Despu�s de lo sucedido Con mi t�a Imelda y de masturbarme con
mi consolador, nuestro padre me dej� ir con mi hermana, Sandra, de vacaciones
con unos parientes a Hermosillo, mi hermana Sandra es menor que Yo por 2 a�os,
es morena, con un cuerpo apenas en desarrollo, todav�a lo tiene de ni�a. Nos
llev�bamos muy bien, nos cont�bamos todo, incluso le cont� lo sucedido en el
cine con la t�a Imelda, a partir de ese d�a ella me hacia preguntas sobre sexo,
le llegue a mostrar mi consolador y le ense�e a masturbarse, recuerdo la primera
vez que lo hizo.
Esa noche nuestros padres salieron, era muy raro que nos
dejaran solas, as� que despu�s de cenar, nos dirigimos a mi cuarto, me desnude
por completo, Sandra no dejaba de mirarme, comenc� a pellizcarme los pezones,
hasta que estos se pararon, luego segu� hasta tocar mi panocha, estaba h�meda y
met� un dedo, as� estuve un rato, de pronto se me ocurri� una idea, - Sandra,
p�same la caja que estas bajo la cama-, ella lo hizo sin preguntar y cuando me
la dio, saque el consolador, abri� los ojos, luego me recost� en la cama y abr�
las piernas, dejando mi panocha a su vista, -metemelo, por favor-, le dije,
-pero esta muy grande, te vas a lastimar-, me respondi�. Por toda respuesta la
tome de la mano y la puse sobre mi panocha, la cual esta superhumeda, -no te
preocupes-, ella tomo el consolador, le ense�e a ponerle el cond�n era el ultimo
que me hab�a dado a guardar mi prima, luego se coloco entre mis piernas y puso
el consolador en mi panocha, empuje la cintura hacia arriba, metiendome un
trozo, luego Sandra logra meterlo todo, comenzando un mete y saca que me hace
gritar de gusto, - Aaaggggghhhhh uuuuuhhhhmmmmm, asiiiiiiiiiii, no te detengas-,
le dec�a gritando como loca, ella por su parte lo hace mas r�pido mientras Yo
muevo las caderas y pellizco mis pezones, siento que me muero, por fin tengo mi
orgasmo y me quedo quieta con el consolador dentro.
Cuando recupero el aliento Sandra me dice sorprendida, -estas
bien-, le contesto que estoy mejor que nunca, -quieres probar-, -no eso me
partir�a en dos, es muy grande para mi- me responde-, -no te lo meter�, solo te
ense�are a masturbarte- y sin darle tiempo de responder, tome su vestido por
abajo y se lo quite, Sandra quedo en corpi�o y pantaleta, la acost� en mi cama y
le quite el corpi�o, met� mis manos en su pantaleta, de algod�n con florecitas,
y se la quite, tenia su panochita libre de pelitos, le tome su mano y se la pase
por sus pezones, Sandra cerro sus ojos y se dejaba llevar, pronto se le pararon,
luego baje su mano por su vientre hasta llegar a su panochita, hice que se
sobara el cl�toris y se metiera un dedo. Pronto ella lo estaba haciendo sola,
as� que me sent� a su lado observ�ndola, ella gem�a, -aaaaaaghhhh, mmmmmmm-, Yo
por mi parte tambi�n me masturbaba, las dos gem�amos sin importarnos que nuestra
hermana menor se diera cuenta de lo que hac�amos, era un concierto, -quee
ricooooo es estooooo-, ella dec�a, nos corrimos juntas. Yo quise comerme esa
panochita, hacerle sentir lo que mi t�a me hab�a hecho sentir a mi, pero en ese
momento escuchamos la puerta, eran nuestros padres que hab�an vuelto, ella se
puso su vestido y sali� corriendo a su cuarto, Yo por mi parte me hice la
dormida. Cuando escuche que mis padres entraron a su cuarto, tome la pantaleta
de mi hermana y la ol�, as� me quede dormida.
