Relato: El lechero (8)
Visitando a Pedro
Despu�s de aquel fin de semana que pas� en el campo de mi hombre, haciendo el amor con mi macho, su hermano y su sobrino Pedro, en el que me dejaron bien cogido entre todos, y bien satisfecho, demor� un par de d�as en reponerme.
Cuando ya ten�a mi colita deshinchada y en buenas condiciones, resolv� hacer mi primera visita a Pedro, as� que me duch� y limpi� bien mi culo por dentro, porque ya me hab�a dado cuenta que ten�a que hacerlo para no tener sorpresas desagradables.
Perfum� todo mi cuerpo, me puse una ropa que ajustaba mi cuerpo, m�s que nada mis caderas y mi cola, y sal� a la calle, rumbo a la casa de Pedro.
- �Me voy, mam�! � le grit� a mi madre que andaba en el fondo de la casa. - �Voy a jugar con unos amigos! �En unas dos o tres horas vuelvo!
- �Est� bien!... �And� nom�s, que yo tengo varias cosas que hacer ac�, y despu�s ir a lo de tu t�a a pasar la tarde! � grit� sin asomarse. �No quer�s ir conmigo?
- �No mam�, otro d�a voy! � le contest�. Ni loco iba a dejar de visitar a Pedro por ir a casa de mi t�a. - �Hasta luego mam�!
- �Hasta luego, mi vida! �Portate bien, no hagas travesuras! � me grito.
Contest� para m�: �Si supieras las �travesuras� que voy a hacer!... Y all� sal� rumbo a lo de Pedro. Algunos hombres me miraban en la calle, pero, si bien me gustaba que lo hicieran, no les daba importancia. Luego de caminar un rato, y ya casi en las afueras del pueblo, llegu� a la casa de Pedro, el que no me esperaba, por supuesto. Golpe� su puerta, y cuando abri� y vio que era yo, no lo pod�a creer; abri� unos ojos grandes y qued� de boca abierta, sin decir ni una palabra.
- �Hola Pedro! �C�mo and�s!...�No me vas a hacer pasar? � le pregunt�.
- �Pas�, nene divino! � me dijo, tomando mis manos y tir�ndome para adentro.
Cuando entr�, cerr� la puerta atr�s m�o, y me apret� contra su cuerpo, besando mi boca y apoder�ndose de mis nalgas con ansias. Acariciaba todo mi cuerpo. Me abrac� a �l y respond� a sus besos y caricias. Muy pronto sent� contra mi vientre, la dureza de su enorme verga. Comenzamos a desnudarnos entre los dos, casi con desesperaci�n, y cuando estuvimos desnudos, tom� su verga con una mano, la acarici� un poco, y poni�ndome en puntas de pie, me la puse entre mis piernas, movi�ndome atr�s y adelante. Est�bamos los dos bien calientes ya�No solt�bamos nuestras bocas�Me desprend� como pude, me agach� y comenc� a lamer en todo lo largo aquel enorme aparato, a acariciar sus duros y calientes huevos, hasta que abriendo mucho la boca, logr� meter la cabeza en ella. Dio un gemido y apret� mi cabeza, haciendo que poco a poco me fuera entrando la verga, hasta que lleg� a mi garganta, haci�ndome dar arcadas y caer l�grimas de los ojos, las que corr�an por mis mejillas. Se mov�a suave al principio, pero comenz� a hacerlo cada vez m�s r�pido, dando ya casi alaridos de placer, hasta que fondeando su verga en mi boca, empez� a acabarse con todo, bien adentro; era un chorro atr�s de otro, siete u ocho por lo menos.
- �Ay, nene divino! �C�mo me hac�s acabar!...�Tom� toda mi leche para vos!... �Ahhh, ahhh, ahhh, - gem�a cada vez que soltaba un chorro caliente en mi boca. Lo empujaba para atr�s con mis manos en sus caderas, pero era in�til hacerlo, pues la fuerza de sus empujones era mucha, as� que trataba de tragar todo aquello lo m�s r�pido que pudiera, cosa que no lograba, pues me hac�a ahogar, y la leche corr�a por mi cara. Hasta que solt�ndome, cay� sentado al suelo, entre temblores que recorr�an su cuerpo, acariciando y besando mis piernas y mis nalgas. Al poco rato, separ� mis nalgas con sus manos y meti� su lengua en mi hoyo, comenzando a lamerlo y a jugar con sus dedos�Ahora el que casi se cae fui yo; era hermosa la sensaci�n de placer que me estaba dando.
- �Ven�, nene divino! � me dijo, levant�ndose y llev�ndome hacia adentro de la casa tomado de la mano, hasta llegar al dormitorio, donde hab�a una cama grande.
Me abraz� al costado de ella, y recomenzamos a besarnos y acariciarnos como locos. Sus manos volvieron a abrir mis nalgas y sus dedos a entrar y salir de mi culo, al que sent�a h�medo y resbaloso, lo que hac�a que sus gruesos dedos entraran y salieran sin dificultad ninguna. Aquello era sublime; me sent�a como en las nubes. Comenz� a empujarme sobre la cama suavemente, hasta que ca�mos los dos abrazados sobre ella. All� bes� y acarici� todo mi cuerpo, haci�ndome vibrar cada vez m�s; cuando llegaba a mi boca, me besaba metiendo su lengua profundamente, a lo que yo respond�a enrosc�ndola con la m�a.
- �Qu� boca, nena divina! �C�mo bes�s! � me dec�a. - �qui�n te ense�� a besar as�? � pregunt� entre jadeos.
