech� para dejarle el lugar a
otro de los muchachos. En tanto el muchacho que me estaba lamiendo el culo le
dej� el lugar al otro que ya tra�a puesto un cond�n e intent� meterme su gruesa
verga. Como era demasiado gruesa, tom� un tubo de lubricante y con sus dedos me
lo aplic� en el interior y en el borde de mi ano. La verga del chico que estaba
mamando, apenas si me cab�a en la boca, pues tambi�n era m�s gruesa que la de
Javier, as� que tuve que hacer un esfuerzo para poder tragar aunque fuera un
peque�o trozo de su glande. Como en ese momento afloj� tambi�n mi esf�nter, la
verga del chico que ten�a en mis nalgas, entr� un poco. No importa cu�n
acostumbrada est� una a recibir vergas gruesas, grandes en su culo. Siempre la
primera metida del d�a duele. Y esa no fue la excepci�n, al momento de gritar,
la verga del muchacho que estaba intentando mamar se introdujo casi hasta la
mitad en mi boca. Me sent�a ahogar. Sin embargo, la cogida que el otro chico me
empez� a dar, distrajo esa sensaci�n y me apliqu� a disfrutar las embestidas que
me estaban dando por detr�s. Si alguien que me est� leyendo ha pasado por esto,
sabr� la clase de placer indescriptible que se siente al tener tus orificios
sexuales (en mi caso boca y culo), invadidos por miembros de ese tama�o. Sientes
que te est�s elevando, que el placer puede ser infinito, que est�s en el
para�so. No quieres que eso termine.
Para esto, el otro chico y Javier se estaban besando y
acariciando a un lado de nosotros, lo que exacerbaba el placer que sent�amos.
Sus vergas en plenitud, eran recorridas por sus manos, y en un momento dado, se
acomodaron en la posici�n sesenta y nueve y se dieron placer oral uno al otro.
Mis dos caballeros estaban ya altamente excitados, el que me
estaba dando por el culo, entraba y sal�a ya completamente, desviando la
punter�a en ocasiones y tratando de hacer otro orificio en mi perineo; al que se
la estaba mamando, gem�a de una manera verdaderamente er�tica, lo que hac�a que
yo me excitara aun m�s y mamara con m�s fruici�n la portentosa verga.
No pudo soportar m�s el muchacho al que se la estaba mamando
y se vino en un torrente de c�lida crema, inundando mi boca y mi garganta. Con
trabajos deglut� su descarga y entonces me apliqu� a darle y recibir placer del
gara��n a mis espaldas.
Poniendo a trabajar mi esf�nter, daba ligeros apretones a la
verga que entraba y sal�a ya descompasadamente. Los sincronic� para que el
apret�n fuera al tiempo de que recorr�a hacia fuera, para obtener mayor
sensaci�n. Desafortunadamente, el chico no soport� mucho tiempo esto y clavando
hasta el fondo su verga, descarg� tremenda cantidad de esperma.
Javier y el otro, estaban en completo �xtasis d�ndose placer
mutuamente. Era altamente er�tico ver como sus vergas desaparec�an en la boca
del otro. No pudiendo contenerme, me lanc� como verdadera bacante a lamer y
morder el culo de Javier, metiendo mi lengua en su orificio lo m�s que pod�a.
Como la boca del chico que estaba con �l quedaba cerca de esta acci�n, lo besaba
y le pasaba algo del sabor del culo de Javier. Los chicos que me hab�an cogido,
ya estaban reponi�ndose y siguieron tomando y comiendo. Javier y el chico que
estaban en la felaci�n, tuvieron su orgasmo y se quedaron un poco de tiempo sin
moverse, pero siguiendo el ejemplo de los otros, fueron a dar cuenta de las
bebidas y los bocadillos. Yo aprovech� para asearme un poco y retocar mi
maquillaje. Hasta ese momento me di cuenta de que estaba vestida completamente,
incluso la tanga que solo hab�an hecho a un lado.
