Relato: El vigilante del estacionamiento (2) El Vigilante del Estacionamiento II
Tal y como lo promet�, esta es la segunda parte de varias,
para comprender este relato, habr�n tenido que leer primeramente mi primer
relato sobre mis truculentas aventuras con el vigilante del estacionamiento del
lugar donde yo viv�a en la Ciudad de M�xico, Distrito Federal.
Como todos los d�as, a la salida del trabajo, tomaba mi
autom�vil y me dirig�a a mi casa, llegaba, estacionaba el auto, pero ahora, con
mas familiaridad, "Mi Vigilante" ya no me esperaba en su caseta de vigilancia,
me esperaba muy cercanamente al lugar que me correspond�a, recibi�ndome con una
amplia sonrisa y una mirada con un dejo de complicidad. Lo mejor de todo esto es
que adem�s de los encuentros sexuales que tuvimos, nos hicimos buenos amigos,
platic�bamos mucho y siempre me contaba de sus aventurillas con mujeres. Yo me
extasiaba con su pl�tica ya que ten�a una muy buena conversaci�n y adem�s su voz
grave y varonil despertaba en mi las ganas de estar nuevamente con �l.
Ese d�a, un d�a lluvioso de verano en la Ciudad de M�xico,
llegu� al estacionamiento y al abrir la portezuela del auto me top� con la
sorpresa de que el vigilante me recibi� con un paraguas para que no me mojara
"cuanta caballerosidad pens� yo", me dijo: tiene tiempo de platicar? Claro que
si, le contest�, me condujo a la famos�sima caseta, nos sentamos en su camastro,
justamente ese d�a lo not� mas varonil que nunca, m�s cachondo que otras veces,
transpirando sensualidad masculina por cada uno de sus poros, en cada una de sus
miradas, en cada una de sus palabras, el �ltimo encuentro que hab�amos tenido
hab�a sido ya varios meses atr�s, casi podr�a jurar que era como un
requerimiento de algo mas.
Ese d�a tambi�n se ve�a portentoso con su uniforme de
vigilante, el pantal�n azul marino con una delgada l�nea azul claro en los
costados, su camisola azul claro con la insignia de la empresa de seguridad para
la que trabaja enmarcando los m�sculos de sus brazos ya que era de manga corta,
su peinado meticuloso y varonil, moreno de fuego y sexo, pude adivinar su bulto
ya que el pantal�n que vest�a lo permit�a, un bulto voluminoso y sabroso. Como
siempre, pasamos de los temas triviales al tema sexual y entre cada comentario
pasaba sutilmente su mano por su entrepierna adivinando de inmediato su
necesidad de sexo, percat�ndome de que no hubiera nadie cerca, alargu� mi mano
hasta ese paquete maravilloso, de inmediato su pene, que a primera impresi�n
pareciera peque�o, respondi� a mi caricia sintiendo como se engros� casi de
inmediato y se endureci� un poco, hizo un movimiento de cabeza como indic�ndome:
"adelante, te estaba esperando". Por lo que comenc� a desabotonarle la camisola,
liberando ese pecho marcado, de hombre de verdad, con unos pezones color canela
ya erectos, inici� una caricia con mis manos en sus pezones, un suspiro de
placer inund� el ambiente, de las manos pas� con mi boca a chupar esa zona
er�gena que se me ofrec�a, �l se estremec�a y yo notaba que su bulto crec�a y
crec�a, casi no cab�a en el pantal�n, por lo que abr� su pantal�n encontr�ndome
con un pene hermoso, erecto, lleno de lubricante natural, me avalanc� sobre ese
miembro viril duro como el m�rmol, acerqu� mi boca apenas entreabriendo mis
labios para tocar la punta de la verga de "mi vigilante" mientras mi lengua
jugueteaba con el orificio del pene y mis manso tocaban los huevos redondos y
hermosos de mi hombre, abr� un poco m�s mis labios para dejar que entrase m�s
