Al llegar al r�o ya estaba todo el mundo en el agua. Me
acerqu� a Ana y le cont� mi conversaci�n con Salva y la respuesta de este. Ella,
en vez de apoyar mi decisi�n, empez� a calificarme de ego�sta y manipulador, y
de haber decidido por los dos. En condiciones normales esa reacci�n de mi novia
me hubiera dejado hundido por un buen rato, sin embargo, ese d�a todo era
distinto. En vez de quedarme s�lo en la orilla, pensativo y triste, me acerqu�
al grupo que estaba jugando a la pelota en el agua y me un� a ellos.
En el agua el tiempo volaba, y pronto fue la hora de cenar.
Tras la bronca de la playa, Ana segu�a distante. Charlaba con el resto de las
chicas en el tono que usan las mujeres para hacerte sentir culpable;
confidencias al o�do, alguna frase en voz alta sobre la prepotencia del hombre,
comentarios acerca da la autosuficiencia femenina, risas forzadas,... La
situaci�n era sumamente desagradable; deseaba estar lejos de all� y no escuchar
las chiquilladas de un pu�ado de chismosas que a buen seguro me estaban poniendo
a caldo. En ese momento, un grupo encabezado por Jose propuso ir a la ribera del
r�o con las guitarras y a ver las estrellas. No era lo que esperaba de una
primera noche de acampada, pero cualquier cosa era buena antes que seguir
soportando a esas j�venes arp�as. Como era de esperar, la mayor�a opt� por poner
las radios y montar una fiesta en la acampada, por lo que s�lo los siete con los
que hab�a estado jugando esa tarde, Jos� y yo nos fuimos al r�o.
La charla iba amuerm�ndose poco a poco; tantas estrellas y
tantas canciones de campamento alrededor de una hoguera tienen un l�mite. Cuando
en la guitarra empezaron a sonar baladas y canciones del tipo "ella no me quiere
y miro el mar azul" mi paciencia hab�a sobrepasado todos los l�mites deseables.
- vamos a ba�arnos � dije impulsado por el aburrimiento. Se
ve que no era el �nico en sentir desesperaci�n, pues casi todos se sumaron a mi
propuesta ante la impotencia de Jose que, en vano, intentaba convencernos de la
hermosura de una balada a la luz de las estrellas.
- de acuerdo � dijo nuestro monitor � pero no os vay�is
muy lejos.
Eso significaba que no pensaba ba�arse, lo cual no dejaba de
ser un inconveniente, pues, por aquello de ser nuestro responsable, tan pronto
se aburriera, nos insistir�a en volver con el resto del grupo para ver la cara
larga de Ana. No nos quedaba m�s opci�n que convencerlo. Ante nuestra
insistencia accedi� a darse un ba�o cortito.
Comenz�bamos a entrar en el agua cuando nos volvi� a parar
Jose.
No s� vosotros, pero lo suyo es ba�arse en bolas � dijo
mientras se quitaba el pantal�n.
Es lo que todos est�bamos deseando y, por respeto hacia Jose,
no nos atrev�amos a proponer, por lo que la propuesta fue un�nimemente aceptada.
A mis ojos se mostraba todo un cat�logo de pollas que intentaba no mirar, pero
que la luz del fuego me mostraba con total claridad. Enmarcadas por el cerco
blanco de la silueta del ba�ador resaltaban en la oscuridad de la noche. Pollas
grandes y peque�as, morenas y claras, con el glande cubierto y operadas, con
mucho vello y casi lampi�as; huevos enormes y peque�os, algunos colgando y otros
subidos; ese espect�culo me volvi� a recordar la excitaci�n de la tarde y a
ponerme cachondo. Jose y su hermano, un chico m�s peque�o que nosotros en el que
casi no hab�a reparado hasta ahora, fueron los primeros en entrar corriendo en
el agua, por lo que escaparon de mi examen. Al entrar en el r�o descubrimos que
el agua no estaba tan fr�a como se pod�a esperar. Comenzamos a jugar en el agua,
si bien al principio se rehu�a el estar muy cercas unos de otros. Poco a poco
fuimos venciendo el pudor inicial y a acercarnos. Jose entonces propuso una
carrera y mantear a quien perdiera. EL primero en ser manteado fue Jorge, el
hermano de Jose. Al cogerlo para mantearlo descubr� un cuerpo joven, muy joven,
m�s de ni�o que de joven, aunque una incipiente mata de vello rubio cubr�a su
pubis. H�bilmente me situ� a la altura de sus caderas para poder observarlo
bien. Jose, enfrente de m�, no le quitaba el ojo de encima. La siguiente carrera
la perdi� Jose, que intent� zafarse del castigo. In�til prop�sito. Volv� a
situarme en mi lugar favorito para observar (en este caso con el morbo de la
comparaci�n con Salva). Intento fallido, pues se decidi� mantearlo boca abajo.
