Lo mejor de ambos mundos.
Aquella chica ten�a un punto extra�o quiz� eso era lo que me
atra�a de ella, tanto que llegu� a considerar seriamente que me estaba
enamorando.
Coincid�amos todas las ma�anas en una bocater�a cercana a mi
nuevo lugar de trabajo donde yo almorzaba, m�s tarde supe que ella tambi�n ten�a
su casa y su lugar de trabajo en las proximidades y por esto aquella
coincidencia.
Es una mujer grande, la t�pica jaca cuyas dimensiones
asustan: alta, por lo menos 1,80, todo en ella era grande, espaldas, brazos,
manos y dedos�sus tetas impresionantes y sus piernas largas y suaves. Era guapa,
guapa a reventar con una cara de mu�eca suave con la piel tersa aterciopelada,
ojos claros y rubia, tintada pero con buen gusto. Sin duda la cirug�a pl�stica y
ella eran viejas conocidas pero qu� bien hecha est�.
Al comienzo del verano cambi� mi horario de trabajo, al salir
del banco en el que trabajo, como todas las ma�anas, entr� a la bocater�a a
almorzar, estaba vac�a, y el �nico cliente era yo. Almorc� y al cabo de media
hora pagu� y abandon� el local en direcci�n a mi oficina. Al entrar, �vaya
sorpresa! Ella estaba all�, sentada en un sill�n en espera de ser atendida.
Salud� muy respetuoso, a lo que respondi� con una amplia sonrisa que mostr� una
dentadura blanca perfecta en su boca que, intu�a, fresca y dulce.
Pensando en esto, un compa�ero me sac� de mi fugaz p�rdida de
sentido y me indic� que ella, precisamente ella, quer�a tratar un tema de plazo
fijo, �rea que me corresponde por ser interventor de la sucursal. Gir� sobre mis
pasos y me acerqu� a ella. "�Quer�a hablar conmigo?" le dije, al tiempo que
indicaba con mi mano extendida que pasase a mi despacho. Ella se levant� y pas�
delante de mi. Luc�a una minifalda espectacular y un top que dejaba ver su
ombligo y su vientre liso, pude observar con m�s proximidad el volumen de sus
pechos, qu� maravilla, estaban operados, sin duda, pero qu� preciosidad, tan
alta como yo, en este momento lo pude comprobar y con unas sandalias de tac�n
corto que realzaban aun m�s su figura y su cuerpo de pecado.
No hab�a duda, me estaba enamorando y no sab�a qu� hacer. La
ayud� a sentarse en una silla junto a la mesa de mi despacho, me sent� en mi
sill�n y nos presentamos m�s formalmente, con voz grave pero muy sensual me dijo
su nombre y apellidos pero insisti� en que la llamase "Sara", que estaba m�s
acostumbrada. Algo no coincid�a, una especie de cortocircuito se produjo en mi
mente y no acertaba a asimilar lo que escuchaba. "Perd�n, su nombre de pila, �Ha
dicho Andrea?" pregunt� desconcertado pues no estaba seguro de haber escuchado
bien. "No, he dicho Andr�s. Nac� hombre, pero no se preocupe, ya estoy
acostumbrada a esas caras de sorpresa." Dijo ella.
No sab�a qu� hacer ni qu� decir, tan solo acert� a disimular
con una, poco afortunada expresi�n: "Pues hija, nadie lo dir�a.", ella sonri� y
comenzamos a hablar, me contaba que ten�a un dinero a plazo fijo y quer�a
ampliar la cantidad�en fin, las t�picas historias bancarias. Yo segu�a nervioso,
estaba totalmente descentrado y azorado. En un momento dado ella puso su mano
sobre la m�a y me dijo "Qu�date tranquilo, sigue trat�ndome como a una mujer y
por favor, tut�ame." Estas palabras salieron de su boca con un tono sensual tan
impactante que provoc� una erecci�n monumental en mi polla que no entend�a lo
que suced�a, tan solo que quer�a follar a aquella impresionante mujer que ten�a
frente a mi, daba igual si naci� hombre, daba igual todo.
