Despu�s de nuestra comuni�n conjunta con el sexo, era
bastante frecuente que mi cu�ada Carmen se quedase a dormir con nosotros. Esto
se empez� a repetir con bastante frecuencia y como no pod�a deshacerme del
despacho optamos por comprar una cama de 2 m de ancho, as� pod�amos dormir sin
molestarnos, y si quer�amos guerra, estabamos siempre los tres juntos y no
hac�amos de menos a ninguno. Vamos que ten�a mi peque�o har�n.
Todo iba estupendo. Nadie sospechaba de nuestra otra vida en
com�n.
Una noche, para ser m�s exacto, el 4 de enero de 2.003,
estabamos los tres tumbados, desnudos, sobre la colcha y empezamos a planificar
la cena de la noche de Reyes, que si nos �bamos a vestir de una forma especial,
lo que �bamos a cocinar, que nos traer�an los Reyes,�.
De repente algo me bajo de mi noche perfecta.
Por cierto, dijo Carmen, una amiga m�a me ha dicho que si
pod�a venir a cenar con nosotros. La pobre est� s�la y siempre esta noche la ha
pasado con su familia.
C�mo iba a decir que no. Mir� a mi mujer con cara de
resignaci�n y acept�. Que remedio.
Al d�a siguiente estuvimos preparando la cena, sin mucho
entusiasmo de mi parte.
Y lleg� la maldita hora. Son� el timbre y al abrir la puerta
apareci� una mujer bastante m�s joven que nosotros, sobre los veintis�is
calcul�. Pelo moreno largo y rizado, una amplia sonrisa, un amplio escote y dos
enormes tetas de las que no pod�a apartar la mirada. Aunque si me percat� que
llevaba una mochilita. Si ten�a intenciones de quedarse a dormir lo llevaba
claro. Ya no entr�bamos m�s en la �nica cama, o sea que si tra�a esas
intenciones la tocaba dormir en el sof�.
Besos de rigor y presentaciones.
Se llamaba Gloria. Joder, pens�, parece que le han puesto el
nombre sabiendo que iba a ser una maciza de cuidado.
Empezamos a cenar y ten�a que hacer grandes esfuerzos para
apartar mi vista de sus tetas. Mi mujer se dio cuenta y me dio un pisot�n. Vale,
reconozco que me estaba pasando, pero es que ni mi mujer ni mi cu�ada, ni las
tetas de las dos juntas hac�an las de Gloria. Bueno, puede que est� exagerando,
pero eran como yo siempre las hab�a deseado. Grandes, pero no enormes,
redonditas, su juventud las manten�a erguidas,� en fin que los platos iban
pasando sin que los prestase mucha atenci�n.
Llegaron los postres, el caf� y la entrega de regalos.
He de confesar que por cumplea�os y reyes preferimos cosas
practicas, ropa, � y para aniversarios u otros d�as no marcados regalos m�s
especiales.
Sacamos los regalos. Mi mujer y yo regalamos juntos. Para
Carmen un abrigo que necesitaba. Lo t�pico: pru�batelo, para ver como te queda.
Para Gloria unos guantes y una bufanda, no sab�amos como era y hubo que
comprarlo deprisa y corriendo. Para mi mujer una chaqueta: �qu� se la pruebe!,
�Qu� se la pruebe!. Otro para mi mujer, una falda: �qu� se la pruebe!. Lo hace
encima de los pantalones y la quedaba bien. Para mi una jersey que tambi�n me lo
pruebo y unos zapatos. Nosotros tres ya hab�amos repartido nuestros regalos y
quedaban los de Gloria.
Chicos, me hab�is hecho muy feliz esta noche acogi�ndome en
vuestra casa, dec�a ella. Os he comprado estos detallitos para correspondeos.
Espero que os sean de utilidad y os hagan un poco m�s felices.
Qu� considerada, pens�.
Toma Carmen este es para ti.
Carmen lo desenvuelve muy despacio. Es una caja y cuando lo
abre saca un consolador plateado.
Gloria: �qu� se la pruebe!, �qu� se la pruebe!
Dios, �d�nde me he perdido?. Mir� a mi mujer y Bea encogi�
los hombros. �estabamos haciendo una especie de fiesta toga y yo no lo sab�a?
�en mi casa? Y lo que m�s que remord�a. �Hab�a alg�n tipo de relaci�n sexual
entre Gloria y Carmen? �Lo ten�an pactado? �Carmen la hab�a contado nuestras
experiencias?
