Relato: Familia com-penetrada





Relato: Familia com-penetrada

01-08-2002



Agradecimiento a mis padres, que nos ense�aron cuanto
sabemos:




Esta historia, es la historia de una experiencia propia que
pasados los a�os, he querido dejar reflejada de forma an�nima para evitar ser
juzgado con los prejuicios de una sociedad condicionada y deformada por
principios "morales" o religiosos de un grado de intolerancia que no podr�an
soportar esta conducta y, como quiera que mi posici�n social no permite una
valoraci�n negativa por motivos estrictamente econ�micos, me dispongo, como
digo, a dar a conocer un hecho real, como muchos otros que se dan en la
intimidad de muchos hogares y que se ocultan entre el miedo a su difusi�n y
censura p�blica o incluso miedo a represalias legales o penales, o incluso,
porque los propios principios de sus protagonistas rechazan sus actos de una
forma irracional, como propios de aberraciones que les han transmitido sin
demasiados argumentos. Viven una existencia atormentada en la convicci�n de
haber hecho algo demon�aco y tan perverso, que merecen el fuego de los
infiernos.


Pues bien, todo esto desde mi perspectiva, como profesional
de la psicolog�a con despacho abierto y como protagonista de una extraordinaria
experiencia de este tipo, puedo afirmar desde mi convencimiento y mi
razonamiento intelectual, que tal conducta no constituye en modo alguno
perversi�n o aberraci�n, pues la ley natural que la madre naturaleza nos imprime
a todos en nuestros corazones al nacer, nos impulsan a estos actos, puede que
pecaminosos desde el punto de vista religioso, pero en modo alguno ileg�timos
contra esa ley natural pues, como vemos, en todas las especies animales se da
con absoluta normalidad. Como es l�gico y se habr� ya deducido, hablo del
incesto, ese t�rmino maldito por algunos y tan natural para todas las especies
animales, como digo.


Comienzo mi historia cuando cumplo 14 a�os en un d�a jueves y
de primavera. Mis padres y mi hermana mayor me obsequian con una bonita fiesta
familiar en donde no faltan ni los regalos, ni la tarta, aunque mis padres me
aseguran que el fin de semana me dar�n un regalo especial sorpresa. Me lo dar�
mi madre y los tres sonr�en con cierta complicidad.


Ese fin de semana, primero de mes, mi padre se marchaba, el
s�bado por la ma�ana a casa de unos amigos, como todos los primeros de mes, a
hacer un campeonato regional de mus que se celebraba en casa de los propios
part�cipes, rotando cada vez en la casa de uno de ellos. En la nuestra no
tocaba, pues hab�a sido recientemente. Mi hermana hab�a decidido marcharse con
unas amigas del instituto a la sierra a pasar el fin de semana esquiando, antes
de que el calor de la primavera derritiese definitivamente la nieve de las
pistas. Es decir, mi madre y yo estar�amos solos en casa todo el fin de semana,
o mas bien, desde el s�bado a primera hora.


Sin darle mayor importancia dej� pasar el viernes con mis
clases y mis amigos con total normalidad, con la ilusi�n de todos los fines de
semana y poder dormir cuanto quisiese �siempre que mis padres mi lo permitiesen,
pues nos les gustaba dejarnos dormir sin l�mite-. No obstante aquel fin de
semana no habr�a de ser como los dem�s, pues mi madre me ten�a preparado un
precioso regalo que hasta tiempo despu�s no sabr�a valorar adecuadamente. As�,
aproximadamente a las 10 de la ma�ana, mi madre pas� a despertarme para
informarme que me ten�a preparado el desayuno especial �enseguida me acord� de
mi regalo-, por lo que sin mucha gana, a pesar de la curiosidad por el regalo,
me levante. Mi madre me mand� a la ducha como siempre antes del desayuno y yo me
dirig� al ba�o. Despu�s del mismo, volv� a la cocina en donde me esperaba mi
madre, que preparaba unas tostadas con mantequilla y mermelada como muchos otros
d�as, por lo que no acertaba a comprender cual era el regalo especial. Ella me
aclar� que lo especial del desayuno no estaba sobre la mesa y que a continuaci�n
me lo mostrar�a. Desayun� viendo la tele y al terminar me pidi� que fuese con
ella a su dormitorio. Con expectaci�n me dirig� tras ella al dormitorio que ya
ten�a arreglado y me pregunt� directamente y sin pre�mbulo alguno que necesitaba
saber si hab�a tenido ya alguna experiencia sexual con alguna chica.


Sin poderlo evitar enrojec� contestando la verdad, es decir,
que no. Ella sonri� al notar mi turbaci�n y me tranquiliz� diciendo que se
alegraba mucho y que no hab�a ning�n problema, simplemente era una informaci�n
necesaria. Yo, al principio pens� que alguien le habr�a dicho algo, alg�n
embarazo de alguna amiga� en fin, no sab�a que pensar y sin dejarme aclarar mis
ideas volvi� a realizar otra pregunta igual de directa que la anterior: "Y a
solas, te has masturbado alguna vez?" Otro nuevo sonrojo m�o y mi dilaci�n y
duda le hicieron comprender que ya hab�a realizado alguna que otra experiencia
de ese tipo. Sin dejarme contestar me dijo: "No hace falta de contestes; ya veo
que s� y me alegro, as� ser� todo mas f�cil".


Yo no sab�a que pensar ni lo que mi madre buscaba, pero
estaba tan nervioso como un flan y mi coraz�n lat�a que pod�a o�rse.


Me encontraba de pi� frente a mi madre, que estaba sentada en
su cama mientras me miraba fijamente. Ella baj� su mirada hasta mi entrepierna y
sonri� alegre al notar lo abultado de mi pantal�n corto de pijama y que yo no me
hab�a dado cuenta. Efectivamente me encontraba en plena erecci�n y era
notoriamente visible. Yo no sab�a como disimular, pues mi posici�n no me lo
permit�a, pero mi madre nuevamente volvi� a tranquilizarme diciendo que no me
avergonzase, pues eso era lo normal a mi edad y que ella ya lo esperaba. Mas
a�n, se alegraba de comprobar que era todo tan normal.


El siguiente paso que me pidi� es que me bajase el pantal�n,
pero yo, ya evidentemente intranquilo, le dije que no, por favor; que sent�a
mucha verg�enza, pero me insisti� diciendo que me ten�a ya muy visto desde ni�o.
Yo no lo ve�a igual, pero ella, tomando la iniciativa, comenz� a bajarme el
pantal�n salvando con delicadeza el obst�culo de mi pene. Yo me dej� llevar.
Cuando me los baj� del todo, levant� los pies para que pudiese retirar el
pantal�n, con lo cual qued� en calzoncillos ante ella como �nico atuendo. Vi con
terrible verg�enza, que por encima de la goma del calzoncillo sobresal�a parte
de mi pene, aunque mi madre no hizo observaci�n alguna. Yo, pensando que no se
hab�a percatado, trat� de cubrirme, pero ella retir� mis manos. Nuevamente
desarmado frente a ella me despoj� de esa �ltima prenda, dejando mi cuerpo
totalmente desnudo y mostrando en su plenitud mis atributos masculinos.