Poco a poco el ambiente se fue relajando, tras realizar los
tr�mites que ella solicitaba, ella se levant� y dijo, "debo irme, es tarde." Al
tiempo que se levantaba. En ese momento pude ver con nitidez sus muslos y hasta
la braguita blanca que llevaba, de nuevo una erecci�n indisimulable se apoder�
de mi. Pero, claro, me ten�a que levantar para acompa�arla a la puerta del
despacho y al hacerlo, ella se percat� enseguida, sonri� mientras miraba mi
bulto. Con mucha sutileza y picard�a sonri� gui��ndome un ojo y se acerc� a mi,
me tendi� la mano al tiempo que acercaba su mejilla para que la correspondiera
con un beso. Esto todav�a me puso peor, no pod�a evitarlo, mi polla estaba a
punto de reventar y ella lo sab�a, me acerqu� y la bes� en las mejillas, ella
correspondi� y el segundo beso me lo dio ella muy cerca de la comisura de mis
labios. Tuve la torpeza de retirarme muy pronto hacia atr�s tropezando con la
mesa, en fin, como un adolescente. Ella de nuevo sonri� y con una invitaci�n
clara me tendi� una tarjeta de visita suya. "Ll�mame cuando quieras." Dijo
d�ndose la vuelta y saliendo del despacho.
Al d�a siguiente volv� a la oficina, su tarjeta estaba sobre
la mesa, dud� si deb�a llamarla, al final me decid� y marqu� su tel�fono m�vil.
Estaba pensando qu� le dir�a, tal vez me disculpar�a por mi actitud del d�a
anterior. "El tel�fono marcado est� apagado o fuera de cobertura en este
momento..." Dec�a una voz al otro lado del auricular. Colgu�, entre
desilusionado y desahogado. As� que al cabo de un rato me fui a almorzar, de
nuevo la bocater�a vac�a, me sent� y ped� mi correspondiente bocadillo. Mientras
le�a el peri�dico, sin prestar atenci�n a la gente que entraba del
establecimiento, beb�a mi refresco, una voz muy familiar me sac� de la lectura
"Buenos d�as, �puedo acompa�arte?" dec�a esa voz grave y sensual que tanto
deseaba escuchar. De un salto y nervioso me levant� y dije "Claro, Sara, claro
que s�." Dej� el peri�dico a un lado y ayud� a que ubicara su plato y su bebida
sobre la mesa.
"Como s� que has cambiado de horario, he pensado que estar�as
almorzando m�s temprano." Me dijo. Esto, con claridad, significaba que quer�a
verme otra vez. "Eres un hombre muy interesante. Aunque un poco nervioso." Dec�a
ri�ndose maliciosamente. Yo sonre� y le dije "estando ante una belleza como t�
es imposible no ponerse nervioso."
Me cont� la historia de c�mo se convirti� en mujer y yo le
cont� mi vida de empleado bancario, en fin, que se nos hizo tard�simo y salimos
corriendo a nuestros respectivos trabajos. Al despedirnos salimos cada cual en
una direcci�n distinta. Ni besos, ni nada, simplemente "hasta la vista."
Al cabo de unas horas, mientras estaba con mis papeleos
rutinarios, son� el tel�fono. Un cosquilleo me recorri� el cuerpo al escuchar su
voz "Pedro?...espero no molestar soy Sara. Es que estoy aburrida en la tienda
(ella es propietaria de una boutique en la ciudad) y como lo he pasado tan bien
mientras almorz�bamos, he pensado que podr�amos comer juntos, si te apetece,
claro.", por supuesto que acept�, el morbo me embargaba. Estaba enganchado a un
travesti pero mi impulso era seguir y seguir�
Quedamos en un restaurante cercano, nada de bocatas, yo
llegu� primero y al cabo de unos minutos lleg� ella. Estaba impresionante,
llevaba un vestido ajustado precioso, sus piernas descubiertas de medio muslo
para abajo. Era la atracci�n de todos los comensales. Se acerc� a la mesa y me
bes�, de nuevo muy cerca de mis labios, "Perdona el retraso", se disculp�
mientras se sentaba. Ni respond�.
