Aquella noche la pas� fatal. Tuve pesadillas horribles. Me
ve�a en el s�tano de un viejo caser�n, arrodillada en el suelo, sobre un mont�n
de orines, mientras unos hombres me follaban la boca sin parar, y luego se
meaban sobre mi cuerpo. Uno detr�s de otro. Cada uno segu�a el turno. Terminaba
uno, luego pasaba el siguiente. Los dem�s esperaban mene�ndose los nabos.
Casi no hablaban. Solo se escuchaban algunos gemidos de los
machos, y el chapoteo de mi boca en el metesaca. Me ten�an las manos envueltas
en cinta adhesiva; apretadas y envueltas. Pegadas casi a los hombros con m�s
cinta, de tal forma que no pod�a mover los brazos.
Me cog�an del pelo y directamente entraban en mi boca,
foll�ndola a gusto. Parec�an una jaur�a de perros alrededor de una presa
abatida. A veces discut�an entre s� sobre el turno. Pero no lo hac�an con
palabras. Eran como berridos y bufidos. Me ahogaban. Sent�a n�useas porque
entraban muy adentro y babeaba continuamente. Tragaba cuanto pod�a, tos�a y daba
arcadas en los cambios de rabo. Me sal�a semen por la nariz.
Me lloraban los ojos. Pero ellos no se inmutaban, segu�an con
sus pollas tiesas. Casi no ve�a nada y me escoc�an los ojos. Seg�n terminaban de
orinar sobre m� me daban un par de pollazos en la cara para escurr�rsela y se
iban retirando sin decir palabra. Algunos limpiaban sus rabos en mi pelo. Nunca
se acababa. Segu�an viniendo m�s hombres a meterla en mi boca. Fue un sue�o
angustioso. Despert� cuando pensaba que iba a morir ahogada en cuajos y ten�a la
cama toda mojada de sudor, y las bragas encharcadas en caldo de puta.
Me dieron ganas de masturbarme porque sent�a la raja toda
mojada. Pero no pude. Mi novio, antes de dormirme me hab�a atado a la cama, con
la misma cinta de mi pesadilla. Le hab�a pedido por favor que no lo hiciera, que
ya hab�a tenido bastante con lo que me hab�a hecho pasar con aquel tipo al que
me llev�. No tuvo compasi�n. Se limit� a darme un bofet�n, me desvisti�,
dej�ndome solo en bragas, me at�, y me cubri� con una s�bana para que no cogiera
fr�o. As� amanec� aquel d�a, atada y caliente como una aut�ntica fulana. Aunque
continuaba con ese sentimiento de humillaci�n que me dej� mi "estreno" como
esclava p�blica.
Ser�an las diez de la ma�ana. Llam� a mi novio para que me
desatara. No estaba en casa. Supongo que se levant� temprano, y me dej� dormir
all�, en aquella peque�a cama en el cuartucho donde me "guardaba" como �l dec�a.
Porque aunque de cara a la galer�a, �ramos novios, y se supon�a que dorm�amos
juntos en una hermosa cama de matrimonio que ten�a en su piso, en la intimidad
yo no era m�s que su puta, su fulana, y sobre todo su esclava, y por tanto me
reservaba un cuarto, peque�o y oscuro para que durmiera. Ten�a aquel cuartucho
una bombilla en el techo, sin l�mpara, una cama de hierro, un somier antiguo de
alambres y una colchoneta vieja, seguramente de segunda mano. Como yo. Todo era
l�gubre en aquel cuarto, a pesar de que el piso ten�a de todo y era bastante
lujoso. Mi novio viv�a bien, como se suele decir. Aunque nunca hablara conmigo
de su trabajo, se ve�a que no le faltaba un buen sueldo a final de mes.
