Relato: Recuerdos de juventud Estaba por cumplir dieciocho a�os y todav�a me sent�a
confundido con mi sexualidad; en realidad sent�a una fuerte atracci�n por los
hombres, pero no aceptaba en mi yo interno que fuera homosexual.
Fui educado dentro de una l�nea sumamente conservadora, mi abuela paterna se
encarg� de ense�arme a "ser hombrecito", a no llorar, a no hacer esc�ndalos de
ni�a, a decir siempre la verdad y a ser fuerte en todos sentidos.....
eso no me gustaba... desde ni�o en la escuela me atra�an los ni�os, los m�s
guapitos y hasta el maestro de sexto a�o.... quiz� la formaci�n familiar
contribuy� para que las confusiones y miedos llenaran mi entendimiento. Sin
embargo, mi cuerpo, la naturaleza ten�an una voz m�s fuerte que todos los
valores morales que me hab�an sido inculcados. Yo buscaba sin cesar la luz que
me indicara cu�l era mi verdadera personalidad.... mis ojos buscaban
afanosamente en todas las personas y siempre se dirig�an a hombres guapos, bien
construidos, notables por su fuerza f�sica, por su apariencia general y por el
bulto de su entrepierna. Era una inclinaci�n que no pod�a controlar. No se diga
si ve�a yo deportistas en shorts, en camisetas sin mangas, hombres j�venes o
viejos que mostraran duras piernas velludas o axilas pilosas.....
bigotes, barbas cerradas, transpiraci�n fuerte..... esos espec�menes eran mi
punto de atracci�n.
En la �poca que menciono, se me present� la primera oportunidad en la vida de
viajar a otro pa�s y no era lejos de mi ciudad, viv�a yo en Monterrey, M�xico y
el viaje era por dos semanas a San Antonio, Texas, USA. Viaje� a visitar
familiares, algunos conocidos y otros no. Iba solo y un nuevo mundo se abr�a
para m�. Todo fue de maravilla. Mis parientes me invitaban a pasear, me llevaban
a lugares de recreo, me presentaban a otros familiares y amigos, personas que ni
siquiera supon�a que existieran.
A todo esto, yo estaba como hu�sped en casa de un t�o, hermano de mi padre, no
ten�a hijos y tanto �l como su esposa me trataban como un verdadero hijo, me
atend�an diligentemente y con mucho cari�o sincero. Ese trato afable me hizo
sentirme c�modo y en casa.
Mi t�o sugiri� hacer un viaje solos los tres; �l, mi t�a y yo a Galveston, Tx. a
la playa... no imagin� nunca cu�nto iba a agradecer a mis t�os este regalo que
cambi� mi vida.
Era el mes de agosto, el calor era insoportable, sin embrgo, yo me sal�a a
recorrer el sitio, era muy hermoso para mi gusto; la ciudad, la brisa del mar,
la gente, el paisaje en general y precisamente en uno de esos recorridos pas�
por un bar al aire libre y vi como un grupo de muchachos de mi edad y mayores
animadamente hac�an bromas y jugaban con la gente que pasaba, sanamente, sin
molestar a nadie.
Entre los integrantes de ese grupo destacaba un tipo muy especial que "me llen�
el ojo", era alto, moreno, musculoso, mas no marcado, brillantes ojos celestes,
barba partida, a pesr de su pantal�n se adevert�a un gran paquete y unas piernas
gruesas y firmes.... todo un ejemplar..... no pude neg�rmelo a m� mismo: ESE ERA
EL HOMBRE QUE ESTABA ESPERANDO para desatar la lujuria contenida, para ser
realmente yo, imagin� de pronto estar a solas con �l, desnudos los dos,
brillantes de sudor, h�medos y deseosos de pertenecernos.... mi imaginaci�n vol�
sin retirar mi vista de su ser, me qued� como en �xtasis.... era un adonis, un
modelo de macho.
Lo que me acab� de desmoronar fue que mi hombre se levant�, avanz� directamente
hacia m� con dos tarros de cerveza. Me qued� fr�o, a pesar de lo caliente que
estaba, seguramente puse una cara de tonto, que no es mi cara ordinaria.