Comimos y bebimos vino, buen vino pues la compa��a as� lo
requer�a. Un poco desinhibido por el efecto del vino comenc� a piropearla y ella
no se qued� atr�s. Tras el caf� me invit� a tomar un poco el aire del mar por el
paseo mar�timo donde nos encontr�bamos. Tras cinco minutos de paseo me indic�
que est�bamos frente a su casa, un edificio de 3 plantas de apariencia lujosa.
Yo sab�a que el negocio le iba bien pues conoc�a sus cuentas en el banco.
"�Vienes y nos damos un ba�o en la piscina?" me dijo. No sab�a qu� decir. Yo
llevaba mi traje y no suelo llevar ba�ador cuando trabajo, cosa l�gica. Mientras
pensaba esto, mi otro yo fue m�s r�pido y asintiendo con la cabeza me encontr�
subiendo por las escaleras de su casa.
Al entrar me qued� pasmado, era un piso enorme decorado con
aut�ntico buen gusto. Me hizo pasar al sal�n y me sirvi� un licor fr�o. "Espera
mientras me cambio." Dijo desapareciendo de mi vista. El piso estaba
climatizado, es acogedor y no le falta detalle.
Me sent� en el sof� y me quit� la corbata abriendo mi camisa
los dos primeros botones, al fin y al cabo, ya no estaba en la oficina y aunque
estaba en casa de un cliente, las circunstancias eran m�s de amistad reci�n
nacida que una fr�a relaci�n comercial.
Pocos minutos despu�s sali� Sara m�s espectacular que nunca,
un peque�o, peque��simo bikini le tapaba las tetas, mejor dicho los pezones,
porque el resto de aquellos preciosos pechos estaban totalmente descubiertos y
morenos del sol, un pareo le cubr�a de cintura para abajo donde se adivinaban
unas mini braguitas.
Buff, en ese momento no supe qu� hacer. Pero mi polla s� lo
supo, y tanto que lo supo, porque mi pantal�n parec�a una tienda de campa�a. No
hice nada por disimularlo y lo dije con claridad, "Lo siento Sara, pero no puedo
evitar esta reacci�n." Ella ya se hab�a dado cuenta y se re�a al mismo tiempo
que miraba con ojos llenos de deseo y lujuria. "Me halaga que te guste tanto, no
creas que tengo muchas posibilidades de amar ni de tener sexo, los hombres
suelen rechazarme y para gente como yo, la salida habitual es la prostituci�n,
algo que no deseo pues, alguna vez que he probado, me he sentido muy mal."
Diciendo esto, se sirvi� otro licor, llen� de nuevo mi vaso y se acerc� para
ofrec�rmelo. Se acerc� provocativa, aproxim� sus labios a mi cara esperando ver
mi reacci�n, esta vez no me ech� atr�s, me qued� inm�vil. Una lucha interna se
hab�a desatado en mi cabeza, entre dudas permanec� paralizado, sin tomar la
iniciativa y dejando al azar el camino que aquello deb�a tomar. En los escasos
segundos que dur� esa situaci�n, percib� mil sensaciones y c�mo Sara cerraba los
ojos esperando ser besada por mi, pr�cticamente sus labios rozaban los mios,
t�midamente los acerqu� hasta que tomaron contacto con un beso suave, apenas un
roce que permiti� sentir aquella piel suave y fresca como imaginaba rozando mis
labios, el dulce sabor del licor que hab�a bebido lleg� a mi lengua cuando, sin
apenas darme cuenta, la lengua de Sara penetraba en mi boca con aut�ntico deseo
y placer.
Nos fundimos en un abrazo lleno de caricias, su mano recorr�a
mi nuca, mi espalda y mi pecho y yo, apenas acertaba a acariciar su espalda.
