Tanto �l como ella eran de mediana estatura, �l moreno, de
semblante agradable ; ella en cambio despuntaba con m�s br�o en el terreno
f�sico, una cara de ni�a adornada por una imponente cabellera casta�a ondulada
que le llegaba hasta la cintura, adem�s de una cadera que sin ser exagerada era
terriblemente sensual; y si a ello le a�adimos un par de turgentes pechos y el
hecho de su innata coqueter�a en el vestir y provocar al personal, pues siempre
iba con un bot�n desabrochado de m�s o con una minifalda ajustada, compensaba de
buen grado su no exagerada estatura. Ambos desde hac�a tiempo ten�an una gran
amiga, que podr�a ser denominada como "la amiga de la familia", una se�ora
separada con una cincuentena de a�os a sus espaldas pero que contrarrestaba con
un talante juvenil y una ropa igualmente de fresca.

Esta se�ora, Mar�a, hac�a en parte de confidente de la
pareja, por uno y otro lado, y podr�a ser considerada de ayuda su presencia si
no escondiese el verdadero objetivo de esa falsa amistad, que no era otro que el
enamoramiento que profesaba por Pablo.

Sin embargo la ilusi�n por poseerlo no pod�a durar
eternamente y en uno de esos encuentros conoci� a Antonio; ni que decir tiene
que la palabra amor no tiene cabida en esa relaci�n, si m�s no, denomin�mosle
necesidad fisiol�gica unida al cansancio de intentar poseer lo imposible. En ese
estado Mar�a se encontraba en inferioridad para poder discernir entre la
conveniencia de una y otra relaci�n.

Antonio, que no era manco de reflejos, se abalanz� ante esta
situaci�n con la intenci�n de sacar cuanta tajada pudiera del evento. Sacado de
un libro de picaresca del presente siglo, pose�a cualquier cualidad que un
elemento de su cala�a pod�a adquirir para su f�cil desenvolvimiento en la calle.

El barrio chino de la gran ciudad hab�a sido hasta la fecha,
y en secreto para Mar�a, su lugar de descanso; cocinero, camarero de l�gubres
bares de alterne, portero de cuchitriles musicales, as� iba tirando para llegar
al pago, con retraso por supuesto, de la humilde pensi�n, y para pagarse las
copas de brandy y los bocadillos que lo manten�an.

Pero eso si, tenia un don varonil que agradaba a las "damas",
era un hombre de cincuenta y poco m�s, fornido, con una media melena canosa y
una pelambrera en el pecho para echar para atr�s a la m�s atrevida; un don Juan
casposo , que por supuesto olfateaba de lejos a la viuda o separada necesitada
de vaciarse el monedero.

La tal se�ora Mar�a entr� de lleno en el decorado que Antonio
le hab�a preparado, y �l que de varonil nadie le iba a la zaga sab�a utilizar
todas las t�cnicas lastimeras habidas y por haber; no tardaron en congeniar, y
al poco el pobre Antonio fue recogido en la casa de la Se�ora Mar�a. No tard� en
presentarlo en sociedad, que se resum�a en Pablo y Marta, eso s�, una vez
adecentado con una camisa y pantal�n m�s acorde a la actual moda. Pablo y Marta
encendida arroparon al nuevo inquilino con el cari�o que el hecho de desear lo
mejor para su amiga, obligaba.

El tiempo fue pasando, mejor dicho las semanas, y lo que al
principio fueron mieles se fueron trastocando a medida que Antonio fue
declarando su fondo, que no era otro que un hombre poco cuidadoso con su
limpieza ni su imagen, de enfado f�cil, y de codo m�s ligero todav�a.

Asiduo del bar de la pareja, pasaba los ratos entre copa y
copa, mirando la minifalda de Marta con total descaro, y m�s a�n el escote
cuando �ste se facilitaba. Al poco, y con la confianza de un "a solas", era
sencillo entablar un dialogo en el que no faltaba la groser�a por parte de �l; a
esto Marta no le daba mayor importancia, pero si bien es verdad que un bar no es
el mejor escenario para una escuela de buenas costumbres, tambi�n es cierto que
la confianza por parte de lo que ella consideraba un buen amigo exced�a el buen
tono; sin embargo ella nunca llegaba a propasar las buenas maneras que le hab�an
ense�ado de peque�a. Pero siempre quedaba la justificaci�n f�cil de la copa de
m�s, que a �l le beneficiaba tanto, para no dar cuenta de sus actos y como mero
beneficio en su estomago.

