Por fin ocurri� lo que llevaba deseando desde hace muchos
a�os, por fin pude disfrutar de una tarde de agradable sexo con mi vecina.
Me llamo Aritz y soy de una poblaci�n del norte de Espa�a,
soy un chico normal, ni guapo ni feo, ni alto ni bajo, pero siempre he sido
result�n. Tengo novia desde hace unos a�os y mi vida sexual con ella deja
bastante que desear, as� que si puedo, no me importa tirarme a la aventura.
Mi vecina, Anne, es una se�ora casada cercana a los 50 a�os,
nunca ha sido una belleza, se encargaba de cuidar de m� y mis hermanos cuando
�ramos peque�os, siempre se ha llevado muy bien con mi familia.
Poco a poco, seg�n crec�a me parec�a que le estaba tomando
algo m�s que aprecio, hasta que me di cuenta de que lo �nico que quer�a, era
intentar disfrutar con ella en la cama, en un polvo de esos salvajes, que tanto
nos gustan a todos. Empec� a so�ar y pajearme imagin�ndome que est�bamos en uno
de esos fabulosos polvos. Cuando en verano, se iba de vacaciones con su marido,
nos dejaba las llaves de su casa para que le cuid�ramos las plantas, con lo cual
yo sub�a encantado, as� de paso pod�a registrar sus cajones de ropa interior y a
ver fotos de ella con bikini, lo cual me proporcionaba grandes, fabulosas y
numerosas pajas, que siempre recordar�.
Su marido es un tipo majo, y como m�s tarde descubr�, como yo
pensaba, en la cama era bastante convencional (ya sab�is a lo que me refiero).
Yo creo que siempre le gust� a ella, y que algo quer�a, pero
no nos atrev�amos ninguno de los dos a dar el primer paso, hasta que todo
ocurri� hace poco, durante una ma�ana�
Esa ma�ana estaba solo en mi casa, enredando con el ordenador
y con ganas de un poco de sexo como siempre, cuando o� que el marido de Anne
bajaba por las escaleras con la bicicleta, le gusta dar un paseo por las
ma�anas, ya que est� jubilado, y fue entonces cuando me propuse atacar a ver que
ocurr�a.
Sub� a su piso y llam� a la puerta con la excusa de que me
dejara alguna de sus pel�culas de v�deo para poder verla en mi casa. Abri� la
puerta y all� apareci� ella, reci�n duchada y con un albornoz naranja (muy feo),
pero a m� me pareci� encantadora, con ese olor a reci�n duchada.
Le pregunt� por la peli de v�deo y me hizo pasar para que
eligiera la que m�s me gustara. Las pel�culas las tiene guardadas en un peque�o
armario situado a la altura del suelo, por lo que se agach� para abrir el
armario, en ese momento y en esa pose, a cuatro patas, sabiendo que debajo no
llevaba nada, salvo sus bragas, me decid� a atacar.
Mientras me hablaba de espaldas, empec� a acariciar sus
piernas por debajo del albornoz y a subir mis manos hacia los muslos, (se notaba
todav�a la frescura que la ducha le hab�a dejado), se gir� violentamente para
pararme, dici�ndome que a ver que hac�a, que si estaba loco, pero la suavidad de
mis caricias en sus piernas y las ganas que ella tambi�n ten�a, hicieron que
poco a poco se estremeciera y empezara a temblar dej�ndome hacer.
Yo estaba totalmente ido, estaba viendo que ella me dejaba
seguir poco a poco, era lo que siempre hab�a querido hacer y no pod�a m�s del
calent�n que esa imagen me estaba produciendo.
Poco a poco sub� m�s mis manos y le levant� la parte
posterior del albornoz, quedando delante de m� su culo tapado por unas bragas
blancas de algod�n. Empec� a tocar la parte interior de sus muslos, cerca de su
vulva, y ella abr�a cada vez m�s sus piernas, estaba excitad�sima, as� que pas�
a tocarle su co�ito por encima de las bragas, que humedad hab�a en esa zona
Dios.