Antes de alejar sus labios de los m�os, ten�a mi camisa totalmente desabrochada,
esto estaba comenzado pens�. Con maestr�a me quit� la camisa y me ech�
suavemente en el sof�. Sigui� acariciando y besando mi pecho, su lengua bajaba
peligrosamente por mi vientre y de pronto sub�a para morderme los pezones con
sus carnosos labios. Era tal el placer que sent�a que me olvid� por completo de
su condici�n de travesti. Acarici� sus pechos, duros y tersos, grandes,
apetitosos, sus pezones no tan grandes pero igualmente deseables. Sus manos
hab�an destapado mi pantal�n y buscaban �vidos mi polla que estaba ya morada a
punto de estallar. Cuando finalmente la pudo sacar, me quit� los pantalones y
slips dej�ndolos a la altura de mis tobillos, tom� mi polla con sus manos y
comenz� a acariciar el glande, estaba a punto de correrme, se arrodill� entre
mis piernas que para entonces ya hab�an dejado mi ropa a un lado y comenz� a
besar mis huevos, con aut�ntica pasi�n y desenfreno, su lengua y sus labios
sub�an por mi polla dura hasta alcanzar el glande que estaba deseando ser
devorado por aquella boca y aquella lengua.
Estuvo besando y lamiendo mi glande un buen rato, un
cosquilleo me recorri� el cuerpo anunciando mi inminente orgasmo, "Sara, me
corro� me corro." Al escuchar esto, ella, en lugar de alejarse aceler� el ritmo
de aquella magistral mamada, explot� en su boca descargando una gran cantidad de
semen que comenz� a chorrearle por la comisura de sus labios, ella sigui�
lamiendo, limpiando de mi polla todos los restos de semen.
Pensaba que se levantar�a y nos ir�amos a la piscina pero me
equivocaba, sigui� su juego lamiendo y besando mi polla, trag� todo el semen que
pudo y no me dio tregua, mi polla apenas perdi� un poco de firmeza que recuper�
al cabo de pocos minutos debido a la magn�fica lengua que ten�a Sara.
De nuevo estaba empalmado y excitad�simo cuando ella se
levant�, se hab�a quitado el bikini y pude ver dos espectaculares tetas que
deseaba comer, se acerc� permiti�ndome llegar hasta ellas con mis labios, las
lam� y com� todo lo que pude y pude notar su excitaci�n, la respiraci�n alterada
y su pulso acelerado. Gem�a de gusto y yo de nuevo estaba al borde del orgasmo.
No quer�a correrme pues dudaba que pudiera tener una tercera erecci�n. Mi mano
recorri� su espalda hasta llegar al pareo, sus nalgas estaban all� esperando ser
acariciadas por mi, cuando mi mano levant� el pareo y se colocaron encima de las
nalgas me di cuenta de que no eran bragas sino un tanga que tapaba a duras penas
la rajita de su culo. Cuando comenc� a acariciar sus nalgas pens� que me
correr�a sin tardar, as� que dirig� mi mano un poco m�s abajo y al centro
buscando descaradamente su culo, su ano y claro est�, su rajita. De momento un
pensamiento me atraves� el cerebro pero no tuve tiempo de m�s. Ella, con su
mano, tom� la m�a y r�pidamente me la retir� del lugar. Se incorpor� y me mir�
con una cara de excitaci�n apenas contenida pero algo compungida. "Ver�s Pedro,
hay algo que no te he contado." Me dijo. "�Qu� es? Me da igual lo que sea,
quiero hacer el amor contigo." Supliqu�.
Ella se levant� del sof�, se puso de espaldas y quit� su
pareo, aquellas nalgas quedaron a la vista, preciosas�con sus manos cogi� las
braguitas de cada lado y lentamente las quit� y dej� caer al suelo. Su culo era
perfecto, deseaba com�rmelo� estaba poni�ndome fuera de control.