Intent� que mis manos se deslizaran bajo su cuerpo para intentar tocar sus
genitales, pero la presencia de mis compa�eros me cohibi�. Al caer al agua
intent� vengarse de nosotros y darnos una ahogadilla; l�gicamente me dej�
atrapar.
No s� si era mi imaginaci�n, recalentada por lo que hab�a
pasado por la tarde, o si fue real, pero me dio la impresi�n de que Jose estaba
excitado; lo que s� s� es que per hundirme bajo el agua una de sus manos las
llev� a mi entrepierna. Pronto comenzamos a tener fr�o en el agua, por lo que
volvimos a la orilla a secarnos con el fuego que aun permanec�a encendido. El
ba�o s�lo hab�a conseguido ponerme a cien por lo que prefer� secarme dando
carreritas y saltos en la orilla. Al poco se me uni� Jorge y comenzamos a
charlar:
- �Porqu� no te has quedado con Ana? - me pregunt�
Le cont� por encima la discusi�n mientras pase�bamos
�Tienes novia?- la pregunt�. Me contest� que no, que aun
no hab�a estado con ninguna chica.
Nuestro paseo nos hab�a alejado del grupo, por lo que le
propuse volver. �l me contest� que primero quer�a preguntarme algo de hombre a
hombre
- �t� tienes firmosis? � me pregunt� a bocajarro.
� se dice fimosis y no, no tengo que operarme. �Porqu�?
- es que en el cole nos han dicho que tenemos que ir al
m�dico para averiguarlo, y me da corte.
Sol�citamente me prest� a ayudarlo:
b�jate el pellejo todo lo que puedas
El prepucio se desliz� sin problemas.
- �Cu�nto baja cuando te empalmas?
- No tanto
- Pero cu�nto
- No s�, un poco. �Cu�nto es lo normal?
- Lo normal, no lo s�. , pero a mi no me baja del todo y
nunca he tenido problemas
Viendo que dudaba en preguntarme algo le dije:
- ens��ame c�mo la tienes o si prefieres te ense�o c�mo
se me pone a ver si t� eres igual
- Prefiero que no me mires, soy muy vergonzoso.
Comenc� a acariciarme y pronto mi polla luc�a en todo su
esplendor. Jorge se qued� callado. Le pregunt� si la suya era as�. �m�s o menos-
respondi� t�midamente. Le pregunt� qu� significaba ese m�s o menos, y como no
supo responder le ped� que me la ense�ara.
- Mira, t� me est�s viendo empalmado y no pasa nada, es
algo natural.
Consegu� convencerlo y empez� a magrearse la polla hasta
empalmarse. Parece mentira que un cuerpo tan joven encerrara semejante rabo.
- Vuelve a bajarte el pellejo- le dije. Comenz� a
asomarse t�midamente el capullo fuera de su funda. � S�lo baja esto-
respondi�- si lo bajo m�s, duele.
- Con tu edad me pasaba lo mismo, pero ahora, mira- dije
dejando el glande al descubierto. Y me puse a contarle todo aquello de que hay
que bajarlo poco a poco y lavarse, etc. -�quieres que te ense�e como?- fui a
tocarlo, pero me dijo que prefer�a ver c�mo lo hac�a yo, as� que nos sentamos y
empec� a masturbarme. Antes de que no pudiera parar me fren� y le dije: - ahora
t�- .Su reacci�n no me la pod�a esperar. Interpret� la orden de forma literal y
me cogi� la polla. Con la torpeza del principiante empez� a masturbarme de forma
acelerada. Le dije que fuera m�s despacio, pues, al menos en teor�a, era una
demostraci�n de un ejercicio terap�utico. As�, as� ten�a que hacerlo; y si
notaba que costaba trabajo bajarlo m�s, que lo humedeciera con saliva. Siguiendo
mis ense�anzas se inclin� y lami� la punta de mi polla. �Est� dulce- coment�. En
ese momento record� que en mis �ltimos descubrimientos er�ticos no hab�a probado
las sensaciones de practicar una felaci�n. Mir� la entrepierna de mi pupilo y
observ� que segu�a empalmado. Le ped� que parara, que le demostrar�a c�mo se
deb�a hacer. Me aferr� a su polla y sin esperar me la met� en la boca. Pod�a
notar el sabor dulce del que tanto hab�a o�do hablar. Fui aumentando el ritmo de
la mamada hasta que se corri� en mi boca. Sin embargo, hab�a sido muy breve y no
me hab�a dado tiempo de saborearlo, por lo que continu� chupando. La polla del
ni�o segu�a dura como una barra de hierro, as� que continu� mi obra. Decid�
frenar un poco y comenc� a besarle los huevos y met�rmelos en la boca. En ese
momento una pregunta de Jorge me hizo volver a la realidad de mi clase de
anatom�a.
