El anito de Anita: visita campestre (XIX)
"Sue�o?"
A pesar de todo aquella noche me dorm� f�cilmente, arrullado
por la hamaca y por la idea de no pensar m�s de la cuenta en los asuntos que me
envolvieron en los minutos previos. No quer�a volver a vivir aquella angustia,
casi paranoia, que sent� por la ma�ana despu�s de que Pamelita nos descubri�
no, eso no, ahora simplemente me desconecte y me deje caer en un profundo sueno.
Claro que siempre queda alguna recarga de estas situaciones
en el subconsciente, y por ello tuve un sue�o algo particular� una pesadilla
dir�a yo�
So�� con la hacienda, estaba cercada por alambres con p�as,
las im�genes se me aparec�an en tonalidades grises... yo vestido con ropas
harapientas, mis primas y mis t�os se ve�an igual, hasta peor� y la peor parte
la constitu�a una visi�n lejana de unos guardias, vestidos de militar� me
acerque un poco a ellos, la neblina que cubr�a el campo se fue disipando,
aquellos trajes de nuestros guardias me parec�an conocidos, ya los hab�a visto
en alg�n libro de historia, en alguna pel�cula� eran trajes nazis� ellos me
daban la espalda� al escuchar mis pasos voltearon� eran mis viejos�
Despert� sudoroso en medio de la noche� diablos!, quiz�s
aquella pesadilla era una met�fora o un mal presagio� con mis padres en la
hacienda, aquel placentero lugar se convertir�a para m� en una especie de campo
de concentraci�n �
Con dificultad logre dormirme nuevamente, esta vez tuve un
sue�o mas tranquilo: estaba con Anita en el establo, los dos acurrucados entre
la paja nos prodig�bamos dulces caricias� luego el sue�o se fue tornando
er�tico: m�s enervados por los besos, nos fuimos despojando de la ropa, entonces
Anita adopto su pose preferida, en cuatro patas, me ofrec�a ansiosa y sin ning�n
temor su jugoso trasero, sabia lo que ella quer�a, as� que se la met� por su
peque�o agujero, de un solo golpe se la hund�, ella casi salto de placer,
fren�ticamente comenc� a cabalgarla, ella aguantaba lo mejor que pod�a, ve�a su
redondo trasero ir y venir, rebotar en mi ingle, sus cabellos saltaban, ella
estaba como en un trance, con la cabeza gacha, parec�a disfrutarlo� llegado al
cl�max, finalmente volteo a verme, su hermoso rostro estaba completamente
extasiado� solo que no era Anita� la mire bien� era� era Pamela!!!....
Mierd�!, me estremec� en la hamaca y me despert�
violentamente� unos ojos me miraban:� Uy� Caraj�!... del susto, intente
reaccionar, pero perd� el equilibrio y fui a dar al suelo� plop!...
- Shhh!!!� no hagas ruido� me susurro una voz femenina, era
Anita.
- Que haces aqu�?... pregunte recobrando el aliento.
- Tonto, ya te olvidaste� tenemos que orde�ar a las vacas�
adem�s podemos aprovechar para� ya sabes� antes que ellos despierten�
- Oh... cierto� dije, sob�ndome mis aun so�olientos ojos.
Salimos de la casa, aun estaba oscuro, no se por que, pero
record� que el d�a anterior Anita no me hab�a despertado�
- Oye� y ayer por que no me fuiste a buscar?... pregunte.
- Ay� es que� recuerdas que Pamela nos descubri� me dijo con
desgano.
- Si� y?... pregunte aun so�oliento, pero curioso.
- Es que le promet� a Pamelita que le explicar�a todo� ella
se despert� temprano y me acompa�o, mientras orde��bamos le contaba� me dijo
Anita.
Anita lucia incomoda, ve�a que la intenci�n inicial de
aquella salida matutina se desviaba, no quer�a pasarse la ma�ana discutiendo
esos asuntos, yo sabia que ella deseaba cubrir ese tiempo satisfaciendo otras
necesidades, no de comunicaci�n, mas bien f�sicas... sin embargo insist�:
- As� que eso fue lo que le prometiste a Pamelita que
har�as?... dije con cierto alivio.