Poco a poco el clima se iba caldeando con su benefactora,
Mar�a, y de los peque�os insultos se fue pasando a los grandes, y p�blicos.
Tanto fue as� que una tarde de verano se presento en el bar, algo normal, pero
en este caso una llamada de tel�fono de Mar�a alert� del principio del problema.

Hola Pablo, �que est� Antonio ah�?- S�, acaba de llegar, y
parece que va un poco cargado Es que hemos tenido una ri�a y lo he echado de
casa Bueno tranquil�zate, ya sabes cuando bebe un poco. No, esta vez se ha
pasado, en la calle me ha llamado de todo, desde puta, zorra.- Mira si quieres
me acerco y me lo cuentas, ya que Marta se puede quedar aqu� en el bar, y ahora
adem�s hay poca faena -

Pablo sali� hacia la casa de Mar�a, estuvieron charlando poco
m�s de una hora, la tranquilizo un poco, y a su regreso, Marta le pregunt�:

- �Qu�, c�mo est�? Ahora se ha quedado m�s tranquila , pero
quiere que escarmiente un poco a ver si reacciona, as� que me ha pedido a ver si
le podemos dejar que se quede en casa unos d�as , no tiene donde ir; para ver si
amaina la tormenta y recapacita, ella me ha dicho que no le quiere perder, y en
eso Marta le tenemos que ayudar, es nuestra amiga - Ya lo se , sabes que por
Mar�a hago cualquier cosa pero tambi�n sabes que el se�or Antonio cuando bebe es
un poco grosero. Mujer no me vengas con chorradas que no eres una ni�a, ni te
has ca�do del �rbol. S�, pero si me quedo sola con �l en casa, no s�, me da
alg�n reparo. Venga no digas tonter�as, adem�s si fuera por lo que me temo,
claro que es un hombre con sus necesidades pero t� sabes c�mo torear esas
situaciones sin poner en peligro tu moral, estas casada, adem�s que �l no se va
a propasar contigo. No si eso ya lo s�, pero en fin. ���Ah s� !!! Eso ya me lo
advirti� Mar�a, que te dijera que si se propasa , le cortes sin miedo pero no te
pases, que sigue siendo su pareja ; t� tienes mano izquierda. Bueno venga,
d�selo, y voy preparando la cena, as� que cierra t� el bar.

- - Al poco estaba ya Antonio en casa de Marta y Pablo;
faltaban m�s de tres horas aun para que Pablo cerrase el local y Antonio , que
no estaba lo ebrio que parec�a , conoc�a la situaci�n, as� que no tard� un
minuto en intentar aprovecharse de lo que el consideraba una oportunidad.

- - Marta se encontraba de espaldas a �l en la cocina lavando
unos platos en el fregadero, le hab�a dicho que se pusiera c�modo en el sof�,
pero �l ya se encontraba a medio metro de ella y cuando esta se dio cuenta que
as� era; al momento not� dos manos pos�ndose en su cintura y agarrando sus
pechos.

- - ���Se�or Antonio, no por favor, pare, estoy casada, por
respeto !!! Venga zorra demu�strame c�mo te mueves en la cama. ���No Don Antonio
por favor, d�jeme !!!

- - Ella pudo al final darse la vuelta para intentar
desasirse del abrazo de �l , aunque le cost� lo suyo por la corpulencia del
hombre, entonces �l la cogi� del cabello y le tir� con fuerza de la melena,
dejando su cara dispuesta para ser lamida por su lengua.

- - ���Venga puta hazme algo, y te dejar� tranquila, no puedo
aguantar m�s !!! Por favor d�jeme. Vale ver� que puedo hacer para aliviarle,
pero d�jeme.