Llegado a este punto yo no pod�a suponer que es lo que mi
madre pretend�a en realidad, pues me parec�a todo absolutamente irreal, un sue�o
fant�stico y que despertar�a enseguida. No fue as�. Yo, avergonzado, no me
atrev�a a preguntar nada y mi madre, empuj�ndome suavemente, me sent� junto a
ella en la cama y me dijo que me recostase sobre mi espalda, dejando las piernas
fuera de la cama. Mi pene mostraba ahora toda su extensi�n y aut�nticas
dimensiones, que sin ser para nada especiales, si se encontraban en el m�ximo de
su erecci�n y volumen. Mi madre cogi� el miembro con una mano y comenz� a frotar
con suavidad y lentitud. Yo cerr� los ojos completamente avergonzado y sin saber
que hacer, pero estaba seguro de que me morir�a, pues el coraz�n me lat�a como
nunca lo hab�a sentido antes. A los pocos segundos de esta actividad, comenc� a
sentir que mi semen llegaba puntual a su cita, lo que me caus� mayor turbaci�n
por el hecho de que mi madre se apercibiese de mi estado real, pero no pod�a
controlar la situaci�n y me dej� llevar. En un momento, sent� que el placer
llegaba al m�ximo y comenc� a moverme r�tmicamente al mismo comp�s que la mano
de mi madre, pero ella, en un brusco movimiento, apret� mi glande con firmeza y
paraliz� completamente el proceso dej�ndome absolutamente desconcertado. La mir�
preocupado y me sonri�, llev�ndose un dedo sobre sus labios e indicarme que no
dijese nada. Mi mirada de curiosidad qued� satisfecha cuando mi madre me
pregunt�: "�Qu� te parece, has aprendido como se puede prolongar estos momentos
de placer? Si no se hiciese alguna cosa, se terminar�a enseguida, no crees?" Yo
hice un gesto de ignorancia elevando ligeramente mis hombros y ella me empuj� la
cabeza para que nuevamente la volviese a apoyar en la cama y comenz� nuevamente
a frotar mi pene. Yo nuevamente me dej� llevar y a los pocos segundos de nuevo
volv� a perder el control y a moverme a su comp�s con violentos impulsos de mis
caderas hacia arriba y abajo, provocando una mayor rapidez en alcanzar el
orgasmo. Nueva parada de mi madre y me ordena con autoridad que no me mueva para
nada, que ella me ense�ar� como se hace. Yo entre asustado y sobreexcitado,
call�, cerr� los ojos y me recline nuevamente sobre la cama, dej�ndome llevar
completamente por ella, que reanud� su masaje, ahora extendiendo sus caricias a
mis test�culos, entrepierna, muslos, bajo vientre� etc., No cabe duda que sab�a
hac�rmelo bien, pero yo no pod�a aguanta mas. Se centr� de nuevo en el pene y
comenz� una frotaci�n r�tmica acompa�ada de una suave caricia en los test�culos
con la otra mano, con lo que el �xtasis no tard� en llegar en toda su extensi�n.
Sent� un chorro de semen sobre mi vientre mientras mi madre aceleraba la
frotaci�n, hasta dejar de sentir los latidos del placer mas intenso que hab�a
tenido nunca. Ella sin dejar de acariciarme con delicadeza, me pregunt�, casi
susurrando y dej�ndome disfrutar del placer sentido, como me encontraba y que si
me hab�a gustado. Asent� con la cabeza sin abrir los ojos de verg�enza y ella
cogi� unas servilletas de papel que ten�a preparadas �supongo que de antes de
llegar yo a la habitaci�n-, par limpiarme cuidadosamente.


Sin moverme de mi posici�n, sent� que me pon�a mis
calzoncillos y favorec� su maniobra sin decir palabra y moviendo mi cuerpo para
facilitarle la colocaci�n de las dos prendas, el calzoncillo y el pantal�n.


Ella sali� de la habitaci�n llev�ndose el papel sucio y yo
qued� all�, mareado, avergonzado y sin saber que pensar y por qu� habr�a hecho
aquello mi madre. No sab�a si salir de la habitaci�n o quedarme all� un rato,
pues me avergonzaba verle la cara a mi madre. Pensaba en mi padre, si se llegaba
a enterar: que pasar�a?.


Estuve as� un rato largo, pero al fin sal� comprendiendo que
el encuentro con mi madre era del todo inevitable. Llegu� al sal�n y all� estaba
ella sentada sobre el sof� esper�ndome. Me acerqu� con la cabeza baja y me cogi�
de la mano acerc�ndome a ella para que me sentase a su lado.


Ella, comprendiendo sin duda mi turbaci�n, comenz� a hablar y
explicarme lo que suced�a. Yo, sin mirarle a los ojos directamente, escuchaba
tratando de comprender o encontrar una explicaci�n a todo aquello.


Comenz� un relato que reproduzco a continuaci�n casi al pi�
de la letra:


"Ver�s Jaime; esto que te he hecho lleva ya mucho tiempo
decidido entre tu padre y yo. La raz�n es que queremos introduciros en la vida
sexual plena nosotros, vuestros padres" �Cuando hablaba en plural supuse que se
refer�a a mi hermana. Ella debi� tener o tendr� otra experiencia similar con mi
padre, posiblemente. Yo alucinaba, pero call� y escuch�-


"Hace casi 30 a�os aproximadamente, cuando muri� tu t�o
Juli�n, el hermano mayor de tu padre, sabes que el abuelo, que no conociste,
padre de ambos, se suicid� verdad?. Pues bien la historia es que tu abuelo,
hombre rudo y a la antigua usanza, quiso introducir a sus hijos en la vida
sexual �hacerles un hombre� como �l parece ser que dec�a, de tal modo que
cumplidos 15 a�os de tu t�o Juli�n, su padre se lo llev�, con la oposici�n de su
madre que sab�a lo que iba a hacerle a su hijo y de �l mismo, un chico fr�gil
f�sicamente y muy sensible, quiz� algo exagerado para su condici�n masculina,
como digo se lo llev� a una casa de prostitutas cercana al pueblo donde viv�an,
en donde forz� a su hijo a mantener relaciones con una prostituta que le eligi�
�l mismo entre las chicas m�s j�venes de la casa, la cual se encarg� de cumplir
sobradamente el encargo del padre, a pesar de la resistencia del hijo, que vivi�
una tr�gica experiencia. El hecho es que como consecuencia de aquel
acontecimiento, el chico cay� en una profunda depresi�n y, adem�s, contrajo una
rara enfermedad �hoy mas conocida-, que le llev� finalmente a la muerte. Su
padre, consider�ndose responsable de aquello, no pudo resistir y se suicid�
dispar�ndose con su escopeta de caza. El resto ya lo conoces. Tu abuela qued�
viuda con aproximadamente 38 a�os y tu padre, el hijo menor, hu�rfano con 13
a�os.


A pesar de que su madre compart�a parte de la filosof�a de su
marido acerca de la virilidad y todo eso, no fue partidaria de forzar a su hijo
a aquella experiencia, dado que conoc�a la condici�n de homosexual de su hijo
mayor y que el padre se negaba a admitir, por lo que cuando tu padre lleg� a una
edad similar a la tuya, tuvo la mejor idea que se le puede ocurrir a una mujer
inteligente con ella. Consist�a su decisi�n en educar en el sexo a su propio
hijo llegada la edad de la pubertad y, de camino, ella recuperar�a la actividad
sexual que le hab�a sido suspendida prematuramente con la muerte de su esposo en
plena juventud de ambos.


Llegado aquel que ella consider� el momento adecuado, una
noche le pidi� a tu padre que le acompa�ase a su lecho para hacerle compa��a,
pues se encontraba sola y recordando a su marido y as� consum� una primera
relaci�n sexual plena con su hijo que fue la primera de una serie de ellas y que
se prolongaron hasta que tu padre, pasados los 22 a�os, le inform� a su madre
que ten�a novia formal, que era yo, con la pensaba casarse. A partir de ese
momento, su madre le prohibi� volver a mantener con ella ning�n tipo de
relaci�n, dado que deb�a mantener fidelidad total a la mujer a la que pensaba
entregarse en cuerpo y alma y puesto que ya ten�a pareja estable con la que
satisfacer sus necesidades sexuales sin tener que acudir a parejas ocasionales
con alto riesgo de contraer graves enfermedades. Desde entonces, tanto tu padre
como yo le estamos muy agradecidos a tu abuela que supo ense�ar bien a su hijo y
asegurarse de que har�a totalmente feliz a la mujer que hiciese su esposa, pues
su experiencia la trasladar�a a ella y la har�a gozar de unos conocimientos que,
de otro modo, no habr�a adquirido nunca.