Cre� entender que eso era lo que Anita no me quiso decir,
acaso ese era el gran secreto?... pens� algo decepcionado� no, no lo creo hay
algo mas� y ella as� me lo dio a entender:
- Si, bueno, no exactamente� contarle todo fue parte del
trato� pero� pero que mas da?� vienes o no?... me dijo ahora si con cierto aire
de enojo.
Asent� con la cabeza� bah! tiene raz�n que mas da!... adem�s
quiz�s otro d�a me cuente m�s� me dije.
Nos dirigimos al establo� entramos, Anita me gui� r�pidamente
hacia un mont�culo de paja cercano a una de las paredes. En ese momento me sent�
algo extra�o... Anita procedi� a desvestirse� vi el escultural cuerpo de mi
prima completamente desnudo, yo la miraba un poco confundido� ser� que segu�a
so�ando?� eso pens� hasta que ella se arrodillo y comenz� a buscar mi verga
entre mi short� me miro sorprendida:
- Oye� y que es esto?� me pregunto burlonamente se�alando una
mancha de esperma cerca de mi bragueta.
- Ah... es que tuve un sue�o de esos� le dije, saliendo
finalmente de mi confusi�n.
- Hummm� solo espero que hayas so�ado conmigo� me dijo
coquetamente mientras pajeaba mi verga.
Palidec� levemente, recordando el desenlace de mi sue�o,
intente disimular mi culpabilidad, aunque no fue muy necesario porque Anita
estaba m�s concentrada en levantar mi herramienta:
- Tu pene esta empapado!� me dijo sorprendida� Ay que
desperdicio, tantos l�quidos solo por un sue�o�
Sus caricias ya surt�an efecto, mi verga salida de su sue�o
lucia dura. Luego ella agrego:
- � Espero que no se te haya acabado� me dijo gui��ndome un
ojo�. pero por si las dudas�
Y diciendo esto procedi� a limpiar mi verga con su lengua�
- Uhmm� esta fr�a!� se quejo, sin embargo no dejo de lamer y
succionar los restos de semen de mi miembro viril.
Despu�s comenz� a ingerir de a pocos mi verga hasta que la
cabeza de mi pene toco su garganta, ella segu�a en su afanosa labor, mientras yo
la miraba con cierta complacencia, pero aun recordando m� sueno, ella desde
abajo me miro, me noto un poco distante, se saco mi verga de la boca:
- Y a ti que te pasa?... hoy estas mudo?... te sientes
bien?... pregunto preocupada.
- Si, si... es solo que tengo un poco de sue�o� dije
simulando un bostezo.
Solo fue un sue�o... deja de pensar en esas idioteces!, no
vaya ser que ella sospeche y comience a preguntar, me reproche mentalmente.
- Pobrecito� no ser� que te asuste al despertarte?�. dijo
ella con sarcasmo.
- Bueno, un poco� pens� que el diablo me quer�a llevar, que
el cuco me iba a comer� dije bromeando, y mas aliviado al notar que el tema se
desviaba.
Ella en cambio, me empujo suavemente contra la paja, y ella
agrego sensualmente:
- No se si el diablo te llevara� pero si se que alguien te va
a comer� mi conchita se va a comer esa verga durita�
Sonre� mientras intentaba acomodarme, ya que ella, d�ndome
la espalda, proced�a a sentarse sobre mi erecto pene.
- Uyyy� exclamo, mientras mi estaca se le hund�a entre sus
labios vaginales.
Me recost� contra la paja, mientras ella se pajeaba conmigo�
adopte la misma postura de d�as anteriores: mientras yo adormilado me recostaba,
ella se despachaba sola su raci�n sexual, subiendo y bajando a su gusto.
Arrullado por sus tibios gemidos, cerr� los ojos, no se si
fueron minutos o segundos los que permanec� as�, solo se que me saco de mi
tranquilidad el recuerdo de aquellas im�genes finales de mi sue�o, me estremec�,
casi di un saltito, y abr� los ojos� Caraj� que mierd� me pasa?� Anita se dio
cuenta:
- Que?, que pasa?... ya?... dijo algo decepcionada pensando
que se me venia un torrente de semen�
Nada m�s lejos de la verdad, podr�a decirse que volv� a fojas
cero luego de este incidente. Anita lo noto, dejando de lado sus r�tmicos
movimientos, se sent� completamente sobre mi verga aun erecta, ella quer�a una
explicaci�n� le dije;
- No es solo� solo fue un sue�o�.
