Debe ser estos dias nublados, que no te permiten, hacer
muchas cosas, y que lleban en su esencia aflorar recuerdos, hoy me viene a la
memoria, cuando tenia diez a�os de edad y ello me lleba a mi inseparable amigo
Carlos, el contaba para ese entoces , con un a�o mas, en realidad eran meses
pero a la hora de las preguntas de edad el tenia once y yo diez, y me sentia
estupido, si explicaba lo de los meses. Para esa edad ya a m� me hab�an
comenzado a interesar, ver y saber mas de las mujeres.

Siempre iba a jugar a la casa de Carlos. Pero lo que mas
llevo grabado en mi piel, es la mama de Carlos, ella me fascinaba y me atra�a
c�mo mujer y no era c�mo las otras ya que tenia mas o menos la edad de mi mama.
Siempre me trataba amablemente, mis fantas�as se fueron incrementando por mi
edad y la forma que me abrazaba y me estrujaba contra sus pechos al saludarme y
al marcharme.

Siempre la recordaba pues, si esta despedida se daba de noche
nadie tenia que insistirme en que me vaya temprano a dormir, pues me apuraba a
estar entre las sabanas y recordar sus pechos cerca de mi boca, y entre esa
enso�acion, de sabanas blancas y de mis primeras pajas, despertaba al otro dias
con las sabanas manchadas y mas feliz que nunca.

En ese mismo a�o, la mama de Carlos modifico su trato para
conmigo, el cambio fue aproximadamente al quinto mes de su embarazo, se torno
m�s afectiva que de costumbre, lo cual a m� me encantaba, as� que pr�cticamente
pasaba todo el d�a en la casa de Carlos, no solamente por eso sino que eran
�pocas de vacaciones escolares y yo no desperdiciaba oportunidad de estar cerca
de ella.

Yo jugaba con Carlos pero tambi�n a la vez trataba de no
perderle pisada, trataba de seguirla con la mirada, y cuando se daba la ocacion
de ser amable con ella, en un momento dado Carlos se puso un tanto celoso, pero
yo trate de que se le pasara, tal sentimiento.

Como todas las embarazadas, la mama de Carlos, al sentarse
abren las piernas por dem�s para estar mas c�moda, lo cual no era nada raro pues
estaba en su casa, y a mi su comodidad era mi placer por las noches e incluso
habia d�as que no podia aguantarme y le ped�a de ir al ba�o y me la hice all�
mismo, en su propia casa.

Cierto d�a, esto de esperar el momento preciso ya se me hab�a
hecho costumbre, solo que esta vez me descubri� mir�ndola, vio que yo no estaba
prestando atenci�n al juego en que estabamos, jugando con Carlos, sino que mi
mente y mirada se centraba en sus piernas sobretodo la parte alta en la cual yo
pod�a ver una bombachita rosa, que para mi era la mas hermosa que habia visto en
mi vida, lo cual no eran muchas, (salvo las de mi propia mama y las de mi
hermanita, pero ese es otro tema.), esa era diferente, era una bragas de mujer
de verdad, eran el motivo de mis mejores pajas, la mujer, una mujer de verdad.

Poco despu�s note que desde ese d�a me fue m�s f�cil verle
d�a tras d�a las diferentes prendas que llevaba, la confirmaci�n de que si ella
sabia fue una tarde que jugando, unos autitos electricos, uno fue rodando hasta
quedar debajo de la mesa donde ella estaba sentada bordando y al ir a buscarlo.

-a donde vas Miguelito.

Yo me puse de todos colores.

-s� me cayo en el autito, debajo de la mesa.

-mira que sos p�caro Miguel.

-por que.

-vos sabes por que, mira vamos a hacer un pacto. Le vamos a
jugar una broma a Carlos, vos te escones debajo de la mesa y el por el mantel no
te va a ver y cuando venga Carlos yo le digo que te escondiste y que te salga a
buscar, te parece, yo te dejo estar un ratito debajo de la mesa, mientras Carlos
te busca y despu�s me dec�s si te gusto el juego.

-Bueno.

-Entonces, dale metete.

Estando debajo de la mesa, pude vele que llevaba una
bombachita blanca, me quede helado y mis labios se me secaron al instante, mi
pija se comenz� a parar de inmediato, en el mismo momento que siento su voz.

Qu�date quieto Miguel que viene Carlos.

-Mama y Miguel.

-Me parece que se escondi� y me dijo que lo vayas a buscar mi
amor...

El pobre Carlos sali� corriendo del living a buscarme.

Cuando la mama de Carlitos se agacho para decirme algo, vio
que yo me hab�a bajado el cierre del pantal�n y me estaba tocando mi peque�a
pijita.

Sos un p�caro Miguelito ya lo dec�a yo, pero ten cuidado que
Carlos no te vea as� entiendes, por mi no te preocupe yo te entiendo, y no me
enojo por eso, pero yo no quiero que �l haga lo mismo sabes.