"S� lo que vas a decir, pero no te puedo mentir." Dijo
mientras se daba la vuelta. El coraz�n me dio un vuelco y una nube blanca me
dej� sin aliento, en d�cimas de segundo reaccion� y pude ver la polla m�s
preciosa que jam�s hab�a visto en mi vida. No era especialmente grande, pero
estaba depilada totalmente, sus huevos estaban firmes bajo aquella polla que
dura y tiesa apuntaba hacia el techo de aquel sal�n.
No sab�a qu� hacer, no soy homosexual ni tampoco hab�a
probado una relaci�n con otro hombre y aquello era una polla tan grande o m�s
que la m�a en el cuerpo prefecto de una mujer exuberante. Entre excitado y
desconcertado, mir� aquel pedazo de polla, recorr� con la mirada el cuerpo de
Sara y cuando llegu� a su cara, unas l�grimas le recorr�an las mejillas. "Lo
siento Pedro, lo siento. Pero me gustas tanto, desde el primer d�a que te vi
supe que t� podr�as ser el hombre de mi vida. Deb� dec�rtelo desde el principio
pero estaba siendo todo tan bonito que no me atrev�. Por eso quise invitarte a
la piscina, no pensaba que nos liar�amos antes. Lo siento." Dec�a entre
sollozos.
La imagen era tan tierna y extra�a a la vez que no sab�a qu�
deb�a hacer.
"M�rchate si quieres. Lo comprendo, soy una idiota." Dijo
mientras recog�a su pareo y su ropa �ntima del suelo con la intenci�n de
vestirse.
Una fuerza desconocida me impuls�, sentado frente a ella como
estaba mientras ella permanec�a de pie con las prendas en sus manos, la tom� de
la cintura y la atraje hacia el sof�, no lo dud�, tom� aquella polla con mi mano
y acercando mi boca la bes� lo mejor que supe. Introduje su glande en mi boca y
lo lam� de la misma forma que me gustar�a que me lo hiciesen a mi. Pronto se
aceler� sus respiraci�n, sus ropas cayeron de sus manos y comenz� a acariciar mi
cabeza con sus manos, las m�as, mientras, se fueron a buscar aquel culo que
tanto deseaban y mi cabeza ni pensaba que ten�a la polla de Sara o Andr�s en mi
boca. La besaba y lam�a, su glande recorr�a mi paladar y mi lengua notaba cada
pliegue de su piel, el frenillo, su agujerito� mis dedos alcanzaron su culo, su
ano era suave, lo acarici� y lentamente introduje un dedo en �l, como lo hac�a
con alguna de las chicas con las que hab�a salido anteriormente.
Estaba excitad�simo y Sara estaba teniendo unas convulsiones
espectaculares, gem�a y gritaba de placer y esto me excitaba aun m�s, de pronto
sent� como su glande engordaba y la tensi�n de su polla crec�a a espasmos, un
l�quido caliente me salpic� en mi boca y tuve que retirarme pues me provoc� una
arcada, al sacar su polla de mi boca, un chorro impresionante de semen caliente
se estrell� con mis mejillas, mis labios, mis ojos y mi pecho, segu� masturbando
con la mano aquella polla hasta que descarg� completamente.
Sara me tom� con sus manos de las mejillas y me hizo
levantar, me bes� con aut�ntica lujuria restregando su semen por mi cara, la
suya, mi lengua y la suya en una bacanal de sensaciones que nunca antes hab�a
gozado. La mir� a los ojos y le dije "Perdona Sara por haberla sacado, supongo
que con el tiempo me acostumbrar�." Le brillaron los ojos de emoci�n y me dio un
abrazo pues, era evidente, mis palabras indicaban que habr�a m�s ocasiones.
Sus manos se acercaron a mi polla que estaba tiesa y
esperando ser calmada. Con dulzura la acarici�, sus manos recorr�an mi glande y
mis huevos. Me se�al� el sof� y yo me sent� en �l, ella se arrodill�, tom� mis
piernas y las subi� al sof�, me hizo acostarme boca arriba y se sent�, desnuda
como estaba sobre mis caderas, con las piernas abiertas. Un hilillo semen se
descolgaba de su glande fruto de su reciente corrida y cay� sobre mi vientre,
tom� mi polla con sus manos y la llev� hasta su ano. "F�llame Pedro, f�llame y
hazme gozar. Siente el placer de mi culo, m�teme la polla en �l." Dec�a esto
como pidiendo permiso mientras yo inm�vil esperaba que los acontecimientos se
produjesen.