- Hummm� y que sue�o fue ese?� pregunto curiosa.
Ahora se saco mi verga de su vagina, sin embargo permaneci�
en cuclillas y de espaldas a mi, un poco alejada, como manteniendo una posici�n
expectante a la reanulaci�n de nuestra labor y esperando a su vez una
explicaci�n m�a� Diablos!, no te quedes callado� por suerte a la volada se me
ocurri� algo:
- No importa� no importa lo que so�� lo importante es que
ahora si estoy despierto� y tu vas a pagar las consecuencias!� le dije con
picard�a.
- Que?... pregunto extra�ada.
No llego a decir nada m�s, porque r�pidamente me ubique
debajo de su ano y levantando las caderas, le hund� sin piedad mi verga hasta
donde pude�
- Ahhh�
Se le puso la piel como de gallina al sentir el impacto, no
se lo esperaba, se tambaleo un poco, las piernas, que la sosten�an, se le
aflojaron y se dejo caer sobre mi� auu caraj� mis caderas cayeron, hasta tocar
casi el suelo, por suerte la paja amortiguo un poco� pero no evitaron que sus
nalgas se hundieran bruscamente en mi entrepierna y que me dejara casi sin aire�
- Ouchhh� la escuche quejarse aun sorprendida.
Sus nalgas se abrieron terriblemente, dejando que mi barra de
carne se le incrustara a mas no poder, incluso sent� el ardor de aquella forzada
fricci�n recorriendo toda mi verga � ella respiraba entrecortadamente� segu�a
perpleja� pensar que hasta hace poco us�bamos grasa para este tipo de juegos, y
solo ayer luego de una lenta inserci�n logro hundirse mi verga en su ano�en
cambio esa ma�ana, sin m�s miramientos se la met� como pude� al menos dejo de
pedir explicaciones, logre desviar su atenci�n�
- Hummm� por que hiciste eso?... me dijo.
- Por que me dio la gana� ahora mu�vete!� le ordene.
Sorprendida por la dureza de mis palabras, no atino a hacer
otra cosa que obedecerme� en realidad no estaba molesto con ella, sino conmigo
mismo por dejar que aquella mocosa (Pamela) se me metiera entre ceja y ceja, era
algo absurdo� pero quer�a desquitarme y el anito de Anita pagar�a las
consecuencias de mi frustraci�n�
- Ohhh� nooo... hummm� no tan fuerte�. ahhhh...
Ella se quejaba, porque mientras sub�a y bajaba, yo tambi�n
le hund�a y sacaba mi pene, desde abajo, clav�ndomela cada vez con mas
vehemencia�.
- Ohhhh �. mi anitoooo�. auuuu�.
Se quejaba, pero resist�a, Anita en el fondo sabia que le
gustaba aquella sensaci�n, aquella calurosa fricci�n que no experimentaba en
carne viva hacia mucho tiempo� a pesar de mi vigor inicial comenc� a cansarme�
as� que la levante, y ella entendiendo r�pidamente se puso en cuatro patas,
d�ndome la espalda y ofreci�ndome, ahora si con inusual arrechura, si carnoso
trasero. No lo pens� mas y me la clave nuevamente de golpe�
- Ouuuchhh� nooo�. masss suaveee�. ahhhh�.
Caraj� todo iba como en el sue�o� no� quitate eso de la
cabeza!� quise exorcizarme de aquel recuerdo y cabalgue a Anita lo mas
fuertemente que pude� ella se quejaba, gem�a, casi vociferaba, pero no me ped�a
que me detuviera�
- Ayyy� hummmm�. Que me partesss� mi culitoooo�. Hummm�.
En ese momento no me importaba si nos escuchaban, segu�a
enloquecido y maltratando su esf�nter con fiereza, sus nalgas luc�an rosadas
ante tanto golpeteo contra mi ingle�
- Ayyyy� yaaaa�. acabaaa yaaa� por favor�. Ahhhh�.
