Relato: mi amigo de internet
La verdad no se como empezar a contar esto, me siento ahogada, me siento sucia, pero necesito contarlo. Me llamo Conchi, soy espa�ola, tengo 56 a�os, un hijo ya grande y un martirio con mi marido, nuestra relaci�n ya esta muerta, pero no me puedo ir de casa ya que no trabajo, otra mas de tantas en el paro y vivo gracias a mi marido, de vez en cuando le abro las piernas para que se corra dentro de mi co�o, pero ya, hasta ah� llego, no siento nada por �l, despu�s me siento mal, me siento usada, sucia, pero es el precio que tengo que pagar porque me mantenga, dejarme follar de vez en cuando. Una ma�ana cuando mi marido estaba trabajando entre en una pagina de contactos y conoc� a un chico, es argentino, se llama Eduardo, es un poco menor que yo, tiene 54 a�os, y de inmediato hicimos buenas migas con �l, y le empec� a contar todo lo que me pasaba, nos dimos nuestros n�meros de tel�fono y as� empezamos a hablar por whatsapp o yo le dec�a que me llame al fijo de casa y habl�bamos horas, Eduardo me hac�a re�r mucho, me sent�a bien con �l, deseaba que llegue la hora de que siempre me llamaba, hasta que un d�a quedamos en conocernos, es un poco mas alto que yo, cuerpo muy ancho, muy musculoso, bien cuidado por la gimnasia, yo en cambio tengo tripa y se que estoy muy descuidada, pero eso a Eduardo no le importo, ya que lo primero que hizo fue darme un beso en la boca que me dejo mareada, sent� que mi coraz�n me dio un vuelco, fuimos a una plaza y ah� nos morreamos un poco, el medio que me toco las tetas, tomamos algo y quedamos en que yo al otro d�a ir�a a su casa ya que vive solo, el vive en Alcorc�n y yo en Puente Alcozer, vivimos bastante cerca. Eduardo trabaja de noche y nos encontramos en la estaci�n de trenes de Aluche donde el toma el tren para ir a su casa y nos fuimos juntos, fuimos tomados de la mano, llegamos a su casa, �l vive con su hija que estaba estudiando, as� que est�bamos solos, yo estaba muy nerviosa, sab�a lo que iba a pasar, pero me resist�a a creer en terminar en la cama con Eduardo, me asustaba ponerle los cuernos a mi marido, pero estaba ah�, nerviosa, temblando. Eduardo me preparo un caf� que cuando cog�a la tasa eran evidentes mis nervios por lo que me temblaban las manos, Eduardo me miraba y acariciaba mi mano como queriendo tranquilizarme, le segu� contando mis problemas con mi marido, nunca fume tanto como ese d�a, parec�a una ni�a y no una mujer madura como soy, era la primera vez que iba a enga�ar a mi marido con otro hombre, pero quer�a gozar, quer�a que me hagan el amor, quer�a ser mujer y no un objeto como lo soy para mi marido, Eduardo me empez� a acariciar, muy despacio, sin violencia, lentamente fue llegando a mis tetas que las empez� a tocar por sobre mi ropa, yo lo dejaba, respiraba muy agitada, me sent�a mojada, mi coraz�n lat�a tan fuerte que pens� que se me iba a salir por la boca, nos pusimos de pie y Eduardo me empez� a besar los labios, muy suave, despacio, sus manos acariciaban mi culo por sobre el pantal�n, "relajate Conchi", me dijo sin despegar sus labios de los m�os, y su mano empez� a meterse dentro de mi pantal�n buscando mis nalgas, yo las tengo gordas, con celulitis, se que no estoy buena, que no soy de esas mujeres que todos los hombres se quieren follar, pero tambi�n necesito un hombre que no me use, que no me folle solamente, que me haga gozar, que me use, pero quiero gozar tambi�n. Eduardo a medida que me besaba haciendo que me ponga muy cachonda, me iba desnudando en el sal�n de su casa, "pasamos a tu dormitorio, cari�o?", le dije ya con mis tetas fuera del sujetador y tanto mis pantalones junto con mis bragas a mitad de pierna, Eduardo me acariciaba toda haciendo que moje cada vez mas, me desnudo por completo en su sal�n y as� completamente desnuda me hizo ir a su dormitorio, �l se desnudo mientras no paraba de besarme y acariciarme, me dijo que le chupe la polla, "hay cari�o, no te enojes, pero no me gusta chupar", le dije debolvi�ndo sus besos y acariciando su polla, que era un poco mas grande y gruesa que la de mi marido, as� bes�ndonos nos acostamos, yo quer�a tener su polla dentro de mi co�o, ya no me importaba que le estaba a punto de meter los cuernos a mi marido follando con otro hombre, con mi mano la gui� hasta mi co�o, y Eduardo me la empez� a meter haciendo que gima de placer al sentirme penetrada, y mas disfrutaba al ver que el que me estaba follando no era mi marido, abr� bien mis piernas y su polla se meti� toda dentro de mi co�o, el suspiro de placer al haberme metido toda su polla y gem�a como una loca al sentir toda su polla dentro mio, empezamos a movernos, la polla de Eduardo entraba y sal�a de mi co�o haci�ndome gritar de placer, yo ten�a mis piernas bien abierta y levantadas y �l me follaba con mucha comodidad, estaba disfrutando de otra polla que no era la de mi marido, estaba disfrutando de como me hacia disfrutar Eduardo, cosa que hac�a mucho tiempo no disfrutaba follando, Eduardo levant� mas mis piernas y saco su polla de mi co�o, y mir�ndome a los ojos, la apoyo en mi ojete, como pidi�ndome permiso para follarme el culo, a mi el sexo anal me encanta, con mi marido cuando las cosas estaban bien siempre me terminaba follando por el culo, yo misma le ped�a que me lo folle, que me folle por el culo, simplemente sonre� y abr� mis nalgas y Eduardo me empez� a meter su polla por el ojete, me doli�, hac�a a�os que no follaba por el culo, pero el placer que sent� al notar como se abr�a mi ojete por la entrada de esa polla me hizo gritar de placer y pedirle casi a gritos que me la meta toda por el culo, "as� cari�o, as�, como me gusta que me follen el culo, mete toda tu polla, abre nuevamente mi ojete", le dec�a yo moviendo todo el cuerpo por el placer de sentir como Eduardo me estaba metiendo toda su polla en el culo, que placer sent� cuando Eduardo me hab�a metido toda la polla, volv�a a tener una polla en mi ojete, bien adentro como a mi me gusta, solt� una de mis nalgas y empec� a acariciar mi co�o, estaba empapada, estaba en la gloria sintiendo como Eduardo met�a y sacaba su polla por el agujero de mi culo, lo sent�a abierto, lo sent�a como a mi me gusta no solo sentirlo, sino tenerlo, abierto, roto, follado. La polla de Eduardo entraba y sal�a cada vez mas r�pido de mi ojete y mis dedos estaban cada vez mas mojados entrando, acariciando mi co�o, no me importaba ser una mujer casada todav�a, no me importaba estar metiendo los cuernos a mi marido, solo me importaba que estaba disfrutando de como Eduardo me follaba, "cari�o, me corro, me corro cari�o", le dije a Eduardo teniendo un tremendo orgasmo con su polla en mi culo y la cosa fue peor cuando empec� a sentir la leche de Eduardo llenar mi intestinos, grite de placer, mi cuerpo se mov�a sin que pudiera domin�rlo, temblaba, me sacud�a en la cama gozando de la polla de Eduardo en mi ojete y su leche en mis intestinos, Eduardo gem�a de placer con su polla completamente metida en mi ojete, fue tremendo lo que me hizo gozar, hac�a a�os que no gozaba as�, no me importaba que mi marido sea un cornudo, solo sab�a que Eduardo me iba a follar cuando �l quisiera, su Conchi iba a estar para �l cuando me lo diga.