Demasiados pensamientos. Todos ellos fueron atropellados por
una imagen. Carmen se peg� un lametazo en la mano, se bajo la falda, las medias
y las bragas y empez� a humedecerse el co�o. Con la otra mano mojaba el
consolador para que estuviese m�s resbaladizo. Un leng�etazo m�s.
Mi polla empieza a crecer, mi mujer a descojonarse de la
risa, yo creo que de los nervios.
Carmen cierra los ojos y se empieza a meter el consolador.
Gloria nos mira con cara p�cara. Nos desnudaba con la mirada.
Era evidente que sab�a nuestro secreto.
Todos en silencio, conteniendo la respiraci�n y Carmen
abriendo m�s las piernas para meterse el consolador. No tiene bastante y apoya
los pies en la mesa. Se agita cada vez m�s. Se va a correr. Y yo ten�a que tener
una cara de gilipollas, creo que hasta babeaba.
Gritos entre el silencio. Carmen con los ojos cerrados. Se
corre, saca el consolador y empieza a lamer sus jugos del consolador.
Mientras, Gloria segu�a con su juego. Regalo para Bea. Se lo
da con cara de pilla. Mi mujer me mira acojonada, mira a su hermana pero Carmen
sigue chupando su vibrador, absorta del mundo, relami�ndose sus jugos.
Lo abre. Otro consolador, pero este dorado.
Bea, pru�balo. Dijo Gloria.
Bea se baja los pantalones y las bragas muy decidida, como
una colegiala deseando aprender algo nuevo.
Mi mujer me da un largo beso h�medo, me coge la mano y la
lleva hacia su conejo. Estaba empapado. Coge el vibrador dorado y se lo empieza
a meter.
Espero que a mi no me regale otro vibrador, �qu� me habr�a
comprado?, La curiosidad me pod�a m�s que ver a mi mujer masturb�ndose y mirando
lujuriosamente a Gloria. La apetec�a follarsela.
A todo esto Gloria segu�a impasible, s�lo se le notaban los
pezones erectos dentro de su vestido negro. Despu�s de llevar observando sus
tetas toda la cena estaba seguro que no llevaba sujetador.
�Ah! �Ah!, Mi mujer se estaba corriendo y todas las miradas
fueron a parar a Gloria a despu�s a m�. Estabamos todos expectantes.
Gloria se levant�, se desabrocho el vestido y lo dej� caer.
Vest�a bragas de lencer�a negras, medias negras y ligueros a juego con todo. Mis
sospechas se confirmaron. Dos preciosas tetas se mostraban ante m� sin
sujetador. Se arrodill� ante m�, me bajo pantalones y calzoncillos me abri� las
piernas y se introdujo en medio. Lami� sus manos y se extendi� la saliva en el
canalillo. Luego escupi� en mi polla, la masajeo un poco para que se extendiese
la saliva. Envolvi� mi pene entre sus tetas. Mi coraz�n bombeando sangre a todo
mi cuerpo y mi polla recibiendo e hinch�ndose m�s.
Esto es lo que quer�as, �verdad?. La cabrona de mi cu�ada le
hab�a contado que me mor�a por una buena cubana hecha con unas buenas tetas.
Mi mujer y mi cu�ada se aproximaron a mi mirar. Gloria
subiendo y bajando las tetas. Yo estaba a cien y la verdad es que me corr�
enseguida.
Uy, espero que luego aguantes m�s, dijo Gloria.
�Luego? �Es que hay m�s?
A partir de ese momento tom� el protagonismo el bolso de
Gloria, me recordaba al de Sport Billy, no s� si os acord�is de esa serie.
Vosotras dos, de pie, acabad de desnudaos. Y t� tambi�n.
Orden� Gloria. Entre el acojone y la curiosidad la hicimos caso.
Sac� varias telas largas con las que at� las mu�ecas, por
detr�s de la espalda, y tobillos de las hermanas. A m� me at� a una silla.
Ella se quit� todo menos las bragas, se sent� en la mesa con
una de cada hermana enfrente de cada pierna. Las oblig� a chuparla los dedos de
los pies. Descorch� la botella de cava que quedaba sobre la mesa (nos hab�amos
bebido otra durante los postres), y empez� a derramarlo sobre sus piernas, para
que las hermanas bebieran de sus pies.
Mi polla ya estaba en acci�n.
Se moj� tambi�n los pechos y el co�o. Mientras me miraba.
Llen� algunas copas hasta que qued� la botella vac�a. Las puso en cuclillas y
las obligo a follarse las botellas.
Mientras se acerco a m�. Se escupi� la mano y empez� a
hacerme una paja con mucha fuerza.