Por su parte, tu padre hizo lo mismo con tu hermana a los 13
a�os y cuando tuvo su primera menstruaci�n �ya que las mujeres se desarrollan
antes que los hombres-, y desde entonces mantiene esa relaci�n ocasional cuando
tu hermana tiene necesidad de satisfacer su instinto, sin que en ning�n momento
haya sido esto causa de disgusto para ninguno de los tres que nos encontramos
totalmente informados y participando de estas maravillosas y excitantes
experiencias que a tu padre le rejuvenecen y que tu hermana le sirven para
mantener un perfecto equilibrio psicol�gico al tener sus necesidades totalmente
satisfechas y con total confianza y seguridad. A partir de ahora, te podr�s
a�adir a este perfecto grupo familiar y participar en cuantas fantas�as se te
ocurran a ti o a los dem�s, disfrutando tanto de la experiencia de tu madre,
como de la juventud y pasi�n de tu hermana, dej�ndome de vez en cuando disfrutar
de tu padre que, en ocasiones le agota en largas sesiones de sexo para su edad.
Ella, de alguna forma, es la que mas ha insistido en que te pongamos al
corriente de todo lo antes posible, para poder participar contigo de sus juegos
er�ticos, as� es que prep�rate pues ma�ana por la noche llegar�n ambos con la
curiosidad de conocer tu opini�n y saber si estas contento con esta nueva
expectativa en tu vida, que yo me encargar� entre hoy y ma�ana de hacerte ver lo
maravilloso de la misma.


Esa es la sorpresa que te ten�amos reservada y a la que
espero te unas sin reservas para disfrutar juntos de nuestra vida familiar
segura y llena de experiencias nuevas.


Y bien, que opinas?


Bueno, mejor a�n no respondas, pues debes digerir la noticia
y tratar de verlo sin prejuicios y olvidando cuanto has o�do hasta ahora acerca
de la perversi�n que supone estas relaciones entre parientes cercanos, pues te
puedo asegurar que conocemos muchas familias que lo practican a trav�s de la
consulta de tu padre, pues a una psiquiatra acuden todo tipo de personajes con
las historias mas variadas, unas de ellas constituyen aut�nticas patolog�as,
pero otras, que perturban la paz interior de muchas personas, no son sino el
fruto de estos prejuicios que les inducen a pensar que lo que hacen es algo
realmente perverso. No es as� y el tiempo te lo demostrar�.


Ahora depende de ti el decirme si quieres seguir adelante o
quedarte en donde est�s, pues de ser as�, no volveremos a hablar del tema y yo
no volver� a ponerte en el aprieto de antes".


Ahora ya no le quitaba ojo a mi madre. Observaba su cara de
total tranquilidad y satisfacci�n al ver que yo tambi�n me hab�a relajado,
primero al saber que mi padre estaba al tanto de todo y no tendr�a consecuencias
para m� y, segundo, porque esta sinceridad me hab�a relajado y ya no me sent�a
tan avergonzado de la experiencia anterior, que ahora me parec�a estupenda, ya
que antes se mezclaron dos sentimientos opuestos, el de intenso placer y el de
intenso terror y verg�enza, que no me dejaron disfrutar del todo.


"Bueno, que me dices?. Estoy esperando una respuesta y me
estoy empezando a preocupar"


Yo le contest� simplemente un "bueno, no s�, vale" totalmente
infantil o as� me son� a m� mismo. Ella me dijo que me tomase un zumo de naranja
del frigor�fico, pues se me notaba la boca seca y me encontr� liberado al no
tener que contestar nuevas preguntas ni que hacer nada, ni mantenerme en su
presencia, de modo es que me levant� enseguida y me march� a la cocina como me
hab�a dicho mi madre. Ella sali� tras de m� y por el pasillo la o� alejarse.


Para relajarme encend� la tele de la cocina mientras me
tomaba un zumo fresco que me sent� inmejorablemente. Me serv� otro y miraba la
tele sin entender lo que dec�an, pues pensaba en todo lo sucedido y en la
historia de mi madre. �Qu� pasar�a a partir de ahora? �Qu� pensar�an de verdad
mi padre y mi hermana? �Era posible que estuviese sucediendo lo que dec�a mi
madre desde hac�a posiblemente 3 o 4 a�os sin yo saberlo? En fin, ten�a tantas
preguntas que no pod�a concentrarme en la televisi�n ni en lo que ocurr�a a mi
alrededor; ser�a posible lo de mi hermana y mi padre? No pod�a imaginarme la
situaci�n que me resultaba impensable. No hab�a duda, su aire de complicidad
cuando me anunciaron mi "bautismo de fuego" para hoy, no dejaba lugar a dudas.
�C�mo ser�a una relaci�n con mi hermana? En fin, lo dej� para mas adelante,
aunque no me result� desagradable este pensamiento; mi hermana estaba
francamente bien, o al menos as� me lo parec�a a m�.



2� parte:



La lecci�n del d�a a�n no hab�a terminado y as� me lo hizo
saber mi madre cuando desde el sal�n, me llam�. Acud� a su requerimiento
enseguida y cuando llegu� me pidi� que me sentase a su lado. Pregunt� si ya
estaba mas tranquilo y le contest� que s�. Realmente ya estaba mucho mas
tranquilo y relajado, pero a�n ten�a mas preguntas que me reservaba para otro
momento, pues me sospechaba que la clase de sexo estaba a�n por empezar. No
quer�a demostrar inter�s por ello, pero mas por verg�enza que por pasi�n, aunque
esto no fue necesario, pues mi madre, tomando nuevamente la iniciativa, puso su
mano sobre mi entrepierna, comprobando que yo tampoco hab�a dicho mi �ltima
palabra. Yo agach� la mirada y a ella la vi sonre�r de reojo. Me pregunt� si me
apetec�a seguir, pues de no ser as�, me dejar�a. Yo contest� r�pidamente que s�
me apetec�a, por lo que ella descubri� mi pene totalmente erecto de nuevo y
comenz� nuevamente a frotar con delicadeza. Ella lo dej� por un momento y me
baj� a un tiempo el pantal�n y el calzoncillo para quit�rmelos del todo,
dej�ndome nuevamente desnudo y sentado en el sof�. Ella se levant� y se quit� su
bata de raso blanca que llevaba puesta y que le cubr�a hasta debajo de la
rodilla. Bajo la misma se me apareci� una extraordinaria mujer con un
provocativo atuendo, equipada de la ropa interior mas sexy que hab�a visto
nunca. Llevaba un camis�n corto de color verde y totalmente transparente. Le
sub�a el camis�n por encima de la rodilla aproximadamente una cuarta. Bajo �l se
apreciaba con total nitidez unas medias negras sujetas por un liguero, tambi�n
negro y bajo �ste, una braga tanga, que apenas cubr�a su vello p�bico. El
sujetador era igualmente negro muy transparente y dejaba ver claramente unos
pezones erectos y muy oscuros, algo que me sorprendi�. As� qued� ante m�, de pi�
y yo sentado en el sof� desnudo. Sonriendo me pregunt� si le gustaba lo que se
hab�a comprado para la ocasi�n. Yo sin saber reaccionar dije que s� y tend� mis
brazos instintivamente con la intenci�n de acercarla a m�. Ella se dej� llevar y
yo apoy� mi cara sobre su vientre; mis manos, por detr�s de ella, acariciaban
sus nalgas desnudas, pues la braga se reduc�a a una cinta que recorr�a su
trasero. Mi excitaci�n estaba subiendo a un l�mite que yo no conoc�a y ella lo
not�. Me pidi� un momento de calma y se sent� a mi lado, agach�ndose sobre mi
pene, comenz� a succionar y chupar, algo que me sobresalt� de momento, pero que
no pude evitar� ni quise. Me limit� a meter mi mano bajo la parte superior de su
camis�n y alcanc� sus pechos, mas duros de lo que me imaginaba. Ella par� un
momento para soltarse el sujetador y quit�rselo del todo, de modo que mi acceso
a sus pechos fue mucho mas c�modo. No alcanzaba mas all� de su vientre, aunque
ella evitaba que yo llegase mas all�, as� es que me conform� con seguir
apretando sus pechos. Ella me pidi� que lo hiciese con mas suavidad y volvi� a
chupar.