Una sensaci�n bestial, electrizante recorri� mi polla cuando
el ano de Sara lentamente abraz� mi glande, con una suavidad incre�ble mi polla
entraba en aquel ano hasta que sent� sus nalgas sobre mis huevos, ten�a la polla
entera dentro de aquel culo deseado. Con un movimiento r�tmico comenz� una danza
que llevaba mi polla desde lo m�s profundo de aquel apretado culo hasta su ano y
de nuevo, sintiendo cada espacio de aquel reducido conducto, volv�a a perderse
en las entra�as de mi amante. No pod�a resistir mucho aquel juego y estall� en
un orgasmo intenso que provoc� un ahogado grito y un suspiro tremendo. Cre�a
volar por entre nubes de placer sintiendo como mi semen saltaba por el interior
de aquel incre�ble culo y mi polla reventaba literalmente entre aquellas
apretadas paredes que tanto placer me estaban proporcionando.
Sara gem�a y gem�a y pude ver como un chorrito de semen sal�a
despedido de su polla fruto, sin duda, de un nuevo orgasmo que hab�a
experimentado.
Lentamente se levant� y mi polla qued� liberada de su hermosa
celda de placer, el semen de Sara estaba sobre mi vientre y pecho, me tom� de la
mano diciendo "S�gueme�amor." Me traslad� a otra habitaci�n tipo gimnasio donde
hab�a una peque�a piscina o gran ba�era, seg�n se quiera mirar. Desnudos como
est�bamos nos metimos en ella, estuvimos un rato, entre caricias y besos. La
piscina no era muy profunda pero permit�a nadar con cierta facilidad, "�Has
gozado amor?" me dijo, "Claro que s� Sara, �y t�?" respond� yo. "Mucho,
mucho��Crees que seguiremos vi�ndonos?" me pregunt�. "Mientras t� lo desees me
tendr�s. No te perder�a por nada del mundo." Le respond� inconscientemente, era
lo que sent�a en aquel momento.
Ella comenz� a nadar en el reducido espacio y con una se�a me
pidi� que me acercase a ella. Salimos de la piscina y me llev� a la habitaci�n
contigua, sac� unas toallas y me sec� el cuerpo mientras estaba de pie junto a
su cama. Estaba claro que no pensaba dejar aqu� la sesi�n de sexo y amor que
hab�amos comenzado. Una vez seco me dijo que la esperase en la cama. Yo estaba
de nuevo excitado, sus caricias con la toalla por todo mi cuerpo acompa�adas de
sugerentes lametazos en mi polla y en mi ano me hab�an excitado y a ella tambi�n
pues ten�a su polla tiesa tambi�n.
Entr� al ba�o y se sec�, sali� al cabo de pocos minutos y me
hizo poner boca abajo, "el cuerpo hay que mimarlo." Dijo mientras comenzaba a
darme un masaje en la espalda, un l�quido caliente, suave y espeso me provocaba
una agradable sensaci�n de bienestar. Sus sabios movimientos en mi espalda
fueron recorriendo esta hasta llegar a mis nalgas, con mucha delicadeza abri�
mis piernas y suavemente comenz� a acariciar mi culo y mi ano con sus dedos
h�biles, lubricaba cada espacio de mi cuerpo con aquel l�quido de intenso aroma
que embriagaba mi conciencia.