Me pregunt� si pod�a acompa�arme en la mesa, acept�, se sent� a mi lado y
empezamos a platicar como si nos conoci�ramos de toda la vida... yo temblaba de
la emoci�n, una mezcla de angustia, miedo y gozo me invad�a totalmente. Esta
primera cerveza en mi vida fue lo que me dio el coraje suficiente para aventarme
a hacer lo que tanto deseaba.
�l, Gustavo, me cont� que compart�a un departamento con dos de los muchachos del
grupo, que no quedaba lejos y que en ese momento no hab�a nadie y sin considerar
mis temores y mis emociones me invit� a acompa�arlo,me dijo que no aceptaba que
me negara, porque mis ojos y mis temblores le dec�an las ganas que yo ten�a de
estar a solas con �l cogiendo y mamando.....
No tuve valor para negarme, saqu� fuerzas de flaqueza y le dije que nos
fueramos.
Apenas entramos al departamento y cerramos la puerta, Gustavo se desnud�
totalmente y me mstr� su enorme verga, dur�sima ya.... era una verga como las
que siempre me han gustado: gruesa, venuda, muy larga, cabezona y sin
circuncidar, adornada en la base con una rica bolsa que sosten�a dos bolas
duras, sus huevos eran hermosamente peludos y grandes.... una maravilla, un
portento de cabr�n.
Me ayudo a tomar la posici�n m�s c�moda para mamarle su dura tranca.....
me la hizo tragar casi comleta, aunque era dif�cil por su longitud... quiz� 22
cm. de carne dura y firme, palpitante, caliente.... yo estba casi
desfalleciendo....
pero no soltaba mi prenda.... con la mano sopesaba su escroto y sent�a el peso
de sus enormes huevos peludos..... fue fenomental esa rica mamada que le
propin�.
Minutos m�s tarde me tom� de la mano y me llev� a la alfombra, me hizo acostarme
boca arriba y me desnud�, me levant� las piernas y puso mis tobillos a los
costados de su cuello, me abri� un poco y mis tobillos quedaron sobre sus
hombros, llev� sus dedos a la boca, tom� abundante saliva, acarici� con ellos el
agujero de mi culo y luego con esa misma mano empez� a masturbar mi dura verga,
que a ese tiempo estaba a punto de explotar... era demasiada calentura para una
primera vez con alguien.... mientras tanto, apunt� su real tranca hacia mi culo
y empuj� firmemente.... no sent� dolor sino un placer extremo, un ardor interno
que me dec�a que esa era la experiencia que buscaba para identificarme conmigo
mismo..... goc� esa cogida como no imagin� que lo conseguir�a nunca.
Sentirme atravesado por una verga descomunal como aquella me elev� al cielo, me
sent�a muy bien.... el olor de aquel hombre, su fuerza, su peso contra m� me
pon�an a mil.... sent� cuando sus mecos salieron disparados hacia mi intestino,
calientes, abundantes.... fue toda una delicia. Estaba ensimismado, tanto que no
me percat� cuando su verga abandon� mi desflorado culo... me qued� en el suelo
agotado, echado sin aliento para nada, no sent�a mi cuerpo, era coo si flotara
en el aire, jam�s hab�a sentido tanto placer.
S�lo unos minutos y volv� en m�, en mi realidad y entonces me percat� que
Gustavo ya se hab�a vestido, me urg�a a vestirme yo para que me retirara, que
sus compa�eros estaban por regresar.
Me levant� vacilante, me vest�, mi verga segu�a dura..... empec� a vestirme y �l
me tom� por la tranca, se arrodill�, empez� a masturbarme, se meti� la cabezota
de mi verga en la boca y me hizo estallar en chorros de mecos calientes, los
engull� golsamente, se limpi� la boca y me dijo que mi el�xir era delicioso y
abundante, que sab�a muy rico.
As� fue la experiencia. Nos despedimos dentro del departamento, �l se qued�, yo
sal� y al doblar la esquina vi a sus compa�eros que al verme, intercambiaron
sonrisas y una frase que hasta mucho tiempo despu�s comprend�: "Lo que es �ste,
ya va bien ".
Ojal� este relato les haya gustado. Si alguien coincide conmigo en alguna
situaci�n o si les interesa que iniciemos una amistad, espero sus correos.
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO, JULI�N.
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Relato: Recuerdos de juventud
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