Relato: ENFERMA ANAL Mi sexualidad fue cambiando tan dr�sticamente en los �ltimos a�os que cre� conveniente consultarlo con un especialista, entiendo que mi problema radica en mi cabeza, no en mi cuerpo.
As� fue que buscando y buscando di con el doctor Leopoldo Gonzalez Vargas, el tipo es muy conocido, da conferencias y tiene demasiados cursos sobre los hombros.
Es especialista en sexualidad, aunque previamente se inclinara por la psicolog�a, creo que contaba con dos armas que eran esenciales para atacar mis problemas.
Al contrario de mis amigas y el com�n de las mujeres, y aunque parezca raro, siempre me result� m�s f�cil hablar de estas cosas con especialistas masculinos, los hombres son de poco hablar y me siento escuchada, noto que van m�s a lo f�sico que a lo emocional, en cambio las mujeres son mas de dar vueltas y no solucionar nada.
Cuando llam� a la cl�nica, la secretaria me dio un turno para tres meses a futuro, era demasiado tiempo, pero era tan renombrado que era imposible encontrar un hueco antes, le di mis datos y pacientemente esper� a que pasaran los d�as, en silencio porque nadie lo sab�a, ni siquiera mi esposo.
Hace unos d�as lleg� el momento y acud� a la visita, tarde de primavera, me puse una pollera ajustada, hasta las rodillas, de un material elastizado simulando cuero, zapatos negros de altos tacos haciendo juego y una remera ajustada del mismo color, con un discreto escote, adem�s, un pa�uelo colorido al cuello como para cortar la onda de luto de mi vestimenta. Apenas me maquill�, solo un poco para darme color en el rostro y delinee los bordes de mis ojos, no me gusta pintarrajearme, acomod� mi cabello oscuro, unos aros y perfume importado, sensual, normal.
El viaje fue un tanto estresante, demasiado tr�nsito, para colmo no consegu�a lugar para dejarlo, lo hice en un garaje a un par de cuadras.
Despu�s lo de costumbre, la secretaria tom� mis datos me indic� que tomara asiento esperando a que me llame.
Una mujer a mi derecha trat� de establecer un di�logo, pero soy parca para establecer lazos sociales, as� que luego de una respuesta un tanto indiferente puse los auriculares en mis o�dos para escuchar m�sica y cortar cualquier otro intento.
Estuve dos horas esperando, hab�a demasiada gente, al fin el se asom� y dijo:
- Medrano? Jessica Medrano?
Me incorpor� y fui a su encuentro, nos saludamos d�ndonos la mano, haci�ndome pasar para que me pusiera c�moda
Mientras �l escrib�a en su notebook, daba una mirada r�pida por el lugar, la arquitectura era moderna, las paredes pintadas en blanco y ventanales con cortinados azules, haciendo juego con el piso. Hab�a una exquisita fragancia que me hac�a sentir c�moda, un aire acondicionado al costado que para mi gusto era demasiado, la sensaci�n fresca hac�a endurecer mis pezones, luego fui por el doctor, un tipo que aparentaba unos sesenta a�os, alto, flaco de cara chupada y alargada, con unos lentes de marcos dorados, parec�a muy concentrado en lo que escrib�a moviendo sus largos dedos con asombrosa velocidad sobre el teclado, perfectamente afeitado, con impecable traje y corbata ajustada al cuello, su interrogatorio interrumpi� mi ojeada en el entorno, el segu�a escribiendo mientras preguntaba, sin levantar la vista de la pantalla
- Bueno� Jessica Medrano, correcto?
- Si� Mar�a Jessica Medrano para ser precisa
- Fecha de nacimiento?
- Dos de Marzo de mil novecientos ochenta y cuatro
- La edad de mi hija� - agreg� con una mueca en los labios.
- Estado civil? soltera, casada, divorciada?
- Casada doctor, hace unos quince a�os
- Hijos?
- Dos, Joanna de ocho y Thiago de seis
- Trabajo?
- No, ama de casa
- Algo m�s que quisiera comentarme?
- Mmmm� no, al menos en referencia a mis datos personales�
- Correcto, la escucho entonces.
El doctor dej� de escribir para reclinarse sobre el espaldar del sill�n, entrecruzando sus dedos me mir� expectante
- Le molesta si fumo? Me ayuda a aflojar la tensi�n�
- No me place, pero necesito que est� c�moda, adelante
Encend� un cigarro, le di una pitada y segu�
- Mire, cuando mi Thiago fue creciendo el peso de madre fue decreciendo naturalmente para dejar aflorar nuevamente a la mujer, la sexualidad reflorec�a en mi, pero con Osvaldo, por cierto, Osvaldo es mi marido, descubrimos que nos conoc�amos demasiado y nos aburr�amos en la cama, ya no ten�amos objetivos por delante, la etapa de padres la hab�amos superado, y en la cama tambi�n hab�amos probado todo, � casi todo, en fin, hac�a much�simo tiempo que no ten�a orgasmos�
- Entiendo, el motivo m�s frecuente de consultas de hombres es un tonto complejo por el tama�o del pene y el de las mujeres la falta de orgasmos, es m�s com�n de lo que usted cree
- No doctor, no se apresure, quise decir que no tengo orgasmos con �l, y casi el conmigo tampoco, volvimos a una etapa de masturbaci�n�
El me mir� intrigado, arrugando el entrecejo y pasando una mano por la barbilla dijo
- A ver, como es eso?
