ANTES DE LAS VACACIONES: EL JUEGO DE UN "HACKER"
Soy Daniel, Vicky para los amigos. Ya os cont� mi inesperado
regreso de las vacaciones. Pienso que os gustar� saber m�s cosas de mi y de mis
correr�as, siempre muy morbosillas. A veces le doy un poco de noveler�a a los
relatos, pero son siempre historias reales que he vivido, lo que pasa es que
procuro no desvelar las personas que me pasan por la piedra, incluso las que me
han hecho cosas a la fuerza. Por ejemplo, si cuento que es un taxista y que se
llama Nico, una de las dos cosas no es verdad. En el caso de esa historia era
verdad la primera, pero no el nombre. Al rev�s, Groni s� que se llama as� (es un
diminutivo) pero no es polaco� En fin, la historia no cambia y no les descubro
ante quienes puedan leer estos relatos y conocerles.
Bueno, os voy a contar cosas de un poco antes. Avanzado el
mes de julio me faltaban ya pocos d�as para salir a mis anheladas vacaciones de
cada verano en Portugal. El s�bado viajar�a en tren hasta Lisboa, donde llegar�a
temprano y me estar�an esperando algunos de mis amigos portugueses. A partir de
ese momento recorrer�amos las playas hasta el Algarbe y como siempre yo, Vicky,
ser�a la mujercita del grupo, la boquita y el culito siempre dispuestos para
aplacar cualquier calent�n. �Y vaya grupo! Dos docenas de "moteros" con mucho
m�sculo, mucho cuero, buenas pollas (algunas enormes) y salidos como monos en
cualquier momento. Yo voy siempre de "paquete" con el que me digan y me excita
ponerme mi "uniforme" de hembra sobre la piel desnuda: la cazadora de cuero, un
peque��simo tanga de cuero y botas de tac�n hasta las rodillas.
Con el casco puesto la gente cree que soy una mujer y me pone
a cien ver c�mo los conductores de los coches me miran las muslos y las nalgas
mientras voy bien abrazado a mi "motero" de turno. Bueno, de pensar en las
vacaciones ya me pon�a cachondo o cachonda como me gusta decir, porque me gusta
hablar de m� en femenino cuando estoy caliente. El d�a de la historia yo acababa
de depilarme en el sal�n de belleza de una amiga (mujer de verdad) que lo hace
estupendamente. Tengo muy poquito vello, pero me lo quitan del todo para poder
vestir (exhibirme mejor) a mi gusto durante las vacaciones. Me sent�a estupendo,
sin un pelo en las piernas, ni en las ingles, el vientre, el pecho, bajo los
brazos� Mi amiga me hab�a dejado una especie de cola de conejito en el pubis, a
juego con mi polla, m�s bien peque�a. Y me hab�a quitado hasta el �ltimo pelito
entre las nalgas, dej�ndome el culito de un ni�o.
Me sent�a atractiva y caliente. La verdad es que hac�a mucho
calor en Madrid esos d�as, pero mi calor era por dentro. Llevaba unos shorts
super cortitos y super ce�idos, como a mi gustan, que dejan ver la curva de las
nalgas con los muslos y con la cintura a media cadera para ense�ar la tripita
plana y suave. En la calle estaba un peque�o descapotable que me hab�a dejado un
amigo, abr� la capota, me sent� al volante y decid� quitarme la camiseta,
quedarme s�lo con los shorts. Cuando arranqu� me gust� sentir que el aire me
agitaba el pelo, que lo llevaba un poco largo. Entr� en la M30 y me excit� ver
la de conductores de camiones y coches que miraban mi cuerpo casi desnudo.
Algunos empezaron a decirme guarradas, como tres t�os que iban en una furgoneta
y que se pusieron a mi lado un buen rato. Sent� los pezones tiesos de
excitaci�n.
Sal� de la M30 pensando que los de la furgoneta me seguir�an
para follarme, pero no lo hicieron y los perd� de vista. Al poco, notaba las
caras internas de los muslos tan calientes que me par� junto a la acera en el
primer sitio que pude hacerlo. Estaba en una calle paralela a la Albufera, en el
puente de Vallecas. Un chico joven, guapo, muy musculoso, vestido con vaqueros y
camisa abierta por el pecho, me miraba con cara de cachondeo. "Joder, el coche
es guapo", me dijo. "�Quieres dar una vuelta?", le pregunt�. No esper� a que
insistiera, se sent� de un salto en el asiento junto al m�o y me dijo
alegremente: "Ya lo creo. Venga, arranca, que no s� como te atreves a meterte
por aqu� dando ese cante, con lo bueno que est�s maric�n".
Arranqu� y le pregunte por d�nde me met�a. Siguiendo sus
instrucciones a los pocos minutos est�bamos en una zona de un gran descampado
entre bloques en construcci�n. Par�. "Hola, me llamo Daniel, Vicky para los
amigos". Se ech� a reir: "Te pega m�s lo de Vicky. Yo me llamo Alberto y me
parece que voy a tener un calent�n contigo" y me puso una mano entre las ingles
mientras con la otra me agarraba un pez�n y lo estrujaba con fuerza. Me puse de
nuevo muy excitado. "Oye, le dije, que nos van a ver desde las obras". "Lo que
van a ver es la mamada que me vas a hacer ahora mismo y el revolc�n que te voy a
dar. A lo mejor se animan y se ponen en cola".
