Soy un chico de 24 a�os, siempre he cuidado mi cuerpo y mi
aspecto. Voy al gimnasio a diario y hago m�s deportes. Desde que yo recuerdo, siempre me han dicho que soy muy atractivo. Nunca me han faltado las mujeres.
Siempre me ha resultado f�cil encontrar una amante, por lo cual, tampoco me
planteaba tener una pareja estable.
Hacia lo que muchos j�venes de hoy en d�a; viv�a con mis
padres, trabajaba y los fines de semana sal�a con mis amigos a divertirme y a
ver si encontraba alguna chica atractiva con la que pasar la noche. Generalmente
acababa en mi coche, alcanzando lo que m�s me gustaba por aquel entonces ,un
orgasmo. Tambi�n me gustaba que ellas disfrutaran as� es que les daba placer
pero no quer�a relaciones serias, por eso, todo acababa esa misma noche. En
ocasiones, las volv�a a ver pero cuando ve�a que se empezaban a enamorar,
cortaba radicalmente. Yo solo quer�a divertirme y tener sexo, disfrutar de la
vida y del cuerpo de las mujeres bonitas pero nada mas.
Mi vida transcurr�a as� ,hasta que una noche, en una
discoteca ,una mujer madura pero sumamente atractiva llam� poderosamente mi
atenci�n. Ten�a un cuerpo bien formado y fibroso. Unos pechos bell�simos que
asomaban por su exuberante escote, una melena rubia ,larga que le llegaba por
los hombros y una cara sumamente bella con unos rasgos perfectos. Me acerqu� a
ella, estaba sentada en un sill�n, mirando la gente pasar. Al principio se
mostr� ,un tanto recelosa, pero yo con toda sutileza y encanto logre llevarla a
mi terreno y despertarle m�s de una sonrisa. La invit� a una copa, luego a
bailar. Fue entonces, cuando cogiendola por la espalda y por la cintura, apret�
sus duras nalgas contra mi polla y esta se puso dura como una roca. Marta not�
enseguida mis 20 cm de excitaci�n y se dio la vuelta ,me mir� a los ojos y
sonriendo ,me beso. Me puse mucho m�s cachondo, era incre�ble besando
.Necesitaba tener sexo ya y se lo hice saber. Ella que estaba muy caliente,
accedi�, nos fuimos r�pidos a un hotel y all�, en la habitaci�n, cuando quise
desvestirla, me fren� y lo fue haciendo ella lentamente, dejando ver su hermoso
cuerpo de tigresa lasciva y su pubis rasurado y mojado.
Me desnude y contube mis deseos de penetrarla, antes quise
darle mucho placer. Chupe sus pechos con much�sima pasi�n y lentamente fui
jugando con mi lengua hasta llegar a su hermosa y jugosa rajita .Cuando estaba a
punto de acariciarle el hinchado y duro cl�toris y ella no pod�a contener su
entrecortada respiraci�n ,le dije que se sentara en mi cara. Accedi� encantada y
desde all�, note el olor a hembra caliente, el jugo rico, sus muslos prietos y
temblorosos y ante todo su placer que expresaba en sus jadeos, en sus
expresiones de estar llegando al cl�max , dici�ndome "���ay que
rico!!!""���asi,asi!!"���siii siii!!!"��ummm!!"��ufff!!."
Notaba como mov�a sus caderas para que el placer fuera
m�ximo. Cuando lleg�, estaba desenfrenada movi�ndose de forma desesperada y
gritaba diciendo "��SIIIIIIIIIII!!""��ASI!!!!"".
Pero lejos de tranquilizarse, se excito m�s y me dijo:
"�Ahora f�llame con ese enorme y gordo poll�n!��Hazlo ya!!!
La penetr� a cuatro patas, mientras la daba fuertes
cachetadas en sus duras nalgas .Ella se mostraba sumamente excitada ,parec�a una
puta de lujo recibiendo su merecido. ��Como gritaba!!.Me puse muy pero muy
cachondo y logr� correrme. Sali� de mi much�sima leche. Fue un orgasmo
incre�ble.
