Relato: Una historia jocosa
Los trabajos en la abacer�a continuaban, la clientela era fiel a aquel hombre solo que a m�s de cuarenta a�os ten�a fama de ser jovial y cort�s caracter�stico de comerciante habilidoso, la ni�a se encargaba ya no solo de la limpieza sino que a medias le ayudaba en las ventas pues a sus nueve a�os algo de pericia ten�a en esa actividad, su hermanito de cinco a�os continuaba con el aseo del local y de los objetos guard�ndolos del polvo imperante por aquellas calles al paso de veh�culos, la madre de los ni�os se hab�a descuidado de ellos, la atenci�n la ten�a para aquel hombre que la manten�a con minucia de dinero, ambos enloquecidos de sexo se iban en el carro del patr�n a casas de cita llegando en avanzadas horas de la noche, era ah� la horas altas de la medianoche en las que com�an los ni�os, o en muchas de las ocasiones, el cuarent�n les convidaba de la comida que hac�a, aquel due�o de la abacer�a, que tambi�n tuvo romance con la madre de los ni�os cuando el esposo viv�a, le insinuaba hacer el amor a la mujer, ella con coqueter�a aceptaba brind�ndole el cuerpo por poco dinero o v�veres y para que tambi�n los tuviera a sus hijos al cuidado en la abacer�a, lo que la madre no sab�a que ambos ni�os eran presa f�cil de los bajos instintos sexuales de aquel hombre que era bisexual, era as� que aquellas primeras horas de la noche la mujer sal�a con su amante dejando a los ni�os a la espera de que al regreso les trajera comida, sin embargo, el cuarent�n se armaba de unos platos con comida y a vista de los ni�os lo dejaban pasar, ambos ni�os con gusto se deleitaban de aquello, ya al terminar, el cuarent�n con su autoridad caracter�stica sobre aquellos ni�os ordenaba al ni�o que limpiase los platos, mientras eso suced�a, aquel hombre aprovechaba en llevarla a la ni�a al dormitorio donde estaban tres camas, en la m�s grande el hombre se sentaba, se bajaba el pantal�n y el calzoncillo, mostr�ndole el pene, agit�ndolo para que la ni�a arrodillada en su delante abra la boca y se meta el pene peludo erecto, los labios se pegaban al desliz de la piel del pene de aquel hombre que cerraba los ojos apretando los labios en se�al de placer, el pelo de la ni�a le cubr�a la cara rozando el pene haci�ndose a�n lado el pelo continuaba con el sexo oral, luego la tomaba de los hombros, le desabotonaba el camis�n de dormir cayendo al piso, por instantes contemplaba ese cuerpito infantil femenino que iba creciendo, sus deditos alargados de pies y manos los besaba, pasaba sus manos por todo ese cuerpito infantil, luego con sus dedos iba baj�ndole el interior vi�ndose la ni�a su vagina descubierta, la tomaba de la cintura llevando la vagina a la cara, ah� se la lam�a, la chupaba, la ni�a del gusto cerraba los ojos abriendo la boca expulsando alaridos quebrantando su cuerpo, �l la tomaba y lentamente la acostaba abri�ndola de piernas, abriendo los labios vaginales y con la lengua chupaba y estiraba con los dientes ese delicioso cl�toris de ni�a hermosa, los manoseos sobre ese cuerpo infantil no se hac�an esperar, por largo rato acariciaba esa suave piel, el hombre continuaba con su deleite teniendo al cuerpo de la ni�a a su disposici�n, le chupaba repetidamente las bolitas que se le estaban haciendo en sus pezones, luego los besos prolongados, �l le hab�a ense�ado a besar, la consideraba suya, pues tambi�n la desvirg�, volvi� a lamerle el cl�toris con la punta de la lengua haci�ndola gemir, la lengua pasaba por los muslos de la ni�a igual que los dedos lascivos, ensaliv� el glande poni�ndolo a la entrada de la vagina, la ni�a viendo eso, viendo que el glande de ese pene peludo entraba, despacio y despacio, todo era movimiento en esa cama, el hombre empezaba a moverse arriba abajo con sus caderas, la ni�a gem�a, apretaba las manos agarr�ndose de los antebrazos del hombre, sent�a la embestida de pene en su vagina y pujaba con gemidos, para ella al principio era temor y recelo pero al seguir