Al d�a siguiente, mientras desayun�bamos, nuestro padre nos
dijo que tenia que hablar con nosotras dos, Yo cre� que mi peque�a hermanita nos
hab�a delatado, nos pusimos nerviosas, el dijo-he pensado mandarla un tiempo a
casa de sus t�os a hermosillo, eso como premio de sus buenas calificaciones-, el
escuchar eso nos devolvi� el alma al cuerpo, nos alegramos y corrimos a preparar
las maletas. En la tarde nos llevaron a la central de autobuses y nos subieron a
uno, el cual estaba casi vaci�, nos sentamos en la ultima fila, cerca del ba�o,
Sandra se mareaba muy f�cil cuando viaj�bamos, el autob�s comenz� andar y pronto
la ciudad quedo atr�s. Sandra iba mirando el paisaje, los de mas pasajeros
estaban en sus propios asuntos, Yo estaba caliente todav�a por lo de la noche
anterior, as� que se me ocurri� una idea.
Me acerque mas a mi hermana y puse mi mano sobre su pierna,
Sandra se sorprendi� al notar los dedos explorando sus piernas. La primera
reacci�n de Sandra fue la de retirar mi mano de su pierna, le susurre al o�do,
-no te preocupes, nadie nos ve, nuestros asientos quedaban casi ocultos-, me
miro directamente a los ojos, estaba a punto de decirme algo, cuando mi mano
llego a su pantaleta.
Dio un respingo, en ese momento supo que no era buena idea
negarse. La mire a sus ojos, brillaba el deseo. Mis dedos le masajeaban la
panocha con delicadeza aunque con insistencia. Sus labios estaban h�medos.
Seguro que la excitaba mi forma de hacerlo. -Por favor... -, Fue casi un
susurro, mientras que cerraba sus piernas lo m�s que pod�a de poco serv�a, pues
mi mano estaba bien enterrada en su panocha, mis dedos frotaban una y otra vez
su cl�toris a trav�s de la pantaleta. Su vulva, comenz� a hincharse, como cuando
se masturbaba. Me mir� furtivamente, Yo parec�a ajena a todo lo que mi mano
hac�a, mirando hacia otro lado. Pero mis dedos segu�an el ritmo que hab�an
iniciado. La sensaci�n de calor empez� a hacerse m�s fuerte, ya no pod�a
negarlo: estaba excit�ndose, y de una forma que nunca antes hab�a experimentado.
Desesperada se movi�, sus piernas se abrieron m�s. No se dio cuenta de que las
ten�a completamente separadas, mi mano insidiosa obraba con total libertad. Mir�
a su alrededor. La mayor�a dormitaba, el resto no miraba ni remotamente en
nuestra direcci�n, solo rostros aburridos. Comprendi� que no hab�a de que
preocuparse, y dej� que mis dedos de fuego siguieran frotando su pantaleta,
mojada ya por sus propios fluidos.
Sandra empez� a mover la cintura adelante y atr�s, muy
suavemente. Por un momento empez� a gustarle aquella situaci�n, le gustar�a
venirse bajo la masturbaci�n a la que la somet�a. Su excitaci�n era demasiado
intensa. Nada importaba, solo seguir sintiendo mis dedos en su gruta. Sigui�
moviendo su cintura. La mire por un breve instante. Una fugaz sonrisa de
comprensi�n apareci� en sus labios, luego volvi� a hacerse la desinteresada,
aunque la intensidad y rapidez de los movimientos de su cintura aument�. Sandra
pas� de una reacci�n inicial de rechazo a una aceptaci�n y atrevimiento total,
mientras mis dedos se mov�an sobre su panocha. De repente hizo algo que me
sorprendi�, llevo sus manos a la cintura y alzando su falda tiro hacia abajo su
pantaleta, la tenia ahora en las rodillas, r�pidamente se la bajo hasta los
tobillos acabando por quit�rsela, meti� en su bolso y se sent�. Nadie se hab�a
percatado de lo que hab�a hecho, Nadie excepto Yo, por supuesto, que
sorprendida, contemple de reojo la operaci�n.
Sandra abri� las piernas, invit�ndome a proseguir el juego.