-�t� crees que podr� follar sin que me duela?
- No lo s�, tendr�s que arriesgarte cuando llegue el momento-
dije incorpor�ndome mientras me limpiaba los restos de semen de mi cara
- �Para esto no tienes ning�n ejercicio? � dijo
maliciosamente mir�ndome a los ojos
Comprend� lo que el ni�o me propon�a, pero me parec�a
demasiado para un solo d�a. S�lo pensar en el dolor que dicen que se siente. Sin
embargo, acudi� a mi mente el intenso placer que experiment� en la tienda y
acced�
Iba a ponerme de espaldas, pero �l me dio la vuelta y me puso
frente a �l. Me levant� una pierna y empez� a acariciarme el culo con
delicadeza. Se inclin� y me bes� la polla para seguir bajando con sus labios por
el escroto hasta llegar al culo. Me lam�a suavemente pero con firmeza mientras
yo notaba mi esf�nter abri�ndose poco a poco. Hab�a ca�do como un pardillo en
los tent�culos de un seductor de 14 a�os, pero no me importaba. Me meti� la
lengua con una sabidur�a inusitada para tan peque�a edad. - �f�llame por favor,
f�llame! � le dije. Mi polla goteaba abundantemente. Recogi� un poco de l�quido
y me lo unt� en el culo, apunt� su polla, y comenz� a met�rmela con delicadeza
hasta que estuvo dentro del todo. Con cada sacudida sent�a fuego dentro de m�,
que se iba convirtiendo en deliciosa sensaci�n de calor. De pronto se par� en
seco y sin sacarla meti� dos dedos m�s en mi culo.
Cre� reventar, pero en cuanto me acostumbr� lee ped� m�s.
Entonces sac� los dedos y empez� a bombear con violencia. De lo m�s profundo de
m� sent� salir el chorro de semen que se verti� por mi pecho y casi al mismo
tiempo Jorge se corr�a de nuevo dentro de m�. Cuando yo cre�a que ya se hab�a
acabado todo, mi experto amante empez� a limpiarme con la lengua el semen de mi
pecho de mi vientre de mi pubis y a lamerme la polla hasta conseguir volver a
pon�rmela dura. �Ahora me toca a m�- dijo tumb�ndose en la tierra. Intent�
repetir sus movimientos, pero �l me fren� �cada uno debe tener su propio estilo-
dijo moviendo su lampi�o y redondo culo.
Le di un lamet�n y al estar tan cerca observ� que ante m� no
ten�a un agujero peque�o y cerrado, sino un hueco bien dilatado, formado sin
duda a costa de muchas otras pollas inocentes como la m�a que ca�an en el enga�o
de aquel sensual adolescente con cuerpo de ni�o. Tan magnifica visi�n me hizo
actuar de forma salvaje, ponerlo a cuatro patas y meterle la polla de golpe
mientras le meneaba la polla con las dos manos estruj�ndosela. Cuando sent� que
estaba terminando la saqu� bruscamente y me fui delante de �l para correrme en
su cara. Poco despu�s se corr�a por tercera vez, esta vez en la arena.
Desconcertado, me puse en pie y ech� a andar hacia el lugar
donde hab�amos dejado al grupo y pensando en el extra�o cambio que Jorge hab�a
dado en los �ltimos minutos. Al poco ya me hab�a alcanzado Jorge y caminaba
junto a m�, hablando y comport�ndose de nuevo de la misma forma que en nuestro
paseo de ida; como un ni�o inocente, hablando de chiquilladas e intercalando
saltos en medio del paseo.
Aceler� el paso para evitar volver a verme envuelto en sus
perversas redes y su charla ambigua mientras �l hablaba de f�tbol, series de
televisi�n y problemas en los estudios. Cuando est�bamos a menos de 10 metros
del resto de nuestros compa�eros de ba�o nocturno, me dijo de sopet�n: - mi
hermano no es tan bueno como t� -. Aunque hubiera preferido no escucharlo,
aquella frase ambigua llen� mis o�dos de expectativas de pr�cticas extra�as
entre hermanos, y, por ende, entre Jose y yo.