- - Al o�r esto la dej� lentamente, y se la llev� al sof�,
all� se baj� los pantalones dejando al descubierto un vergajo de dimensiones
acordes al cuerpo de su due�o, y en plena erecci�n, chorreando jugos.

- - Si me ayudas a vaciarme las pelotas te dejo tranquila, no
te cuesta nada. Esta bien, pero que sea r�pido, y sobre todo no se lo diga a
nadie, y menos a mi marido, por lo que m�s quiera.

- - Entonces ella le cogi� con su delicada mano el poll�n , y
fue descapullando la polla en medio de una laguna de jugos del percher�n, que
era lo que m�s parec�a por el volumen de su aparato y el tufo a caballo viejo
que desprend�a.

- - M�s que fres�n, la c�spide de la verga parec�a una
ciruela , el hombre jadeaba como un animal, hac�a rato que deseaba vaciarse las
pelotas y no era de los que se aguantaba para que la hembra disfrutase, as� que
no tardar�a en expulsar lo que llevaba dentro; a esto la masajeaba la cabellera
con una mano , ya que ella se hab�a inclinado para propiciar el masaje del
miembro. En un ultimo arrebato de ardor, recogi� la mata de cabello de Marta por
la nuca y con la fuerza de su brazo arremeti� con su cabeza hacia sus partes,
ella que vio la jugada se apoy� con sus brazos en el sof� para imposibilitar la
introducci�n del poll�n en su boca.

- - ���Tr�gatela puta �!! No por favor, estoy casada

- - Al ver que la corrida iba a caer fuera de la boca de ella
�l reaccion� con rapidez , levant� la cabeza de ella con su mano asida a la
cabellera , y con la otra le cruz� la cara con una sonora bofetada. Luego no
tuvo m�s que hacer, ni siquiera obligarla otra vez a hundirse en su verga, fue
ella la que acurruc� lo mejor que pudo la polla en su boca y con la mano se
dispuso a maniobrar el poll�n para extraer el jugo.

- - Puso sus labios alrededor del glande y su mano fue
descapullando el m�stil; pero �l le puso la mano por detr�s de su cabeza con la
intenci�n de evitar otro arrebato de evadirse por parte de ella. - - Al minuto
de fricci�n la cintura de �l, por decir algo ya que pose�a un vientre generoso,
se arque�, el vergajo se ampli� en grosor y amplitud al m�ximo, como se�al de la
salida del esperma , y al momento Marta notaba su boca repleta de un jugo espeso
y caliente, y una fuerte presi�n por parte de la mano de �l en su cabeza. - -

-���OHHHHH !!! ���Traga zorra, tr�gatelo todo !!!

- - Ella se encontr� con la boca repleta de esperma, y sin
poder evadirse por la presi�n de �l, as� que no le qued� otro remedio que ir
trag�ndose paulatinamente todo, tal era la cantidad que le hab�a regalado el
semental.

- - Cuando a �l le pareci� que acab� de succionar dej� libre
la cabeza de ella, ella la levant� mientras se tragaba lo que le quedaba en la
boca, y le mir� a �l.

- - Se�or Antonio no vaya a creer que soy una cualquiera,
esto no se lo hago a nadie, ni a mi marido, le suplico que no salga de aqu�. No
te preocupes mamona, el cornudo de tu marido no va a saber nada por m�, l�meme
la polla , la quiero reluciente, venga.

- - Marta empez� a limpiar con su lengua todo el vergajo
desde la ra�z de los huevos hasta la punta, para terminar la faena descapull� la
verga y pas� la punta de la lengua por el borde del glande, dejando la polla
h�meda pero limpia . Antonio le entreg� un pa�uelo de papel.

- - L�mpiate esa boca, a m� me gusta la limpieza, y ves a
hacer la cena que esto me ha abierto el apetito.

- - Paso cerca de una hora, mientras Marta se encontraba en
la cocina preparando la cena, y Antonio se hab�a servido unas copas
generosamente, cogi� entre las pel�culas de v�deo y puso una de las que la
pareja ten�a celosamente guardadas para situaciones de s�bado por la noche, "la
ninf�mana y los sementales".