No la hice esperar, mis dedos ahora empezaron a hurgar en su interior, moj�ndose
a medida que la frotaci�n continuaba. Emiti� un suspiro inaudible, empezando a
moverse de nuevo. Aquello era el delirio. Nunca hab�a imaginado que pudiera
ocurrir algo as�, pero ahora no quer�a que acabase nunca. Se mov�a cada vez m�s
r�pido, como mis deditos juguetones, que pasaron a moverse de forma circular,
r�pidamente, con los movimientos exactos que la propia Sandra utilizaba para
llegar al �xtasis cuando se masturbo. El orgasmo no se hizo esperar, llego en
lentas oleadas de placer intenso, h�medo y caliente al mismo tiempo. Empez� a
temblar de gusto. Muy pronto se derramo sobre mi mano tan cachonda que apenas
pod�a controlarse. Mordi�ndose los labios para no gritar de placer, apretando
entre sus pu�os su falda, se vino como nunca en su vida lo hab�a hecho. Sinti�
el orgasmo empezando en su vagina y expandi�ndose por todo su cuerpo. Otro
gemido involuntario que no pudo impedir escap� de su garganta en el momento en
que peque�os chorritos de flujo vaginal escapaban de panocha, dejando ba�ados
mis dedos que se mov�an velozmente sobre su jugosa fruta. Casi perdi� el
conocimiento por el intenso placer.
Poco a poco se fue relajando, mis dedos aflojaron la presi�n,
hasta separarse definitivamente de ella. Entre suspiros, limpie mis dedos en un
pa�uelo mientras me relam�a los labios ante lo que hab�a provocado en ella. Nos
miramos, ahora tranquilas. Una mirada de comprensi�n, de agradecimiento mutuo.
Sandra me dio las gracias y un beso en la boca, que me calent� mas, mis pezones
se marcaban en mi blusa, me dol�an por la caliente que estaba, mi pantaleta
estaba muy h�meda, Sandra quiso hacerme lo mismo pero le dije que ya tendr�amos
tiempo, Yo tra�a puesto un pantal�n, adem�s quer�a comerme esa panochita y que
ella hiciera lo mismo, mientras ol�a el pa�uelo con sus jugos. Nos quedamos
dormidas hasta que llegamos a Hermosillo.
Cuando llegamos a Hermosillo nos estaba esperando nuestros
t�os, despu�s de los saludos de rigor nos dirigimos su casa, durante el trayecto
nos preguntaron que si como hab�a estado el viaje, Sandra y Yo nos volteemos a
ver y nos sonre�mos, fue una sonrisa de complicidad. Cuando llegamos a la casa,
nos ense�aron el cuarto que nos hab�an preparado, el cual era amplio y quedaba
algo retirado de las dem�s habitaciones, nuestro t�o no dijo �disculpen esta muy
retirado, pero creo que se la pasaran mas c�modamente, adem�s tiene ba�o
propio-, claro que ha nosotras nos encanto, luego nos dejaron sola para que
pudi�ramos descansar. Sandra dijo que le gustar�a ba�arse primero, mientras ella
lo hacia Yo acomode la ropa, cuando termine me dirig� al ba�o, justo cuando
entr� ella sal�a de la ducha y se secaba con una toalla blanca. Me saludo con
picard�a y me qued� pasmada al verla tan de sensual, solo envuelta en esa
toalla.
Mientras se secaba me dej� ver sus bell�simos pezones
parados, su cabello mojado le ca�a sobre los hombros y jugaba con la toalla para
no dejarme ver mucho.
-�Te gusto? -me pregunt�.
-Est�s buen�sima -no pude contenerme en responderle y me
acerqu� decidida a todo.
-�Te provoc�? -insisti�.
-A que te beso -le respond� y la tom� por los cabellos como
para besarla.
