Nunca me han gustado las clases de gimnasia. Es m�s, las
odiaba totalmente. Faltaba la mayor�a de las veces, ni si quiera me interesaba
ir para luego poder ver a mis compa�eros en los vestuarios (la mayor�a no val�an
la pena). Eso s�, era la clase que m�s me excitaba. Y Jose era el profesor que
m�s me pon�a, el �nico profe con el que fantaseaba cuando me pajeaba en casa.
Todos hemos tenido esas fantas�as, que si "qu�date despu�s de
clase", que si "tengo que hablar contigo", que si "te apruebo si me la
chupas"... Pero �a alguien le ha ocurrido?.
A m�, m�s o menos.
Hac�a casi un a�o que hab�a terminado el instituto, y dos que
no hac�a clases de gimnasia. Era lunes y pens� que tal vez ser�a interesante ir
a visitar a la �nica profesora que me ca�a bien de verdad. Me puse bien guapo y
me fui a mi antiguo colegio, a ver si alguno de los nuevos de aquel a�o val�a la
pena y a comprobar si los guapos oficiales segu�an igual de guapos. Seamos
sinceros, yo nunca hab�a sido guapo del todo. S�, no soy feo, pero no tengo uno
de esos cuerpazos que a esta edad llaman tanto la atenci�n y que,
desgraciadamente, m�s de uno s� ten�a.
As� que me fui cruzando y saludando a la mayor�a de los
chicos que alguna vez me hab�an servido de inspiraci�n para mis pajas hasta que
llegu� a la sala de profesores y me avisaron de que la profesora que buscaba
estaba en la segunda planta. Me dirig� hacia ella y, justo junto a la escalera,
guardando el material de su clase, estaba Jose. Lo vi agachado, ordenando unos
balones. Sus calzconcillos se marcaban en el pantal�n de ch�ndal, su perfecto
culo se marcaba de forma perfecta y yo me excit� considerablemente. Estuve un
momento quieto, observando el espect�culo, sin darme cuenta de que Jose me
estaba viendo observarle. �l se levant� como si no supiera de que iba aquello,
cerr� el cuartito del material y se gir�. Fingi� sorpresa al verme y me salud�
como si le cayera bien y todo. Hay que decir que entre Jose y yo nunca ha habido
"buen rollo", tengamos en cuenta que yo odiaba la gimnasia y eso a un profe no
le gusta. Estuvo un rato pregunt�ndome c�mo me iba todo y entonces me dijo:
Vaya, te veo m�s delgado �haces deporte?
Bueno, un poco en casa. Y algo de dieta.
Ah, eso es bueno. Se te ve mucho m�s guapo.
Entonces sonri�, y me atrap�. Siempre le hab�amos llamado
Mister Profident. Su sonrisa era perfecta, e iluminaba su tez morena de una
forma tremendamente atractiva. Con raz�n todas las chicas (y algunos chicos)
estaban locos por �l.
Sigui� pregunt�ndome:
Pero entonces no llevas ning�n control sobre lo que haces
�no?
No, de vez en cuando hago pesas, abdominales,
flexiones... de todo un poco.
Estar�a bien que te apuntaras a un gimnasio o algo.
Es que me da palo ir solo, nadie quiere acompa�arme. Pero
sino s� que ir�a.
Hombre, si quieres puedo ver si te dejan apuntarte a
alguna actividad extraescolar... O si no te puedo hacer de entrenador
personal.
�C�mo?
Podr�as venirte al cole alguna vez a la semana... bueno
no, mejor en el cole no que me traer�a muchos problemas... En mi casa tengo
muchos aparatos deportivos, si quieres puedes pasarte alg�n d�a y hacer
ejercicio all� y yo te controlo.
Pues estar�a bien s�.
Es que si no vigilas lo que haces puedes hacerte da�o, y
oye, yo he sido tu profesor, y si ahora te gusta el deporte, estoy en mi
obligaci�n de hacer que mantengas esa afici�n.
