Relato: Pescadores Pescadores
Esto que paso a relatarles pas� hace como doce a�os. Soy casado y vivo en Buenos Aires.
Siempre fui hetero, pero en los �ltimos a�os me deleitaba cuando veia una foto de un miembro masculino m�s o menos grande. Se me hac�a agua a la boca mientras pensaba qu� se sentir�a chup�ndolo y teni�ndolo en el orto.
A veces, cuando me ba�aba y me enjabonaba el culo, me met�a un dedo como para limpiar bien el hoyo. Me enga�aba a mi mismo dici�ndome que era por higiene. La verdad es que sent�a mucho placer cuando lo hac�a.
Pero nunca hubiera intentado tener una relaci�n homo, no me gusta el olor a hombre, me gustan mucho las mujeres y, adem�s, me dar�a mucha verg�enza acercarme a otro hombre adrede.
Pero, como dicen, la ocasi�n hace al ladr�n.
Cuando conoc� a Carlos, yo ten�a cuarenta y ocho a�os. Fue en un torneo de pesca en San Clemente del Tuy�, localidad de la costa atl�ntica a unos 200 km de Buenos Aires.
Nos hicimos amigos y comenzamos a pasar los d�as juntos, pescando y paseando. Cuando terminaron las vacaciones nos seguimos viendo en Buenos Aires y sal�amos en carpa a pescar. Llegado el invierno, fuimos a pescar pejerreyes a la Salada Grande y todo fue muy bien, ya que pescamos bastante. Como dije, hab�amos ido en carpa y, a la noche, como no pod�amos dormir por el fr�o, nos acomodamos muy juntos para darnos calor y nos dormimos un rato.
Yo estaba de espaldas a �l y me despert� porque me estaba tocando como buscando mi pija; me apret� m�s contra �l y sent� su verga dura.
Muy pronto empezamos a tocarnos y acariciarnos. Por primera vez en mi vida tuve entre mis manos un miembro que no era el propio. Su tama�o, textura y temperatura era similar al mio.
Luego de manosearnos algunos minutos, Carlos me dijo que, si me animaba a chup�rsela un poco, �l tambi�n me la chupar�a a m�.
A todo esto ya ten�amos calor. Nos pusimos en posici�n de 69 y nos la chupamos un largo rato.
Su sabor no era muy agradable, ya que no nos lav�bamos luego de orinar, pero luego de las primeras chupadas, el sabor se diluy� con mi saliva. Le pas� la lengua, la chup� con mis labios y la intoduje todo lo adentro que pude de mi garganta hasta que me dieron arcadas.
Mientras tanto, �l hac�a lo mismo con mi pija.
Luego de un rato, comenc� a sentir un calor dentro de mi pecho y una sensaci�n de mareo por la intensa excitaci�n que sent�a. Y entonces, casi sin darme cuenta, me puse boca abajo y �l sobre m�.
Con un poco de saliva me meti� la cabeza; no me doli� mucho ya que estaba acostumbrado a mis dedos. Se qued� quietito un rato para que yo me fuera acostumbrando y, como sinti� que le ven�a, en dos empujones me la meti� hasta los huevos (fue la primera vez en mi vida que vi estrellas con los ojos cerrados).
Esto se repet�a cada vez que saliamos de pesca, hasta que un d�a tuvimos la mala idea de invitar a Alfredo que ignoraba nuestra intimidad.
Nos quedamos tres d�as en el Paranacito. Todo fue bien hasta que, al segundo d�a, Carlos y yo quisimos coger. Aprovechando que Alfredo fue hasta la curva del r�o, que estaba como a mil metros, nos metimos en la carpa. Nos bajamos los pantalones, y ya se la estaba metiendo cuando veo que Alfredo hab�a regresado y nos estaba espiando.
Yo me qued� helado y se la saqu� (mejor dicho, se abland� y se sali� sola). Alfredo entr� en la carpa y quer�a cogerse a cualquiera de los dos. Yo estaba decidido a dejarme coger, pero cuando sac� la pija vi que era muy gruesa y larga, era enorme, nunca hab�a visto algo as�. Ten�a unos 30 cm de largo y el grosor era como de 5 cm de di�metro. Como las de las pel�culas porno.
Me asust� y no quise saber nada. Carlos, que estaba m�s caliente que yo, se anim� y se puso boca abajo, que es la forma en que nos gusta cogernos.
Alfredo le puso saliva en el culo mientras yo prob� chup�rsela, pero era tan gruesa que casi no me entraba en la boca, as� que la dej�. El se mont� sobre Carlos y se la empez� a meter pero, cuando le entr� la cabeza, Carlos di� un grito, se movi� y la pija qued� afuera.Yo record� que en mi valija de pesca ten�a vaselina que usaba para los anzuelos y se la d� a Alfredo; �l se unt� la pija y le meti� un dedo con vaselina en el hoyo para lubricarlo y luego, se la volvi� a meter otra vez.
Carlos se pon�a colorado y los ojos parec�an querer sal�rsele para afuera del dolor, pero se la aguant� toda. Le meti� los 30 cm hasta los huevos. Cuando acab�, le ech� toda la leche adentro y, cuando se la sac�, Carlos se cag� encima, por tener el agujero tan abierto que el esf�nter no reten�a nada.
Despu�s me cont� que le qued� el culo dolorido por una semana y que no volver�a a dejarse coger por Alfredo.
Pero con la intervenci�n de este, todo termin� entre nosotros, porque Carlos y yo somos casados y Alfredo quer�a comprometernos para cojerse a nuestras esposas, por lo que tuvimos que dar por terminada la relaci�n.
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Relato: Pescadores
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