No pod�a moverme, as� que solo me qued� esperar. No sent�a
los brazos, porque durante la noche se me hab�an dormido debido a lo forzado de
la postura, y me dol�an los tobillos. Record� que hoy tocaba la siguiente cita
con el segundo hombre que me usar�a. Era fin de semana, no recuerdo exactamente
si s�bado o domingo. Me perd� en mis pensamientos mientras permanec�a atada al
catre hasta que mi novio regres�. No me saludo siquiera. Se limit� a desatarme,
me agarr� del pelo y escupi� en mi boca. No pod�a mover los brazos, que
continuaban dormidos as� que me dej� hacer. Casi me arrastr� como un trapo hasta
el cuarto de ba�o. �Tengo ganas de mear- dijo. Como dije no sol�a hacerlo sobre
m�, pero le gust� como lo hizo el tipo del d�a anterior, as� que desde entonces,
cada vez que necesit� evacuar sus orines lo hizo en mi boca. Me puso la cabeza
en la taza, se baj� la bragueta y sac� su aparato, fl�ccido y arrugado. -Abre la
boca fulana, y coge el chorro. Traga lo que puedas y no se te ocurra vomitar-.
Mis brazos comenzaron a reaccionar mientras el l�quido caliente corr�a por mi
garganta. Me dol�an mucho, pero no les hice caso y me concentr� en ser un buen
urinario para mi macho. Me lo agradeci� escupi�ndome de nuevo despu�s de darme
un par de pollazos en la cara. Como en mi sue�o.
Ya restablecida, despu�s de una ducha r�pida, escuch�
mientras desayunaba los planes que aquel d�a ten�a mi novio reservados para m�.
-Hoy no tendr�s que salir de casa, puta. Pl�cido vendr� aqu�-
-�As� se llama el t�o?, que nombre m�s raro. �C�mo es? �Puedo
saberlo?. D�melo, cari�o, por favor. No me tengas en ascuas. Sabes que har� lo
que me pidas, pero al menos, deja que me prepare conociendo algunos detalles.
Sabes que eso me tranquiliza y as� podr� servir mejor.-
-No necesitas saber nada m�s. Hasta su nombre sobra, pues no
tienes que dirigirte a �l en ning�n momento. No quiero conversaciones ni trato
entre puta y macho. Lo sabes. Para los t�os que van a usarte a lo largo de tu
puta vida no eres m�s que lo que eres para m�. Un co�o que, como mucho,
contestar� a lo que le pregunten. Por lo dem�s no hablar�s y mucho menos
entrar�s en conversaciones con nadie. Tampoco necesitas saber cual es su aspecto
f�sico. Sabes que no puedes elegir, y cuanto antes te metas en la cabeza que
servir�s a cualquiera a quien yo te entregue, mejor para ti. El t�o vendr� aqu�,
esta tarde sobre las ocho. T� estar�s desnuda y lo recibir�s de pi�, con las
manos atadas a la espalda. Creo que antes de follarte quiere madurarte un poco-
-�Madurarme?- pregunt� extra�ada.
-�Darte unas cuantas hostias, est�pida!. Cuando hayas rodado
por el piso lo suficiente y empieces a llorar te follar� la boca. Creo que le
encanta "dar biber�n" a una fulana llorona. Pero no se te ocurra fingir el
llanto. Dice que odia que le hagan "teatros", y ser� peor para ti si no le
satisfacen tus l�grimas.-
-Me est�s asustando. �Me pegar� muy fuerte?. Por favor, dile
que no lo haga. Creo que deber�as haberme entrenado para ello antes de esto.-
-�C�llate cerda!. �Desde cu�ndo decides t� para qu� est�s
preparada y para qu� no!. �Es que no vas a servir ni para saco de apaleo?. �Si
el t�o te quiere dar de hostias, t� te callas y las recibes!. �y despu�s abres
la puta boca y que te le meta hasta el est�mago!. �Has entendido, puta
subnormal?-
-S�, Amo. Perd�name. Soy una tonta-
-Las tontas son catedr�ticas a tu lado. T� no eres m�s que un
saco de meter pollas.