- - Al poco se encontraba con el pollon que le apretaba el
pantal�n, con ganas de repetir la sacudida anterior, se quit� el pantal�n y se
empez� a masajear el miembro, se levant� y march� hacia la cocina con sigilo.
Esper� que Marta , que con el ruido del extractor , no escuch� nada, estuviera
de espaldas a �l para entrar y abalanzar sus noventa kilos sobre el cuerpo de la
chica.

- - Le cogi� por la cabeza y la empuj� , amorr�ndola al
fregadero, al tiempo que le pegaba con su pie a las piernas de ella , para
abrirlas, le levant� la falda , y con la misma mano , porque la otra la ten�a
aguant�ndole la cabeza para inmovilizarla, le baj� las bragas, tomando un
cuchillo de cortar que hab�a al lado para romperlas del todo y que no impidieran
la obertura de piernas.

- - Le pas� la mano por el co�o, un conejo peludillo, suave
como su due�a, y le introdujo uno y despu�s otro dedo; sin querer ella eso la
humedeci�; se puso detr�s y embisti� con el vergajo , introduci�ndole en dos
sacudidas todo el aparato , hasta los test�culos.

-���AHHHH!!! Qu� da�o. No te quejes zorra que te gustara.

- - Dej� de presionarle la cabeza , y cogi�ndola por las
caderas empez� a bombear con el vergajo dentro de ella. Sin querer , estaba
h�meda , y el dolor se estaba transformando en algo soportable pero a�n alejado
del gusto con que algunas veces, no todas , su marido le regalaba. Al poco,
Antonio se par�, sacando el poll�n.

- - No te muevas. �Qu� me va a hacer? T� eres virgen por el
trasero , �verdad? Qu� pretende Se�or Antonio, por ah� nunca he hecho nada, no
pensar�. T� no te muevas

- - Se acerc� a la nevera , la abri� y tom� un tarro de
mantequilla abierto, a esto ella se fue a dar la vuelta, pero �l la cogi� del
brazo poni�ndola en la misma posici�n anterior, y peg�ndole un azote en las
nalgas. Cogi� con dos dedos y extrajo una generosa cantidad de mantequilla
embadurnando el poll�n, luego extrajo con uno y fue a introducirlo en el ano de
Marta, al sentirlo ella volvi� a moverse, �l la tom� de la cabellera de nuevo ,
hundi�ndole la cabeza en el fregadero, y empezando a azotar las nalgas de ella
hasta dejarlas rojas como un tomate.

- - Toma golfa as� aprender�s a obedecerme Por qu� me hace
esto Se�or Antonio, nunca he hecho nada por detr�s, me har� da�o, usted tiene
una cosa muy gorda, d�jeme, yo le har� con la boca, como antes Voy a hacer de ti
una buena yegua para ser montada, ya ver�s; te tengo que adiestrar , luego me
suplicar�s que te lo haga, obed�ceme y no te tendr� que azotar.

- - Poco despu�s Marta se qued� inm�vil esperando lo que
Antonio fuera a hacer , �l despu�s de meterle abundante mantequilla , apunt� su
verga , tom� las caderas de ella y arremeti� con fuerza; ella se mord�a el labio
para no chillar, despu�s de varias arremetidas , la verga de Antonio se
encontraba en las entra�as de Marta, y empez� el bombeo para descargarse.

- - Eso fue notado por Marta como un alivio, ya que lo peor
hab�a pasado, s�lo deseaba que �l se vaciase lo mas pronto posible, cosa que no
tard� en llegar. Entre espasmos , y con la dejadez de todo el peso de su cuerpo
sobre ella , not� como �l hab�a acabado. La sac� toda grasienta y humeante, con
una mezcla f�tida de jugos y grasa.

- - Arrod�llate y l�mpiamela. Don Antonio mi marido esta a
punto de venir , yo se la limpio pero v�stase pronto T� quieres que no le diga
nada a tu marido; lo puta que eres, seguro que no lo sabe. No, por favor, no le
diga nada, sea usted bueno. �Venga limpia y calla ! �Con la boca ? Je , je, ya
lo har�s y pronto, pero hoy te dejo que lo hagas con una servilleta, eso s�,
luego me pasas la lengua para dej�rmela lustrosa.

