MI AMIGO MARCOS
(o LA PAJA DEL UROGALLO)
(Inspirado en hechos reales)
No fue ninguna inocentada, pero el
s�bado veintiocho de diciembre conoc� a Marcos de una forma curiosa que ya
contar� en otra ocasi�n. A d�a de hoy he tenido momentos muy morbosos con �l
aunque a�n no hemos llegado a un encuentro f�sico "total"�
Uno de esos momentos se produjo el s�bado pasado. Hab�amos
quedado para cenar en casa de unos amigos. Despu�s de la cena salimos por la
zona de El Carmen a tomar unas copas. Hac�a mucho fr�o (dec�an los telediarios
que est�bamos en plena ola de fr�o siberiano) y en un momento dado, saliendo de
ADN, le vi tiritando:
- Mira - me dijo, poniendo el dorso de su mano sobre mi cara
-, mira qu� fr�a. �Estoy helado!
- Toma - le dije -, ponte mis guantes.
- No, no� Da igual.
- Pero si los llevo en el bolsillo, nen - contest�,
sac�ndolos del bolsillo de mi parca -. Yo tolero bastante bien el fr�o, mira - y
repet� su gesto. En contraste con la calidez de mi mano, su cara estaba
congelada.
No tuve que insistirle mucho m�s. Desde ese momento llev�
puestos mis guantes.
La noche fue pasando entre risas, bailes y copas, y nosotros
�bamos haciendo la ronda por nuestros locales favoritos: ADN, Monalisa, Caf�
Deseo� A medida que avanzaban las horas, sus amigos se iban retirando a dormir.
Al final quedamos Marcos y yo solos, y decidimos entrar en Venial.
Eran las cinco de la ma�ana y la discoteca estaba a rebosar.
Empezamos a bailar un poco pero en seguida me cans�. La m�sica era demasiado
machacona para mi gusto y, adem�s, estaba deseando enrollarme con Marcos. Ni
durante la cena ni despu�s con su gente hab�amos tenido muchos gestos cari�osos
entre nosotros (pens� que no proced�a porque lo nuestro a�n no era algo oficial,
por lo que �l me hab�a presentado como un "amigo con posibilidades"), y yo
estaba loco por besarle y abrazarle ahora que ya no hab�a nadie por quien
tuvi�ramos que mantener las formas.
Fuimos al fondo de la discoteca, a una zona m�s tranquila
donde pudi�ramos charlar sentados en unas banquetas. Eran las cinco y veinte de
la ma�ana.
- Quedan m�s de dos horas para que cierren - le dije -. Me lo
he pasado muy bien con tus amigos, son gente maja, pero ahora que se han ido ya
puedo hacerte esto� - y, sin dejar de mirar sus bonitos ojos marrones, met� mis
manos por detr�s de su jersey y comenc� a acariciar su espalda con la punta de
mis dedos.
Marcos volv�a a temblar, pero ya no era de fr�o.
- Tienes la piel m�s suave que he tocado en mucho tiempo - le
susurr� -. Me encanta pasar las yemas de mis dedos por tu piel, nen�
Entonces le bes� y ya no nos soltamos. Nos besamos,
acariciamos, frotamos, rozamos y lamimos con pasi�n. En algunos momentos me
sentaba de espaldas a �l y apretaba mis nalgas contra su abultada entrepierna
mientras �l me abrazaba por detr�s; en otros era �l quien me excitaba
presionando c�lidamente con sus muslos mis genitales. Yo quer�a alargar el
momento de deseo, por lo que si notaba que el frotamiento nos llevaba a �l o a
m� al m�ximo placer, inmediatamente me deten�a durante unos minutos para bajar
el calent�n. Y luego volv�amos a empezar�
En un momento �lgido de excitaci�n, not�ndonos ambos
completamente empalmados, dieron las siete y media. Pararon la m�sica y las
luces se encendieron.
- �Hemos cerrado! - grit� una voz -. �Id saliendo, por favor!
- y nos echaron.
Como a�n no ten�a mi piso en condiciones y no quer�a que mi
primera vez con �l fuese de cualquier manera y sin "glamour" decidimos volver a
casa, en lugar de acabar en cualquier antro o pensi�n cutre haciendo de nuestro
primer encuentro un polvo furtivo y triste.
- M�ralo por el lado positivo - le dije con iron�a -, al no
haber acabado nos vamos calientes a casa. No vamos a notar casi el fr�o�
- Bueno - contest� Marcos, mir�ndome de reojo y con una media
sonrisa en la cara que dejaba ver los dos hoyuelos m�s hermosos de Valencia -,
pero quiz� cuando llegue a casa me haga una gayola para dormir tranquilo.
- Yo me la har� pensando en ti - le susurr� al o�do.
- �Y yo! - respondi�. Y me bes�, hundiendo su lengua en mi
boca. Yo respond� abraz�ndole y �l puso sus manos sobre mi culo.
- �Qu� durito! - dijo.
- Ahora mismo todo est� duro - repliqu�, y nos echamos a
re�r.
Pocos minutos despu�s dejaba a Marcos en su casa y pon�a
rumbo a la m�a. No quise coger el autob�s porque no viv�amos muy lejos, aunque
ten�a unos quince minutos de trayecto andando. Pero al poco de comenzar a andar
me arrepent�. El fr�o ahora era mucho m�s intenso que antes. Pens� en ponerme
los guantes pero se los hab�a quedado �l. "Joder, pens�, olvid� ped�rselos�".