Aun sigo sintiendo escalofr�os cuando me hablan as�. Pero no
puedo evitar mojarme al mismo tiempo. Mi raja es un "super-receptor de
humillaciones. Cuanto m�s baja y m�s humillada me siento, m�s caliente me pongo.
Y mi novio lo sab�a. Era la llave que utilizaba siempre conmigo para abrir mis
defensas. Me ten�a bajo su mando con ese sistema. Yo era un pelele con el que se
divert�a. Era su juguete. Pero aquel d�a, ser�a un juguete prestado, que otro
acabar�a rompiendo.
A las ocho de la tarde ya me ten�a mi novio desnuda y con las
manos atadas a la espalda. Me hab�a obligado a maquillarme m�s aun que el d�a
anterior. Mucho rimel y mucha barra de labios. Negro y rojo respectivamente. Me
hab�a recogido el pelo con una cola muy alta, sobre la coronilla. Despu�s
descubrir�a el por qu� de ese recogido tan poco habitual. Estuve esperando en el
centro del sal�n, sentada en una silla.
Pl�cido tard� un poco en llegar. Ser�an sobre las ocho y
media cuando son� el timbre. Mi novio fue a abrir la puerta y escuch� la
conversaci�n. Disculpas por el retraso y poco m�s. Me puse de pi�, y esper�
junto a la silla, con la mirada baja. �Pasa dentro- escuch� -yo voy en seguida.
Puedes empezar cuando quieras, no te preocupes por m�.-
V� como se abr�a la puerta del sal�n y entraba un hombre
mayor, de unos cincuenta y cinco a�os. Ven�a desnudo de cintura para abajo,
supongo que se desnud� en el recibidor. Clav� la vista en su miembro, que estaba
medio erecto y le colgaba un hilillo de l�quido preseminal. Se habr� estado
pajeando, pens�, mientras conduc�a hasta aqu�. Su aspecto era m�s desagradable
si cabe que el del d�a anterior, y ten�a cara de pocos amigos. No muy alto,
calvo, la cara muy curtida y las facciones muy marcadas. Bastante peludo, y con
la barriga de orangut�n t�pica de los hombres que no se privan de nada. Pero el
fest�n de hoy lo ten�a delante de sus narices: carne fresca y desvalida lista
para servir, pero se dispon�a a "macerarlo" antes de dar cuenta de el. Tra�a una
bolsa en la mano. La dej� en el suelo y sac� algo de ella. Se acerc� a m�. Me
rode�, estudi�ndome y observando mi cuerpo. Lo que tra�a en la mano eran una
especie de tapones peque�os que me coloc� en los oidos. Me agarr� de la cola con
una mano (descubr� m�s tarde que ese recogido tan peculiar no era m�s que un
"asa" por donde me agarrar�a y arrastrar�a por todo el piso). Respiraba muy
fuerte, y su aliento, sin ser desagradable era muy "espeso".
No dijo nada, ni palabra. Solo me cruz� la cara de un bofet�n
con su mano libre. Me mantuvo en equilibrio sujent�ndome por la cola. Di un
grito agudo, m�s por la sorpresa que por el dolor y not� un calor creciente en
mi mejilla.
-�No quiero escucharte, perra!, �as� que cierra la boca si no
quieres que te salte los dientes!-
Comenc� a hacer pucheros, pero por supuesto no le bast�. Sin
dejar de asirme por la cola empez� a castigar mis tetas. Palmadas espaciadas,
pero muy fuertes. Yo me encog�a, intentado protegerme con los hombros, pero era
in�til. Tiraba hacia atr�s de mi cabeza y mis pechos quedaban nuevamente
expuestos al castigo. Con cada palmada esperaba un poco como estudiando el
efecto que produc�a. Mis tetas se iban poniendo m�s rojas con cada palmada. Las
sent�a calientes. Cambi� la direcci�n de los golpes, ahora lo hac�a de abajo a
arriba, por debajo de mis areolas. Y luego se dedic� a retorcerme los pezones
con los dedos. El dolor era agudo, pero nada comparado con lo que hizo luego.
