Me llamo Carmen, tengo 28 a�os, estoy casada, soy de una familia muy rigurosa, mi madre es la que va a misa todos los dias, mi padre un se�or de los de antes, riguroso y sobre todo muy pulcro.

Cuando tenia 19 a�os conoci al que hoy en dia es mi marido, al vivir en una familia tan chapada a la antigua mis relaciones habian sido nulas, jamas me dejaron salir con ningun chico, solo una amiga intima, cuyos padres, por supuesto, eran tan severos como los mios, aunque ella era mas revelde.

De novios, solo unos besos, algunos toqueteos por encima de la ropa y a casa a dormir.

Por fin llego el gran dia para mis padres, su querida hija se casaba, un banquete digno de un rey, pocos amigos y toda la familia reunidos en un salon, musica y baile tradicional y sobre la una de la madrugada cada uno a su casa.

Mi ya marido y yo nos quedamos en un hotel, iba a ser nuestra primera noche, estaba temblando, cuando nos metimos en la cama su mano fue directamente a mi co�o, senti como un latigazo y cerre los ojos, el se puso encima, note como se metia dentro de mi daba unos golpes de cadera y algo me quemo dentro de mi, se habia corrido en apenas un minuto, pero pense que era lo normal.

Durante dos largos a�os mi vida sexual se limitaba a lo mismo, apenas un par de minutos se corria y se acababa todo.

Cuando tenia los 27, decidimos que era hora de comprar una casa, estuvimos buscando pero no nos decidiamos, encontramos una casa vieja, nuestros padres decidieron que la compraramos y por supuesto as� lo hicimos, pero teniamos que hacer obra, para lo cual decidieron llamar a un constructor que mis suegros conocian.

Cuando llego a casa me sorprendio su caracter, parecia serio, pero tenia algo que me llamaba la antencion, aunque no sabia que era.

Empezo la obra, mis visitas eran muy frecuentes, aunque el apenas iba por alli, yo me acercaba con la intencion de verle, pero mi educaci�n solo me permitia eso, verle, disfrutar de su compa�ia unos minutos y marcharme de nuevo.

Un dia me dijo que tenia que pasarme por una tienda de un pueblo de al lado, para ver el suelo y azulejo, tenia que elejir puesto tenian que empezar a colocarlo, se lo dije a mi marido y el no podia perder un dia de trabajo, se lo comente a mi amiga y ella decidio acompa�arme, pero no teniamos forma de ir, ella fue la que le dijo al constructor si podia acompa�arnos a la tienda, ya que al ser de un pueblo de al lado no sabiamos llegar.

Quedamos para el dia siguiente, todo normal, eleji lo que me gusto y de vuelta al pueblo, charlando de forma natural.

A los pocos dias de aquello, el fue a mi casa, al no espararle estaba limpiando y llevaba una minifalda que apenas me tapaba las piernas, aunque jamas me la pondria delante de mis padres, me gustaba andar comoda por casa, abri la puerta pensando que seria mi amiga, pero era el, llevaba unas muestras para ense�arme.

Su mirada hizo que me ruborizara, pasamos al salon y se sento en el sofa, miramos lo que traia y le dije si queria tomar un cafe, nos marchamos a la cocina y mientras que lo preparaba empezo el mayor y mejor cambio de mi vida.

--No te tomes esto a mal, pero estas preciosa.

Volvi a ruborizarme.

--Ni�a no es para tanto, supongo que te lo habran dicho un millon de veces.

--Nunca me lo han dicho, al menos como tu lo has hecho.

--Pues en este pueblo son ciegos o tontos.

-- o las dos cosas.

Tomamos el cafe y cuando se despidio me dio dos besos en la mejilla, los colores volvieron a mi cara de nuevo.

--olle, acaso tampoco se han despedido de ti con dos besos en la cara?

--si, mis padres, pero poco gente mas.

Cuando llego mi marido le dije que habia estado alli, que tenia que volver a la tienda, ya que habian llevado nuevo material, el me dijo lo mismo que antes, que no podia.

Al dia siguiente le llame, quedamos en que me recogiera y cuando me subi al coche le di la mano.

--que pasa con los besos?

--luego te los doy.

Cuando salimos del pueblo detuvo el coche, se acerco a mi cara y sus labios rozaron mi mejillas.

-- son los que me debias.

Volvio a seguir el camino mientras por mi mente pasaban mil cosas, pensaba que tal queria hacer el amor conmigo, pero por un minuto de placer no merecia la pena el riesgo.