Aquella noche comprob� ,como Marta era una excelente
amanazona, ya que cabalgaba a una velocidad incre�ble para mi y nunca vista, y
como su verdadero vicio era chupar y chupar mi falo.
La penetre en cinco ocasiones.
Al amanecer ,una bella y salvaje mujer se arrodillo ante mi y
me implor� que no la dejar� que ser�a mi esclava ,que estaba muy enamorada.
La verdad es que me dej� muy aturdido Marta, porque nunca
hab�a conocido a una mujer tan salvaje en la cama. Tan sedienta de placer y con
tant�simas ganas de que yo me corriera una y otra vez.
Es como si estuviese en celo. Adem�s, no tenia nada que ver
con las ni�itas a las que yo me hab�a tirado. Ella sab�a muy bien lo que quer�a
y era toda una experta del placer
A partir de esa noche ,todos lo d�as volv�amos a quedar para
follar como dos salvajes.
Sus gritos de placer, sus felaciones, su raja h�meda ,ya
formaban parte de mi vida cotidiana. Marta se enamor� completamente de mi.
Empez� a hacerme regalos, a pagarme cosas que yo no me pod�a permitir y a
rogarme que me fuese a vivir con ella y con su hija de 17 a�os.
Ella era una mujer separada de un empresario. Adem�s tambi�n
ten�a su peque�a empresa. Es decir viv�a bastante bien. No me pude resistir y
acced� a irme a vivir a su chalet.
Cuando llegu� ,estaba In�s, su hija .Era una modelo.
Escultural, perfecta. Una rubia ca��n con ojos de lascivia. Unos pechos grandes
pero perfectos. Un culo duro y resping�n y una figura escultural. La belleza de
esa criatura me aturdi�. Marta not� que In�s y yo nos hab�amos gustado mucho
pero intent� no darle importancia. Si la vida sexual con Marta era desenfrenada
fuera de su casa, dentro de ella, lo fue mucho m�s ,ya que no paraba de pedirme
sexo a todas horas. No se cortaba nada en gritar y gemir .Aun sabiendo que la
hija nos iba a o�r. Me ped�a que la follara en cualquier parte. La cocina el
sal�n, la piscina. Aunque sab�a que la ni�a pod�a entrar.
De echo en m�s de una ocasi�n nos pill� follando o comi�ndole
el co�o.
Eso a mi me excitaba mucho, la verdad.
A mi In�s me volv�a loco. Era tan hermosa y tan callada. Un
d�a fui a entrar al cuarto de ba�o y la pille desnuda .Lejos de echarme ,me mir�
con ojos tiernos y me dijo en tono infantil y dulce:
"yo tambi�n quiero"
Eso acab� de enloquecerme. Ten�a que darle sexo a esa ni�a
�ya! Pero no sab�a como, porque la mayor parte del tiempo Marta y yo est�bamos
follando como dos best�as.
Decid� faltar un d�a al trabajo. In�s tenia, unos d�as libres
en los que no iba al instituto y all� la pille con su camis�n y sola.
Nada m�s verla ,no pude contenerme y le dije.
-Necesito follarte ya!!
Ella me dijo:
-Si ,��por favor!!!
Era tan delicada, tan hermosa. Tan exuberante. Le com� su
peludo felpudo con suma ternura. Le com� el culo , las tetas , cada rinc�n de su
cuerpo. Ella no gritaba como su madre, solo daba unos peque�os gemiditos.
Al ir a penetrarla , me dijo que la hacia da�o, era virgen.
La desvirgue con suma ternura y delicadeza. Su co�o estaba muy prieto. Mi leche
inundo su hermosa rajita, mi cara se hundi� en sus grandes y duros pechos. Not�
el temblor de su cuerpo, o� por fin un grito de placer contenido que estallaba
de una vez y me sent� el hombre m�s afortunado del mundo...