Relato: Estrenando a un puberto
Hola me llamo Leticia, tengo 44 a�os, mido 1.73 m de conflexi�n llena y tez morena clara, soy divorciada desde hace 20 a�os y desde entonces vivo sola, mi �nica relaci�n social es con mi comadre de 42 a�os y su hijo Ignacio de 16. Al respecto de �l les dir� que es un adolescente promedio, flaco, chaparro, moreno m�s bien prieto y muy pero muy caliente y muy morboso, raz�n por la cual me gusta tanto.
Como ya dije soy divorciada y por lo tanto no tengo compa�ero, as� es que mis relaciones sexuales han sido muy espor�dicas, hasta ahora y les voy a contar porqu�. Resulta que un d�a que mi comadre me invit� a su casa a cenar pude probar la calentura de mi ahijado; todo comenz� cuando �l me vio sentada en la sala, se sent� justo enfrente de mi y pude ver que no me quitaba la mirada de las piernas, yo llevaba un vestido de cuello tipo camisa, botones al frente, sin mangas y cortito a medio muslo, unas sandalias de tac�n alto e iba sin medias, pues esos d�as hac�a mucho calor y vestida as� me sent�a muy fresca. Al ver que no me quitaba la mirada de las piernas, un gusto morboso se apoder� de mi, me agrad� sobre manera que ese muchachito se estuviera calentando conmigo, as� es que se me ocurri� abrir las piernas primero un poco para permitir que me viera la parte interior de mis muslos y luego un poco m�s para que pudiera verme las pantaletas, not� que cuando vio mis pantaletas se le form� un bultote en el pantal�n lo que indicaba que se le hab�a parado la verga. �l estaba absorto mir�ndome cuando mi comadre nos pidi� que pas�ramos a la mesa pues la cena estaba lista. La mesa del comedor es de 6 sillas, mi comadre se sent� en la cabecera, yo me sent� en la primer silla junto a ella y mi ahijado en la silla junto a mi. Apenas nos hab�amos sentado, mientras mi comadre iniciaba una amena pl�tica, sent� la mano de Ignacio sobre mi muslo derecho y como acariciaba mi entrepierna levantando mi vestido hasta que su mano lleg� a mi panocha.
Al principio pens� en retirar su mano, pero desist� de esa idea y lo dej� continuar, su mano se deslizaba por mis muslos y se met�a entre mis piernas hasta llegar a mi panocha una y otra vez; la sensaci�n era deliciosa y sent� como mi panocha se mojaba. Terminamos de cenar y mientras mi comadre recog�a los platos y los llevaba a la cocina para lavarlos, me fui a la terraza con Ignacio detr�s de mi, all� hay un asador, Ignacio se apoy� en el y tom�ndome por detr�s me jal� hacia �l recarg�ndome su verga entre mis nalgas, sent� adem�s como met�a sus manos por debajo de mi vestido y como acariciaba mis piernas levantando mi vestido hasta arriba sob�ndome y restreg�ndome mi panocha. No pude evitarlo y comenc� a gemir de placer, esa verga dura apretada entre mis nalgas, esas manos acariciando mis piernas, sobando mi panocha y apretando mis senos, me sent�a enloquecer. En ese estado Ignacio me dijo al o�do, "mamacita te quiero meter toda mi verga en tu pepa". Al escuchar eso lejos de ofenderme o molestarme, me sent� sorprendida s� pero tambi�n halagada en mi vanidad de mujer y d�ndome media vuelta repegu� mi panocha en la verga de Ignacio y lo bes� con pasi�n mientras sent�a sus manos debajo de mi vestido acariciando mis piernas levantando mi vestido y picando mis nalgas. Le dije, claro que si ahijado de mi coraz�n, ll�vame contigo y c�jeme.
Le di las llaves de mi coche para que me esperara ahi mientras yo me desped�a de mi comadre y le dec�a que le iba a dar un avent�n a su hijo a casa de su novia (cosa que por supuesto era falsa), en realidad me lo llev� a mi casa. Todo el camino me fue acariciando las piernas y sobando mi panocha mientras yo le frotaba su verga que ya se la hab�a sacado.
Al llegar a mi casa nos fuimos de inmediato a mi rec�mara, ahi Ignacio se sent� en el piso coloc�ndose justo en medio de mis piernas y debajo de mi vestido, me acarici� y bes� las piernas por delante y por detr�s en toda su longitud y luego introdujo su lengua en mi panocha lami�ndola produci�ndome un enorme placer, ahi mismo me baj� las pantaletas y me derrib� en la cama boca arriba, se baj� su pantal�n y sus calzones dejando al descubierto su vergota y sus test�culos, me abri� las piernas y se me ech� encima, sent� como colocaba la cabeza de su verga en la entrada de mi panocha y entonces me dijo "�est�s lista madrinita?", yo sonriendo asent� con la cabeza y sent� como de una embestida me met�a su verga casi hasta adentro, me dijo "siente como te estoy metiendo la verga madrinita" y continu� empujando hasta que toda su verga se introdujo en mi. Se frotaba fren�ticamente dentro de mi y me dijo "siente que rico estoy en medio de tus piernas abiertas cogi�ndote madrinita", "te tengo ensartada tu pepa con mi verga parada" y as� sigui� hasta que de su verga salieron chorros de semen espeso y caliente inundando mi panocha, termin� de venirse dentro de mi convulsion�ndose y jadeando hasta quedar desfallecido encima de mi, despu�s de unos instantes, me bes� en la boca, en las mejillas y en el cuello, sobre todo en el cuello, me dijo "te quiero mucho madrina est�s bien buena y quiero seguirte cogiendo".
Yo le contest� que tambi�n lo quer�a mucho, que su verga me hab�a fascinado y que por supuesto me iba a seguir cogiendo cada vez que �l sintiera ganas.
Desde entonces mi ahijado es mi amante caliente y morboso, le di un celular para que cada vez que sienta ganas me llame, cuando lo hace acudo lo m�s pronto posible a donde �l est� para darle todo el placer que mi cuerpo sea capaz y todo el placer que �l necesite.