Fue entonces cuando mis instintos me dominaron. La ten�a
tomada por lo cabellos por lo que la bese justo en la boca. Ella no opuso
resistencia, se me entreg� en un beso apasionado. Nuestras lenguas se
entrelazaron descubriendo cada rinc�n de nuestras bocas. Segu� por su cuello
hasta llegar a sus senos. Ol�a divino, sab�a a pasta dental y respiraba
entrecortado. As� nos recostamos en la cama y ya encima de ella bes� sus pezones
deliciosos. S� que Sandra estaba tan excitada como yo. Se me sali� el instinto
lesbico y con mis u�as la rasgu�� suavecito por el vientre. Ella me abraz� duro
y me besaba locamente, nos empezamos a acariciar con lujuria y a saborearnos
todo. �Qu� senos m�s ricos, cab�a casi todo y mi boca se daba un manjar que no
quer�a abandonar!
Ella estaba entregada. disfrut�ndome, chupaba mis senos,
met�a sus manos bajo mi pantal�n buscando mis nalgas. Me desvest� en dos
movimientos, nadie impedir�a experimentar esa fantas�a que tanto me rondaba por
la cabeza. no aguante m�s y me fui a chupar esos labios que empezaban a destilar
ese flujo rico donde flotaba su cl�toris hinchado. Por pura inercia nos
envolv�amos en un 69 fant�stico. Le met� la lengua suavecito hasta el fondo. Con
mis dedos le abr� la concha y le pasaba la lengua por esos lugares que la hacen
a una gemir de puro placer, Yo como mujer sab�a bien d�nde y como la har�a
venir. Mis toques delicados y certeros la hac�an contonearse de placer a la vez
que intentaba darme batalla metiendo dos dedos en la panocha con firmeza y
ritmo, eso fue riqu�simo. As� estuvimos cambiando de posiciones, la puse de
espaldas y chupe sus nalgas, clav� mi lengua justo en su ano, mientras le
saboreaba su panocha caliente.
Sandra aullaba de placer, -aaaaaugggggg, queeeeee ricoooooo,
sigueeeee, no te detengasssssss hermanita, me matas-, mientras Yo segu�a gozando
de sus dedos en mi panocha.
Seguimos experimentando poses, caricias, mordidas y besos,
hasta que nuestros sexos se pegaron uno contra el otro con las piernas
entrecruzadas, movi�ndonos como locas, presionando con fuerza. Sub�amos y
baj�bamos ya gritando de placer para terminar en un �xtasis org�smico que dur�
casi un minuto entero.
As� quedamos abrazadas una con la otra, por un rato no
hablamos nada, luego Sandra me dijo que le hab�a parecido incre�ble lo que hab�a
sentido. Yo le confes� que as� tambi�n hab�a sido mi primera vez, y que adem�s
estaba dispuesta a hacerlo con ella las veces que quisiera y sin ning�n tipo de
rollos ni prejuicios, adem�s de seguir siendo su hermana y amiga.
No vestimos, y fuimos a cenar, esper�bamos que alguien no
digiera algo, que a lo mejor nos hubieran escuchado, pero le cena transcurri�
normal, con excepci�n de que nuestra prima no estaba en casa, se hab�a quedado a
dormir con una amiga. Nos despedimos u nos fuimos de nuevo a nuestro cuarto,
vimos un poco la televisi�n. Le dije a Sandra que ahora me tocaba a mi darme un
ba�o, que falta me hacia, me dijo que si quer�a me acompa�aba con una sonrisa
picara, nos desvestimos y despu�s comenzamos a besarnos y terminamos haciendo el
amor otra vez pero ahora en el ba�o, bajo el agua tibia, tocando nuestros
cl�toris con la intensidad exacta para venirnos juntas en el suelo, llorando de
placer y restregando nuestros cuerpos h�medos uno contra el otro en busca de m�s
placer, cosa que no fue dif�cil porque la tercera venida fue la mejor de todas.
Por fin nos acostamos y nos quedamos dormidas, seguras que
esas vacaciones gozar�amos mas, adem�s todav�a no hab�amos visto a mi prima, por
cierto es la que medio a guardar los condones, as� que ya se imaginaran cuanto
deseo tenia de verla.
Ana Cecilia C�rdova
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO