Relato: MI VIDA DE ESTUDIANTE
ALUMNO DE COLEGIO
Me despert� la salvaje erecci�n que ten�a. Tom� una ducha pensando que el agua fr�a me relajar�a un poco, pero no hubo resultados, de tal suerte que no pod�a calzarme los pantalones. Dolores, la dom�stica que hac�a limpieza en ese momento, viendo como luchaba por vestirme, se acerc� presurosa diciendo: �Por Dios mi ni�o, permite que te ayude� e hinc�ndose frente a m� me baj� el calzoncillo. Mir� mi verga dura que balanceaba frente a su rostro y exclam�: �Si que estas bien calzado mi ni�o�, dicho esto comenz� a mamarla con esmero; luego puso cerrojo a la puerta y quit�ndose la braga, abri� las piernas diciendo: �Ven mi ni�o, desah�gate dentro de m�, descarga todo lo que llevas�. Era de locura, nunca hab�a follado una mujer madura (ella tendr�a unos 48 a�os en tanto que yo solamente 18) pero estaba tan cachondo que no lo pens� mucho y descargu� toda la lefa acumulada desde mucho tiempo. Dolores mir�ndome extasiada me dijo: �Si que cargabas leche chaval, estoy rebosada de ti�. Dicho esto, se puso de nuevo la braga junto con un pa�o higi�nico para absorber el semen de su interior y continu� realizando sus tareas como si nada hubiera sucedido. Yo part� raudo hacia el colegio, porque de seguro llegaba tarde.
LA PROFESORA
Tomaba clases particulares en la casa de Sara, a la saz�n profesora de matem�ticas, que gozaba de buen prestigio en la comunidad. Tendr�a 40 a�os de edad, esbelta, de muy buen cuerpo; era divorciada y conviv�a con ella su �nico hijo, un chaval bastante alocado que, por lo regular, nunca estaba en la casa.
Ese d�a Sara me reprochaba mi falta de concentraci�n en el estudio y no era para menos: toda mi atenci�n estaba puesta en su escote que mostraba generosamente un par de tetas redondas y llenas. ��Adri�n! � me increp� con energ�a- �puedes decirme qu� te distrae?�. La mire fijo y de un impulso le contest�: �Es que no puedo dejar de mirarle las tetas�. �Me doy cuenta, dijo, pero eres muy chaval para mirar esas cosas; tu atenci�n debe estar centrada en el estudio�. �No puedo, respond�, adem�s estoy cansado de masturbarme cada vez que la recuerdo�. Qued� con la boca abierta, mir�ndome asombrada: ��Haces eso pensando en m�?�. �Todo el tiempo� contest�. �Ven aqu� me dijo. Fui hasta el extremo de la mesa donde ella se encontraba; me baj� el pantal�n y mi polla salt� entre sus manos. ��Vaya, dijo, que est�s desarrollado� y ante mi estupor, se quit� la blusa y el sost�n, dejando al descubierto sus fabulosas tetas. �Aqu� las tienes�, me dijo excitada, �t�malas porque no tendr�s otra oportunidad�. Las sob� un rato, las lam� y luego las chup� con fuerza. Sara comenz� a gemir cada vez con m�s intensidad mientras le succionaba ambos pezones, hasta que se corri� entre suspiros y estertores. �Eres un peque�o demonio� me dijo encarnada, y comenz� a masturbarme alternativamente con las manos y con la boca. Hasta que no pude contenerme m�s y eyacul� a chorros en esas tetas portentosas. Me mir� profundamente mientras distribu�a mi esperma entre sus pechos: �S� que ten�as leche, chaval� me dijo, al tiempo que lam�a con su lengua primorosa las �ltimas gotas de semen que sal�a de mi verga. Y pude ver, maravillado, como las tragaba una por una. Despu�s me despidi� diciendo sonriente: �Ahora vete a casa�que has aprobado la lecci�n�.