Eran un pueblo de unos diez mil habitantes, con un alto
porcentaje de inmigrantes, en especial magrebies y de Europa del Este. El tipo
que alquilo mi vivienda a la empresa era tambi�n mi vecino. Un individuo hura�o
y malencarado que tenia una empresa de fontaner�a para nuevas construcciones. El
caso es que a pesar de su mala fama congeniamos, en especial porque nos
descubrimos vicios comunes, alcohol, coca�na y drogas en general. Los tipos del
bar donde sol�a comer alucinaban con que un aparente caballero como yo se
llevara bien con el tipo mas odiado del pueblo. El caso es que, Antonio (es su
verdadero nombre) tenia una novia ucraniana de unos cuarenta a�os y pretend�a
que se fuera a vivir con el, dec�a que necesitaba una mujer que le cuidara la
casa, ya sab�is, el t�pico machismo del sur de Espa�a. Pero Tatiana, la
ucraniana, le daba largas dici�ndole que si le quer�a y quer�a que fuera su
compa�era deb�a de traer a su ni�a de catorce a�os que viv�a en Kiev con sus
abuelos, de lo contrario se buscar�a otro hombre.

Antonio no tragaba con el tema de verse padre, de la noche a
la ma�ana, de una ni�a de catorce a�os. Un d�a Tatiana fue a verme, me dijo que
yo era la �nica persona que pod�a convencerlo para traer a su peque�a a Espa�a,
que comprendiera el dolor de una madre separada de su hija y que har�a lo que yo
le pidiera si aceptaba ayudarle.

La verdad es que no tuve que pedirle nada, Tatiana,
acostumbrada de utilizar el sexo para sus conseguir sus objetivos me follo de lo
lindo, me chupo la polla, trago mi semen y me ofreci� su culo, creo que gustosa
de follar con un tipo limpio y menos rudo que Antonio. El caso es que colabore
con ella y una noche de whisky de malta y coca�na en la terraza de mi casa
convenc� a Antonio para que cediera a los deseos de la ucraniana y trajera a la
ni�a.

Diana, la ni�a, era una virgen vestal. Cuando la vi me quede
de piedra. Una adolescente rubia como el oro, guapisima, con los ojos azul
intenso y unas peque�as tetitas que despuntaban en su sueter. Su madre me la
presento dici�ndole que yo era el hombre gracias al cual estaba en Espa�a. La
chica me sonr�o, me beso y me abrazo, susurr�ndome un muchas gracias en un mas
que aceptable espa�ol.

Nunca he sido de ese tipo de t�os que babean con las lolitas,
aunque a nadie le amarga un dulce, pero a las dos semanas de tener a la joven
Diana como vecina, en pleno verano, con tan poquita ropa, tomando el sol en el
balc�n de los vecinos y entrando y saliendo de mi casa como si fuera la suya, he
de reconocer que casi todas las noches en que no consegu�a alg�n ligue que
calmara mi ardor, acababa masturb�ndome a su salud. Comenc� a mirarla de otra
forma, no como una ni�a sino como una mujer.

Pronto los inocentes juegos y las cosquillas fueron tornando
para mi en una vor�gine de morbo que acababa produciendo estragos en mi
entrepierna. Para colmo la chica pose�a el don de la discreci�n y delante de su
padre adoptivo y su madre manten�a cierto distanciamiento, mientras que cuando
estaba conmigo buscaba la broma, el roce y el contacto corporal. Se sentaba con,
cre�a yo, naturalidad en mi entrepiernas, haci�ndome sentir en la polla el surco
de sus nalguitas y provoc�ndome tremendas erecciones que al final descubr� no le
pasaban inadvertidas.

Un fin de semana, su madre me pidi�, con su habitual cara de
puton, un favor muy especial, ir�an a otra ciudad distante unos doscientos
kil�metros porque Antonio iba a presentarle a su familia y me ped�a que me
hiciera cargo de la ni�a ese fin de semana porque su compa�ero hab�a decidido
que no les caer�a bien saber que la nueva esposa venia con carga extra. El caso
es que acepte supernervioso, soy un t�o sensato y a pesar del morbo del asunto
no me apetec�a lo mas m�nimo un escandallo ni ninguna situaci�n que me
perjudicara.