Los dos est�bamos ba�ados en sudor, pero mi verga se negaba a
soltar aquel l�quido viscoso que mi prima rogaba tener para deshacerse de mi
suplicio, yo mismo me preguntaba como es que duraba tanto, ve�a sus caderas ir y
venir, sus cabellos danzar a mi ritmo, hasta escuchaba sus senos saltar
acompasadamente�. ella segu�a volteada con la cabeza gacha...
- Voltea... vamos... m�rame!... le ped� febrilmente, sabiendo
que me venia...
- Ohhh... siii... primito.... ahhhh....
Volteo el rostro en el preciso instante en que mi verga
cargada de semen explotaba en su interior.... al ver la cara, entre satisfecha y
mortificada, de Anita tuve una sensaci�n de alivio fant�stica... ella finalmente
se dejo caer, agotada, a un lado...mientras yo lanzaba un hondo suspiro... y un
nombre se escapo de mis labios...
- Ohhhh... Pamelaaa...
Que caraj... dije... por la put... madre, yo mismo me
cague... un sudor fri� recorri� mi frente, rogu� para mis adentros que Anita no
me hubiese escuchado, lo que dije casi fue un susurro, pero, como alguna vez les
mencione, las mujeres para estas cosas tienen o�do bi�nico... ella segu�a
inm�vil en el piso... se ve�a agitada, aun as� logro decir algo...
- Que?... no... no escuche bien...que dijiste?...
Se me venia la noche, a pesar de que afuera ya estaba
claro... mientras pensaba que responder, inesperadamente escuchamos un peque�o
canto matinal, aquella melod�a me era conocida... diablos!... mi vieja!... que
mierd... hace despierta?... Anita me vio y palideci� horriblemente, se olvido de
sus preguntas y de mis explicaciones, comenz� a vestirse a un ritmo asombroso...
yo me limpiaba como pod�a...
- Que esperas?... esc�ndete!... me dijo con un hilo de voz.
Ya me jodi... ya me jodi... era la melod�a que resonaba en mi
cabeza...... escuchaba los pasos de la intrusa acerc�ndose... yo segu� dando
vueltas de un lado a otro buscando donde meterme... Anita se ubico en su
posici�n de orde�ar vacas, y me miraba consternada...
- Apurate!!!... me suplico casi llorando.
Caraj... mi vieja esta en la puerta... salte sobre el
mont�culo de paja, y me escond� lo mejor que pude entre la paja y la pared...
- Bueno d�as Anita... que haces?...
- Hoola ti... t�a... aqu�... orde�ando las vacas... dijo
Anita aun temblorosa
- Estas bien?... te ves un poco p�lida...
- Si... si... es que... es que me asusto un poco... no
esperaba verla despierta tan temprano...
- Ahhh... no se, el aire del campo... que se yo... bueno en
realidad fue el canto del gallo lo que me despert� temprano... dijo mi madre de
buen humor.
Hoy mismo le parto pescuezo a ese maldito plum�fero!... pens�
amargamente, mientras buscaba la manera de salvar mi propio pescuezo. Vi una
rendija en la pared a unos metros... tendr�a que arrastrarme hasta all� y salir
lo mas sigilosamente posible...
- Haber Anita ens��ame como se hace... dec�a a mi madre,
tomando posici�n al lado de Anita y observando como ella orde�aba las vacas.
Bien!.... la vieja esta distra�da... es mi oportunidad...
pero... en ese momento entraba por la puerta.... Pamela... fiesta completa
se�ores!...
- Ohhh... buenos d�as t�a...
- Hola Pamelita... ahhh.... a prop�sito... se me olvidaba...
pase por donde esta la hamaca... y no vi a Juan... saben donde esta mi hijo?...
La vaca solt� un mugido de dolor, adivine que por el
nerviosismo Anita apret� la ubre con mas fuerza de lo normal... en mi mente
ahora escuchaba una marcha funeraria...
- No, no lo he visto... dijo Pamelita preocupada, entendiendo
la situaci�n.
- Seguro... seguro que salio.... salio a caminar... dijo
Anita aun nerviosa.
- Si, eso debe ser... agrego Pamela, aun�ndose a los
esfuerzos de su hermana por salvar mi pellejo.