Cre� que me iba a correr de nuevo en breve, pero ella se
ocup� de que el acto se prolongase indefinidamente, hasta el punto de que notaba
mi pene dolorido de la dureza que hab�a alcanzado, hasta que ella, apiad�ndose
de mi tortura, comenz� a chupar y frotar a la vez y nuevamente alcanc� un
orgasmo terrible, algo que me hizo temblar hasta el �ltimo pelo de mi cuerpo;
ella continu� chupando mientras notaba los espasmos de mi orgasmo y apreciar que
ya mi pene alcanzaba unas dimensiones mas relajadas. En ese momento se retir� y
se limpi� cuidadosamente y me limpi� a m� que qued� exhausto sobre el sof�. Ella
se marcho a asearse. Yo qued� mareado sobre el sof� y sin saber que me estaba
pasando y que me pasar�a a partir de ahora. Recordaba lo que mi madre me hab�a
dicho sobre la fogosidad de mi hermana y pensaba que si lo de mi madre no era
fogosidad, como ser�a lo de mi hermana!.


Estar�a a su altura?. En fin, r�pidamente lleg� mi madre con
su habitual sonrisa y con su bonito camis�n verde, sus ligueros y tanga debajo y
sin sujetador, que hab�a dejado junto a m�, en el sof�. Alegre y tranquila me
pregunt�: "Bueno, que tal la segunda lecci�n??" Yo tambien estaba mas tranquilo
y, ahora, mucho mas relajado. La verdad es que hab�a tenido bastante por hoy,
pero lo de la segunda lecci�n me hac�a sospechar que quedaba alguna lecci�n mas
que recibir.


Ella, sin mas pre�mbulo, se acerc� de nuevo a m�, que a�n
estaba recostado en el sof�, y me pregunt� si estaba dispuesto a recibir la
tercera clase particular. Yo alarmado le dije que no podr�a hacerlo otra vez y
ella me asegur� que ahora, con la pasi�n en calma, la raz�n act�a con mas
control y la experiencia ser� mas larga y gratificante. Me pidi� que confiase en
ella en este tema, cuya experiencia, estaba garantizada. Yo le pregunt� que
ahora que me iba a hacer y ella dijo tajante: "Ahora ser�s t� el que me haga
algo a m�, vale, pues a m� tambien me gusta y a�n no he empezado, recuerdas?".
No puedo negar que me dio un vuelco el coraz�n, pues la verdad es que estaba
algo mas tranquilo pensando que a�n no hab�a pasado nada irreparable, pero
llegado el momento de hacer el amor con mi madre, habr�a traspasado la frontera
de lo moral y �ticamente correcto y entrar�a en un camino sin retorno, adem�s
que a�n no terminaba de creerme al cien por cien lo de que mi padre estaba al
tanto de todo y conforme con esto que estaba haciendo con mi propia madre.


Le ped� un momento de recuperaci�n y ella se sent� a mi lado
y, sin darme tregua, me cogi� mi mano y la acerc� a su sexo, permiti�ndome lo
que hac�a un momento me hab�a impedido. Yo, ansioso, met� mis dedos por debajo
de su braga mientras ella comenz� a soltar las pinzas del liguero. Lo primero
que not� es un vello rizado y fuerte, distinto al que luc�a en su cabellera e
inmediatamente localic� su agujerito que se encontraba completamente h�medo y
escurridizo. Met� mis dedos y comprob� un calor especial y que la introducci�n
era muy f�cil, pero ella me retir� la mano para terminar de quitarse la ropa
interior. Se puso en pi� y se quit� el camis�n. La braga se la quit� y se dej�
puesto el liguero, desprendido de las medias.


Tal y como predijo mi madre yo ya me hab�a vuelto a poner a
tono, mostrando otra vez una erecci�n ejemplar. Yo mismo estaba asombrado de mi
capacidad. Ella, mas que asombro, mostraba satisfacci�n y no dejaba de sonre�r.
En esta ocasi�n yo le devolv� la sonrisa. Le tend� mis brazos invit�ndola a
unirse a m� y me tendi� sus manos. Se acerc�, me coloc� boca arriba en el sof� y
se mont� sobre m�, aunque sin permitir, de momento, la penetraci�n. Yo me
arqueaba buscando y buscando con mi pene su vagina, que pensaba taladrar en el
acto, pero ella me esquivaba con habilidad. Por fin y tras un rato de jugueteo
conmigo en el que me cog�a las manos para acercarlas a sus pechos, etc., noto el
calor de su sexo en contacto con la punta de mi pene. Yo comprob� que estaba
totalmente arqueado hacia arriba buscando este contacto, pero ella estaba
decidida a hacerlo a su modo.


Restregaba mi miembro por su zona mas caliente sin lograr
perforarla, pero ella disfrutaba enormemente con este jugueteo ante portam.
Cuando poco a poco y ocasionalmente consegu�a introducir parte de mi verga en su
vagina, ella se mov�a con habilidad perfecta permitiendo la penetraci�n justo
hasta el punto que ella quer�a y en este �xtasis me ten�a cuando, de repente,
son� el tel�fono.


Yo perd� el control por un momento y el sobresalto me
inmoviliz�. Abr� mis ojos con espanto como si alguien hubiese descubierto mi
crimen y mi rostro se contrajo del terror. Ella me tranquiliz� sujet�ndome y
dici�ndome que la espere un poco, que me estuviese quieto. En cuanto ella se
retir� de encima de m� y se levant� para atender el tel�fono, yo instintivamente
y al o�r que era mi padre, me levant� inmediatamente tambien y comenc� a
vestirme muy asustado. Ni qu� decir tiene que mi pene qued� reducido
sensiblemente y yo, sin saber que hacer, comenc� a marcharme hacia la cocina,
quiz� evitando que alguien me viese junto a mi madre y averiguase lo que
est�bamos haciendo, pero ella, al pasar a su lado, me cogi� por el brazo y me
impidi� que me alejase, acerc�ndome hacia ella. Efectivamente, el interlocutor
era mi padre y yo estaba violento en extremo, sobre todo cuando mi madre, en un
alarde de atrevimiento y picard�a, me llev� mi mano hacia su sexo a�n ardiente.
Yo trataba de evitarlo, pues ten�a la sensaci�n de que mi padre nos estaba
viendo, pero ella insist�a y me cog�a mi pene y me arrimaba su trasero.. en f�n,
un descaro que parec�a excitarle a tope. Yo segu�a la conversaci�n que parec�a
totalmente normal. El deb�a preguntar como iba todo y ella contestaba que mejor
de lo previsto y parec�an re�r ambos. Yo enrojec�a de verg�enza suponiendo lo
que mi padre pensar�a, pero ella insist�a sin entrar en peque�os detalles que
todo estaba bien y que esperaba un fin de semana tranquilo y muy divertido,
recalcando estas �ltimas palabras. El cenit lleg� cuando ella dijo que le pasaba
conmigo para saludarle... en fin, yo no sab�a que hacer ni qu� decir; trataba de
negarme con la cabeza y dici�ndole a mi madre que le dijese que estaba en mi
habitaci�n o algo as�, pero ella me dijo que mi padre quer�a hablar conmigo. Por
fin me puse y mi padre, tan normal como siempre, me pregunt� que tal estaba. Yo
le dije que bien y el insisti� en nuevas preguntas tendenciosas, tales como que
tal lo estaba pasando, si mi madre me hab�a ense�ado el "regalo", etc., A todo
esto, mi madre me dio la espalda y agach�ndose ligeramente, cogi� mi pene
semierecto, y lo introdujo en su vagina, comenzando a moverse r�tmicamente y
logrando una excitaci�n que me hac�a perder el control de la conversaci�n con mi
padre y hasta se me cay� el auricular.