Ella solo gem�a y me dec�a que llevaba mucho tiempo esperando
que pudi�ramos hacer esto, estaba como loca. Se estremec�a tanto que yo cre�a
que con cualquiera de mis caricias se estaba corriendo y cada vez se mojaba m�s
y m�s, llevarba mucho tiempo sin tener sexo en condiciones, eso me dijo.
No aguant� m�s y le desat� el cinto del albornoz,
retir�ndoselo de manera violenta, as� que se qued� arrodillada, solamente con
sus bragas blancas y sus ricas y enormes tetas desnudas. Me puse detr�s suyo con
mi paquete en su culo, frot�ndolo con un poseso, mientras le besaba en la
espalda, en el cuello, por todo su cuerpo, a la vez que acariciaba sus tetas y
sus pezones, que para entonces estaban duros y puntiagudos. Ella no hac�a nada,
solo disfrutaba y gem�a salvajemente.
Despu�s de pasar un rato en esta posici�n, le quit� sus
bragas suavemente mientras la segu�a acariciando, y me dispuse a comerle todo su
esplendoroso co�ito, algo peludo, pero completamente mojado para entonces. Me di
un buen empacho, para eso hab�a esperado tanto tiempo.
Tras varios minutos as�, (ella solo pod�a gemir y dar gracias
por lo que estaba disfrutando), le dije que yo tambi�n quer�a verla en acci�n,
as� que me quit� los pantalones y ella comenz� a acariciar mi pene suavemente,
lo sac� del calzoncillo y sin m�s se puso a lamerlo y comerlo. Era la primera
vez que lo hac�a, nunca hasta entonces se hab�a atrevido y yo estaba disfrutando
much�simo. Yo le dec�a como ten�a que hacerlo y que me acariciara mis huevos y
los besar� tambi�n.
Cambiamos de posici�n, coloc�ndonos en un 69 del que
estuvimos disfrutando durante muchos minutos, cre�a que me iba a correr y le
hice que se parara. Ella ya se hab�a corrido 2 veces, casi tantas como en toda
su vida.
Ya era hora de empezar a meterla en su inundada vagina. Se
puso encima de m� y mi pene entr� en su co�ito como un cuchillo en la
mantequilla. Se mov�a perfectamente, mientras yo le tocaba y acariciaba todo su
cuerpo, sus tetas, su culo, su cara.
Cuando vi, que estaba muy excitada, empec� a meterle un dedo,
mojado con sus abundantes jugos, en su culo. Le encantaba, parec�a que iba a
explotar de gozo. Por su puesto, esto tampoco antes lo hab�a probado. Se corri�
por tercera vez y se desplom� encima de mi cuerpo completamente exhausta, no
entend�a nada de lo que dec�a, hablaba y suspiraba a la vez.
Se calm� un poco, y la puse apoyada contra el sof�, de cara a
la pared, y volv� a la tarea de besar su chocho y su culo hasta que otra vez
empez� a excitarse y moverse. Se la enfund� hasta dentro, (es la postura que m�s
me gusta) y mientras yo hac�a el movimiento de mente y saca, ella mov�a su culo
de manera circular, lo cual hizo que en breves instantes me corriera dentro de
ella como una fuente, no paraba de expulsar mi leche, me temblaba todo a m�
tambi�n.
Despu�s de un rato saqu� mi polla de su chocho y pude
observar como le ca�an algunos chorretes de mi esperma por sus muslos, as� que
con la mano y mientras ella estaba rota, se los extend� por todo su cuerpo a la
vez que la besaba tiernamente en la boca. As� permanecimos durante un rato,
cont�ndonos lo que nos hab�a parecido y todo lo que hab�amos disfrutado, tanto
ella como yo.
Yo me vest� y ella se fue a duchar de nuevo, despu�s de
decirme que le devolviera la pel�cula cuanto antes, que estaba ansiosa por
volver a verla, jejejeje. Yo no dudaba que muy pronto se la devolver�a y es que
las mujeres maduras me encantan y me vuelven loco, las veo por la calle y me
entran unas ganas locas de besarlas a todas.
Espero que esta experiencia se vuelva a repetir, con ella o
con cualquier otra mujer que solo desee disfrutar un poco del sexo y de la vida.
Pueden enviarme los comentarios a
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