Relato: Elda, Una mujer con pasado y futuro Elda, Una mujer con pasado y futuro
La confesi�n de Elda en verdad nos entretuvo esa tarde, de un
metro setenta de altura, morocha, cuerpo y senos que trasmiten sexualidad, ojos
marrones boca proporcionada con labios pintados, la hacen a hoy con cuarenta
a�os una linda mujer. Despu�s de escuchar a Clara como fue sometida por sus
primos durante a�os, Elda se animo a contar su vida, consideramos que fue para
ella un desahogo y una buena manera de conocerla .
Tenia 10 a�os cuando las cosas cambiaron, viv�a con sus
padres en un pueblo del sur de la Provincia de C�rdoba, su padres con un negocio
en el cual vend�an casi de todo.
Despu�s de cerrar el negocio , parti� el colectivo llevando a
su madre a Buenos Aires ahora directa encargada de realizar las compras , sola
con su padre, (su abuela hab�a fallecido hac�a quince d�as, siendo imposible
dejarla sola) , pensaba con seguridad que el s�bado llegar�a pronto, esa noche
la paso en la cama grande bajo la luz una peque�a l�mpara que le daba seguridad
, abrazada a su osito durmi� hasta la ma�ana al no encontrar a su padre, salt�
en su b�squeda hac�a el ba�o , el chorro de or�n que sal�a de un ca�o de carne ,
le hizo abrir los ojos, nunca hab�a visto uno tan grande, (los de sus amiguitos
eran chiquititos y sin pelos alrededor ) , el d�a paso sin cambios, escuela,
negocio, no fue hasta la noche despu�s de cenar , terminado el rito del d�a
anterior, cuando no sabe por que mandato se despert� mientras su padre dorm�a ,
del pantal�n pijama sal�a esa cosa, que empez� a acariciar, sus peque�as manos
lo pusieron enorme, record� una foto de una mujer lamiendo uno de esos en una
revista que estaba bastante escondida en el negocio, lo empez� a sentir con su
lengua , la punta era salada no le gusto, su padre despert� mir�ndola asombrada,
una cara de incredulidad , le hizo preguntar si no le gustaba, en ese instante
Clara le pregunto porque continuo lami�ndolo y el aceptando ,como respuesta solo
recibimos un encogimiento de hombros, ese primer d�a, el juego termino en los
brazos de su padre y durmi� acurrucada a su cuerpo , reci�n en el desayuno le
pidi� que nunca se lo comentara a su madre, la seducci�n hizo de esos juegos
algo �nico, los viajes cada quince d�as , eran para ambos una fiesta, tres a�os
pasaron , sus senos afloraban y los dedos de su padre jugaban con su sexo, ella
hab�a chupado m�s de una vez ese cosa en su boca.
Le encantaba sentir los gritos cerrados de su padre, al
venirse un mont�n de leche, que el evitaba dejar en su boca, su cuerpo le ped�a
cosas, hasta que una noche al ver los preservativos en la mesa de luz , que
alguna vez hab�a usado para llenarlos de agua, el manoseo en sus piernas y sexo
la llevo acariciando la carne y sus manos un paso m�s en ese juego que hab�a
reemplazado a sus juguetes, la punta endurecida empez� a batir los flujos que su
padre hab�a incentivado , el dolor se mezclaba , un peque�o hilo de sangre que
se instalo en la sabana en una mancha, uni� a sus cuerpos en pecado, ella
dolorida masajeaba su vientre sintiendo frenes� con esos movimientos , el canal
se fue abriendo , ahora los gritos eran de ambos, la satisfacci�n de estar en
ese lecho era total el sexo pleno hab�a llegado para quedarse en su cuerpo, el
placer le marco una sonrisa que se le debe haber borrado en la ma�ana, ya bien
entrado el d�a ella permaneci� en la cama , el padre hab�a avisado en la escuela
que estaba un poco indispuesta, el refriegue en su canal , le produjo un ardor ,
fue su padre qui�n la lavo con agua tibia, sacando algunos co�gulos pegados y
cambio las sabanas poni�ndolas en remojo en un liquido para limpiar los rastros
, almorzaron mir�ndose a los ojos , diciendo con ellos la alegr�a de ambos, a la
siesta recostada en su cama, sus dedos jugaban en su vagina , y supo que esa
noche tuviera o no dolor , lo har�a nuevamente, un liquido lubricante (y despu�s
ley� espermaticida) en esos dedos grandes con mucha suavidad entraba en su