Ella, continuando con su acci�n, recogi� el tel�fono y le
dijo a mi padre que le ten�amos que dejar, pues ten�a en ese momento a su alumno
el clase y no quer�a que perdiese la concentraci�n... o� reir a ambos y me
tranquilic�, pero, a pesar de todo, aquello era demasiado para m� y yo no
controlaba nada de lo que ocurr�a a mi alrededor. Estaba avergonzado y muy
excitado. No obstante, yo no dejaba de empujar gozando a tope del momento de
placer que estaba teniendo.


Cuando mi madre se despidi� con un beso de mi padre,
comprend� que aquello estaba perfectamente asumido por ellos y a m� me pareci�
que, de alguna forma, ya s� de verdad gozaba del benepl�cito de mi padre para
hacer con mi madre cuanto nos apeteciese a ambos.


En ese momento mi madre se separ� de m� bruscamente,
dej�ndome con el pene endurecido totalmente y enrojecido como un tomate, en una
pose algo grotesca. Se volvi� hacia m� y me dijo que as� no iba a ser mi primer
"polvo" ni su primer "polvo" con ella. Ese t�rmino malsonante me avergonz� un
poco en boca de mi madre, pero no le d� mayor importancia, pues lo que estaba
esperando y deseando es saber donde consumar�amos finalmente este "polvo".


Me cogi� de la mano y me llev� a su habitaci�n nuevamente,
tendi�ndose sobre la cama boca arriba e indic�ndome que subiese sobre ella. Yo
no esper� una segunda orden y en un segundo est�bamos otra vez a la faena; yo de
un modo fren�tico que parec�a encantar a mi madre, pues entre quejidos de
placer, sonre�a y me ped�a cuidado y mas despacio. Yo no pod�a mas y me hab�a
abandonado a la naturaleza, dejando que el orgasmo llegase sin control y
esperando correrme como nunca antes lo hab�a hecho, pero eso no era lo previsto
por mi madre que, cuando not� que me iba a correr, me orden� retirarme y
tumbarme yo boca arriba. La verdad es que falt� un segundo para soltar el poco
semen que deb�a quedarme en los test�culos, pero ella supo pararme justo a
tiempo.


Me puse boca arriba y ella, de rodillas sobre m�, me cogi�
nuevamente en pene d�ndole un apret�n al glande y bajando mi excitaci�n en el
acto. A continuaci�n acerc� mi pene a su vagina y comenz� a frotarse su cl�toris
con ardor y pasi�n, algo que me excitaba a m� mas que a ella; as� se mantuvo un
par de minutos en los que su cara hab�a perdido la sonrisa y la hab�a sustituido
por una mueca desencajada de placer, apretando los dientes y cerrando los ojos.
Yo le apretaba los pechos y me dejaba llevar. Al cabo de esos minutos, dos o
tres, se sent� sobre mi pene introduci�ndoselo totalmente y comenz� a moverse
r�tmicamente con una precisi�n y arte que me hac�a enloquecer� posiblemente
tanto como ella. En h�biles posturas que permit�an una perfecta penetraci�n y
compenetraci�n y tras varios minutos mas de loco goce de ambos, la not� como se
corr�a entre muecas de placer y quejidos de gusto y yo, sin poderlo ni quererlo
remediar, me corr� intensamente, tiernamente, largamente, mientras mi madre
continuaba con sus movimientos y rebajando la velocidad e intensidad
progresivamente, hasta parar pasados varios minutos del orgasmo conjunto que
hab�amos tenido.


Despu�s de un rato de abrazo conjunto en el que ambos
est�bamos sudando y en silencio, mi madre se incorpor� nuevamente a�n con mi
verga dentro de ella, aunque ya sin la dureza de hac�a unos minutos y me dijo:
"Bueno, por mi parte te doy un sobresaliente, y t� que opinas?" Yo a�n temblaba
de placer y apenas pod�a articular palabra, pero contest� que hab�a sido lo
mejor de mi vida. Que me hab�a dado un gusto incre�ble. Que no me pod�a imaginar
que hacer el amor era tan maravilloso y mas con mi madre, en casa con toda
comodidad, aunque muy asustado, y sin riesgos de coger alguna enfermedad.


De repente me vino a la mente un problema que no hab�a
previsto y alarmado, le pregunt� a mi madre: "Oye mam�, y no te quedas
embarazada?". Ella me tranquiliz� inform�ndome de que cuando nac�, tanto mi
padre como mi madre su operaron para evitar embarazos posteriores, pues no
deseaban tener mas hijos una vez que ya ten�an la deseada pareja. El problema
ser�a con mi hermana, pues ella no estaba operada pero tomaba eficaces
anticondeptivos para evitar este problema, as� es que tampoco en ese caso
deber�a preocuparme. Parec�a estar todo previsto y controlado, lo que me
tranquiliz�, especialmente el haberme asegurado de que mi padre era copart�cipe
y conocedor de este tema. Finalmente me pregunt� si ten�a alguna duda mas y
aclarados todos los asuntos por mi parte me dijo que ya podr�a hacer cuanto
quisiese sin ninguna preocupaci�n, empezando ahora mismo si lo deseaba. Le dije
a mi madre que en este momento lo �ltimo que me ped�a el cuerpo era repetir otra
vez, pues no pod�a ni con las zapatillas que llevaba puestas. Ella ri� alegre y
me asegur� que me quedaba mas fuerza de la que me cre�a, a la vista de la
demostraci�n anterior y que solamente eras las 1300 h del s�bado y que ten�amos
todo hoy, incluida la noche, y todo el domingo para demostrarme lo contrario;
tal y como dijo a continuaci�n : "todo el fin de semana para estar muy juntitos,
tanto que vas a estar dentro de m� casi todo el tiempo�". Aquello sonaba a
amenaza, pero muy agradable.


Era la hora del aperitivo y tras �l, mi madre me mand� a la
ducha, haciendo ella lo propio despu�s. La comida la ten�amos prevista para las
1430h como siempre, de modo es que a�n ten�amos tiempo para echar un polvo mas,
calcul�. Efectivamente, tras un refresco y una refrescante ducha, mi madre sali�
de la ducha, tal y como vino al mundo y se acerc� a m�, pidi�ndome que me
desnudase de nuevo. En fin, que voy a decir, obedec� como buen hijo que soy y me
fui hacia el sal�n, pues me dijo mi madre que quer�a hacerlo all� una vez, pues
le daba morbo. Tanto los t�rminos como el tono me hac�an olvidar a la figura de
madre que siempre hab�a representado su persona para m�, empezando a convertirse
en una amante apasionada y que sab�a poner a tono a cualquiera, incluido yo
mismo.