Total, que despu�s de todo el rollo ya hab�amos quedado esa
tarde a las cinco en una calle cerca del instituto para ir a su casa. Cuando nos
despedimos yo ya me hab�a empalmado. Mientras me hablaba yo no hab�a podido para
de imaginar la de cosas que pod�an ocurrir en su casa...Y aunque no pasara nada,
har�a todo lo posible por conseguir verlo sin camiseta. Jose era un hombre
tremendamente atractivo y muy bien conservado para su edad. Antes de ir a ver a
la profesora entr� en un lavabo y me hice una paja sin poder sacar de mi mente
la imagen de mi lengua lamiendo su pene.
Aunque yo sab�a que no iba a pasar nada, no pod�a evitar
estar nervioso. A las cinco de la tarde estaba en el sitio en el que hab�amos
quedado. Jose no tard� en aparecer, montado en bicicleta, sonri�ndome. Durante
todo el camino fuimos hablando de lo que hab�a hecho aquel a�o, de por qu� no
hab�a ido a la universidad... Me puso al d�a de los cotilleos del colegio, de la
evoluci�n de alguno de mis amigos que a�n estudiaban all�...
Su piso era mucho m�s grande lo que yo imaginaba. Ten�a 4
habitaciones, dos dormitorios, un despacho y un gimnasio; dos ba�os, uno con
jacuzzi y otro con ducha y un comedor bastante amplio con una terraza bastante
grande con una vista preciosa hacia la playa. Al entrar me ense�� el piso y me
explic� que su mujer estaba trabajando. Mi mente comenz� a fantasear, y mi pene
empez� a crecer. Cuando entramos en el gimnasio me explic� para qu� era cada una
de las m�quinas que ten�a montadas y me dijo que pod�amos empezar. Le ped� una
habitaci�n para cambiarme y me mand� al dormitorio m�s peque�o. All� me puse los
pantalones cortos y la camiseta, procur� ponerme los calzoncillos de forma que
mi polla en erecci�n no fuera muy visible y volv� al gimnasio. Jose me miro y me
pidi� que me quitara la camiseta para ver en qu� parte ten�a que trabajar. Yo
acced� (con empalme de por medio) y me la quit�. �l me miraba con una mirada
extra�a entre el inter�s y la lascivia. Me dijo que ten�amos trabajo que hacer,
y comenz� a decirme que me pusiera en aquella m�quina, que hiciera tantas
repeticiones de no s� qu�, que hiciera tal, que hiciera cual...
En la hora y media que estuve all� sud� m�s que en todo un
curso. Al terminar �l tambi�n estaba sudando, levant� su camiseta y se sec� la
frente y pude ver su abdomen, moreno, peludo y con unos abdominales bien
marcados. Casi me corro. Mi mayor deseo en aqu�l momento era salir de all�
cuanto antes. Al verme recoger las cosas me pregunt� si no me iba a duchar. Yo
le dije que ya lo har�a en casa, pero insisti� en que me duchara all�, que a�n
faltaba rato para que llegara su mujer y que ten�a tiempo de sobra.
Entr� en el lavabo mientras �l me observaba desde el
gimnasio, sonriendo. Me desnud�, temblando del nerviosismo y con la polla a
punto de reventar, me met� en la ducha y me la sacud� como nunca antes lo hab�a
hecho. Me corr� con tanta fuerza que no pude evitar soltar un gemido. Una vez
seco y vestido, sal� del cuarto de ba�o, me encontr� con Jose (que me dijo que
me esperaba el mi�rcoles, esta vez a las cinco y media en su casa) y me fui.
Todo el martes y todo el mi�rcoles estuve muy nervioso,
haci�ndome pajas a cada dos por tres. Una cosa estaba clara, Jose sab�a que me
hab�a empalmado. Hab�a visto mi paquete en plena expansi�n, hab�a visto la
peque�a mancha de l�quido preseminal que hab�a llegado a mis pantalones y,
seguramente, hab�a o�do mi gemido en la ducha.
El mi�rcoles llegu� a su casa temblando de nerviosismo. Jose
me recibi� de la peor manera posible. Llevaba una camiseta sin mangas bastante
ajustada y unos pantalones muy cortos y bastante anchos. Y otra vez el mismo
ritual, me dijo que me cambiara y fuera al gimnasio.
Cuando empezamos a calentar yo not� que Jose estaba
especialmente mimoso. Me ayudaba en todos los ejercicios, guiaba mis
movimientos, me pon�a la mano en el hombro...
Entonces me dijo que hici�ramos abdominales, que empezaba �l.
