La Vecina (VIII).
Al otro d�a las dos ultimas horas de clase las dimos las dos
juntas. Se trataba de una prueba recuperatoria solo para unos seis alumnos que
iban mas atrasados del resto del grupo, pero las dos sab�amos cual era nuestro
prop�sito final. Ninguna hab�a hablado abiertamente del tema, pero ambas nos
hab�amos vestido para la ocasi�n. Por mi parte me lleve ese dia una pollerita
tableada, que la usaba cuando tenia quince a�os, como soy un poco menudita,
imag�nate si antes me quedaba corta ese dia apenas me agachaba se me ve�a todo.
Ambas estuvimos las dos dando muestras gratis, para que los chicos se calienten
con las piernas de sus queridas maestras, y tambi�n alguna que otra buena vista
de las bombachitas. Yo me agachaba por cualquier cosa y eso me excitaba a m�
como loca y la directora desde su silla en el escritorio solo llevaba el
guardapolvo mas corto que le hab�a visto en el a�o sino que debajo solo una
trusa y el corpi�o que se le llegaba a ver la hendidura de sus dos pechos por
que hab�a dejado el primer bot�n desprendido, para cuando se le acercara alg�n
chico a hacerle una pregunta se le fueran los ojos por su amplio escotes, y al
terminar de contestarle lo mandaba de nuevo a su silla, no sin antes no sin
antes acariciarles la colita y decirle que eran muy p�caros por mirar lo que no
deben.
Recuerdo que llegado el momento esperado a m� me temblaban
las piernas y mi bombachita estaba empapada, el instante fue cuando uno de los
chicos nos pidi� de ir al ba�o, nuestras miradas se cruzaron inmediatamente y
realmente pude ver la calentura que nos un�a.
La directora dijo: La se�orita Matilde t� va a llevar al ba�o
mi amor. No t� preocupes, Matilde yo los cuido para que no se copien,
Si queres, ll�valo vos y yo me quedo a copiar el segundo
cuestionario.
Si usted desea, lo copio antes de...
No mi amor, no t� preocupes, que todav�a, no terminaron este.
El ba�ito quedaba al fondo del patio, yo caminaba despacio
pues me temblaban las piernas. Al llegar le desabroche el pantal�n y lo sent� en
el inodoro, mientras �l hacia pis, yo quede de frente a el, arrodillada contra
la puerta y con las piernas abierta de par en par, los ojos del chico no pod�an
dejar de fijarse en mi entrepierna, mi bombachita era blanca y peque�a se notaba
que estaba mojada y por los bordes se pod�an ver perfectamente los pelitos que
sobresal�an, mientras me hacia la desentendida, cortaba el papel higi�nico que
hab�a al costado del inodoro del min�sculo ba�ito.
El no hab�a dejado, de hacer pis cuando ya estaba excitado,
lo cual ocasiono que se le parara, aun estando haciendo pis, me mancho el
guardapolvo y las piernas. Era muy tierno, como una fuente incontrolable.
Perd�neme se�orita.
No t� preocupes mi amor, a veces pasa, mi vida tranquil�zate
que yo t� voy a ayudar.
Esto que parece desagradable, verme manchada de pis en las
piernas y toda la ropa me calent� mas, pero mucho mas, no cabia mi calentura en
mi coraz�n y mi conchita lloraba a mares.
Primero vamos a hacer una cosa yo me voy a sacar el
guardapolvo para no mancharlo m�s. Despu�s de sac�rmelo lo hice cambiar de lugar
conmigo y yo me sent� en el inodoro y mientras le iba explicando como hacer para
solucionar el enchastre que hab�amos hecho, lo tome y lo sub� a mis piernas
quedando el enfrentado a m�.
La pollera ya la tenia subida hasta la cintura, con la pijita
en la mano a unos cent�metros de mi bombacha. Y acarici�ndolo y dici�ndole que
no se preocupe que no le iba a decir a nadie que me hab�a manchado la ropa, lo
comenc� a pajear.
Te gusta lo que t� hace tu se�orita, Ricardito.
S�. Se�o.
Yo t� hago esto, as� t� sent�s mejor, pero no se lo vayas a
contar a nadie, o que no t� lo hago mas
No se�o..
Decime te gustan mis bombachitas no, t� vi muchas veces
tratando de mir�rmelas, mira ahora las podes ver, son lindas no?
Si..
Ricardito ya t� sale leche..
Si se�o..
Que bien, t� gustar�a tirarme la leche aqu� en mi bombachita
no mi amor, yo t� voy a hacer acabar en cima de ellas, cuando vi que ya s�
venia.
Te gusta como tu maestra t� pajea Ricardito...as� mi vida,
toda la lechita, para tu se�o en la conchita as� todita....
Se�o.. Como es la concha.
Bueno Ricardito, si t� portas bien otro dia t� la muestro mi
amor, pero ahora nos limpiamos y volvamos al sal�n, que la directora despu�s,
nos va a retar.