Acerc� sus dientes a mi pez�n derecho y apret� con fuerza. Solt� un nuevo grito
y se me saltaron las l�grimas. Me call� con una hostia en plena cara con el
dorso de la mano. Luego otra, y luego dos m�s en cada mejilla. Mi llanto era
ahora continuo, pero ya no grit� m�s. Solo gem�a y emit�a sonidos guturales. Y
con cada golpe me hund�a m�s y m�s en un estado de postraci�n casi hipn�tico.
Mis defensas estaban rotas, y mi cuerpo empezaba a ponerse "maduro". Casi no le
o�a por los tapones de los o�dos (creo que me los hab�a puesto para no
da��rmelos si alg�n golpe me alcanzaba directamente en ellos, como as� fue),
pero de todas formas aquel hombre no hablaba mucho.
Me tir� al suelo de un empuj�n y me orden� andar a cuatro
patas. Pero con las manos atadas a la espalda solo pude arrastrarme como un
perro herido. Eso s�, mis agujeros deb�an ofrec�rseles ampliamente a mi verdugo.
Empez� a patearme el culo. La humillaci�n era may�scula, sobre todo cuando se
mont� encima, con lo que sus huevos quedaban en mis manos. Los sob� a una orden
suya, y me "dio trote". ��Cabalga, sucia borrica!, que este burro te la va a
meter por el "mojino"(ano) para que no quedes pre�ada!-. El hombre pesaba mucho.
Me estaba destrozando las rodillas que junto con mi cara, ahora totalmente
pegada al suelo, eran mis puntos de apoyo. Pero sobre todo me dol�an los
"cuartos traseros", que no dejaba de golpear con las botas y con la mano
desnuda. Me orden� rebuznar como un asno, cosa que hice entre gemidos.
Cuando se cans�, me levant� tirando del "asa", y me abofete�
repetidamente las dos mejillas. Casi no reaccion�, pues ya el dolor se confund�a
en mi mente con la humillaci�n y el gusto que empezaba a sentir en mi vulva.
Estaba salida y necesitaba nabo. Pero me lo dio por la boca. Con la cara toda
manchada por las l�grimas y el rimel corrido ofrec�a un aspecto sin duda
atractivo para aquel hombre que, despu�s de restregarme su porra por toda la
cara, me penetr� hasta la garganta.
No tard� en correrse. Un par de embestidas profundas y el
semen comenz� a manar. Tragu� todo el cuajo que pude, el resto me resbal� por la
barbilla, Limpi� bien su aparato con las fuerzas que me quedaban, agradeci�ndole
el trato dispensado. Me dej� all� tirada. Humillada y caliente.
El t�o desapareci� y apareci� mi novio empalmado, que, sin
desatarme siquiera me la meti� por detr�s. Casi fue hacerlo y correrme, entre
temblores y gemidos. Quiso tambi�n correrse en mi boca, y los cuajos de ambos
machos se mezclaron en mi boca.
Me mantuve d�cil y sumisa todo el resto de la noche. No volv�
a levantarme, y anduve a rastras detr�s de mi novio, como una perra agradecida,
lamiendo sus pies y el suelo que pisaba. Aquella sesi�n me hab�a gustado y ese
fue el modo de agradec�rselo a mi macho. De vez en cuando me daba la vuelta
ofreci�ndole mis agujeros, por si le apetec�a volver a cogerme, y ladraba
lastimosamente suplicando una monta. Pero me ignor� hasta que me llev� a
acostar. A media noche me sac� del sue�o porque ten�a ganas de mear. Lo hizo en
mi boca y me orden� volver a la cama. No me limpi�, ni de su orina, ni de el
cuajo que me pringaba toda. As� dorm� aquella noche. Estaba todo lo contenta que
una puta de mi cala�a se pod�a permitir.
Continuar� ...
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