Ahora ponete mas cerca de m�, as� cuando Carlos pase no te
pueda ver.

Dicho esto me acerque un poco mas, al tiempo que ella abri�
mucho mas las piernas, quedando yo entre medio de ellas. Pod�a ver su bombachita
blanca y ahora notaba que era casi transparente, no pod�a sacarle los ojos de
encima, mientras que con la mano me segu�a tocando la puntilla de mi pija. Pod�a
verle los pelitos que eran abundantes y algunos sobresal�an de los costados del
el�stico, en el medio se le formaba una hendidura como un peque�o tajo y tenia
la prenda algo mojada, por aquel entonces cre�a que era pis y que la mama de
Carlitos no se hab�a secado bien.

Sent�a el olorcito, que todavia llevo en mi, el primer olor
de una concha no se olvida. No pude mas y me anime a pasarle un dedo por el
lugar que estaba mojado. Al sentirlo ella cerro un poco las piernas. No sea
atrevido Miguelito..., el eso se oye la voz de Miguel. Mama! No lo encuentro.

Ella paso su mano debajo de la mesa y pas�ndomela por la nuca
me la acerca a su entrepierna tanto que pod�a recostar mi cara en sus piernas y
por c�mo ella me dijo que no sea atrevido..., estaba algo confundido, de alguna
manera por su reaccion, parec�a que no se hab�a enojado sino que le divert�a,
entonces mientras ella hablaba con su hijo volv�a a pasarle los dedos por su
conchita y volvi� a apretarme con sus piernas no retir�ndome sino todo lo
contrario.

Hijito creo que Miguelito fue para el jard�n de adelante,
seguro esta escondido all� mi amor.

Volv�a a sentir los pasos de Carlos correr al jard�n, en ese
momento senti que estaba perdiendo mi inocencia.

Mientras, su mama se queda quieta con las piernas abiertas
esperando ver lo que yo hacia y c�mo no recib� ning�n reto, volv� a pasarle la
mano por la conchita.

Bueno Miguelito por hoy ya jugamos bastante, te gusto.

S�.

Si veo que si, pero cerrate el cierre antes que llegue
Carlitos y no le digas nada, sino otra vez not� dejo mas jugar as� conmigo,
entiendes.

S�.(esta tan nervioso y exitado, que no podia cerrar el
cierre relampago).

Te gusto Miguelito.

Si.

Que pasa no podes cerrarlo, Haber d�jame a m�, pero no te
cierra por te creci� el pitito, sos un p�caro, Miguelito ya sos todo un
hombrecito, vos te tocas?

Si dije bajando la cabeza.

Not� preocupes, yo ya sabia eso, t� tocas para que s� t� baje
no?

-Si, y como sabe usted.

-pues yo se muchas cosas.Veni Sentate ac�.

Me sent� al lado de ella y cruzo una pierna debajo de la
otra, permiti�ndome volver a ver su bombachita.

Si queres te hago un masajito, en la pijita, para que se te
baje, sabes?, asi te calmas mi amor.

Ha ver mostrame, como te la haces vos.

-Me da verg�enza.

-No mi amor, yo no se lo voy a decir a nadie, dale mostrame
como te pajeas.

-Entonces, me la tome, con una mano y comence timidamente a
moverla.

-Ya se no me digas nada, te gustaria, ver denuevo, mis
bonbachitas que tanto te gustan no? ( dicho esto, solamente tuvo que subir un
poco mas la pollera que ya la tenia por la mitad del muslo, la cual quedo,
enrrollada en su cintura. Viendo seguramente mi calentura al mover mi mano ya
freneticamente. Me dijo.

-Ahora dejame, a mi, mi amor.

Meti� una mano por el pantal�n y tomo mis huevitos y los
acaricio suavemente con los dedos, mientras que con la palma los sosten�a y con
su otra mano, desplazo la mia y comenz� a bajar y subir la pielcita de mi pija.

Decime Miguelito, tenes lechita ya.

S�.

Que lindo, me encantan los nenes que ya tienen leche, te
gusta lo que t� estoy haciendo Miguelito.

S�.

Sabes como se llama.

Sin esperar a que contestara, ella segu�a hablando, era como
si hablara para s� misma.

Se llama paja Miguelito, yo la mama de tu amiguito te esta
haciendo, una paja.....t� estoy haciendo una paja Miguelito. Y me gusta que te
guste... mi amorcito.

Si... t� gusta como t� pajeo. ( creo ahora que la repetici�n
de sus palabras y la acci�n que estaba realizando la excitaba)

Te gusta mirarme debajo de la pollera, corri� un poco la
falda hacia arriba, que por el movimiento que realizaba se habia bajado. M�rame,
la bombachita mi amor que yo s� que a vos te gusta.

Que mientras mi hijo te busca, yo te pajeo....