La cog� de la mano con firmeza y la arrastr� al sal�n, en
donde le dije se pusiese a cuatro patas sobre el sof�, en cuya posici�n empec�
mi segundo polvo con toda la energ�a concentrada en una verga incansable. Ella
tampoco desmerec�a. Su conejito parec�a moverse solo y ard�a; yo empujaba con
fuerza sujet�ndola de las caderas, hasta que nuevamente me corr� sin control,
esta vez tras un rato a�n mas largo de duraci�n, aproximadamente veinte o
veinticinco minutos calcul�. Mi madre, en este polvo, se volvi� a correr
tambi�n, pero antes que yo, por lo que me pidi� una tregua para tumbarse en el
sof� boca arriba y pedirme que terminase de hacerle el amor sobre ella. En fin,
otro polvo inolvidable.


Comimos y decidimos echarnos la siesta un rato para
descansar, pero lo que hicimos fue hacerlo nuevamente; eso s�, despu�s nos
quedamos profundamente dormidos, despert�ndonos de nuevo el tel�fono. Era mi
hermana. Habl� con mi madre, adormecida y, por lo que entend�, ella tambien
estaba interesada, como mi padre, por conocer los detalles de la experiencia.


Mi madre, ya mas despejada, parec�a estar mas dispuesta a dar
detalles de la situaci�n y tras informar a mi hermana que lo hab�amos hecho 4 o
5 veces, ri� a carcajadas al o�r de mi hermana que no me agotase, pues ella
vendr�a ma�ana y quer�a hacerme su propia prueba. Mi madre le dijo que por fin
ya podr�a, como mi padre, cambiar de montura cuando le apeteciese, igual que
har�a mi hermana a partir de ma�ana mismo. O� a mi madre decirle a mi hermana
que esperase un poco, pues quer�a hablar con ella mientras yo la penetraba y me
pareci� o�r a mi hermana decirle algo as� como que era una viciosa, el caso es
que mi madre me dio la vuelta hacia ella y me pidi� volver a penetrarla, aunque
solo fuese un poquito para que mi hermana lo oyese, mi madre que se me estaba
mostrando como una aut�ntica morbosa. Yo lo hice y ella comenz� de nuevo a
gemir. Yo d� un peque�o grito que lleg� a mi hermana atenta al tel�fono, pero en
mi caso era de dolor, pues ten�a el pene completamente escocido y me dol�a al
penetrar a mi madre.


Ella me pas� el tel�fono a petici�n de mi hermana, al
parecer, quien me dijo entre risotadas, que guardase algo de fuerza para ella,
pues pensaba adelantar el regreso para el domingo por la ma�ana y aprovechar el
d�a para que "foll�semos" �sus palabras textuales- los tres, pues le daba mucho
morbo solo el pensarlo. Por la noche, cuando llegase nuestro padre, ser�a una
aut�ntica org�a entre los cuatro.


La verdad es que yo no cre�a que llegase a ma�ana si mi madre
se empe�aba en seguir haci�ndolo, pues adem�s de que ya no ten�a fuerza alguna,
el pito lo ten�a enrojecido y me escoc�a cada vez que penetraba a mi madre.
Medio dormido le dije que s� a mi hermana y me desped� de ella hasta el d�a
siguiente.


Mi madre, cuando le dije que me escoc�a el pene, enseguida se
apresur� a darme una pomada muy eficaz asegur�ndome que por la noche estar�a en
condiciones de nuevo de repetir la faena de por la ma�ana, incluso se fortalec�a
la piel con la aplicaci�n de �sta pomada que ya ven�a usando mi padre hace
tiempo, desde que comenz� a mantener relaciones sexuales con ambas. El resultado
estaba garantizado y me dijo estar dispuesta a demostr�rmelo durante toda la
noche, especialmente ahora que mi hermana hab�a anticipado su regreso para
disfrutar del "bot�n". Yo le asegur� a mi madre que no cre�a poder cumplir con
mi hermana, pero ella lo dio por bueno asegur�ndome que as� aguantar�a mas; que
no ten�a importancia, pues estaba en plena forma y mi edad lo aguanta todo.


La tarde, gracias a la pomada que deb�a reposar sobre la piel
entre 4 y 6 horas, pas� tranquila, viendo la tele y mi madre controlando el
reloj. De vez en cuando se acercaba a m� para comprobar como evolucionaba mi
pene. Con lo reducido de su tama�o y cubierto de pomada, apenas se pod�a
apreciar la evoluci�n.


Me dijo que iba a la ducha y alrededor de las 2100h y pasadas
ya cuatro horas de "abstinencia", mi madre apareci� con otro conjunto
super-sexy, esta vez sin camisi�n, compuesto de ligueros, braga de encaje blanca
�como los ligueros-, medias de encaje con peque�os agujeros, blancas tambien, y
un sujetador muy apretado que le hac�an aparentar los pechos mas grandes y duros
de lo que en realidad eran, aunque su dimensi�n no ten�an nada que envidiar a
los mejores que haya visto, sin llegar a ser exagerados. Yo, habiendo aprendido
la lecci�n, le dije que estaba muy atractiva y que nunca me hubiese imaginado
que mi madre resultase tan excitante; vamos que me parec�a un aut�ntico
"bomb�n". Ella se sorprendi� de mi atrevimiento y me lo agradeci� con una amplia
y cari�osa sonrisa, dici�ndome: "Pues este bomb�n, ser� para que se lo coma
enterito mi ni�o!"


Inmediatamente comenz� a cuartearse la pomada sobre mi pene y
�ste a levantarse despertando de su letargo. Mi madre se acerc� y toc�ndolo, me
pregunt� si me dol�a o escoc�a. Yo le dije que no y ella sonri� satisfecha. "Lo
ves como funciona?" Me pregunt�. Me dijo que fuese a ducharme y que me lavase
bien el pene, para despu�s echarme ella otra crema lubricante que complementar�a
la acci�n de la anterior e impedir�a que surgiese nuevamente el problema.
Mientras tanto, ella preparaba algo ligero para cenar y que quer�a acostarse
pronto indicando, con una p�cara sonrisa.. "para descansar, claro!".


Yo me fui a la ducha y cumpl� con lo que me madre me hab�a
pedido, regresando a la cocina a comer algo. All� estaba ella comi�ndose un
sandwich y prepar�ndome otro a m�. Estaba de espaldas a la puerta de la cocina y
me llam� la atenci�n verla, casi desnuda y con esa ropa interior tan er�tica, en
la cocina, haciendo sus labores dom�sticas con la misma naturalidad que otras
muchas veces la hab�a visto vestida como cualquier ama de casa.


Yo, mucho mas atrevido y ya menos preocupado de las
consecuencias de esta relaci�n, sal� del ba�o con unos calzoncillos
especialmente peque�os que apenas usaba por inc�modos y que precisamente me
hab�a comprado mi madre hac�a un poco tiempo y que mostraban mis atributos en
toda su extensi�n, pues parec�an ser tan el�sticos que se adaptaban al tama�o de
cada uno. Mi erecci�n era completa y el calzoncillo lo demostraba sin disimulos.


Sin que mi madre lo notase, me acerqu� por detr�s de ella y
la sujet� con mis manos d�ndole un empuj�n con mi pene en su trasero. Ella, con
sorpresa y placer, se llev� un peque�o sobresalto y ri� la broma, volvi�ndose
hacia m�, que segu� apret�ndola contra m�, ahora con mi pene sobre su vagina, y
me dijo que tuviese un poco de paciencia, que ahora me iba a ense�ar otra
lecci�n mejor que las anteriores. Me oblig� a sentarme y comerme un delicioso
sandwich mixto que me hab�a preparado y un gran vaso de leche fresca,
dici�ndome: "Esto es para recargar la pluma!" y ri� de nuevo; yo tambi�n lo
hice.