Salieron temprano, de madrugada y les desped� junto a una
Diana somnolienta. Cuando se fueron le dije a la ni�a que me iba a dormir otro
rato y ella me dijo que no me preocupara, que su madre le hab�a ordenado que me
cuidara, que ella seria la mujer de la casa y que me iba a hacer el desayuno. No
me tome, evidentemente, sus palabras al pie de la letra pero el caso es que a
los veinte minutos mas o menos la ni�a se presento en mi habitaci�n con una
bandeja con caf� y tostadas, hasta ah� todo normal, lo que no era tan normal es
que llevaba una min�scula tanguita y un peque�o sujetador de algod�n sin copa en
el que se se�alaban sus incipientes tetitas.

Como era verano y solo dorm�a en slips mi erecci�n era
evidente aunque intente evitarla a sus ojos mientras desayunaba. Ella me pidi�
permiso para meterse en la cama y yo turbado se lo di. Cuando termine de
desayunar le dije que tenia sue�o y que continuar�a durmiendo, ella me dijo que
har�a lo mismo, puso la bandeja sobre la mesa de noche y los dos intentamos
dormir. Yo estaba de lado, haciendo como que dorm�a, pero incapaz de hacerlo,
con una erecci�n como un caballo. Ella en la misma posici�n que yo d�ndome la
espalda, pod�a oler la fragancia de lavanda en su cuello y su pelo casi me hacia
cosquillas en la nariz, la chica se acerco a mi y puso sus nalguitas justo a la
altura de mi polla, mi erecci�n era ya una barbaridad y mas aun cuando sent�
como se acomodaba para tener mi polla en el surco de las mismas. Intentaba
contenerme pero mi polla palpitaba en sus nalgas, anhelando un contacto mas
profundo, en el momento en que sent� como ella se mov�a, en vaiv�n, sobre mi
paquete y suspiraba de forma entrecortada ya no me pude contener y comenc� a
moverme a su ritmo y a besarle en la nuca.

_Pense que no te gustaba- me dijo d�ndose la vuelta y
bes�ndome en la boca con la mas maravillosas de las miradas.

La apret� contra mi cuerpo y ella colaboro quit�ndose el
sujetador y mostrando y ofreci�ndome sus tetitas maravillosas, redonditas y
peque�as, con un peque�o, tambi�n, roset�n claro y un puntiagudo pezoncito que
chupe con todo el amor del mundo, fuera de mi. Estaba dispuesto a ir a la c�rcel
si era necesario pero tenia claro que me la iba a follar viva.

Le quite las braguitas y invert� mi posici�n, pude ver a
pocos cent�metros su co�ito adolescente, con sus labios rosados cerrados
cubierto de escaso vello rubio, casi trasparente. Acerque mis labios, ol�a a
lavanda y orina y me puso fuera de mi, abr� los labios con mis dedos, con
suavidad, y comenc� a lamerle los labios del co�ito y el cl�toris cuando sent�
como bajaba mis slips, tomaba mi polla en sus manitas y le pasaba la lengua por
la punta, fue inmediato, no me pude contener, le solt� en la boca y en la carita
una andanada de leche como nunca hab�a soltado. Ella segu�a lamiendo y bebiendo
mi semen mientras yo totalmente dislocado segu�a comi�ndole el co�ito que ya
manaba exquisitos juguitos, mi polla aunque ya no dura estaba bien gorda y ella
segu�a jugando con su boca y su lengua sobre ella. Yo segu� comi�ndole el
co�ito, que ahora tenia sus labios abiertos como la flor de la ma�ana estaba
empapada, le met�a un dedo en el co�ito hasta que su virgo me imped�a avanzar
mas y otro por el culito, ella se estremec�a y me dec�a.