Se estir� en el suelo y yo me agach� para sujetarle los pies. Al tener las
piernas dobladas y mover su cuerpo el pantal�n se le fue deslizando poco a poco
hacia abajo y pude ver que no llevaba calzoncillos. Y empalme al canto. De
repente no pod�a apartar la mirada de aqu�l oscuro agujero, en el que pod�a ver
algo de vello p�bico. Jose par� un momento y se sacudi�. "Me ha dado un tir�n",
dijo. El caso es que acababa de mover su pene de forma que apareciera en el
orificio. Pod�a ver perfectamente la silueta de su polla, en la oscuridad,
esperando.
Jose termin� las abdominales y me toc� a m�. �l se puso en
cuclillas aguantando mis pies y yo comenc� mis abdominales. Junt� tanto sus
piernas que el agujero de sus pantalones lo dejaba ver absolutamente todo. Cada
vez que me elevaba llevaba mi mirada hacia el pene de Jose, que ten�a muy buena
pinta. �l se dio cuenta, me solt� un pie y se rasc� la pierna, recogiendo un
poco su pantal�n para darme mejor visi�n. Entonces comprend� que Jose quer�a
liarse conmigo. Lo hab�a sospechado, pero aquello fue muy descarado. All�, a sus
pies, �l ense��ndome la polla y derriti�ndome con su sonrisa. Al ver lo nervioso
que me estaba poniendo Jose me mir�, estirado en el suelo y me dijo:
�Te gusta?
S�, pero cansa mucho.
Los abdominales no.- y acariciaba su muslo.
Yo no pod�a hablar. Estaba paralizado, nervioso y, no s� por
qu�, ten�a miedo. Tal vez por que era la primera vez que estaba con un t�o, y
estar con aquel t�o precisamente era demasiado para m�.
Jose tampoco hablaba, simplemente me observaba, y yo
observaba el techo. Rec� para que ocurriera lo que yo quer�a que pasara, pero
tambi�n para que no ocurriera nada �C�mo lo iba a explicar? No podr�a, y un
secreto as� es dif�cil de guardar. Entonces not� la mano de Jose acariciando mi
rodilla, el muslo, entrando por mis pantalones cortos y llegando a mis
calzoncillos. Yo me incorpor�, le observ�. �l volvi� a sonre�rme, se acerc� a m�
y me bes�. M�s que besarme, me penetr� con la lengua. Absorbi� mis labios e
introdujo su lengua en mi boca, busc� la m�a y comenz� a jugar con ella. Yo
cerr� los ojos mientras notaba su mano masajeando mi paquete. Se abalanz� sobre
m� y se estir� encima m�o mientras segu�a bes�ndome. Sac� su mano del pantal�n y
la introdujo en mi camiseta. Comenz� a acariciarme el pecho mientras arrastraba
su paquete sobre el m�o.
Dej� de besarme y me pregunt� si alguna vez hab�a estado con
un hombre. Le dije que una vez le hab�a chupado la polla a un amigo, me pregunt�
a qui�n, se lo dije y me dijo: "S�, tiene una polla preciosa". Jose se levant� y
se desnud�. Ten�a un cuerpo perfecto, unos pectorales bien definidos, unos
abdominales preciosos. Su pene, comparado con el m�o, era enorme y sus piernas
eran perfectas. "A ver qu� tal la chupas" Yo me puse de rodillas y comenc� a
chupar su polla. Primero me la met� en la boca y �l comenz� a mover su cadera,
desliz�ndola dentro y fuera. Yo estaba tremendamente excitado, mi polla estaba a
punto de estallar. Segu� chup�ndole la polla, jugando con mi lengua en su
glande, mordi�ndola suavemente, chupando sus huevos. Jose no paraba de gemir,
sus manos acariciaban mi pelo y las m�as sus piernas. Los gemidos de Jose fueron
en aumento, hasta que casi se puso a gritar y not� como un l�quido caliente
entraba en mi boca y se deslizaba por mi garganta. Jose apret� sus dedos en mi
cabeza y yo no pude evitarlo y tambi�n me corr�.