Mientras mi excitaci�n llega a su punto m�ximo, y no pude
mas, mi leche cayo sobre su mano.

Perd�neme la manche.

No te preocupes lindo, ac� tengo un pa�uelito, ahora
guardamos esto antes de que venga mi hijo.

Te gusto.

S�.

Si no dec�s nada a nadie Miguelito, otro d�a te la vuelvo
hacer.

Esas palabras quedaron retumbando en mi cabeza, todo mi mundo
era ella en ese momento, pero todo volvi� a tomar su dimensi�n, al sentir la vos
de Carlos.

Te encontr� Miguel, ahora voy a esconderme yo y vos me buscas
dale.

Bueno chicos pero, jueguen en el fondo, sin hacer mucho
ruido, que yo me voy a recostar un rato, despu�s los llamo para tomar la leche.
Ok. Dicho esto la mama de Carlitos me sonr�o, y en vos baja me dijo

P�caro.

Los d�as siguientes se sucedieron, de esta forma, yo siempre
buscaba ponerme, en el lugar justo c�mo para poder verle a la perfecci�n sus
bombachas. Con el correr de los dias, tambi�n despu�s me fui dando cuenta que si
no lo hacia, era ella quien se encargaba, de alguna manera de mostr�rmelas
disimuladamente, los d�as que yo no pod�a ocultar el bulto que se me formaba en
el pantal�n ella buscaba una excusa con Carlos y le pedia a ella...

Puedo ir al ba�o?

S� Miguelito pasa al ba�o.

Carlos por que no me vas a buscar pan, antes de que Miguelito
se vaya a su casa vamos a tomar la leche.

Voy con �l.

�l va al ba�o, anda vos solo y volve enseguida, as� despu�s
toman la leche juntos y lo podes acompa�ar a su casa.

Me puedo quedar hasta la noche?

Bueno esta bien. Toma la plata y volve pronto, cuidado con el
vuelto.

Una vez que, se sent�a el cerrar de la puerta de calle.

Permiso, me dejas pasar Miguelito.

S�.

Not� preocupes, sabes que no te puedo dejar ir as�, si tu
mama te viera quiz�s te rete no! Qu�date sentado en inodoro que yo te hago los
masajes que a vos te gustan.

Que linda que la tenes hoy, te gusta mas cuando te la hago yo
o cuando te la haces vos solo en tu cama.

Como, sabes que me la hago, en mi cama.

Por que tu mama, me conto de que algunas ma�anas, ve las
manchas de tu lechita en las sabanas.

Voy a tener que cuidarme.

No te preocupes, Miguelito. No lo hagas, si ella ve que no te
manchas mas, se va a dar cuenta que yo te lo dije sabes, asi que voy tenen que
seguir manchandolas, ademas tu mama es una mujer y las mujer nos gusta ver que
nuestros hijos van creciendo, y que vos te manches a ella seguro le gusta mucho,
por eso las lava y no te dice nada, sabes.

Me quede pensando.

Y no me dijiste, te gusta cuando yo te la hago o no.

Me gusta mucho m�s cuando me la hace usted.

Que rico y vos por las noches te la haces pensando en mis
bombachas no.

S�.

Que lindo mi amor, bueno entonces, te la voy a mostrar pero
un poquito, antes que regrese Carlitos, te gusta asi mi amor.

No le contaste a nadie no, mira que si le llegas a contar a
alguien no te dejo que me veas debajo de las polleras, como a vos te gusta.

No, a nadie.

Sabes yo antes era m�s flaca pero ahora estoy esperando un
nene. Pero todav�a tengo cola no te parece. Mientras mamita te muestra, podes
seguir toc�ndote vos sabes a m� me gusta ver c�mo t� pajeas por mi y mis bragas.

Ahora, levantamos despacito poco a poco, ves hoy tengo una
color crema te gusta mi cola. Despacito, no te vayas a lastimar Miguelito ademas
que quiero ser yo quien te saque la lechita, pero veo que no vas aguantar, bueno
mira mientras yo te hago la pajita yo te dejo que me toques la cola.

As� mi amor p�sale a mamita, tu manito por todos lados, no te
quedes con ganas de tocar nada manos�ame toda... mientras yo te pajeo c�mo te
gusta Miguelito...

Asi miguel, meteme mano por todos lados...

Te gusta estar manoseando a la mama de tu amiguito, mientras
�l sale a comprar vos me estas tocando la conchita... as�. As�.

El fue a comprar, mientras su mama le hace una pajita a su
vecinito del alma.

Mira cuanta leche que tenias esta ves.

No Miguel debajo de la bombacha no. Todav�a sos muy chico
para eso, pero eso lo hablaremos otro d�a.

Vestite que ya est�n llamando a la puerta debe ser Carlitos
con el pan.

Te espero en el comedor mi amor.

Continuara...

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