_Si as� as� ya ya que rico que rico�

Olvido mi polla y con sus manos apret� mi cabeza contra su
co�ito y levantando su culito, corri�ndose viva en mis labios, fue maravilloso,
tan maravilloso, tan prohibido que mi polla estaba de nuevo dura y palpitante,
poderosa.

Con algunos restos de mi corrida aun en su pelo, la de la
cara se la hab�a limpiado con los dedos y metido en la boca, y tumbado en la
cama, la tome y la puse sobre mi, mi polla sobre el surco de su co�ito y comenc�
a balancearla arriba y abajo, en el colmo del placer, ella gem�a de gusto. Se
incorporo, apunto mi polla en la entrada y se la meti� hasta que el himen
impidi� que profundizara en la penetraci�n, me miraba sin decirme nada pero lo
dec�a todo con la mirada, estaba dispuesta a que la empalara viva y la
desvirgara, la tome de las nalgas en peso y le avise de que era el momento, la
solt� y ella se dejo caer sobre mi verga, sent� su co�ito estrecho abrirse todo
y recibir casi dos tercios de mi verga dentro de ella, no grito pero el dolor se
dibujaba en la cara, aun asi se dejo caer totalmente y se clavo mi polla hasta
las pelotas, qued�ndose quieta sobre mi, como desmayada y con la respiraci�n
entrecortada. La bese y le limpie las lagrimillas a besos sintiendo la incre�ble
presi�n de su co�ito adolescente en mi polla. Esperando que se recuperara del
dolor.

_Ahora ya no me duele, ahora solo me escuece un poco y me da
mucho gustito_ me dijo

La tome por las nalguitas y comenc� a presionar sin mete y
saca, apret�ndole las nalguitas y jugando con el ojete de su culito, ella
comenz� a gemir y a susurrar en ruso, nunca hab�a tenido mi polla con esa
sensaci�n, entre el morbo, lo apretado de su co�ito y su colaboraci�n me tenia
al borde de otra corrida, me contuve lo que pude pero cuando sent� que comenzaba
a levantarse y a bajarse sobre mi polla fue imposible cualquier contenci�n, me
corr� en su co�ito apote�sicamente.

Me quede casi desmayado, con remordimientos de conciencia y
con Diana empalada en mi polla que nunca hab�a tardado tanto en volver a su
estado natural mientras ella se mov�a lentamente sobre mi y gem�a de gusto.
Cuando mi polla volvi� a su estado normal y se sali� de su co�ito la tome en
brazos y la lleve al ba�o, en la punta de mi polla hab�a restos de semen y
sangre y en su co�ito, se derramaba mi semen y de sus labios abiertos sal�a un
hilillo de sangre. En la ba�era le limpie el co�ito con una esponja y gel neutro
y ella, curiosa, me limpio la polla, me la meneo subiendo y bajando el pellejo y
meti�ndosela en la boca. La puse sobre mi y examine su co�ito, sus labios ahora
abiertos y mas rojos, irritados, eran una visi�n celestial que me puso otra vez
a tono, empalmado como un caballo.

Nos secamos y volvimos a la cama, de nuevo comenc� a comerle
el co�ito y ella a gemir de placer, pronto tuve ganas de poseerla de nuevo, la
puse al borde de la cama a cuatro patas al borde de la cama y me puse de pie
tras ella, la visi�n era id�lica, su co�ito asomaba entre sus nalgas abierto e
invitador, con suavidad se la fui metiendo poco a poco hasta los cojones, notaba
una presi�n imposible en mi verga, un placer maravillosos y �nico y comenc� a
bombear suavemente, al principio se quejo un poco pero pronto sent� como sub�a
sus nalgas para recibirme todo dentro de ella y aumente la intensidad de mis
acometidas, era tremendo, la fricci�n de mi polla entrando y saliendo de su
co�ito, adem�s despu�s de la segunda corrida ya tenia claro que este polvo seria
mas largo, ella gem�a de gusto y sent� como se corr�a, entre grititos en ruso,
sent� su zumo inundando mi polla y facilitando con la lubricaci�n de su corrida
la penetraci�n y el mete y saca, ella gozaba y se estiraba de placer y yo
bombeaba polla en su co�ito desesperado, levant�ndola en peso.