Me com� todo con apetito y deseo de comenzar cuanto antes la
sesi�n que me tenia preparada mi mam�, y la volv� a coger y a tocarle los
pechos, pues me atra�an con ese sujetador puesto. Ella se dej� y llev� una de
mis manos, muy despacio, hasta su braga, dej�ndome a m� que hiciese el resto.
Yo, inmediatamente salve el min�sculo obst�culo y met� mis dedos en su sexo,
comprobando que estaba tan ardiente como antes y tan preparado para un nuevo
encuentro como mi pene. Ella dej� que la manosease cuanto quise. Yo apart� mi
calzoncillo y desplac� su braga hacia abajo para penetrarla all� mismo, en la
cocina, lo que hice con cierta dificultad; comenc� a moverme y ella me
acompa�aba a mi ritmo, pero yo no me encontraba muy c�modo a pesar de que mi
madre parec�a disfrutar mucho, as� es que esper� un poco hasta que ella
quisiese. Poco a poco nos fuimos calentando ambos y yo termin� por sentarme en
una banqueta de la cocina y mi madre se quit� la braga y se sent�, de frente,
sobre m�. Ella misma se introdujo mi pene y comenz� nuevamente a moverse, pues
yo no pod�a hacerlo. Me content� con quitarle el sujetador y comenzar a chupar
sus tetas, algo que la hizo gemir y jadear. Ella iba aumentando su velocidad y
comprend� que se estaba corriendo, por lo que trat� de favorecer su orgasmo
facilitando sus propios movimientos y d�ndole peque�os mordiscos sobre sus
pezones, pues me hab�a dado cuenta de que se estremec�a cuando lo hac�a.


En unos minutos ella comenz� a dar aut�nticos saltos sobre m�
y yo notaba que su flujo vaginal se derramaba sobre mis piernas, moj�ndome y
llegando hasta la silla en donde est�bamos fornicando. Yo, entre algo inc�modo
que me encontraba y lo sorprendido que me ten�a mi mam� mostr�ndose como una
aut�ntica profesional o una viciosa, no pod�a correrme, as� es me dediqu� en
exclusiva a echarle un polvo totalmente a su gusto, pues ella lo hab�a hecho
conmigo durante todo el d�a. Pronto not� unos terribles espasmos en mi madre que
mov�a la cabeza de adelante atr�s y sus caderas movi�ndose de tal modo que
propiciaban una total penetraci�n. Yo segu�a a lo m�o con los pezones y ella
hac�a el resto a su gusto �nunca mejor dicho-. Cuando me retir� me cabeza de sus
pechos comprend� que ya se hab�a corrido y a�n con los ojos cerrados, inclin� su
cabeza apoy�ndola sobre mi hombro. Me dijo "Hijo, tengo que confesarte que creo
que �ste ha sido el mejor polvo de mi vida!. No creas que con tu padre no estoy
satisfecha, pero �l es mucho mas conservador y solo le gusta hacerlo en la cama
y con poca imaginaci�n para las posturas. Tambien es verdad que el tampoco pudo
hac�rmelo as�, pues deb�amos cuidar estas actividades ante ti, que eras peque�o.
A partir de ahora y dado que tu ya estas integrado en nuestra peque�a comunidad
sexual, me gustar�a que siguieses haci�ndolo como hoy; quiero decir, que donde
me sorprendas y te apetezca, me asaltas sin piedad y all� mismo hacemos el amor,
pues ya nadie se sorprender� si nos pilla. Me lo prometes?"; yo contest�: "Te lo
prometo mam�. Te sorprender� todos los d�as en uno u otro lugar, vale?" Ella,
riendo a carcajadas, me dijo "me vas a resultar un poquito golfo, no?" Yo
tambi�n re� la ocurrencia.


Levantando ya la cabeza me pregunt� si me hab�a corrido y le
dije que no, pero que ahora no quer�a, pues me esperaba una larga noche de
insomnio "verdad?" Asinti� y volvi� a preguntarme si me dol�a el pene. La verdad
es que ya ni me acordaba del dolor que hab�a tenido, as� es que los dos nos
alegramos de la r�pida curaci�n. Creo que comprendi� que me hab�a dedicado en
este �ltimo polvo a ella y me lo agradeci� con sinceridad, pues, seg�n me dijo
luego, no es frecuente en los hombres el sacrificarse a favor de su pareja en
esto del sexo.


Le ped� que se levantase para limpiarme, pues su flujo me
hab�a dejado chorreando y aunque me pidi� esperar un poco disfrutando de mi
erecci�n, se levant� en unos minutos, durante los cuales se mantuvo abrazada a
m� y yo, en aquel silencio y quietud, me pareci� seguir notando unas peque�as
contracciones de su vagina apret�ndome el pene suavemente. Creo que a�n
disfrutaba de un orgasmo pleno. Se levant�, nos limpiamos y me dijo que la
acompa�ase a la ducha antes de acostarnos. Me pareci� una idea excelente y una
tentaci�n y juntos nos fuimos al ba�o.


Mi mam� se quit� el liguero y las medias y llen� la ba�era,
poniendo a continuaci�n el jacuzzi que yo no recordaba haber usado nunca. La
verdad es que mi madre se sab�a todos los trucos para sacarme hasta la �ltima
gota de mi "pasi�n". Me ten�a del todo encendido. Se meti� primero en la ba�era
y me invit� a acompa�arla. Yo lo hice de inmediato, situ�ndonos muy apretados,
pues la ba�era es mas bien peque�a� a pesar de todo supuse que sobrar�a sitio y
llegado el momento, tambi�n cabr�a mi hermana. Bueno, pues s�, ya comenzaba a
tener pensamientos er�ticos con las dos mujeres de mi vida. Por qu� no? Ya mi
mam� me hab�a insistido en que en el seno de nuestra familia no exist�an
l�mites. Bueno, por ahora tenia mas que suficiente con mi madre y me dispuse a
hacerla gozar otro ratito entre las burbujas del agua de la ba�era, as� es que
me sent� y le ped� a ella que se sentase sobre m�, pero esta vez, de espaldas;
ni qu� decir tiene que a ella le pareci� de perlas y al momento ya est�bamos a
la faena otra vez. Yo con mis brazos le cog�a los pechos y les apretaba con
placer y ella, sujeta a las asas laterales de la ba�era, parec�a hacer flexiones
sobre m�. La postura era algo inc�moda para ella, de modo es que, pasados unos
minutos en esa posici�n, me sugiri� ponerse "como una perrita", seg�n ella misma
dijo textualmente y yo, desde detr�s, penetrarla de rodillas. Tambi�n me pareci�
bien y enseguida est�bamos de esa otra pose. Me gust� especialmente, pues
tambi�n as� se favorece una profunda penetraci�n, pero yo, que me encontraba
sorprendentemente fuerte y motivado por lo que me hab�a dicho antes mi madre, me
empe�� en hacerla gozar a ella nuevamente, de modo es que cada vez que sacaba mi
pene para volverla a ensartar, le daba un peque�o restreg�n en su cl�toris, y
ella me mostraba su agrado con unos peque�os quejidos de placer. A veces
manten�a el pene fuera de su vagina y sujeto con mi mano derecha, solamente para
frotar sus zonas vaginales mas er�ticas, con un resultado extraordinario, pues
ella no dejaba de colaborar en esos restregones moviendo su culito de un lado
para otro. De vez en cuando yo la penetraba de un gran empuj�n y por sorpresa, a
lo que ella respond�a con un quejido de placer cuyo volumen iba en aumento. La
verdad es que empec� a pensar que la oir�an en el patio de luces del piso, pues
el ba�o deba a este lugar y el ventanuco que hab�a cerca del techo del ba�o,
casi siempre estaba abierto, como ahora.


Me sorprendi� sobre todo la enorme capacidad de longitud que
deb�a tener su vagina, pues mi pene deber�a rondar los 20 cm. y no llegaba a
tocar fondo. En fin, pens� que eran cosas de la naturaleza.


