Contin�en escribiendo a:
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Como ya les cont� antes, fui sometida por mis dos jefes a
mantener sexo con ellos a cambio de un aumento. Aunque la situaci�n fue
excitante y placentera, su perpetuaci�n y el rumbo que tom� hicieron del gozo
algo constante pero sumiso.
Suelo cumplir mi horario, al igual que mi compa�era, a
rajatabla, lo que responde a una cantidad de trabajo considerable y la gratuidad
de las horas extras. Dir�n que mi mirada sobre toda esta situaci�n es demasiado
monetaria, pero es que la situaci�n actual es bastante complicada en ese
aspecto.
At�picamente, sali� un trabajo importante y nos ofrecieron, a
mi compa�era y a mi, trabajar el fin de semana a cambio de un dinero bastante
importante, una oportunidad irrechazable. No hab�a razones para sospechar, ya
que ambas sab�amos que el trabajo era real y que ser�a imposible realizarlo
dentro de las horas normales de trabajo. Aceptamos.
Nadia (mi compa�era) es 10 cm. M�s alta que Yo, tiene un pelo
negro muy largo y enrulado, es delgadita, sin mucha teta pero con un culo que
coincide con su contextura. Unas piernas largas y una cinturita envidiable.
Por si no se acuerdan de mi, mido 1.65, peso 63 kilos, pelo
casta�o claro largo, ojos verdes, 100 con el detalle de unos pezones grandes y
oscuros, 64, 95.
Mis jefes: Walter es de mi estatura, contextura mediana,
parece t�mido pero con Fernando se vuelve incre�blemente zarpado. Su miembro es
gordito y mediano, que se diferencia del de Fernando que es largo y delgado,
quiz�s porque este es m�s alto. Lo que me gusta de Fer es su barba y su pelo
casi siempre despeinado.
A pesar de que ni Yo ni Nadia hicimos comentario alguno sobre
lo que hab�a pasado la vez anterior, inconscientemente coincidimos en vestirnos
lo menos provocativas posible, a fin de evitar la tentaci�n de nuestros jefes
sobre nuestros cuerpos. Remeras holgados, joggings y zapatillas fueron nuestro
uniforme del fin de semana, pero no pudimos evitar la ropa interior de encaje,
que no era perceptible por ellos, pero nos daba cierta comodidad.
Cuando llegamos a la oficina, nos encontramos previamente
para sentirnos mas fuertes, nuestros jefes ya estaban ah�. Sobre nuestros
escritorios estaban los papeles referentes al trabajo que deb�amos realizar y
una cantidad de paquetes, cerrados con tarjetitas que dec�an: Ropa de trabajo,
Para la cena, Para la Noche y Para toda la vida.
Sin tocarlos, nos dirigimos a la oficina de los jefes y les
hicimos saber que ya hab�amos llegado.
- �Vieron los paquetes sobre sus escritorios? � Pregunt� el
divorciado
- Si � Respondimos t�midamente y al un�sono
- Bien. �Qu� opinan? � Pregunt� el divorciado nuevamente, el
casado s�lo clavaba su mirada en nuestros ojos, tetas y partes bajas.
- No los abrimos � respond� apresuradamente
- Que Pena!!! � Dijo el casado � Nadia tra�, por favor, los
que dicen "Ropa de Trabajo".
Nadia sali� de la oficina y regres� con los dos paquetes en
la mano. A su regreso, Walter (el casado) y Fernando (el divorciado) se hab�an
puesto de pie, el casado frente a mi y el otro esperaba a Nadia para ponerse
frente a ella. Respiramos aliviadas cuando vimos que estaban vestidos de pies a
cabeza, no quer�amos repetir lo vivido.
- Pero che!!! No nos saludamos � Dijo Walter
Nos tomaron de la cintura a cada una y nos besaron
profundamente. Sus lenguas jugaron dentro de nuestras bocas por largo rato,
parec�a interminable, mientras las manos recorr�an zonas indiscretas de nuestros
cuerpos. En un cruce de miradas con mi compa�era, comprendimos que ser�a un
largo fin de semana.
Luego hubo un enroque de posiciones y mi boca era invadida
por la lengua de Fernando, cuyas manos eran menos delicadas pero m�s fuertes.
Entre el apriete, pude sentir como el miembro largo y delgado de Fernando se
entumec�a... CONFIRMADO, SERIA UN LARGO FIN DE SEMANA.
El beso termin� y se escuch� un: "ahora ustedes", a lo que
Nadia y Yo respondimos con un r�pido piquito. Mis jefes reprocharon la acci�n
con una nalgada a cada una. Nos besamos m�s cari�osamente, pero sin intromisi�n
de lengua. Ahora fueron dos nalgadas.
- Queremos que repitan lo que les hicimos pero entre ustedes
� Dijo Walter
Obedecimos. Mi lengua fue la primera entrometida y su mano
fue directo a mi pez�n, era todo muy lento, ya que no est�bamos acostumbradas a
estas situaciones. Una nalgada a cada una nos acerco, nos miramos a los ojos y
dimos todo de nosotras para evitar otro castigo.
- Queremos que se quiten la ropa mutuamente � Dijo Fernando,
mientras se acariciaba el miembro por encima del pantal�n. Los dos estaban al
palo a esas alturas.
Con fuerza le quit� toda la ropa a Nadia, hasta dejarla s�lo
en bombacha, una colaless transparente que era pr�cticamente lo mismo que nada.
Ella opt� por la suavidad y quit� mi remera primero, mis zapatillas despu�s y mi
jogging. Masaje� un poco mis tetas, ya que Walter se lo pidi� con la mirada y me
quit� el corpi�o. Mi tanga roja de encaje ten�a sectores m�s oscuros, donde se
hac�a evidente mi mojadura.
Nos manosearon a full y nos dijeron: "p�nganse lo que est� en
el paquete". �Se imaginan lo que hab�a dentro del paquete? Ropa de Porno Shop:
Dos conjuntos de puro encaje, con la bombacha con agujero a la altura de la
rajita y el corpi�o con agujero en los pezones.
- Esa ropa van a llevar todo el d�a � Dijo Walter
- Y est�n atentas a nuestros llamados � Dijo Fernando
Amagamos con salir de la oficina, pero nos detuvieron.
Fernando se sent� en su silla, me hizo sentarme sobre �l, previo apuntar su
largo y delgado miembro a mi conchita, puso delante de m� el teclado de la
computadora y comenz� a dictarme una nota mientras me hac�a cabalgarlo, cada
error era una nalgada. Nadia fue invitada a hacer un llamado telef�nico con el
tubo de Walter pero fue recompensada con una comida de su conchita que parec�a
ser excelente pues sus gemidos no cesaban.
Antes de acabar, Fernando me hizo reclinar sobre el
escritorio y arremeti� ferozmente desde atr�s hacia mi cuerpo y vaci� el
contenido de su miembro en mi espalda, mientras que Walter hac�a lo mismo en el
pecho de Nadia. Lejos de haber concluido el trabajo, esto reci�n empezaba
(Continuar�...)