A pesar de que distrajeron a mi madre de sus preguntas, yo me
desespere un poco, quer�a escapar como sea... comenc� a gatear hacia aquel
tabl�n mal clavado en la pared, que dejaba un hueco por el cual podr�a salir, me
arrastre al estilo militar... pero yo no tengo entrenamiento militar... as� que
en mi torpe escape patee aquella lata de grasa que tanto nos sirvi� antes y que
ahora le servir�a a mi madre para partirme la cabeza... como mierd... pude
olvidar que escond�amos la grasa aqu�....
- Que fue eso?... pregunto la metiche de mi madre.
- Ahh... no es nada... seguro uno de los animalitos... dijo
Pamelita nerviosa.
Anita no lograba gesticular nada, yo intente vanamente
cubrirme con la paja, pero no hab�a tiempo, solo logre cubrir mi entrepierna.
- No fue un ruido fuerte... dijo mi madre que no se comi� la
explicaci�n.
Yo me lamentaba de mi suerte, me preguntaba por que diablos
se me hab�a ocurrido visitar aquella hacienda, no me atrev� a pedirle nada al de
arriba, seguro me dir�a: te salve aquella noche en la casa del �rbol, y
prometiste dejar a tu prima... no cumpliste...bueno pues, ahora te jodist...
s�lvate como puedas.... en ese momento, ante el mutismo de mis primas:
- El ruido vino de aqu� atr�s... agrego mi madre.
Escuche los pasos de mi madre, acompa�ados por los de mis
primas.... me resigne: ya no hay nada que pueda hacer, aqu� termina todo, me
dije... me di por muerto... lance un peque�o suspiro y cerr� los ojos, relaje
todo mi cuerpo esperando lo peor...
- Juan?... dijo mi madre sorprendida al verme tirado entre la
paja.
No respond�, segu� en mi misma posici�n... como un muerto...
total estaba practicando para lo que se me vendr�a...
- Juan!... insisti� mi madre, que se impacientaba.
No me mov� ni un mil�metro, respiraba tranquila y
pausadamente, incre�blemente yo estaba y totalmente relajado, esto es f�cil
cuando sabes que ya no tienes salida.... pero...
- T�a, d�jelo... pobrecito... dijo Pamela.
- Si pobrecito... agrego Anita si saber que planeaba su
hermana.
- Por que?... pregunto consternada mi madre, sin entender a
que se refer�an sus sobrinas.
- Es que no ve... no ve que el pobre se quedo dormido aqu�...
dijo Pamelita con su dulce voz.
Uyyy... caraj... ni a mi se me ocurri� semejante idea, esas
si son buenas ideas vieja, haber si aprendes algo... record� vagamente aquel
cuento en que un ni�o se hace el dormido o el muerto para que un oso no se lo
coma, o algo as�, Pamelita con la mente aun infantil tendr�a mas frescas
aquellas historias... vaya que la ni�a, esa que hace unas horas ni me hablaba,
me estaba salvando... quise besarla en ese momento... pero no era momento
oportuno para tales cosas, tenia que seguir fingiendo que segu�a dormido.
- Oh... si... seguro que esa hamaca no era tan c�moda y... y
el se vino a dormir aqu� en medio de la noche... dijo Anita, ahora si mas
calmada y lucida, complementando la explicaci�n de su hermana.
- Pobre mi hijo... dijo finalmente mi madre, redimida por el
enga�o de aquellas peque�as embusteras.
Luego, se aproximo a mi y me samaque� suavemente, esperando
que me despertara... para completar la imagen, me despert� a duras penas y me
hice el sorprendido al verme rodeado por mi madre y mis primas... mi madre
agazapada hacia mi me dec�a algunas cosas a las que yo no prestaba mucha
atenci�n, y no importaba, total aun estaba confuso, recuerden que "reci�n me
despertaba"...
Mis primas estaban paradas detr�s de mi madre, busque el
rostro de Anita, lucia tremendamente aliviada... mire a Pamela, esbozaba una
dulce sonrisa de satisfacci�n, no se si por verme a salvo o porque tuvo una
brillante idea.... aun as� sus t�midos ojos me rehu�an... cuando al fin capte su
atenci�n... ella aun nerviosa acepto mi sonrisa de agradecimiento...
