La historia comenz� hace muchos a�os, cuando ten�a trece
a�os. De ir a la escuela y jugar con mu�ecas, un d�a, mam� me dijo que el s�bado
siguiente tendr�amos que asistir a una boda; �mi propia boda! Y nada m�s y nada
menos que con uno de los hijos del mayor terrateniente de la zona. Mam� me dijo
que estaban muy solos, que quer�an a alguna mujer que les diera descendencia y
que Valerio hab�a preguntado en el pueblo. Coincidi� que mi padre estaba all� y
como yo ya hab�a entrado en edad, que no le importaba que me casara con uno de
sus chicos.
Valerio, el terrateniente, de cincuenta a�os, era un viudo
que estaba en silla de ruedas. Su esposa hab�a muerto en el accidente que le
dej� inv�lido. Aunque pudo evitar que le cortasen las piernas, �stas hab�an
quedado inutilizadas (aunque eso no le imped�a gozar con las mujeres, ya que no
ten�a ning�n problema en la columna) Ten�a cinco hijos Walter, el mayor de
veinticinco a�os, Ramiro, de veintitres, Hugo de veinte, Bruno, mi marido de
dieciocho y Oliver de diecis�is a�os. Hay que reconocer que todos est�n
buen�simos.
Lleg� el momento de dar el s� que pas� como en una neblina.
Despu�s, de camino al restaurante, nuestro coche lo conduc�a Hugo y Bruno,
Oliver y yo �bamos detr�s. Nada m�s sentarnos en el coche, yo en medio de los
dos hermanos, empezaron a hablarme de sexo, de los que les gustaba, la forma de
excitarles, etc. Yo no sab�a nada de sexo hasta entonces. Si Bruno, mi marido,
es lanzado, Oliver, el peque�o no se queda atr�s. Fui todo el camino bes�ndome
con uno y con otro mientras ellos me acariciaban los pechos.
La verdad es que me gust�. Adem�s, Bruno, me quit� las
braguitas y se las guard� en el bolsillo dici�ndome que ser�a excitante tocarme
mi conchita de vez en cuando por debajo del mantel. Mientras est�bamos en la
mesa, de vez en cuando notaba las manos de Bruno y de Valerio toc�ndome mi
rajita por debajo del mantel. Ten�a que hacer verdaderos esfuerzos para
disimular, pues notaba que estaba h�meda. En una de esas, Bruno me dijo al o�do
que le encantaba que me mojase para ellos.
Despu�s del banquete, nos dirigimos a la gran casona. Esta
vez, en vez de Oliver, el que se sent� a mi derecha en el coche, fue Valerio, el
padre. Nada m�s sentarnos, Valerio me abraz� con fuerza diciendo que no hab�a
podido besar a la novia como era debido.
Su casa estaba rodeada de muchos kil�metros de terreno por lo
que desde la ciudad hasta la entrada de sus terrenos hab�a un par de kil�metros
m�s o menos y desde la entrada hasta la casa unos diez. Mientras el padre me
besaba, Bruno hab�a empezado a desabrochar el vestido. Nadie nos iba a ver.
Bruno me sac� un pecho fuera y empez� a chuparlo y a lamerlo. Valerio, por su
parte, sin dejar de besarme en la boca, hab�a empezado a hurgar con sus dedos
por mi rajita que cada vez se iba mojando m�s. Empez� a meter y a sacar primero
un dedo, luego dos y al final hasta tres. Yo estaba totalmente estremecida de
placer y gem�a cada vez m�s fuerte con las caricias del padre y del hijo. Tuve
all� mi primer orgasmo. A todo esto, Hugo que conduc�a el coche, nos dirigi� una
sonrisa a los tres por el retrovisor y coment� que lo est�bamos poniendo a mil.
Llegamos hasta la casa y entre Hugo y Bruno ayudaron a su
padre a salir del coche y sentarse en su silla de ruedas. Los tres hombres
estaban totalmente empalmados. Yo sal� medio desnuda del coche ya que me hab�an
pedido que no me vistiera. Mientras Bruno terminaba de acomodar a su padre, Hugo
me abraz� y me dio un beso de bienvenida a casa. Luego los que me dieron una
bienvenida muy especial fueron Walter y Ramiro. Terminaron de quitarme el
vestido que se la lanzaron a Oliver para que la metiese en casa, Ramiro se sent�
en el suelo y me lami� el chocho mientras Walter me besaba las tetas. Fue una
gran bienvenida.