- Como dije, ante el aburrimiento mutuo empezamos a buscar cosas nuevas en internet, cosas que nos atrajeran, que lograran en �l una erecci�n y en mi humedecer mi intimidad, comprende? As� fue que poco a poco empezamos a hacer algunas cosas que nos hac�a excitar, y creo que el tema se nos est� yendo de las manos.
Doy un par de pitadas, tomo aire y sigo
- Al principio, al ver las chicas que practican sexo expl�cito, notamos como depilan su intimidad, y acordamos que yo har�a lo mismo, as� que cada dos a tres d�as antes de dormir el me depilaba toda, fue muy excitante, adem�s yo me masturbaba ante sus ojos, sinti�ndome puta y teniendo orgasmos enormes, que eran solo para �l, luego �l se masturbaba para m�, como compensaci�n. Llegamos al punto que afeitarse seguido se hac�a denso, por lo que me practiqu� una depilaci�n definitiva con laser�
- Prosiga, la escucho con atenci�n, quiero ver d�nde vamos�
- Bueno, una ma�ana lo sorprend� a mi esposo en mi caj�n de ropa interior, estaba sacando y cortando todas mis bombachas, unilateralmente decidi� que a partir de ese d�a andar�a por el mundo con mi intimidad desnuda, no lo discut�, de hecho me excit� much�simo, es m�s, ahora mismo no tengo nada abajo�
El doctor se mostr� perplejo, inclinando la cabeza hacia el costado, dubitativo, no creyendo mi historia, como tratando de ver para creer
- Mire, compru�belo usted mismo�
Con un poco de dificultad sub� la pollera que se adher�a a mis muslos y abr� sutilmente las piernas, sin ser grosera, solo lo necesario para que el observara mi concha desnuda y totalmente desprovista de bellos.
Su cara demostr� sorpresa, pero r�pidamente volvi� a la situaci�n, volv� a acomodarme mientras encend�a el segundo cigarro, pregunt�
- Doctor, perm�tame hacerle una pregunta
- Si Jessica, d�game
- No me conteste como m�dico, h�galo como hombre, que le parece mi cola?
- Por qu� me pregunta eso?
- Vamos, sea honesto, tiene que ver con la situaci�n
- Bueno, si ofender, con todo respeto por lo que pude ver tiene un trasero muy bonito, proporcionado y bien parado, pero no entiendo�
- Correcto, lo mismo ve mi esposo, y ah� empez� la otra etapa. El siempre se enloqueci� con mi culo, dice que en cuatro patas luce incre�ble y una tarde como cualquiera empez� a jugar con su dedo en mi trasero, y el es un tipo muy perseverante, dele un martillo y d�jelo en la cima de una monta�a, podr� tardar mil a�os, pero no dude que golpe a golpe solo dejar� escombros�
- No comprendo
- Bueno, esto se transform� en una rutina, d�a a d�a jugando en mi esf�nter, un dedo, al tiempo fueron dos, mas adelante tres, poco a poco mi esf�nter ofrec�a cada vez menos resistencia, al fin lleg� el d�a en que meti� su pu�o en �l y a partir de ese momento no quiero otra cosa, no me interesa otra pr�ctica sexual, solo quiero que d�a a d�a meta su pu�o en mi culo
El doctor no dec�a nada, se mostraba pensativo y gotas de transpiraci�n poblaban su frente, por lo que segu� adelante
- Fue entonces que por mi pedido me regal� una m�scara de cuero, para preservar mi identidad y comenz� a filmarme y a fotografiarme para subirme a internet, que quiere que le diga, verme en un lugar de acceso p�blico, con mi culo enorme, metiendo y sacando su pu�o casi hasta llegar el codo, metiendo y sacando, metiendo y sacando, metiendo y sacando, metiendo y sacando, se imagina como tengo mi anillo trasero no? se imagina lo que siento al verme con un cr�ter enorme? le apuesto que apenas mojarme con saliva y ahora mismo usted podr�a meter todo su antebrazo dentro m�o�
- No� yo no�
- Disculpe doctor, no lo tome literal, no quise insinuar nada, a vedes hablo m�s r�pido de lo que pienso�
Comprend� mi error, mientras apagaba el segundo cigarro �l dice
- Y? que pasa en estos momentos?
- Pasa que mi culo es muy popular en internet, vivo masturb�ndome cada vez que me veo y subimos la apuesta, Osvaldo me mete todo tipo de objetos, naranjas, manzanas, calabazas, berenjenas, juguetes con forma de pene, botellas del lado de la base y hasta un peque�o extinguidor. Ahora pensamos ir m�s lejos todav�a, muchos hombres nos han contactado luego de ver nuestros videos, nos est� dando ganas de hacer algo comercial, de cobrar unos pesos y hacerlo en vivo, se imagina? Un ferrocarril entrando por mi trasero mientras muchos hombres se masturban a mi alrededor? De solo pensarlo me humedezco�
El doctor qued� pensando, y yo mirando sus ojos, necesitaba o�r su respuesta, pero no me pareci� correcta, al menos no fue lo que esperaba escuchar.
Por eso escrib� estas l�neas porque seguramente lo leer�n personas como vos, quienes podr�n darme otra opini�n, entonces que te parece? est� mal lo que hacemos con mi esposo � te masturbar�as con mis videos?
Si eres mayor de edad me gustar�a saber tu opini�n sobre este relato
Escr�beme a
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 0
Media de votos: 0
Relato: ENFERMA ANAL
Leida: 10980veces
Tiempo de lectura: 5minuto/s
|