Regres� a la estancia, donde los chicos estaban tomando y
comiendo en abundancia y los vi un poco mas achispados, pero no me preocup� pues
imagin� que pod�an hacerlo sin descontrolarse. Ese fue mi error. En cuanto me
sent� a acompa�arlos, comenzaron a decirme de cosas agresivas aludiendo a mi
preferencia sexual. Cosas como: -Bien nos dijo Javier que eras un puto caliente,
que no te llenabas por m�s verga que te dieran. Dijo uno. -Que mamas como
becerro y que te tragas toda la leche; coment� otro. -Pues a m� me parece que
eres m�s vieja que puto, porque: �d�nde est� tu verga? No te la he visto; dijo
el otro chico. -Ya d�jenla, dijo Javier. Ya est�n borrachos, o se calman o los
saco a los tres. -Est� bien Javier, dijo uno de ellos; solo brome�bamos. Pero
estas palabras no correspondieron a la realidad, pues uno de ellos se abalanz�
sobre m� y me desgarr� el vestido dej�ndome solo con la tanga y los zapatos. Me
empez� a besar los senos, mordi�ndome los pezones de una manera brusca y
dolorosa. Yo le grit� que se calmara y le ped�a a Javier que lo separara de m�.
Pero Javier estaba como hipnotizado viendo lo que el muchacho me estaba haciendo
y no dec�a ni una palabra. Otro de los muchachos se acomod� tras de m� y sent�a
su verga que trataba de penetrarme. Esto estaba pasando estando los tres (los
dos chicos y yo) de pi�, as� que me lastimaba con los empellones que me estaba
dando el chico que estaba tras de m�. El que me estaba mamando las tetas, se dio
cuenta que no pod�a penetrarme el otro muchacho, y tom�ndome de los cabellos
hizo que me agachara para facilitarle las cosas al que intentaba penetrarme y
para que me metiera su verga en la boca.
Ya en esa posici�n, la verga de mi atacante entr� con
relativa facilidad, y la que estaba mamando se deslizaba por mi boca hasta la
garganta, haciendo que tuviera arcadas pues tocaba mi glotis. El ataque de mi
penetrador estaba haci�ndose violento, pero debido a la verga que ten�a metida
en mi boca, no pod�a pedir que me dejaran, o que por lo menos lo hiciera menos
violentamente, as� que tuve que soportar esa violaci�n.
Para esto, el otro de los muchachos que hab�a llevado Javier,
pasaba su verga por mi cuerpo, embarr�ndome de su l�quido preseminal. �Y Javier?
Javier estaba en estado semi catat�nico y como que no comprend�a que estaba
pasando. Despu�s supe que lo hab�an drogado y que tambi�n a �l lo violaron
repetidas ocasiones.
La violenta penetraci�n que estaba sufriendo, no me permit�a
pensar en nada m�s que en que se cansaran pronto los atacantes, para que me
dejaran en paz. �Cuan equivocada estaba!, pues debido a que hab�an inhalado
coca�na, estaban bastante estimulados. Me trataron hacer que yo tambi�n
inhalara, cosa que lograron a medias, pues si me alcanz� a estimular la poca
cantidad que inhal�, y empec� a responder a sus ataques de una manera m�s
participativa.
En realidad, debido a la droga no me daba cuenta cabal de lo
que estaba pasando, pues solo quer�a obtener el m�ximo de placer. Los chicos se
alternaban en mis orificios, y ya est�bamos tirados en el piso para facilitar
las cosas. En un momento dado, sent� que me penetraban dos vergas por el culo,
pero no pod�a discernir si era cierto o no, pero la sensaci�n era demasiado
potente. El efecto de la coca�na estaba pasando y me fui dando cuenta de lo que
estaba ocurriendo. Mi boca estaba lastimada de tanto trabajo oral y me dol�an
las mand�bulas. Siempre ten�a al menos una verga metida en ella, pero el mayor
tiempo estaban dos, que aunque no completamente metidas, sus glandes si estaban
aposentados en mi boca. El culo me comenz� a doler y ca� en cuenta que estaba
hecho una papilla, y que sangraba abundantemente. Esto no les importaba a mis
violadores pues se daban sus "pases" de coca�na frecuentemente. Y continuaban
atac�ndome, uno tras otro, una y otra vez.
