Relato: Mi linda sobrinita: Ethel Ethel es una ni�a muy bonita, con sus trece a�os ya arranca
suspiros a diestra y siniestra, cada vez que la veo no dejo de apreciar esas
piernas blancas y duras, como las de toda adolescente, su cabello negro azabache
hace un marcado contraste con su blanca y nacarada piel, se dir�a que Ethel era
cuesti�n de tiempo para entregar ese bomboncito que lleva entre las piernas,
ella es mi sobrina, hija de mi hermana Esther y de mi cu�ado V�ctor, ambos
siempre muy ocupados con su negocio de transporte.
Yo no estaba ni Ali de cerca de imaginar lo que me esperaba
con mi linda sobrinita, esto que le voy a contar sucedi� hace un par de meses,
as� que es una historia muy fresca.
Ethel siempre se ve�a acompa�ada por su amiga Frida, una
graciosa rubiecita apenas dos a�os mayor que ella, todos en el barrio sab�amos
que Frida era una chica intensa y desatrampada, pero eso si, muy discreta, era
de asolar a los chico de la cuadra mas o menos de su edad.
Se sab�a que Frida se ve�a a escondidas con un chico cubano
de nombre Mart�n de aproximadamente 21 a�os, era un reto para ella, pero para
todo esto siempre se llevaba a Ethel a todas partes, no dudo que mi sobrinita
halla sido testigo de no se cuantos escarceos amorosos de su amiguita y su
novio, tanto as� que una noche lleg� y la vi un poco turbada, yo le pregunt� que
suced�a a lo que ella me contesto que no pasaba nada, que todo estaba bien que
solo hab�a corrido demasiado durante los juegos con sus amiguitas, por ello el
que se viera un poco exaltada, co�o, yo con mis 36 a�os que madres me voy a cree
ese cuento, luego identifico a una mujer en celo, ja!.
Claramente vi como Ethel subi� a su cuarto e inmediatamente
corri� al ba�o a darse una ducha, despu�s de unos veinte minutos sali� del ba�o,
ahora se le ve�a fresca, hermosa con una sonrisa de alivio que la hacia ver
hermosa, ella me vio y me dijo que me suced�a, a lo que yo le dije que nada y
embozando una sonrisa p�cara la dej� con la duda razonable y enfil� hacia mi
cuarto a leer un rato conocedor de la confianza que en ella inspiro.
No pas� ni una hora hasta que son� la puerta, adelante dije:
era Ethel quien con su carita de mustia se meti� al curto y se sent� a mi lado
justo donde pude admirar sus bien torneadas piernas, llevaba una blusita de
casa, no tra�a sujetador y se ve�a claramente el color rosado de sus pezones
nacientes, �Que sucede cari�o? le pregunt�, nada t�o, es que hoy vi algo que me
dejo un poco inquieta, �Qu� es lo que viste mi cielo? Le pregunt� y ella me
contest�, t�o tu conoces a Frida, mi amiga, �Verdad?, as� es mi cielo pero �Qu�
tiene que ver tu amiga con lo que viste? A lo que ella aclar�, es que hace una
hora estuve con ella y con Mart�n, su amigo, el nos invit� a tomar un refresco
en la tiendas pero Frida sugiri� que lo tomemos en el departamento de �l.
Bueno, antes de proseguir con la historia d�jenme decirles
que yo ya me imaginaba algo por el estilo, y bien Ethel sigue cont�ndome, ok.
T�o, sucede que ya en el cuarto de Mar�n empezamos a jugar de manos y ella le
puso la suya en el "ese" de Mart�n y el se dejo, luego se besaron, ella me dijo
que no sea tonta, que le entrara al juego, pero yo no atinaba a hacer
absolutamente nada, pero Frida me tom� la mano y la puso exactamente en el "ese"
de Mart�n, �Y que hiciste?, le pregunt� extasiado, pues me qued� quieta,
concluy�.
Yo mientras le sobaba una de sus hermosas piernas en franco
af�n de que se abriera m�s en la pl�tica y parece que dio resultado ya que
despu�s de unos segundos de silencio me dijo: Oye t�o te voy a decir la verdad,
al principio me dio miedo, pero ya despu�s como que le fui tomando ritmo y acab�
gust�ndome, en eso Frida me hizo aun lado, le abri� el cierre a Mar�n le saco su
pene y se puso a pasarle por todo lo largo, yo qued� asombrada hasta que me
invitaron a unirme, pero me dio miedo, me disculp� y vine a la casa y la verdad
me arrepiento.