cuerpo, ahora sab�a que las ganas que le ven�an era irrefrenable, abri� lo m�s
que pudo y carne contra carne goz� hasta sentirse servida en una catarata de
semen, fue �l que sent�ndola en sus muslos y con su mano la levanto, la punta
entraba , y era contenida hasta que absorbi� la totalidad , por minutos ve�a en
su cara la satisfacci�n que le daba ese movimiento que agrandaba la cueva
sintiendo goce, el retiro despacio mientras los jugos se mezclaban le dejo una
sensaci�n de vaci� entre sus piernas, algo le dec�a que lo hecho no estaba bien,
supo que el pecado crea una conciencia pesada, imaginaba que todos ya sab�an ,
como si portara un cartel de lo que hab�a hecho, reci�n a la tarde fue al
negocio. Un jean bien ajustado le marcaba los surcos del sexo, ver a su padre
mirar por debajo de su cintura le hizo pensar que hacer esa noche , el bulto de
�l se marcaba en el azul del pantal�n, era tiempo de aprender y gozar y su
cuerpo estaba dispuesto. La noche comenz� luego del llamado de la madre a las 11
como hab�an quedado, sabiendo que iniciar�a el viaje y estar�a a la ma�ana, el
juego de la punta resbalando sobre ambos labios, erizaba su piel , penetrada con
el lubricante, � gozo! , sentir lo suave de su carne y un dolor de felicidad en
sus entra�as, hicieron que le pidiera que no la llene de leche , presurosa puso
la lengua lamiendo cada gota, el cuido de que no quedaran rastros en las sabanas
y en un abrazo paternal la llevo a dormir a su pieza.
Una a una las oportunidades sumaban experiencia, reci�n a sus
quince a�os, un mes antes de la fiesta , en otro rutinario viaje de su madre,
ambos convinieron de hacer esa noche, lo que ella deseaba, �cabalgar! no le fue
dif�cil, un gran hueco elastizado con experiencia , le permit�a saltar sobre esa
enorme y hermanada barra , que entraba al ritmo impuesto con los brazos, ella
misma lubrico su co�o y apoyo su barra, una y otra vez hasta que se fue
abriendo, el resultado de recibir en el primer esfinter no fue agradable, escapo
llev�ndolo al ba�o lavo su juguete y acarici�ndolo lo beso y le dijo solamente
sos de ella se�alando su vagina , no podes tener amigos , la fiesta fue un
�xito, las chicas comentaban la juventud del padre, mientras los chicos deseaban
a esa ni�a con cuerpo de mujer aparentemente infantil, que miraba con ojos de
dulzura a todos, la ronda continuo haciendo de su cuerpo toda una mujer , estaba
enamorada de su padre, haciendo de los chicos cosas poco atractivas , cuando a
los diecisiete a�os, el pecado con su padre le era imprescindible, los d�as de
abstinencia obligada por la presencia de su madre eran cubiertas con sus dedos ,
adornos con caracter�sticas org�nicas, mangos de cepillos y cualquier cosa que
la hiciera gozar, el imperativo de buscar a alguien para esos d�as ya le
preocupaba, En el colegio pocos eran los minutos en los cuales socializaba ,
trataba de no hacer mucha confianza con sus compa�eras para evitar cualquier
cosa que complicara la relaci�n de ese hermoso pecado, fue en la pileta del club
iniciada la temporada del verano, cuando entre al principio compa�eras del curso
reci�n terminado comenzaron a hablar de chicos , sus miembros , aventuras, ,
algunas ya con algo de experiencia , no disimulaban su satisfacci�n, estaba
decidida en lugar de masturbarse tenia que encontrar un novio o algo para calmar
esa efervescencia en su cuerpo, nadie de sus amigas sab�a o siquiera sospechaban
de la situaci�n, un s�bado al regreso de su madre, sus amigas del colegio la
invitaron a salir con unos amigos , el grupo de seis en partes iguales en lo que
respecta al sexo, se trasladaron al boliche , bailar, charlar algo y tomar un
caf� en la estaci�n de servicio a la seis de la ma�ana, le pareci� divertido, el
chico que en definitiva le mostr� m�s afinidad resulto ser el hijo de un
administrador de estancia , estudiante de medicina, no le llam� la atenci�n el
Domingo su presencia en su casa, si la amabilidad del padre en hacerlo entrar.