Posiblemente tras 15 o 20 minutos de hacer el amor con toda
la intensidad, mi madre me pidi�, algo violenta, que si no me dar�a asco
chuparle un ratito su conejito, ahora que estaba limpio del todo. Yo, algo
violento tambi�n, de dije que s�, por supuesto, que me encantar�a, aunque
interiormente ten�a algunos reparos. En fin, ser�a probar. Me hizo sentarme
�casi tumbarme del todo, pues hab�a ido dejando salir agua sin yo haberlo
notado, en la ba�era y ella, de rodillas, se acerc� a mi boca, abriendo la
vagina con sus propios dedos, para facilitar la introducci�n de la lengua,
supuse, as� es que me acerqu� y comenc� a lamer y chupar, un agujerito
tremendamente caliente, pero limpio y no sab�a ni ol�a mal, como llegu� a pensar
al principio. Todo lo contrario, resultaba agradable sentir en mi lengua unos
peque�os latidos que daba toda su vagina. Ella me llev�, cogi�ndome la cabeza,
justamente donde le gustaba que la lamiese, es decir, su cl�toris, que notaba
ahora perfectamente en la parte superior de sus labios menores, del tama�o de
una alubia aproximadamente y endurecido, en contraste con el resto de su vagina
que estaba, abrasando, lubricada y muy blanda. Ella continu� facilitando mi
labor con sus manos, hasta que el placer le hac�a perder el equilibrio y se
apoy� en los lados de la ba�era dej�ndome solo en la labor; al instante la
sustitu� con mis manos y aqu� ya comenz� un delirio y unos gritos realmente
llamativos, por lo que no me qued� mas remedio que pedirle que se controlase
pues nos estar�an oyendo los vecinos. Ella baj� el volumen de su voz pero me
pidi� que siguiese, por favor otro poco mas. Le promet� estar as� cuanto ella
desease y continuamos a la faena. Pasados otros 5 o 10 minutos, mi madre volvi�
a estremecerse, ahora mas violentamente que antes, y volv� a notar un chorro de
abundante flujo vaginal caer sobre m�, aunque confieso que ni me sorprendi� ni
me desagrad�. Ella se mov�a con tanta violencia, que me resultaba dif�cil
acercar mi lengua a su agujerito. Poco a poco fue bajando la intensidad de sus
movimientos y comprend� que nuevamente se hab�a corrido. Parece que lo hice lo
suficientemente bien como para merecer, otra vez, una exclamaci�n de placer de
mi madre que dijo: "Dios m�o, que agust�simo estoy! Hijo, prom�teme que me har�s
esto un mill�n de veces mas!" Yo le contest�: "Ser�n dos millones y esta noche
otras 4 o 5 veces si nos da tiempo!" Ahora s� re�a con satisfacci�n y me dijo
que nos enjabon�semos ambos para ir a la cama, pues ahora me tocaba a mi
disfrutar a tope.


Con tanta actividad y novedad, no hab�a notado que yo ni
siquiera me hab�a subido el gusto, y, por supuesto, no me hab�a corrido, algo
que me extra��. Eso s�, mi pene manten�a una erecci�n total y mi madre no hac�a
sino manosearme el pene, bes�rmelo, restregarlo contra sus tetas, introduc�rselo
en la vagina y pas�rselo por todas las partes de su cuerpo. Daba la sensaci�n de
estar ansiosa de pene. �No ser�a suficiente con mi padre? En f�n, ya lo ver�amos
mas adelante.


Nos aseamos y nos fuimos a la cama. Eran las 12
aproximadamente, por lo que con los peque�os lapsus entre actos, llev�bamos
fornicando unas 3 horas, adem�s de lo que llev�bamos ya durante la ma�ana y la
siesta.


Le pregunt� a mi madre, ya en la cama, que cuantas veces se
hab�a corrido, contest�ndome que aproximadamente 5 veces. Yo le dije que
recordaba 6 orgasmos, pero que en la noche no hab�a conseguido correrme todav�a.
Ella me confes� que la pomada que me hab�a dado, adem�s de reconstituyente de la
piel da�ada, ten�a una alta cantidad de anest�sico, para evitar los dolores, por
lo que mi sensibilidad se habr�a reducido tanto como para impedir el orgasmo,
algo de lo que ella se alegraba much�simo� y yo tambi�n. Pens� en volverlo a
usar de madrugada para estar a la altura de lo esperado con mi hermana, a quien
procurar�a darle una sorpresa con mis conocimientos reci�n adquiridos y mi
potencia, aunque fuese artificial.


Empez� mi madre a hablar, a la vez que manoseaba mi pene y
mis test�culos, cont�ndome que hoy hab�a sido el d�a que mayor placer sexual
hab�a logrado en su vida, incluso en su noche de bodas, que hizo el amor con mi
padre 3 o 4 veces y se corri� otras tantas, no pas� de ser unos orgasmos sin
mayor aliciente, como los de hoy, a los que adem�s de mi estreno, que le daba ya
de por s� un morbo extraordinario �el hacer el amor con un chico tan jovencito
la excitaba a tope y adem�s, sabiendo que era virgen, a�n mucho mas-, se un�a lo
atrevido que hab�a resultado y lo aficionado a practicar el sexo en todas sus
variantes. Me confes� que el polvo de la cocina, sentados en la banqueta, hab�a
sido el mejor de su vida y quer�a repetirlo cuando estuvi�semos todos, para
disfrute del colectivo. El sexo oral practicado en la ba�era, hab�a sido algo
nuevo para ella, por lo que le hab�a resultado tan gratificante o mas que el
polvo de la cocina, aunque me confes� que no hay nada, para ella, como sentir mi
bien dotado pene, lleg�ndole a lo mas hondo de su cuerpo; eso es inigualable.


Me asegur� tambien que desea hacer alguna vez, para probar,
un griego conmigo, pues mi padre se negaba a ello, explic�ndome, pues yo no
sab�a lo que era eso, que era una penetraci�n por el ano. No me pareci� muy
atractiva la idea, pero le promet� meterle mi pene por donde ella quisiese y
cada vez que quisiese. Ella ri� mi buena disposici�n y buen humor y me pregunt�
si me apetec�a hacer el amor de nuevo. Esta vez lo har�amos de la forma mas
convencional: en la cama y yo sobre ella; eso s� lentamente y siguiendo sus
instrucciones de sacar el pene en su totalidad en cada vaiv�n, para frotarle el
cl�toris. Ella esperar�a que yo me corriese, para ajustar su momento al m�o,
algo que las mujeres son capaces de controlar con casi total precisi�n.


Sin mas pre�mbulos y hacia la una de la madrugada, con la
ventana del dormitorio abierta y corriendo una fresca brisa sobre nosotros, o
mas bien sobre m� que, a mi vez, estaba sobre mi madre, como ya era habitual,
comenzamos una nueva sesi�n que promet�a ser algo mas tranquila, aunque sab�a
que mi madre se esforzar�a por propiciarme un polvo perfecto. Y as� fue.
Suavemente, r�tmicamente y ya totalmente compenetrados, en cada vaiv�n frotando
su cl�toris con precisi�n y posterior penetraci�n profunda, mi madre no dejaba
de suspirar, pero ahora yo, totalmente desinhibido ya, tambi�n jadeaba de forma
sonora, algo que me pareci� excitaba mas a mi madre vi�ndome gozar y retorcerme
de placer, estuvimos posiblemente una o dos horas, y la exageraci�n no cabe en
un relato cuyo contenido creo que nunca ver� nadie, durante las cuales mi mam�
se corri� dos veces conmigo y yo tuve un enorme e intens�simo orgasmo que mi
madre supo hacer coincidir con el suyo, fueron y punto y final de una jornada
incre�ble, que no fue sino el preludio de otra a�n mejor y que contar� en otra
ocasi�n:



Dedicado a mi querida hermana, quien me ayud� y ense�� cuanto
sab�a.



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Relato: Familia com-penetrada
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