Pero a la vuelta todo cambio, cuando salimos de su pueblo en direccion al mio la conversacion se desvio al tema sexual, por primera vez estaba hablando con un hombre de lo sexual y aunque al principio me senti incomoda, al rato me sentia a gusto, tan a gusto que le conte como hacia el amor, el me miro sorprendido.

--pero que me cuentas, eso no es hacer el amor, eso es desahogarse, auque solo hace el.

--pues para mi es lo normal.

-- lo normal es que disfrutes del sexo y que te sientas bien haciendolo.

--es que no disfruto?

-- no, solo te abres de piernas, te das beselina para que no te hago da�o y permites que el se corra sin que te de tiempo a mojarte.

--pero acaso no es lo normal?

Detuvo el coche en un camino, abrio su puerta y se bajo, fue a mi lado e hizo que me bajara, abrio la puerta trasera y nos sentamos.

--Mira, quiero que me dejes hacerte unas cosas durante unos cinco minutos, a partir de hay prometo no hacer nada que tu no quieras hacer.

--pero que me va a hacer?

--solo acariciarte con mis manos.

--solo con tus manos?

--te lo prometo.

Me hizo tumbar con mi cabeza en sus muslos, sus manos recorrian mi espalda por encima de la ropa, llegaban a la nuca y la recorrian sin apretar, solo caricia, luego bajaban de nuevo, primero solo hasta mi cintura, pero despues llegaban a mis gluteos, sus dedos no dejaban de moverse, algo empezo a despertar en mi cuerpo, no deseaba que parara, me hizo dar la vuelta y su mano se metio entre mi ropa, le pare, pero el insistio y me deje hacer, sus dedos llegaron a mis pechos, la caricia por encima del sujetador me hizo estremecer, metio sus dedos y su mano acaricio mis pechos, cuando bajo su mano rozando mi cuerpo desnudo un gemido salio de mi garganta, llego a mis pantalones y empezo a meter su mano, desabrocho el boton y la cremallera fue bajando lentamente, volvi a sujetar su mano.

--noo, por hay no.

--metela tu, comprueba si estas mojada.

Meti mi mano y comprobe que estaba mojada.

--Esto es la primera vez que me ocurre.

El apoyo su mano sobre la mia, sus dedos rozaron mi sexo y la caricia me hizo gemir mas rapido, separo mis dedos y los suyos empezaron una caricia que hizo empezar a mover mis caderas para sentirlo mejor.

De pronto un placer inmenso recorrio mi cuerpo, de mi boca salieron unos gemidos que no crei eran mios.

--esto es solo el principio, ahora depende de ti, quieres que sigamos?

--depende, quiero que me digas lo que vas a hacer.

--te voy a quitar la ropa, te voy a besar, voy a recorrer con mi boca todo tu cuerpo, solo te voy a dar placer con mis manos y mi boca.

--sera como ha sido ahora?

--sera mucho mejor.

-- vale

Su boca se junto a la mia, mi lengua salio a su encuentro mientras sus manos me desnudaban, sin prisa, con delicadeza, acariciando mientras me quitaba las prendas de mi cuerpo, cuando me quito el sujetador, su boca fue a mis pechos, los mordio y mis manos sujetaron su cabeza, siguio bajando sin dejar de besar y lamer, mis pantalones fueron bajados a la vez que su cuerpo bajaba, cuando su boca llego a mi sexo, fue como cruzar el umbral de un mundo con otro, el placer inundo mi cuerpo, estubo lamiendo hasta que senti como me corria otra vez, la segunda corrida de mi vida en apenas quince minutos, siguio con su lengua, el placer no se iba de mi cuerpo, cuando empezo a subir de nuevo tire de el hacia arriba y le bese como jamas habia besado, con fuerza, mis manos sobre su cara le apretaban hasta hacerle da�o.

-- te ha gustado?

--siiiiiiiiiiiiiiii, mucho.

--quieres que repita?

--si, tu boca es una maravilla,,,,

Pero el movil sono, le llamaban de la obra, nos bestimos sin dejar de besarnos, nos marchamos quedando para el dia siguiente.

Quedamos en mi casa, le recibi con la misma prenda que llevaba la primera vez, pero esta vez sabia que seria diferente, cuando cerre la puerta le bese con fuerza, le abrace y nos fuimos al sofa, su mano se metio entre mis piernas, aparto la prenda y sus dedos empezaron con caricias, fue bajando y su boca llego de nuevo a mi sexo, me lo estuvo comiendo hasta que me corri, despues siguio con los dedos, los metia dentro de mi dandome un placer distinto al que acababa de sentir.