El objetivo de encontrar consuelo a sus abstinencias estaba
frente a ella, veinte a�os en un lindo ejemplar, le hac�an pensar cuan dotado
estaba, sab�a que nadie conoc�a de su experiencia, � � Como hacer caer sobre
ella la satisfacci�n de un cuerpo en los tiempos de abstinencia?! conociendo a
sus amigas, planto la estrategia de la ni�a inocente y en el momento ante la
imposibilidad de sangrar , buscaba en su mente soluciones. No paso mucho tiempo
de recibir sus manos jugando en sus flujos, calentarse mutuamente , hasta
decidir unirse en sexo, eligieron la tarde y el lugar de un puesto de campo
abandonado , el auto de su padre de amplio asiento trasero, movimientos
infantiles , hicieron que su cuerpo entrara en situaci�n, le fue necesario para
no espantarlo contener la calentura, gimi� de goce,( en verdad estaba bien
provisto), la posici�n a la cual le llev� era la tradicional al sentir ese
estremecimiento casi el�ctrico tantas veces gozada al un�sono , le hizo tomar
impulso introdujo el dedo �ndice lastimando con su u�a en peque�o gancho el
labio interno de su vagina, sentir en sus dedos los flujos , solamente quedo
tranquila cuando por sus hombros vio sangre en sus dedos, puso cara de susto y
le mostr�, casi no pod�a contener su risa, cuando le dio un beso, o cuando
sinti� en su piel sus ganas de seguir, parada por "la virginidad rota". El
llamado de tel�fono cuando arribo a su casa por esperado , la hizo contestar con
la mayor dulzura y debilidad posible, seguramente el querr�a protegerla o
vapulearla con sexo y ambas cosas le ven�an bien. Ahora podr�a mantener
relaciones ,!Ya no m�s periodos de abstinencias!
La noticia corri� entre los chicos y chicas, ambos dijeron de
"su primera vez" el noviazgo era un echo, fue ella quien le dijo que ten�an que
tener cuidado por el embarazo y rogara que no estuviese pre�ada , seguramente
fue a la farmacia y desde ese momento no le falto el frasco de lubricante en la
guantera del auto . Poco a poco se fue entregando a juegos que �l le ped�a , su
�nico problema era contenerse y no entrar en el frenes� acostumbrado con su
padre, la relajaci�n y el goce la encontr� en d�as de encuentro.
Fue un d�a jueves a la noche cuando regresando de una simple
salida, ya su madre en viaje, cuando al pasar por la pieza de sus padres,
mir�ndolo a los ojos, no pudo contenerse de invitarlo a ba�arse, su padre en
caricias seductoras la fue llevando al pecado una vez m�s, ambos sab�an que
compart�an sus cuerpos con otros, pero el nexo logrado era tan , tan, especial
que como nunca pasaron horas de entrega total.
Los s�ntomas eran inconfundibles, el an�lisis corroboro el
embarazo, tristeza y alegr�a invadi� la casa, la peque�a madre y el joven novio
en el living, recibieron recriminaciones de todo tipo, el ingreso a la escena de
los padres del joven estudiante, trajo tranquilidad, pese al poco tiempo, con la
seguridad de que la pareja se quieren, la oferta de pagarles la estad�a en
Buenos Aires a ambos, quedo flotando la posibilidad de concubinato o boda, fue
el joven padre qui�n le pidi� casarse .
Ver a su padre acongojado no le extra�o, aceptando los hechos
que se precipitaron en vertiginosa marcha, poco antes de empezar la facultad se
inicio una etapa para nada diferente a todos menos a ella, el plan de amante y
sin periodos de abstinencia era un fracaso.
Una pareja perfecta, el ni�o crec�a , con vida de
departamento y guarder�as mientras su padre finaliz� los estudios e iniciaba la
especialidad de traumat�logo, ella termino el secundario comenzando la
licenciatura en administraci�n, las fiestas en casas de sus padres, algunos d�as
de verano en la casa de los abuelos , no fueron propicios para practicar un poco
de pecado con su padre, no lo hab�a olvidado. Pero el deseo hab�a partido con
rumbos desconocidos.