- - Ella hizo todo cuanto le mand�, se vistieron y Marta puso
la mesa. Al poco lleg� Pablo. Cenaron como si nada hubiera pasado.

Qu� , c�mo se encuentra, Antonio, �ha descansado, lo ha
tratado bien mi mujer? S�, me he echado un poco en el sof�, tienes una mujer
formidable, joven y guapa. Venga Don Antonio no exagere, soy una mujer del
mont�n. (Dijo Marta) No de verdad te lo digo Pablo , te envidio. Ya ver� c�mo a
la Se�ora Mar�a se le pasa el enfado. No, no creo tiene mucho car�cter, a
prop�sito espero no molestar en tu casa. ���Qu� va hombre!!! Qu�dese los d�as
que quiera, ahora no hay mucha faena en el bar, yo lo llevo solo, usted descanse
aqu�, adem�s el sof� se puede abrir, es un sof�-cama. Hablando de sof� cama , se
lo voy a preparar para cuando usted quiera irse a dormir (a�adi� Marta)

- - Y as� acabo el d�a , a la ma�ana siguiente Pablo se
levant�, se aseo y march� para abrir el negocio. Antonio que dorm�a desnudo ,
enseguida se percat� de la marcha de Pablo, se levant� del sof�-cama y se fue a
la habitaci�n donde dorm�a Marta.

- - Esta al principio le hab�a costado conciliar el sue�o por
lo sucedido el d�a anterior, pero al final se dej� llevar por el cansancio, as�
que no not� c�omo Antonio se hab�a metido dentro de las sabanas, se coloc�
encima de golpe dejando caer todo su peso encima del desnudo cuerpo de ella.

- - No hay que decir que ella se llev� un sobresalto al
caerle de espaldas el cuerpo velludo de aquel hombre, pero al despertar no tard�
en apreciar la situaci�n que se estaba dando , que no era otra que una
continuaci�n de los sucesos precedentes. - - �l le puso la mano en el vientre de
ella , levant�ndoselo; era dif�cil por la barriga de �l , introducirle el
vergajo de no haberse levantado un poco ella, para as� facilitar la
introducci�n.

- - Le apunt� el poll�n y se lo introdujo , no sin algo de
dolor al principio por parte de ella; al poco �l se agarr� de los hombros de
Marta y fue arremetiendo una y otra vez .

- - Al poco rato el frenes� de Antonio fue aumentando, y eso
result� ser una advertencia para Marta que no tardar�a en vaciarse, as� que esta
le dijo.

- - Se�or Antonio no ir� a vaciarse dentro, �verdad? Y qu�
importa eso, perra. Es que no tomo nada, hacemos la marcha atr�s mi marido y yo,
y ahora es peligroso. Mejor, me encanta pasar riesgos. Pero Don Antonio , no me
vaya a hacer eso. ���Calla y mu�vete puta !!! ���Que me voy yaaaaaaa!!! ���No
Don Antonio no me haga esto!!! ���Joder no te callar�s !!!, l�mpiame la polla,
venga.

- - Y sac�ndosela cogi� por la melena a Marta y acerc� la
cara de ella a sus partes; ella sumisa fue limpiando con su lengua los restos de
semen que chorreaba el vergajo del semental.

- - Luego �l se tumb� boca arriba, y ella se levant� para
disponerse a hacer un caf� para que �ste repusiera el desgaste sufrido.

Enseguida le hago un caf� , Don Antonio, desea una tostada
con mantequilla. S�, vete a la cocina y h�zmelo, y r�pido, zorrilla que a ti te
queda mucho que tragar todav�a; ���todas sois unas zorras !!! No diga eso Don
Antonio, yo no soy lo que aparento, y la Se�ora Mar�a es una buena persona , de
veras. Tu y ella sois dos zorras, pero t� m�s, porque eres joven y se te puede
adiestrar todav�a. Te aseguro que vas a mamar un buen mont�n de pollas ; y ella
, je, si supieras lo zorra que es no dir�as eso, pero es igual, cuando me canse
de follarte la llamar� para tir�rmela a ella tambi�n, l�rgate a la cocina,
���venga!!!