As� que me encog� de hombros y con las manos en los bolsillos de mi abrigo segu�
andando en direcci�n a casa.
Estaba descubriendo que eso que se dice de que el momento m�s
fr�o de la noche es justo antes del amanecer es cierto. El cielo comenzaba a
ponerse a�il por oriente y yo caminaba deprisa, encorvado y con los pu�os
apretados en los bolsillos vac�os de la parka. Deb�a pensar en algo que me
ayudara a entrar en calor� y entonces empec� a pensar en Marcos.
Pens� en sus carnosos labios y en c�mo me gustaba com�rselos,
record� el sedoso tacto de su piel, su lengua en mi boca, su cuerpo contra el
m�o� y volv� a sentirme excitado. Not� la presi�n de mi erecci�n creciendo de
nuevo entre mis piernas� y entonces se me ocurri� una idea perversa.
En lugar de seguir rumbo directo a casa, decid� dar un
peque�o rodeo para pasar por una zona de calles estrechas menos transitada. Gir�
a la izquierda y cuando vi que la calle estaba desierta me quit� el chaquet�n y
lo dej� echado sobre mis hombros. Luego met� los pu�os vac�os en los bolsillos,
cerr� botones y cremallera hasta el cuello y me acopl� la braga hasta tapar
nariz y orejas. Aparentemente todo estaba igual que antes, pero mis manos ahora
estaba libres para actuar�
Por debajo de la ropa me baj� la cremallera del pantal�n. La
idea me hab�a excitado casi tanto como los sensuales besos de Marcos, y mi pene
erecto se iba frotando contra mi ropa a medida que crec�a. Al caminar procuraba
que mis muslos presionasen suavemente mi escroto, lo que me produc�a un ligero
placer en los test�culos. Not� que la tela abultada sobresal�a de la bragueta y,
agarr�ndome el paquete, la met� con la mano hacia adentro. Me hab�a puesto un
boxer ajustado de lycra, lo que aumentaba a�n m�s la sensaci�n de suavidad,
sobre todo en la punta mojada de mi pene, que hab�a empezado a frotar suavemente
con la palma de la mano�
Sal� de nuevo a la calle principal. De vez en cuando me
cruzaba con coches, autobuses y otros transe�ntes madrugadores o trasnochadores
como yo. Ellos no conoc�an el secreto que se ocultaba bajo mi abultado chaquet�n
y que no era otro que un grueso pene de 17 cent�metros, erecto, de cabeza rosada
y h�meda, y cuya venosa piel mi mano a�n fr�a deslizaba r�tmicamente arriba y
abajo�
"Oh, Marcos - pensaba mientras segu�a masturb�ndome en mitad
de la calle -, pronto este paquete ser� tuyo y el tuyo m�o, y daremos mucho
placer a nuestros cuerpos�", y recordaba su cara y su cuerpo y la tersura de su
piel, y c�mo me abrazaba por detr�s para poder apretar su paquete contra mi
culo�
Algunas personas con las que me cruzaba me miraban y no s� si
alguna de ellas pudo ver la lujuria reflejada en mis ojos. Estaba muy excitado y
me dej� llevar: con la mano izquierda me agarr� la polla mientras frotaba la
punta del capullo con la palma de la derecha o con la tela de la chaqueta,
disfrutando al m�ximo de las placenteras sensaciones producidas en el h�medo
capullo�
Faltaban dos calles para llegar a casa cuando no pude m�s. Me
apoy� en una esquina, me abr� totalmente la bragueta y (siempre por debajo de la
parka, que segu�a teniendo las mangas vac�as metidas en los bolsillos como la
cosa m�s natural del mundo) comenc� a pajearme con frenes�. Sent�a la necesidad
de correrme. Baj� la mano izquierda por los huevos hasta detener el dedo coraz�n
entre los test�culos y el ano y presion� en ese punto� la otra mano, mientras
tanto, continuaba su gozoso trabajo con extraordinario vigor�
Pens� en Marcos sensualmente desnudo en mi cama, bajo mi
cuerpo tambi�n desnudo, mientras le mord�a la nuca y lam�a su cuello, su
espalda, sus firmes gl�teos� pens� en lamer su ano y en penetrarle y volverle
loco de gozo antes de enloquecer yo� Apoyado en la esquina, mis m�sculos se
tensaron y chorros de semen comenzaron a brotar de mi interior con una fuerza
brutal. Apret� los dientes y cerr� con fuerza los ojos mientras pasaba la ola de
placer, no s� si alguien me vio en ese momento�
Dicen que el urogallo se queda unos segundos ciego y sordo
durante el cortejo nupcial. Esta podr�a ser la paja del urogallo.
Cuando hube terminado guard� la polla en el boxer, cerr� la
cremallera de la bragueta y puse rumbo a casa con las piernas a�n temblorosas
por la intensidad del orgasmo. Mi portal estaba en la calle paralela. Al entrar
y cerrar la puerta busqu� mi m�vil en el bolsillo interior de la chaqueta.
Hab�amos quedado en hacernos una llamada perdida para saber ambos cu�ndo se
hab�a corrido el otro. Vi que solo un minuto antes ten�a registrada su llamada
en la memoria del tel�fono. Sonre� c�mplice y le devolv� el toque.