Con timidez pero sabiendo qu� hac�a, su dedo acarici� algo
m�s que la parte externa de mi ano, esto me gustaba pues una antigua amiga ten�a
costumbre de introducirme uno o dos dedos en mi ano. La reacci�n de mi cuerpo la
observ� Sara quien dijo con candidez en su voz "te va a gustar mi amor, d�jame
hacer�" al tiempo que un dedo se introduc�a lentamente en mi ano. Sus dedos eran
grandes por lo que el placer que sent� se convirti� en m�s intenso, con suavidad
comenz� un masaje dentro de mi ano que me pon�a a mil, con maestr�a (para eso
tiene cuerpo de hombre) buscaba el punto de mi interior donde sab�a que m�s
placer me proporcionar�a, lo encontr� pronto y me transport� a un mundo de
ensue�o cargado de sensaciones indescriptibles.
Como pudo se hizo hueco y comenz� a masturbarme lentamente,
extasiado por el enrome placer que me estaba regalando Sara, decid� facilitarle
la labor y me puse a cuatro patas. Ella sonri� y dijo "�Te gusta? Mi amor�goza,
goza de con dedo. Quiero hacerte feliz." Lo estaba consiguiendo, yo estaba fuera
de mi, cuando lentamente introdujo otro dedo, creo que gritaba de placer, apoy�
mi cabeza en el colch�n quedando con mi culo y mi polla elevados, con una mano
busqu� la polla de Sara, ella se puso en medio de mis piernas y acerc� su polla
a mi mano. "C�rrete amor" me dijo, como pude le hice sacar el dedo que a�n ten�a
en mi ano y ella trat� de acelerar la paja que me estaba haciendo, la par� y con
mi culo busqu� su polla. Ella entendi� lo que pretend�a y dijo "Tal vez te
duela, si es la primera vez deber�as esperar." No dije nada, tan solo acerqu�
m�s mi culo a su polla la notaba en mis nalgas pero no alcanzaba a colocarla en
el sitio correcto. De nuevo sent� un dedo en mi ano y m�s l�quido caliente sobre
�l.
Al cabo de unos segundos not� el glande de Sara apoy�ndose en
mi ano, lentamente apret� contra mi cuerpo y mi ano se dilat� permitiendo la
entrada del glande de Sara, no me dol�a, al contrario la sensaci�n era
impresionante, sac� su polla de mi interior y volvi� a meter el glande, con
mucha suavidad repiti� unas cuantas veces. Me estaba volviendo loco de placer,
de nuevo sent� su glande abrirse paso en mi ano pero esta vez la presi�n se
mantuvo y poco a poco sent� como toda su polla llenaba mi estrecho y virgen
culo.
Pude sentir con toda naturalidad los 17 cent�metros de polla
que Sara me estaba regalando y con los que llenaba mi interior, apenas sent� un
punzante dolor al dilatar mi ano dejando entrar aquella hermosa polla pero no
hice caso y al cabo de unos segundos estaba gozando como un poseso. Sara se
recost� sobre mi espalda y pude sentir sus tetas en contacto con mi piel.
Con otra mano me masturbaba y cuando mi orgasmo se hac�a
inevitable le supliqu� "C�rrete conmigo, por favor quiero sentir tu gozo dentro
de mi�.f�llame�" Sara aceler� el ritmo y entre suspiros y gemidos se corri�
dentro de mi culo al mismo tiempo que yo explotaba en mi tercer orgasmo
consecutivo. Sent�a como la polla de Sara se inflamaba en mi interior, sus
espasmos mezclados con los m�os. Cuando sac� la polla de mi culo, una sensaci�n
extra�a y un chorreante l�quido viscoso sal�a por mi ano mezclado con el
lubricante que Sara utilizaba para darme el masaje m�s hermoso que hab�a
recibido en mi vida. Chorreaba semen desde mi ano y esto me produc�a un morbo
especial.
Ca�mos rendidos y as�, abrazados y desnudos, nos dormimos
profundamente.
Al despertar, por la ma�ana del d�a siguiente, sonre� feliz.
Mir� a mi alrededor, no hab�a nadie a mi lado, ni habitaci�n con piscina ni piso
climatizado, era mi cama solitaria, mi piso peque�o y desordenado.
Una mancha h�meda en mis calzoncillos delataba que mi sue�o
hab�a alcanzado las mayores cotas de placer que pod�a aspirar.