Cuando llegamos al sal�n, desde la puerta pude ver a la
directora copiando en al pizarr�n el segundo cuestionario y al subirse para
alcanzar la parte mas alta de pizarr�n la falda llegaba hasta la mitad de su
bonbachita rosada de seda, me ve entrar y me gui�a un ojo, como t� fue me dijo,
mientras que se agachaba a levantar la tiza que intencionalmente dejo caer al
piso. Vi que los chicos que estaban con los ojos fijos en la directora y su
entrepierna y en el fondo del sal�n veo a un chico, que al acercarme lo
distingu� mejor, se estaba pajeando en el sal�n.
Haber Roberto, c�rrete un poco de tu asiento los cuales eran
de dos, yo t� voy a ayudar a copiar.
Estaba tan concentrado, que cuando me vio trato de cubriese.
Lo detuve y lo sent� en mi falda y lo alentaba a que siga
mirando el espect�culo que daba la directora en el frente, verbalmente le
describ�a y preguntaba si le gustaban las bombachitas de la Directora, y con la
mano lo terminaba de pajear.
El clima se estaba haciendo cada vez mas caliente para
nosotras, que yo ni siguiera me limpie la leche que me hab�a ca�do en las
piernas. Me acerque a la directora.
Como anduvo ac�, nada mal y vos.
Muy bien. Mientras no podia de dejar de ver que en la
barbilla tenia restos de leche seca, la putita de mi Directora.
No t� dije, que son encantadores.
Desde ese d�a y con el consentimiento de la directora,
regresaba a mi casa con las medias y bombachas manchadas de leche, por que al
principio los hacia acabar simplemente pero cuando hubo mas confianza algunos
los hacia acabar, donde quer�a y hasta en mi boca.
Desde esa �poca fui comprendiendo que la excitaci�n por lo
prohibido difer�a de la vida que todos deseaban, tanto mis padres c�mo la
sociedad. Y decid� portarme bien en publico una mujer recatada, pero c�mo vos ya
sabes un tanto cochina en la intimidad. Otra vez estoy excitado. No t� preocupes
mi amor yo me encargo de eso, a mamita le encanta pajear a su macho. A las
mujeres nos encanta hacerle la paja a los hombres nos da poder, aunque algunas
tratan de negarlo. Una vez cuando todav�a estaba de maestra, una se�ora la cual
comenz� a ser intima y al poco tiempo me cont� que tenia un hijo que no lo tra�a
a la escuela por que era un poco lerdo y que no era retrasado del todo pero no
era para traerlo. Y me cont� que estaba en una etapa muy complicada y c�mo el
chico era as�, una vez lo descubri� en el ba�o toc�ndose y ella c�mo buena madre
comenz� a explicarle c�mo para que no se da�e, la manera correcta de c�mo s�
hacia y termino haci�ndosela ella d�a por medio.
Ella me lo contaba c�mo m�rtir, pero se notaba que le
encantaba deslecharlo al hijo. Yo aproveche la confesi�n que me hab�a hecho y me
ofrec� para dar le consejos, en tono pedag�gico. Con el correr de los d�as ,
ella me invita a su casa justamente cuando no se encontrara el marido y all� yo
contribu� tambi�n con el trabajo de esa madre tan abnegada y me com� mi buena
raci�n de leche y por la ayuda ella que me llego a chupar la conchita mientras
lo pajeaba al nene, sentir su lengua entre mis labios y en mi boca ese nectar
caliente, fue algo maravilloso, como imaginaran digno de repetir, hasta incluso
hice que su querido nene, le chupara la concha a su mama como para compensarle
en algo el sacrificio, de esa pobre madre. En otra oportunidad t� lo voy a
contar con mas detalles pero en resumen la muy guacha tenia un placer extra en
la casa y se cubr�a c�mo buena madre. Por eso t� entiendo, cuando s� t� va la
lechita en las bombachitas de Silvita. Ella alentaba todo esto pues noche de por
medio dejaba que Silvita durmiera con nosotros, a veces s� dorm�a entre los dos
y muchas veces yo despertaba como mi pija parada entre sus cachetitos
angelicales, al darse cuenta de esto Matilde, todas las ma�anas ella se
levantaba mas temprano para hacer el desayuno y despu�s levantar a Silvia para
llevarla al colegio. Todo Comenz� como un juego y despu�s se fue convirtiendo en
rutina, ella toma mi pija ya parada apoyadita en la colita de su hijita y
comenzaba a masturbarme muy despacio, tratando de que no me despertara y
frotando mi cabecilla por la rallita de Silvi, todo esto mientras su otra mano
se perd�a debajo de su camis�n, yo acababa en la colita de la nena llegando a
mancharle toda la peque�a bombachita. Despu�s, ella despertaba a Silvi y la
acompa�aba al ba�o y se enceraba con ella, para cambiarla, yo un dia sin que
Matilde se diera cuenta, la esp�e por la cerradura del ba�o. Pero dada la hora
�l tramite era muy corto ella la ayudaba a lavarse e incluso hab�a veces que la
masturba un poquito cosa que a Silvi recib�a de su mami con agrado.
Continuara...
Continuara...
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Nombre: Delf�n
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