Mira sobrinita de mi alma, no es para que te sientas mal, a
tu edad es natural que al ver una escena de estas te pongas as�, si t�o pero
ahora tengo ganas, al o�r esto la verga se me puso dura y por su puesto que no
pas� desapercibido para Erthel,quien al ver mi dureza bajo mi short de algod�n
se puso nerviosa, yo al verla turbada le pregunte: �Te molesta que tenga el pene
as�? Ella contest�, no es eso t�o lo que pasa es que ahora quiero saber como se
siente ser mujer, he visto a veces a mam� con pap� cuando tienen relaciones,
pero contigo es diferente como que hay m�s confianza.
Ya mas dispuesto me acerque a ella y le dije al o�do: �Qu� te
parecer�a si tu t�o te ense�a un poco de esto, te molestar�a?, al lo que ella
pregunt� �Lo har�as por mi t�o?,�Me har�as mujer esta noche?
Sin decirle nada mas, me baje el short dejando al descubierto
mi erecto miembro, ella al principio t�midamente empez� a tocarme, primero por
la punta de la verga y luego por toda su magnitud, fue sob�ndomela lentamente,
sus ojos adquirieron un brillo especial su boca se humedec�a mientras abr�a la
boca como si le faltara el aire, sus palpitaciones se escuchaban fuertemente, en
eso ella me vio a los ojos, yo entend� esa mirada y asintiendo con la cabeza la
autoric� a que hiciera todo lo que quisiera, sin decir mas engull� gran parte de
mi masculinidad con su boca h�meda, primero daba unos chupones muy inexpertos,
tanto que me lastimaba, yo llaparte lentamente, la tome de la cabeza y le fui
ense�ando como deb�a hacerse, ella r�pidamente aprendi� y ahora si me daba un
placer con sus tiernas mamadas de chiquilla dulce, de repente sent� ese
cosquilleo �nico, la tom� con fuerza de la cabeza para que no huyera y descargu�
un potente corro de semen que inund� su boquita y resbalo hasta su garganta,
para mi sorpresa ella lejos de sentir nauseas se trag� toda la leche que derrame
en su boca, ahora tu t�o me dijo, he visto como le hace pap� a mam�, quiero
saber lo que se siente, quit�ndose las pantaletitas, abri� las piernas
mostr�ndome una hermosa rajita llena de pelitos negros muy finos, inmediatamente
me lleg� su aroma de mujer y me puso de a mil, sin decir agua va, me puse a
mamar aquella cosita como becerro, luego le bes� el vientre, segu� con su senos
duros y firme, acab� d�ndole un beso en la boca y ambos intercambiamos nuestros
sabores, eso era un lujo, luego acerqu� el pene a su cosita, ella sinti� la
presi�n y me dijo, �ndele t�o haga su labor, haga que esta noche muera la ni�a y
nazca en mi la mujer, yo sintiendo la calentura en mi verga empuje lentamente
hacia el interior de mi sobrinita, ella emiti� un quejido sordo de dolor, luego
empez� el movimiento y ella me sigui� en una danza er�tica en la cama, segu�
bombe�ndomela por varios minutos mas, hasta que ella gritando al cielo dej�
escapar su primer orgasmo y por su puesto que eso me puso caliente,
inevitablemente me corr� nuevamente, pero esta vez en su interior inundando sus
virginales paredes vaginales haciendo mezclaron elpoquito de sangre que mis
arremetidas hab�an causado en su interior, despu�s de un relax, ella me d�o un
beso muy caliente , se visti� r�pidamente y se fue a su habitaci�n, pero algo en
mi interior me dec�a que esa noche no iba a ser la �nica, que habr�an mas con
esa dulce chiquilla, todo era cuesti�n de tiempo, pero la sorpresa fue que en la
madrugada de esa misma noche, ella fue por otra jodienda mas, en fin, estas
cosas suelen suceder y que se puede hacer, je je je
Fin.
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Relato: Mi linda sobrinita: Ethel
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