No se cuanto tiempo transcurri� durante esta violaci�n, pero
lleg� un momento en que ya no sent�a ning�n dolor, solo un cansancio que invad�a
todo mi cuerpo, que me ped�a dormir, dormir, dormir. Pero las constantes
irrupciones en mi boca no me permit�an caer en el sue�o, pues cortaban mi
respiraci�n. Como fin de fiesta, me obligaron a colocarme encima de uno de
ellos, con su verga bien clavada en mi lastimado culo, mientras otro se
acomodaba entre mis nalgas y met�a su verga conjuntamente con la que ya estaba
bien metida, y el otro me sum�a profundamente su miembro en mi boca.
El dolor que sent� cuando se posesionaron de m� las dos
vergas, fue tal que grit� fuertemente. Javier en ese momento como que reaccion�
y trat� de quitarme de encima a mis violadores, pero uno de ellos (el que tenia
en mi boca), lo derrib� y lo empez� a violar. Debido al dolor que me atravesaba
debido a los dos miembros en mi ano, pude caer en un desmayo y no darme cuenta
de lo que siguieron haci�ndome; pero cuando despert� me di cuenta de lo
maltrecha que hab�a quedado. La boca me sab�a a semen rancio, la cara la sent�a
como almidonada de tantas veces que me eyacularon en ella, el pelo ni se diga:
pegajoso y escurri�ndome orina y semen. Mi cuerpo lacerado y adolorido y repleto
de moretones. Uno de mis pezones sangrando y casi desprendido.
Pero la parte mas da�ada era mi culo. De ser una de las
partes que m�s placer me hab�a proporcionado, en ese momento era un centro de
dolor, de ah� part�an como rayos de dolor que atravesaban todo mi cuerpo. Las
piernas, adem�s de los hematomas que ten�an, me dol�an por el esfuerzo muscular
al que estuvieron sometidas; pues me obligaban a abrirlas completamente y a
cabalgarlos, as� como a colocarme a horcajadas haciendo esfuerzo de resorte. Vi
a Javier sobre el piso: de su culo manaba una mezcla de semen, sangre y mierda,
la que desped�a un olor bastante desagradable. Estaba boca abajo y al voltearlo,
me di cuenta de que tambi�n a �l lo hab�an violado por la boca, pues de sus
labios escurr�a una hebra de semen. De mi culo brotaba tambi�n una mezcla de
sangre y semen que escurr�a entre mis muslos. Normalmente, sentir que me
escurr�a semen de entre las nalgas me provoca una rica sensaci�n, pero en ese
momento sent�a que me quemaba al dejar su rastro. Casi arrastr�ndome llegu� al
ba�o, pues poco pod�a sostenerme en pie. Abr� las llaves del jacuzzi y dej� que
se llenara de agua, en tanto me limpiaba con papel sanitario las plastas de
semen y sangre que cubr�an gran parte de mi cuerpo. Levant� a Javier y como pude
lo llev� a la tina y me met� junto con �l. El masaje de agua nos reanim� un poco
y pude preguntarle que porqu� hab�a llevado a esos tipos, dici�ndome que los
hab�a conocido en un bar hac�a tiempo y que charlando es que supieron que Javier
era el amante de un puto, o sea mi amante, y que los putos cogen mejor que las
mujeres, por lo que lo convencieron de que los llevara conmigo, cosa que as�
pas�.
Tard� como una semana en recuperarme de esa violaci�n,
quedando otra vez en condiciones de poder dedicarme a mi pasatiempo favorito:
SER PUTA.
Georgina Machorro.
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