No se cuanto tiempo estuve follandola, la ma�ana avanzaba y
el calor era fuerte, sudando hasta que sent� como se corr�a de nuevo en un
estertor y casi se desmayaba. Pare y con suavidad se la saque, extenuado y
todav�a empalmado.

Me tumbe en la cama mientras ella se iba al aseo a lavarse,
casi dormido escuche el sonido de la cadena del water y el del grifo del vide,
hab�a vaciado su tripita.

Se coloco junto a mi y continuo mam�ndome la polla, lo hacia
muy bien, muy suave, como una ni�a chupando su caramelo, comenc� a acariciarla y
cual no fue mi sorpresa cuando al tocarle las nalgas las sent� resbaladizas,
toque su culo y note que se lo hab�a embadurnado de aceite, me sonr�o con la
mirada ya que con la boca llena de polla no pod�a hacerlo de otra forma. Mi
polla palpito ante tan evidente invitaci�n, de nuevo su puso sobre mi, como
cuando le desvirgue el co�ito, resfregandose mi polla sobre el surco y
incorpor�ndose se la puso en la entrada del culito, no quer�a hacerle da�o pero
ya no hab�a raz�n alguna que atender, la tire sobre mi y sent� su hoyito
abrirse, le met� el capullo y ella grito de dolor sali�ndose, crei que no lo
volveria intentar pero despu�s de estar resfregandose mi polla durante un minuto
lo volvi� a hacer, esta vez no estaba dispuesto a que se la sacara, de un
empuj�n le met� el capullo y algo mas y la retuve, ella lloraba pero a mi no me
importaba ya nada, segu� avanzando dentro de su culito y casi consegu� meterle
toda la polla, sent�a su culo abierto, ultrajado, una presi�n mas imposible en
mi polla que la de su virginal co�ito, ella comenz� a tocarse el cl�toris,
manteni�ndose sin penetrarse entera, entre lloros y gemidos, no se donde hab�a
aprendido pero estaba alucinado, sobre todo cuando se dejo caer por entero y se
empalo toda mi polla en el culo, me incorpore y comenc� a besarle las tetitas,
ella se frotaba el cl�toris con tres dedos y hacia movimientos compulsivos sobre
mi, no me lo pod�a creer, se estaba corriendo, lo angosto y estrecho de su culo
y su calor era inmenso, el calor de la sangre de su culo virginal en mi polla me
convirtieron en un animal, comenc� a culearla y a penetrarla salvajemente, sin
atender sus suplicas y su llanto y le rev�nte el culo con una supercorrida.

Casi me quedo en coma, con ella gimiendo y llorando
sordamente sobre mi sin sacarse la polla y continuando sus frotamientos en el
cl�toris, pude sentir como se corr�a de nuevo. Joder con la ni�a, menuda putita.
Poco a poco mi polla se desinflo y con un apret�n de sus nalguitas sali� de su
recept�culo. Restos de semen, sangre y un poco de caca eran el trofeo de mi
enculada, ella tenia el culito ensangrentado, abierto con el di�metro de mi
polla, irritado y derramando semen. La tome, le ped� perd�n por haberle hecho
da�o y le lleve al aseo de nuevo.

Ella me digo:

_Eres bueno, me ha gustado, mi mama me dijo que tenia que
aguantar el dolor que tu serias bueno y que otro hombre seguro me har�a mas
da�o_

Me quede de piedra, la puta de su madre hab�a llevado el
agradeciendo a unos extremos insospechados. Durante tres meses, con su
complicidad y con la ignorancia de Antonio, Diana fue mi mujer, mi compa�era, la
mejor que he tenido. Me fui de ese lugar porque mi trabajo me llevo a otros
lugares, me entere que Tatiana y Antonio hab�an roto y no se Diana desde hace
tiempo. Lloro su ausencia.