Cuando las �ltimas gotas de semen cayeron en mi lengua Jose
me levant�, me bes�, me limpi� la boca con su lengua y me dijo: "A ver qu� tal
la tienes t�". Me quit� la camiseta y comenz� a lamer mis pezones. Poco a poco
fue bajando hasta mi ombligo y lleg� a los pantalones. Al ver la mancha de semen
se detuvo, me mir�, sonri� y comenz� a lamerla. Al ver a aquel hombre tan guapo,
all� abajo, lamiendo mis pantalones no pude evitar excitarme de nuevo. Jose baj�
los pantalones y los calzoncillos y se encontr� con mi pene en erecci�n. Mis 17
cent�metros ten�an bastante que envidiarle a sus 23, mi polla era mucho m�s
delgada y no est� circuncidada. Jose se la meti� entera en la boca y fue jugando
con ella. La lami� de arriba abajo, jug� con su lengua mientras con una mano
acariciaba mi ano y con la otra jugaba con mis huevos. Yo agitaba mis dedos en
su pelo y acariciaba su espalada y sus brazos. Mis gemidos eran cada vez m�s
altos, hasta que se sac� la polla de la boca y me corr� en su cara, que despu�s
lam� lentamente, hasta fundirnos en otro beso.
Jos� ten�a sus dos manos en la raja de mi culo,
acarici�ndolo. Yo me apart� y le dije: "hazlo". �l me dio la vuelta, se agacho y
comenz� a lamer mi ano mientras con una mano me hac�a una paja. Al rato escupi�
en mi ano, que se dilat� un poco y se levant�, preparado para penetrarme. "Esto
puede dolerte un poco" Not� el calor h�medo de la punta de su pene en mi ano,
abri�ndose paso poco a poco. Al principio el dolor fue intenso, pero conforme la
iba metiendo m�s y m�s el placer lo superaba con creces. Cuando la tuvo toda
dentro apret� con fuerza mi pene y, lami�ndome el cuello me dijo: "Ahora empieza
lo bueno"
Jose sac� su polla de mi culo, y volvi� a introducirla, esta
vez m�s r�pido. As� fue como, poco a poco, acab� por meterla y sacarla a un
ritmo bastante fren�tico que en ocasiones me provocaba un tremendo dolor, pero
que, al correrse en mis entra�as y sentir su leche dentro de m� de aquella
manera se convirti� en un tremendo placer. Yo volv� a correrme, aunque esta vez
ya casi no me quedaba nada por echar. Al girarme pude ver c�mo la polla de Jose
estaba en semi erecci�n. Le mir� y le volv� a besar. Fue entonces cuando me di
cuenta de la cantidad de ejercicio que hab�amos hecho y de lo sudados que
est�bamos. Acerqu� mi nariz a su axila y aspir� profundamente, introduje mi
lengua en ella y la lam� lentamente. Not� la polla de Jose crecer y tocar la
m�a. Me agach�, la met� en mi boca y volv� a hacerle una mamada, hasta que se
corri� en mi pecho.
Tras tanto follar Jose y yo est�bamos exhaustos, nos dimos un
ba�o juntos en el jacuzzi mientras seguimos mamando y foll�ndonos el uno al
otro. All� fue donde Jose me explic� c�mo se hab�a tirado a gran parte de mis
compa�eros de cole que me habr�a gustado follarme. Me prometi� que, alg�n d�a,
organizar�a alg�n encuentro entre la persona que yo eligiera y nosotros dos.
Al vestirme me dijo que me esperaba el viernes siguiente. Yo
no falt�.
Volvimos a follar como locos, probando cada vez cosas nuevas.
Le chup� la polla mientras apoyaba su culo en la helada barandilla de la
terraza, probamos todas las posturas habidas y por haber, incluso Jose se visti�
con ropa interior de su mujer. A veces sal�amos a correr y, luego nos
escond�amos en alg�n rinc�n donde yo le chupaba la polla, o nos d�bamos un ba�o
en la playa y nos hac�amos mamadas y nos penetr�bamos bajo el agua. Su mujer
jam�s sospech� nada, y ambos disfrutamos aquellos d�as como locos. Alguna vez
estuvieron a punto de pillarnos, pero Jose y yo disimul�bamos muy bien.
Pero el mejor polvo con Jose fue en los vestuarios del
colegio, acompa�ados de dos de los chicos m�s atractivos del colegio, con los
que yo me hab�a pajeado cientos de veces.
Pero eso... ya es otra historia...