la faena sexual se le hac�a placer, lentamente se dejaba llevar por las posturas del hombre que la deslizaba por la cama poniendo sus tobillos femeninos a los hombros de aquel hombre que hab�a sido su iniciador, de esa forma el pene se deslizaba con m�s fluidez, todo era delicioso para ambos, ella sent�a mayormente la presencia penetradora de ese pende dentro de sus entra�as, su cuerpito se mov�a repetidamente tras las embestidas, as�, as� le daba por la vagina, con gusto, con deseo, con pasi�n, con orgasmo, hasta que con ojos cerrados el hombre sent�a dejarle semen dentro de las entra�as de la ni�a, quedaban quietos de tanto sexo acostados en la cama, con cuidado para que no se manche la s�bana el hombre se separaba de la ni�a limpi�ndose mutuamente el l�quido, el ni�o que ya antes hab�a acabado de lavar los platos esperaba sentado en un taburete de la sala, vio salir al hombre presuroso llev�ndose los platos en los que antes hab�a llevado comida a los ni�os, luego vio a salir del cuarto a su hermana, el ni�o ya se imaginaba lo que hab�a hecho con aquel hombre, aquel jueguito, que antes por varias ocasiones los ve�a a trav�s de la hendija de la puerta entreabierta o de la cortina del cuarto de aquel hombre, los hab�a visto varias veces desnudos haciendo el amor, su hermana se sentaba tom�ndose ele vientre, con una mano arregl�ndose los interiores, los dos ni�os sal�an al portal para de ah� jugar con los amiguitos de la localidad, en la mente del ni�o estaba eso que su hermana hac�a con ese hombre y que tambi�n ese hombre le hac�a a �l cuando su hermana no estaba y lo llevaba al cuarto a hacerle el jueguito ese, los ni�os se sorprendieron viendo a un anciano muy elegante en compa��a de un joven tambi�n bien apuesto y elegantemente vestido cargando un bulto empaquetado, los esperaban los padres del gringo, pasaron tras saludarse y abrazarse, escucharon las risas y carcajadas propias de la tertulia, ambos ni�os corrieron por la curiosidad de saber qu� conten�a ese bulto, era un regalo para el gringo, lo abri� y era una hermosa bicicleta, el muchacho muy contento abraz� al anciano y al joven, el gringo muy contento sali� con su bicicleta a dar vueltas por el sector montando a sus amiguitos atr�s de la bicicleta, los ni�os lo rodeaban al gringo pidi�ndoles para que los lleve, as� lo hizo por todo un buen rato, el anciano y los padres del gringo estaba reunidos en la sala platicando, el joven estaba sentado en una silla en el portal de aquella casa de arriendo, el gringo dej� la bicicleta arrimada al poste del portal de la casa y�ndose en direcci�n al ba�o, ten�a necesidad de orinar, el joven lo sigui� detr�s donde el gringo estaba orinando, el oscuro lugar sirvi� para que ambos se abracen y se bajen los pantalones e interiores, el trasero del gringo quedaba al descubierto como por entre la tela del calzoncillo tambi�n quedaba el pene grueso de aquel joven, ambos no vieron que cerca de ah� la ni�a hac�a lo ultimo de su necesidad de defecar y se estaba limpiando el traserito, y su hermanito menor junto a ella le puso aviso de ambas figuras a lo lejos, la ni�a astutamente le dijo a su hermano que se agachase para no ser vistos, ambos ni�os vieron c�mo el joven arrimaba de pecho al gringo sobre la pared del cerco, escuchaban los gemidos del gringo al sentir la penetraci�n y tambi�n los gemidos de aquel joven que se lo estaba metiendo por el trasero en se�al de placer, no duro mucho esa postura de hacer el amor parados, lentamente el joven sacaba el pene mojado de semen y el gringo retroced�a para acuclillarse y pujar el semen que se lo hab�a dejado adentro aquel joven, el muchacho despu�s de limpiarse fue presuroso a manejar su bicicleta nueva por los claros del sector, aquel joven se qued� un poco m�s de tiempo y luego sali� furtivamente arregl�ndose la ropa, los ni�os salieron mucho tiempo despu�s, re�an de lo que hab�an visto.
para saber mas:
metamorfosis1929xblogspot.com
besos de Samuel.