- - Despu�s de desayunar �l la hizo tumbarse en la cama,
sobre �l , qued�ndole la cabeza a la altura de sus partes.

- - ���M�mame la polla, venga!!! Don Antonio, �quiere decir
que ya esta recuperado ? A ver si le sienta mal, con mi marido no hacemos estos
excesos. Tu marido es un cornudo, voy a hacer que el co�o se te irrite, pero
para que aprecies que pienso en ti , tambi�n quiero alimentarte bien, as� que
por la ma�ana desayunaras de lo mejorcito, leche caliente, �te apetece zorrilla?
Lo que usted mande Don Antonio, ya puestos , deseo que lo pase bien , no me
gusta el esperma pero supongo que eso a usted le da lo mismo Por supuesto, t�
mama bien mi polla si no quieres que te tenga que se�alar ese bonito cuerpo que
tienes, ���as� que mama!!!

- - Y Marta tom� entre sus manos el vergajo, aplic�ndose en
la mamada, pues sab�a , como antes que el no satisfacerle pod�a provocarle m�s
de un azote , y como mujer atenta y servicial para con una persona mayor, (ante
todo era la educaci�n), no le import� humillarse ante aquel hombre tan macho que
requer�a sus servicios de hembra; de forma que como mejor pudo fue descapullando
la verga y masajeando el paquete de test�culos, lamiendo por el borde de la roja
seta, metiendo la punta de la lengua entre los resquicios de las ingles,
limpiando el sudor de aquel verraco .

- - �l , no contento con ello se dio la vuelta y se puso a
cuatro patas abri�ndose las nalgas , ella al principio se qued� parada.

- - Ch�pame el agujero del culo . �C�mo dice?, eso es una
guarrada, Don Antonio.

- - �l , volviendo la cabeza con mirada desafiante.

�C�mo dices ? �He o�do bien ? t� har�s lo que yo te mande, o
���quieres que te ense�e c�mo se hace !!!

- - El tono no era nada simp�tico, y Marta supuso que un no
por su parte lo �nico que har�a es retrasar la lamida con las consecuencias que
podr�a traerle, que no ser�an otras que una lecci�n de fuerza por parte de �l;
as� que opt� por cerrar los ojos y aplicarse a la labor; al principio lamiendo
suavemente, despu�s , y superado el asco inicial, pas� a posar la boca en el
agujero y atender sol�cita a los mandatos del macho.

- - ���M�teme la lengua dentro, puta!!! ���Ahhh!!!, ���m�s
adentro!!!

- - Al cabo de unos instantes , que a Marta le parecieron
eternos , Antonio le mand� que se pusiera boca arriba y se arrastrara por debajo
de �l, quedando su cabeza a la altura de su verga, para poder as� meterle el
poll�n hasta la garganta.

- - Dej�ndose llevar , y con las lamidas de ella, empez� a
descargar los borbotones de espeso esperma en la garganta de la muchacha,
apoyando sus caderas sobre la cabeza de ella, en una postura que la ahogaba
literalmente. Pasaron unos segundos interminables hasta que �l opt� por
levantarse y dejarla respirar.

- - Ella estaba completamente congestionada por el peso del
hombre, y una vez libre del abrazo destap� la situaci�n con un ataque de llanto
que fue duramente reprimido por las bofetadas del hombre.

- - Pas� el d�a , y otros dos m�s en la misma situaci�n .
Marta estaba extenuada por el vigor de aquel hombre que no se cortaba por ning�n
principio moral, y que hab�a conseguido hacer de ella una yegua anhelante de sus
mandatos, como a �l le gustaba decir, aunque no era otra cosa m�s que el temor
por parte de ella a que contrari�ndole le pudiera enfadar y �ste se descargase a
base de azotes; que por otra parte eran administrados en sitios que no le
dejasen marcas. - - Ella no se rebelaba ante �stos, sino sumisa esperaba que el
hombre se descargase de los nervios lo m�s pronto posible; incluso como producto
de su reprimida educaci�n anhelaba que el hombre vaciase sus test�culos , pues
cre�a que �l no era due�o de sus actos.