Los d�as se suced�an pesadamente, el hijo en el colegio
biling�e le daba tiempo para empezar a pensar en ella, eso la llevo a sentirse
insatisfecha, varias conductas raras de su marido , fueron tomando forma ,
gestos amanerados, compa�eros de trabajo , le daban indicios de que ese padre de
su hijo era homosexual, m�s de una noche la paso sola, poco a poco las
masturbaciones recordando a su padre , regresaron el deseo a su cuerpo, para
nada era tan arrebatado, acept� verificar lo que ve�a, el informe era lapidario,
la pareja de su marido era un amigo de la casa, el mismo que m�s de una vez
intento indirectamente avanzarla .
En ese algo entendible como aventura o relaci�n, ganas,
broncas, levantaron dentro de ella lo que nunca hab�a olvidado, disfrutar y
gozar.
La edad en su cuerpo deber�a ser impactante para cualquiera,
si ahora estaba como estaba con quince a�os menos deber�a estar estupenda, las
visitas de su madre , la complicaban a�n m�s , perdido su marido como amante, no
aguanto m�s y le pidi� a su madre lo convenciera a su padre alg�n d�a a venir.
Las relaciones con su marido pasaron a una entrega teatralizada por ambos, usaba
preservativos , por eso de no saber si era activo o pasivo, su cuerpo empez� a
borbotones a pedir sexo, las masturbaciones iniciaron su despertar que
explotaron ese mismo jueves al encontrarse en el palier , luego de dejar al ni�o
en el jard�n , puso la llave en la cerradura para evitar cualquier imprevisto
dejo su ropa preparada para cambiarse r�pidamente, ropa de �l para que se ba�e e
iniciaron una ronda , mamar nuevamente ese falo , cabalgar sobre �l, la volvi� a
la vida, el lubricante efectivo como anticonceptivo en sus dedos hacedores de
canales amplios. Le dieron una tarde inolvidable por el goce logrado . Al
mostrarle el informe de su marido, encontr� la verdadera cara de cobard�a,
puesto que no le dio soluci�n o siquiera le pidi� que se fuera con �l. Fue la
primera y �ltima vez que se unieron en sexo en su despertar, despu�s supo que se
tiraba a la sirvienta una minita de veinte que en verdad tenia atributos.
Totalmente a la deriva con sus ganas de pecar en lujuria, la
llevaron a perge�ar una nueva vida, no quer�a como amante al mismo que su
marido, puesto que la idea de recibir excremento en su cuerpo, no le gustaba,
nos record� lo dicho a su padre y la comprendimos, la facultad fue su soluci�n,
el profesor maduro apareci� en escena, a coro Laura y Soledad le preguntaron su
nombre sabiendo que sus historias hacen de esa figura el icono de sus vidas
sexuales.
Sonriendo Elda, las dejo tranquilas , al ver la foto de las
parejas de ellas , negando con la cabeza y diciendo su nombre Osvaldo. La figura
paterna , su inteligencia, sus ganas, la llevaron a avanzar en ese entonces de
unos cuarenta a�os, hizo de la necesidad una aventura anunciada, un caf�,
miradas busconas, lo llevaron directamente a esa jungla tan conocida por ella,
sexo su nombre, un departamento en calle Corrientes, una tarde reci�n iniciada
fue el lecho elegido, ordenada en sus acciones, busco el frenes� encontr�ndolo,
ambos se desnudaron mutuamente, mamar despaciosamente esa verga erecta, le
record� viejos hechos, un lecho c�modo , sosten�a su cuerpo permitiendo una
penetraci�n total, entre jugos recibi� su leche, caricias y besos tapaban sus
palabras que poco a poco se hicieron audibles, �Puta! �Reputa! Le daban apellido
a su nombre , en verdad no se sent�a molesta, la desemboc� en un nuevo frenes� y
coito que luego de terminado , chupo limpiando su enorme falo. La ducha los uni�
nuevamente en una dulce calma posterior. Era hora de irse , sabiendo el camino y
lo bien recibida que iba a ser, se fue a su casa, se fue a gozar sola , el
regreso del deseo.