C�rrete cabr�n, no me vas a servir de nada, ni a ellas, mira
como se follan las botellas, no vales para nada. No me lo pod�a creer me
excitaba que me humillase. Echa tu semen, no vales para nada, lo ves se est�n
corriendo otra vez sin ti. Hoy no te vas a follar a ninguna, no aguantas ni una
paja de mierda.
Me la empieza a chupar a mordisquear. No aguanto m�s y me
corro sobre su cara, cuello y pechos.
Vaya mierda de t�o. Vosotras, chupas esto, que me ha manchado
el cerdo. Y lavadle bien la polla.
Y all� estaban las dos chupando sus labios, su cuello, sus
pezones. Intercambiando mordiscos y lametazos.
Demasiado sexo para m�. Tenia que ir al ba�o, pero no pod�a
levantarme. Gloria se dio cuenta.
M�ate aqu� cerdo, si eres un animal. Y lo hice no ten�a
elecci�n.
Os he dicho que me dej�is esa polla limpia.
Mi mujer y mi cu�ada empezaron a limpi�rmela, atadas de
manos, al igual que yo.
De la bolsa, saco algo peque�o que yo no pude ver.
Abre la boca.
Me meti� una pastilla.
Espero que ahora sirvas para algo. Y vosotras, que sois
tambi�n unas cerdas. , Limpiad mi co�o y mi ano.
Ella de pie, masturb�ndose y Bea y Carmen limpiando sus
agujeros.
Os est�is portando muy bien, si segu�s as� os voy a dar un
regalito.
Carmen empezada a gemir y estremecerse.
�Parad!. Ordeno. Se acerco a la bolsa y sac� un consolador
doble. Las puso culo contra culo y se lo introdujo por la vagina.
Follaos perras.
Y yo me volv� a empalmar. Se acerca a m�. �Qu� querr� ahora?.
Me han dicho que te gusta romper culos. Tu mujer lo ha
limpiado para ti. Follame el culo.
Se unto lubricante en dos dedos y se los introdujo en al ano.
Luego me puso lo sobrante en la polla. Y empece a darla por culo.
Menos mal, cre�a ya que no me iba a dejar follarmela. Mis
manos se perd�an entre esas tetas que me hab�an cautivado.
Con mis empujones, nos acercamos donde estaban Bea y Carmen.
Gloria las desat� las manos para que pudieran joder mejor.
Carmen se quit� el consolador doble, y mientras se lo met�a a
su hermana, con la otra mano se as�a a sus tetas, mam�ndoselas como nunca.
Estaba desquiciada. Bea, introdujo dos dedos en el conejo de su hermana.
Gloria empez� a chupar el culo de Carmen. Era lo que m�s
cerca ten�a. Cuando se separaba yo pod�a ver como el ano de Carmen se contra�a y
extend�a solicitando acci�n. Para Gloria tampoco pasaba desapercibido y lo
calmaba meti�ndole la lengua.
Gloria volvi� a ordenar.
Parad todos y limpiadle la polla. No quiero algo tan sucio
dentro de mi co�ito.
Y las dos hermanas volvieron a obedecer y me chuparon la
polla y los huevos.
Ya esta bien, que la vais a desgastar. Folladme todos.
La tumbamos boca arriba. Yo la met� la polla, mi mujer la
mord�a el cl�toris como pod�a y Carmen la pellizcaba y mordisqueaba los pezones,
empez� a gemir y arquearse.
Soy una puta, folladme cabrones, soy una mala puta.
Puta de mierda, c�meme el co�o. Dijo Carmen.
Y t� a mi tambi�n hermanita, replic� Bea.
Y all� estabamos. Bea chup�ndose sus propias tetas, de pie,
su hermana, de rodillas, cogiendo el culo de Bea con ambas manos y chup�ndole el
co�o. Mi posici�n no me dejaba ver si alg�n dedito estaba en el culo o no, pero
a m� me daba igual, yo pensaba que s�.. Y Gloria, tumbada, comi�ndole el co�o a
Carmen mientras yo me la tiraba.
Tuvimos un orgasmo en cascada, primero Bea, luego Carmen, el
de gloria que fue un poco escandaloso, la tuvimos que tapar la boca. Y luego yo,
dejando mi semen en los labios vaginales de Gloria, para que mi mujer se lo
comiera.
La verdad, es que no estuvo mal la noche de Reyes, y eso que
al principio pintaba mal.
Gloria es uno m�s de la familia ahora. Tanto que nos estamos
plante�ndonos hacer un viaje a Latinoam�rica este verano. Cuento con vuestra
ayuda para escribir otro relato a la vuelta de vacaciones. Si antes no me ocurre
algo,�.
Besos y abrazos
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