fierro en mi boca, mi lengua aleteaba como colibr� alrededor de la punta del
glande de esa enorme virilidad que en ese momento era m�a, abr� por fin la boca
para permitir que entrase todo el glande cobij�ndolo con mi lengua haciendo
sentir toda la humedad que mi cavidad oral le ofrec�a mientras con mis manos
segu�a acariciando los test�culos, la entrepierna y acerc�ndome a la regi�n anal
de ese macho mexicano enardecido que comenzaba a mover las caderas hacia delante
y atr�s buscando una penetraci�n oral m�s profunda, por fin, abr� toda mi boca
para tomar en ella todo el tronco, comenzando con el cl�sico movimiento de
mete-saca, arriba-abajo, adentro-afuera, como quieran llamarlo; de nueva cuenta
lo tom� por las nalgas, redondas y duras de hombre de verdad para indicarle que
lo quer�a m�s adentro, el gem�a y suspiraba fuertemente haciendo notar todo lo
que le estaba haciendo sentir, de repente, una de sus manos se meti� por debajo
de mi camisa buscando mis pezones, llegando a uno de ellos, lo comenz� a
acariciar, eso me pone a diez mil, por lo que intensifiqu� la mamada que le esta
propinando y por lo tanto, su excitaci�n iba en aumento.
Me tom� de los brazos indic�ndome que me levantara, me dio un
abrazo que me arranc� un gemido de placer por sentir al fin todo su cuerpo
desnudo pegado al m�o, me desaboton� la camisa me levant� la camiseta interior
buscando con avidez mis tetillas, las hizo suyas de un golpe, sent�a su lengua
recorrer mis pezones, agarrar mis tetas como si fueran de mujer, me excitaba,
mientras con la otra de sus manos, me baj� el pantal�n y el calzoncillo que
llevaba baj� por fin a acariciar mis nalgas, lo hac�a con una maestr�a
impresionante, me agitaba con cada una de sus caricias, por fin me pidi� que me
diera la vuelta y tomando una botella de aceite del que se usa para cocinar �SI,
LEYERON BIEN, ACEITE COMESTIBLE! Se embarr� la verga y me unt� el culo para
cogerme al fin; me inclin� hacia delante y apuntando con su lanza intent�
penetrarme de un solo golpe, un inmenso dolor me invadi� e hizo que me arqueara,
�l lo comprendi� deteni�ndose un poco en su intento, por lo que procedi� a poco
a poco ir abriendo ese estrecho canal que nunca hab�a sido abierto, sent� como
se abr�a ante el majestuoso ser que pretend�a invadirlo.
Comenz� el movimiento mete-saca, me sent�a morir pero una
sensaci�n de placer me invad�a y contagiado por su excitaci�n quer�a sentirlo
mas y mas dentro, en respuesta comenc� a moverme para ir a su encuentro y que la
excitaci�n fuera mas grande, �l gem�a ininterrumpidamente tom�ndome por las
caderas y de vez en cuando acarici�ndome las tetillas, de pronto, comenc� a
sentir su imperiosa necesidad de venirse, de correrse, de eyacular, de terminar,
por lo que moviendo con una rapidez casi animal sus caderas, comenc� a sentir
como su semen invad�a mi ser y sus gemidos me indicaban el grado de satisfacci�n
que hab�a obtenido; una vez terminando, se retir� de mi, sent� un enorme vaci�
en mi trasero pero una enorme satisfacci�n de dejarlo extasiado, de inmediato
procedi� a limpiarse y a limpiarme el fundillo, nos vestimos, nos despedimos no
sin antes darnos un abrazo y �l dici�ndome: "nos vemos luego ok?" claro que si,
le contest�, cuando gustes.
L�gicamente cumplimos esa frase en varias ocasiones mas que
de igual manera les ir� contando, gracias por sus comentarios y su buena
respuesta a mi primer relato.
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Relato: El vigilante del estacionamiento (2)
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