Vaya que es linda!, me dije, nuevamente mi instinto se dejo
llevar, pero al final mi raz�n se impuso... es una buena chica, resp�tala...
renov� aquella promesa que me hice al llegar...
Durante el desayuno se hizo menci�n a aquel incidente...
salio una que otra pregunta incomoda...
- Y Anita, como no te diste cuenta que Juan estaba all�?...
pregunto mi padre.
- Ah... es que... no revise el establo.... dijo Anita
sonroj�ndose levemente.
Mi madre me miro... una sombra de duda se cerni� sobre sus
ojos... adivine lo que iba a decir... Pamelita angustiada miraba el desenlace de
aquella escena...
- Y tu Juan... como no te diste cuenta cuando tu prima
entro?.... pregunto mi madre.
- Bueno, mama ya sabes... yo duermo como tronco y ni un
terremoto me despierta... dije con aplomo.
- Eso es cierto... dijo mi padre, que no desaprovecho la
oportunidad para reprocharme.
Despu�s de este peque�o sobresalto, mi t�o apenado, procedi�
r�pidamente a habilitar un peque�o, casi claustrof�bico, cuarto para m�...
quedaba al lado del cuarto de mis primas, pero frente a la puerta de mis
padres... no siempre se gana...
Anita no volvi� a preguntarme acerca de lo que dije esa
ma�ana despu�s de la salvaje cogida que le di, supongo que sufri� un shock ante
la aparici�n de mi madre y se olvido por completo de aquel incidente.
Los siguientes d�as transcurrieron con mas de una tensi�n...
por las ma�anas nos despert�bamos mas temprano de lo usual, luego de que Anita
orde�ara mi leche, yo regresaba a mi cuarto, antes de que mi madre se
despertara,... aun as� un d�a casi nos atrapa, esa vez si tuve tiempo de escapar
por aquella rendija de la pared...
Por las tardes, si se pod�a, nos escabull�amos de la
vigilancia de mi madre, entre los arbustos continu�bamos presurosamente nuestras
sesiones, no pod�amos ausentarnos m�s de lo debido... la tensi�n aumento y
nuestras sesiones disminuyeron... pero a veces eran mas satisfactorias, tal vez
por aquella sensaci�n de lo prohibido, de ser descubiertos, ello le agregaba un
toque mas er�tico...
Mi madre se dedico a ayudar en las labores domesticas, aunque
siempre interesada en aprender: como hacer quesos y manequilla, y como orde�ar
vacas... mi padre trabajaba con ah�nco recordando tal vez sus �pocas de
juventud. Quien lo dir�a, termine trabajando hombro a hombro con mi viejo y el
se fue soltando mas, al menos ya no lo ve�a como el ogro de la casa, una que
otra palmadita en el hombro me dio despu�s de una larga faena... no me hacia
muchas ilusiones respecto a su nuevo trato, regresando a la ciudad y volviendo a
la monoton�a de su trabajo, seguramente su trato familiar tambi�n retornar�a su
cauce normal... as� que no le di mas vueltas al asunto e intente disfrutar en la
medida de los posible aquellas forzadas vacaciones familiares...
Tambi�n vi m�s de una vez al infeliz de Pedro rondando por
nuestras tierras y saludando, casi cortejando a Anita... ya volver�a a
encontrarme con ese tipejo en el futuro en un campo, no precisamente de
batalla... eso se los contare luego...
Ahhh y sobre Pamelita... bueno, fui suprimiendo
paulatinamente cualquier tipo de pensamiento innoble... pens� que luego del
segundo incidente en la cocina (cuando casi la beso) se volver�a mas hura�a
conmigo, peor que cuando casi me atrapa con Anita, pero por el contrario nuestra
delaci�n volvi� a ser amical... hasta me tenia mas confianza, brome�bamos mas,
aunque cuando Anita se nos acercaba, Pamela se cohib�a un poco y sol�a dejarnos
solos...
Y as� transcurrieron los d�as, y poco a poco fue acerc�ndose
mi ultimo fin de semana por aquellas calidas tierras...
Continuara...
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