--Hoy sera tu primera lecci�n de como disfrutar y hacer disfrutar del sexo.

Bajo su pantalon y su polla aperecio ante mi, me tumbe en el sofa esperando que el se pusiera encima, pero no lo hizo, se sento e hizo que apoyara la cabeza entre sus piernas, tenia su polla a unos centimetros de mi cara.

--ahora te toca a ti darme placer.

Acerco su polla a mi boca, pero cerre los labios.

--no, eso me va a dar asco.

--tranquila, sera tu la que desee hacerlo.

Sus dedos fueron a mi sexo, empezo con caricias, mi placer aumento, acerco su polla a mi boca, cada gemido que daba el rozaba mis labios con ella, a los pocos minutos me empece a correr de nuevo, abri la boca para dejar salir mis gemidos y su polla se metio dentro, no la saque, mi lengua la recorria mientras yo me corria, cuando termino mi corrida me la meti de golpe, me llego a la garganta, el empezo a gemir mientras sus manos acariciaban mi nuca, mi lengua la recorria de arriba hacia abajo y de pronto note un liquido salir, me aparte y vi como se corria sobre mi cara, cuando termino de salir liquido volvi a meterla de nuevo en mi boca mientras sus dedos recogian su semen de mi cara y lo llevaban a mi boca, empece a tragar sin dejar de chupar, estaba como loca, tanto que tuvo que decirme que parara.

La saque de mi boca pero no deje de besarla y acariciarla, note como volvia a poner dura de nuevo y volvi a meterla hasta mi garganta, retiro mi cabeza, se levanto y mis piernas fueron colocadas sobre el brazo del sofa, me rozaba mi sexo con el suyo mientras yo movia mis caderas, sin avisar me la metio de golpe, un guejido salio de mi garganta y la saco muy despacio, volvio a meterla pero esta vez suavemente, ya no hubo da�o, fue todo placer, estuvimos haciendolo durante horas, yo encima, de lado, por detras, estaba loca de placer, cuando se iba a correr la sacaba y cambiabamos de postura.

Cuando se iba a correr hizo girar mi cuerpo y quedamos en un 69, me lo comio mientras se corria, pero esta vez dentro de mi boca, trague su semen y segui chupando hasta no dejar nada.

Desnudos fuimos a la cocina, hicimos cafe y me sente encima de el.

--eres maravilloso, lo sabes.

--te ha gustado?

--mucho, pero el tonto de mi marido no sabe lo que se pierde.

--ense�ale.

--si le digo hacer algo de lo que acabamos de hacer, se separa de mi.

Al estar sentada encima de el, notaba como su polla tomaba vigor, baje mi mano y la acarie, le bese mientras me la metia de nuevo, otra nueva postura, sentada en sus piernas no le costo nada meterla hasta el fondo de mi cuerpo.

--quieres que hagamos algo nuevo?

--si, ense�ame

Retiro todo lo de mesa, me hizo tumbar encima, apoyo mis piernas en sus hombros y su polla se metio de nuevo dentro de mi, sus dedos fueron a mi culo, la caricia me gusto, metio un dedo muy despacio sin dejar de bombear mi co�o, despues otro dedo mas fue a mi culo, saco su polla de mi y rozo con ella mi culo.

--no, por hay no, me haras da�o.

--me crees capaz de hacerte da�o?

No respondi, su forma de decirlo y su mirada me decian que no, que aquel hombre jamas me haria da�o y me deje hacer, su punta entro de mi culo y fue apretanto hasta que toda estuvo dentro, su caricia sobre mis pechos hizo que fuera yo quien apretara para sentirla mucho mas dentro de mi, empezo a golpear con fuerza, notaba su polla dentro mi mucho mas que en mi sexo, no se el tiempo que estuvimos, pero fue mucho, su semen inundo mi culo y me gusto, me gusto sentirle dentro de mi, el hombre que me habia ense�ado todo sobre el sexo estaba dentro de mi y no queria dejarle salir.

Desde ese dia sigo siendo la mojigata que necesita baselina para hacerlo con el marido y la que disfruta del sexo con el, cuando decidi tener un hijo, queria que fuera de mi marido, el empezo a tomar precauciones, me quede embarazada y se que es de mi marido, desde entonces tomo anticonceptivos y difruto casi a diario de la persona que me ense�o que el sexo lo llevamos dentro.

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