Fuimos a la habitaci�n de Valerio. Hugo y Bruno fueron
quit�ndose toda la ropa por el camino. Valerio, se quit� la camisa y agarr�ndose
a la barra que hab�a sobre la cama, se subi� a ella. Mientras estaba agarrado a
la barra, Valerio me invit� a desnudarle por completo. Con un poco de
nerviosismos por lo que me esperaba aunque muy excitada, le solt� la hebilla del
pantal�n, le baj� la cremallera y le baj� el pantal�n arrastrando de paso el
canzoncillo. Con los tres hombres totalmente desnudos, Valerio me hizo ponerme
sobre �l, para hacer un 69. Fue delicioso.
Luego le toc� el turno a Bruno y por �ltimo a Hugo. Como
marido m�o, Bruno tuvo el honor de desvirgarme. Me doli� much�simo pero al final
goc� de lo lindo. Despu�s de descansar unos minutos, Hugo me hizo poner de
rodillas sobre Valerio con las piernas a los lados de su cuerpo. Hugo unt� con
vaselina todo mi ano y su pene y empez� a meterlo dentro de mi culito, mientras
Valerio me chupaba y lam�a las tetas y sus dedos acariciaban mi cl�toris. Fueron
unos momentos extra�os. Mientras Valerio me proporcionaba un placer exquisito,
sent�a un dolor tremendo con la vergota de Hugo tratando de meterse hasta el
fondo de mi ano.
Despu�s de haberlo conseguido, empez� a moverse muy despacio.
Entonces, Valerio me penetr� sin dejar de lamerme los pezones y acariciarme el
cl�toris, mientras que Bruno met�a su polla en mi boca. Tuve varios orgasmos
tremendos, sobre todo al sentir dentro de m�, los chorros de semen caliente.
Ten�a el cuerpo lleno de semen, por delante, por detr�s y por la boca. Despu�s
de recuperar el aliento, Bruno se tumb� en la cama, Valerio, agarr�ndose a la
barra, se puso sobre m� y me encul�. Fue Hugo el que meti� su polla entonces en
mi boca. As�, gozando y turn�ndonos, pasamos toda la noche. A la ma�ana
siguiente, yo estaba agotada aunque feliz.
Despu�s del almuerzo, Oliver me pill� por banda y me meti� en
su habitaci�n. Era el que menos experiencia ten�a por ser el m�s joven, pero su
entusiasmo me hac�a gozar de lo lindo. Lleg� el lunes y todos seguimos con
nuestros quehaceres. Yo segu� yendo a la escuela, ya que quer�an no les
importaba que siguiera estudiando. Lleg� la noche y esta vez me acost� en la
cama de Walter, junto con Ramiro. Tambi�n me hicieron gozar de lo lindo.
Al cabo del mes ya estaba embarazada. Como faltaba muy poco
para que terminara la escuela y todav�a no se me iba a notar, fui yendo a clase
sin decir nada de mi embarazo. Por suerte, no tuve mareos. A partir de entonces
segu� estudiando a distancia ya que quer�an varios hijos bastante seguidos en
edad y que luego ya disfrutar�a cuando crecieran. �Y vaya si tuve hijos! En
cinco a�os, ocho hijos, aunque en medio hubo un parto de trillizos y otro de
mellizos. Como no se sab�a en realidad qui�n era el padre de cada ni�o, todos
cuidaban de todos.
Para Valerio, todos eran sus hijos (y nietos) y para cada uno
de los chicos lo mismo. Creo que tuve por lo menos un hijo con cada uno de
ellos. Entre los hijos, gozar con los seis hombres y los estudios a distancia,
consegu� hacer una carrera aunque nunca la ejerc�. Todos los meses, hay una
semana en la que gozo con solo uno de ellos. Un d�a es Valerio, al d�a siguiente
Bruno, y as� hasta terminar con todos. Adem�s, ahora se ha a�adido un hombre
m�s: mi hijo mayor Eduardo, y todos los hombres tienen a otra chica para gozar,
nuestra hija Elena.