No fue el �nico amante, si el que la provey� de satisfacci�n
en el momento necesario por eso nunca lo dejo, el silencio se corto cuando Laura
le pidi� que contara la aventura del amante m�s joven que tuvo.
Su cara se ilumino con una sonrisa, cuando su hermoso cuerpo
en el sill�n , parec�a gozar con los recuerdos, tomando un poco de gaseosa,
prosigui� con su relato , ya una confesi�n que en grupo quedar� como la m�s
extensa y con la variante de un futuro m�s que interesante.
El vecino del departamento del semipiso superior, tiene un
hijo en ese entonces de diecisiete a�os, cuerpo armonioso, volviendo de una
tarde de encuentro amoroso, subimos juntos en el ascensor, una remera deportiva
dejaba marcado su pecho ya adulto, mirarlo por debajo de la cintura , fue la
mirada habilitante, en un avance impensado, su mirada incitadora , fue cortada
por su saludo de �H a s t a p r o n t o! , as� despaciosamente salido de su
boca, era todo un ataque, al cual no presto mucha atenci�n, su llamado una hora
despu�s , no la sorprendi�, caricias auditivas, en boca de un adolescente,
brotaban abriendo mis o�dos, una invitaci�n a un paseo por su departamento o una
promesa de invasi�n del m�o, le hizo decidir , un pedido de calma hasta el d�a
siguiente, el hijo regresar�a de un momento a otro, ya bastante era con un padre
puto, para agregarle una madre puta, "padres" "tios" o "amiguitos" o cualquier
invento para esconderle amantes m�s en su caso que su "abu" era uno de ellos. Le
pidi� sin m�s que la llamara a la tarde del d�a siguiente antes de las tres. La
clave que le dio era que haga un llamado del servicio del Call Center de la C�a.
Telef�nica.
No solo vino el ni�o sino su padre, sus gestos emputecidos ,
la llevaron a enfrentarlo y decirle, �Porque pareces tan puto? Su silencio le
marcaba el camino, esa noche ya pensando en aventuras, se imagino a ese chico en
pelotas, ella chup�ndolas y mamando su falo, su mano jugaba hasta que se quedo
dormida, el puto se limito a dormir, la guardia que al otro d�a tenia que hacer
, la habilito para su plan, la llamada al horario, fue contestada con un pedido
de presencia, la aventura comenz�.
En su casa por segunda vez , su lecho marital con un amante
ahora casi un ni�o, estaba listo. Recibir al joven le fue f�cil, un beso directo
y bastante bien dado , la llevo a tomarle la mano, ponerla en su cueva para
iniciar lo predecible entre un hombre y una mujer, caricias acompasadas mojaron
sus manos , lo llevo directamente al pie de la cama, desnudando ese cuerpo, que
herv�a en hormonas y deseos, calmar sus fuerzas, no fue f�cil, las caricias de
la experiencia puesta en sus manos con a�os de sexo , hicieron del momento , su
inolvidable momento, el dialogo imberbe era reemplazado por la fogosidad de la
juventud, metros de un falo pasearon por sus canales, al movimiento de percutor
hasta explotar en una cantidad de leche blanca , casi espumosa, haciendo de esa
tarde la primera de muchos meses hasta las vacaciones.
El hijo en la casa , produjo el retiro del joven amante, pudo
m�s la madre que la puta necesitada, mantener el sexo vibrante, lo hizo con un
compa�ero y el profesor que siempre cobijaba sus momentos de necesidad.
La desesperaci�n de ganas del joven amante produjeron su
rechazo total, puesto que sab�a imposible sacarlo del contexto de su casa o del
edificio. Prometi�ndole comenzar cuando empezar�n las clases, fue rechazada , la
juventud no entiende de esperas le dijo la terapeuta .
Fue ella qui�n la hizo tomar el camino de la separaci�n,
ejerciendo su profesi�n, con ingresos por el juicio de alimentos, era mejor
aceptarse puta divorciada que casada con un puto, y pasar la vida buscando
amantes, para cubrir las normales necesidades de una mujer.
Una sonrisa de satisfacci�n, fue previa a decirnos que ahora
est� en pareja fuera de la ley , legitimizando de esa manera sus relaciones con
amantes mayores y menores a ella.
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Relato: Elda, Una mujer con pasado y futuro
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