Mientras lo dec�a se sac� la polla, ya tiesa, del pantal�n y
me llev� la cabeza hacia ella. En cuanto la tuvo dentro de mi boca empez� a
moverse como si estuviera follando mientras me manten�a la cabeza sujeta contra
�l. La punta de la polla me golpeaba la garganta con fuerza y yo not� ya entre
mis nalgas el ardor de que mi culito se estaba calentando y deseando ser
penetrado. De pronto sac� la polla de mi boca, aguant�ndose a duras penas la
corrida. Sali� del coche y me hizo salir, con manos ansiosas me desabroch� las
shorts y los hizo caer a los pies. Yo no llevaba ropa interior, ni siquiera un
tanga, me dio la vuelta y me hizo apoyarme en el coche con el culo en pompa y
las piernas abiertas, me escupi� en el agujero, lo dilat� un poco con los dedos
y me penetr� de un solo golpe, de forma salvaje, hasta aplastar sus huevos en
mis nalgas.
La follada fue intensa y r�pida y enseguida not� los chorros
de semen entrando en mis intestinos mientras mi inesperado ligue gru��a de
satisfacci�n. Al oir ruido levant� la cabeza y pude ver que un grupo de obreros,
de la obra m�s pr�xima, se hab�an acercado y miraban con excitaci�n la escena.
"Oye, chaval, deja algo para los dem�s", dijo uno de ellos. Alberto, ri�ndose,
sac� de mi culo la polla, mientras chorros de semen me escurr�an desde el
agujero hacia los muslos. "Yo ya voy servido. Ahora la maricona toda para
vosotros", dijo. "Venga, vamos a la obra, que all� nos lo podemos trabajar sin
cortes", a�adi� otro de los obreros.
Todos caminos hacia el edificio en construcci�n. Yo desnudo,
todav�a temblando de placer por la follada de Alberto, el grupo de obreros,
alrededor de catorce o quince, y Alberto dispuesto a gozar el espect�culo.
Dentro de la obra me llevaron a una habitaci�n que ya ten�a puesto el suelo de
azulejos y me di cuenta que algunos ya se hab�an sacado las pollas. El que
parec�a llevar la voz cantante, un tipo grand�n, con cara muy viril y manos
enormes, me cogi� y me puso de pie de cara a la pared. Levant� mis brazos por
encima de mi cabeza y me sujet� las dos manos con una suya, mientras notaba los
dedos de la otra hurgando en mi culo. "Joder, chaval, lo has dejado bien lleno
de leche. Le van a entrar f�cil las pollas". Me embisti� con fuerza y empez� a
sacar y meter la polla como una taladradora mientras mis gemidos de d�lar
excitaban m�s y m�s a los que esperaban.
De pronto me separ� de la pared sin sacar el rabo y me hizo
doblarme para que otro t�o me clavase su polla en la boca. Me siguieron follando
los dos haciendo toda la fuerza que pod�an para penetrarme. Cuando los dos se
corrieron dentro de m�, otros dos pasaron a ocupar mi boca y mi culo, y as�
pareja tras pareja. Ten�a ya el culo tan dilatado que las pollas entraban sin
esfuerzo y mis gemidos de dolor eran porque algunas pollas eran demasiado largas
y me hac�a da�o dentro. Alberto miraba la escena paje�ndose y muerto de risa.
Cuando todos terminaron (algunos me follaron varias veces) el
primero se volvi� hacia Alberto: "Venga, chaval, ahora te toca a ti rematar" y
me hizo ponerme de rodillas. Alberto acerc� su polla a mi cara y me grito:
"Venga maric�n abre bien la boca". Lo hice y empez� a mear dentro de mi boca
entre las risotadas de todo el grupo, mientras uno de los obreros hac�a fotos
con una peque�a c�mara digital. Luego, Alberto, de nuevo con la polla tiesa, me
hizo echarme boca arriba en el suelo y dos obreros me levantaron las piernas muy
abiertas para que Alberto me follara de nuevo mientras el de la c�mara segu�a
tirando fotos.
Ah� termin� todo� por ese d�a. Luego me enter� de que Alberto
estaba compinchado con los t�os de la obra y que lo que hab�a hecho conmigo ese
d�a ya lo hab�a hecho antes con otros maricas, desde el ligue, la follada en el
descampado y luego la gran follada dentro de la obra. Me llevaron al sitio que
ten�an para ducharme y me lav� como pude. Luego fui con Alberto hasta el coche,
me puse los shorts, y me di cuenta de que llevaba la c�mara de fotos en la mano.
"�Es tuya?", le pregunt�. "S�, y creo que has salido estupenda Vicky, toda una
puta de primera".
Luego, mientras volv�amos ya a la Albufera (�me di cuenta de
que hab�an pasado casi seis horas!), me dijo que mirase en una determinada
direcci�n de Internet para verme, y a�adi�: "Es una direcci�n de pago, pero si
no vienes ma�ana a mediod�a a recogerme al mismo sitio para ir a otra fiesta las
colgar� en la parte gratis, que las ve todo el mundo". "�Otra vez con todos
estos t�os?". "No t�o, me dijo, lo de hoy ha sido un aperitivo para ver c�mo
funcionabas. Ahora ya se que te podemos hacer de todo. Ya puedes ir preparando
bien ese co�o de zorra calentona que tienes entre las nalgas". Y con un alegre
risa me cogi� por la cintura y con la otra mano me retorci� entre sus dedos un
pez�n. "Oye, como te use mucho tiempo vas a acabar dando leche por las tetas, ya
ver�s", dijo mientras saltaba del coche y se desped�a con la mano. En ese
momento yo a�n no sab�a todo lo que me faltaba por conocer de Alberto, un
"hacker" obsesionado por explorar todas las crueldades del sexo.
(seguir�)