- �Qui�n m�s?...�Tu t�o, mi macho fue el que me ense��! �Quer�s m�s besos as�? � le pregunt�.
- �Por supuesto que quiero m�s, y quiero m�s cosas tambi�n! � contest�, prendi�ndose a mi boca otra vez.
- �Te voy a dar todas las cosas que quieras, Pedrito divino! � le contest�, apret�ndolo m�s contra mi cuerpo.
- �Qu� divino! � contest�, abriendo mis piernas con sus rodillas. Las tom� con sus manos y puso mis talones sobre sus hombros, dej�ndome totalmente abierto debajo de �l. Luego sosteniendo mis piernas en alto, comenz� a lamer otra vez mi culito y a meterme los dedos suavemente, hasta que volvi� a poner mis piernas sobre sus hombros, y coloc� la gorda cabeza de su verga en mi entrada, empujando despacio y haci�ndola entrar en m� poco a poco. A pesar de estar bien preparado y lubricado, parec�a que aquella gruesa verga me iba a partir al medio, pero soportaba el dolor porque me gustaba mucho lo que me estaba haciendo. Cuando hubo entrado toda la cabeza, levant� m�s mi culo, y besando mi boca, empez� a hacerla entrar de a poco, un pedacito m�s en cada empuj�n. Me mord�a los labios y apretaba mis ojos fuertemente, quej�ndome del dolor. Mis manos se hab�an vuelto como pinzas con las s�banas, de la manera que las apretaba. En mi interior, sent�a c�mo se iba abriendo paso aquella dura, gruesa y caliente verga, cada vez m�s adentro, hasta que comenz� a moverse muy despacito. Abr� mis ojos mirando rumbo a mi culo, y vi que a�n no hab�a entrado toda. Comenzamos a movernos juntos�entraba y sal�a de m� cada vez con m�s facilidad, lo que aumentaba nuestro placer.
- �Negrita divina, te voy a coger bien despacito porque quiero gozarte bien gozado, mi amor! � dec�a
- �S� dale, que es divino c�mo me est�s cogiendo! �Me encanta sentir entrar y salir as� tu vergota! �No pares mi negro! � le contest�, acariciando sus brazos y su pecho.
Me estuvo dando como veinte minutos, y cada vez que sent�a que se iba a acabar, la sacaba unos instantes y me la volv�a a poner, comenzando todo otra vez��Qu� linda sensaci�n!...Pedro era tambi�n un muy buen macho, que sab�a lo que hac�a, ya que me ten�a casi al borde a m� tambi�n, pero no dejaba que me acabara al parar de cogerme. En un momento la sac� del todo y me hizo poner de rodillas en la cama, de espaldas a �l, y tomando algunas almohadas, las puso amontonadas adelante m�o, haci�ndome acostar sobre ellas, con lo que mi culo quedaba bien levantado. Se coloc� de cuclillas entre mis piernas abiertas, y me meti� de nuevo su verga empujando poco a poco�Ahora s� que sent�a como que mis intestinos eran empujados hacia arriba. Ya no sent�a tanto dolor; ahora era s�lo placer tenerla adentro de esa manera. Se mov�a muy suave adentro y afuera besando mi espalda y mi cuello. Sus manos me recorr�an todo, hasta que tom�ndome con ellas de mis caderas, me dijo:
- �Ahora s� que te la voy a meter toda; no te voy a dejar nada afuera! � y dando un fuerte empuj�n, me la mand� hasta los huevos, los que sent� chocar contra mis nalgas.
- �Aaaayyy, mi negro! �Me vas a matar! �Qu� locura! �Me la metiste toda de nuevo! �Aaaaayyyyy! �No la saques, por favor! �Movete, dame! � le dec�a yo. Entonces comenzamos a movernos los dos cada vez con m�s fuerzas, disfrut�ndonos como locos, gritando y sacudi�ndonos, haciendo saltar la cama. Otra vez hac�a lo mismo: cada vez que sent�a que se iba a acabar, se quedaba quieto o la sacaba y la volv�a a meter toda de nuevo cuando se le pasaba. Yo desesperaba, hasta que en una ocasi�n que intent� sacarla, levant� mis caderas y tom�ndolo de sus nalgas, lo apret� contra mi culo meti�ndola hasta el tronco de nuevo, y comenc� a moverme a un lado y a otro, atr�s y adelante, hasta que se prendi� de m� y dando unos fuertes gritos, se acab� con todo, bien adentro de mi culo��Ahhh, qu� divino!...�Estaba inundando mis intestinos de semen! � cada vez que sal�a un chorro, sal�a uno de mi pijita, porque me estaba acabando junto con �l. No pod�a creer lo que le hab�a hecho.
- �Qu� guacho imponente que sos! �Me hiciste acabar y yo no quer�a acabarme todav�a, quer�a cogerte m�s rato! � me dijo - �Sos una locura! �Con raz�n mi t�o est� como loco con vos! �Qu� hembra que sos! � me dijo.
- �S� mi amor, pero me ten�as recaliente y yo tambi�n me quer�a acabar de una vez! � le respond�. - �Adem�s hace como media hora que me estabas dando! �Mi pobre culito ya no aguantaba m�s semejante verga! �Es enorme eso! � le dije, moviendo mi culo, el que ten�a a�n su verga metida hasta las huevos.
Poco a poco la fue sacando, a medida que se iba ablandando, acost�ndose luego al lado m�o, y entre algunos besos y caricias, reposamos de aquel tremendo polvo. Al levantarnos ya hab�a pasado como una hora y media desde que hab�a llegado a su casa, as� que me lav� bien mis nalgas y mis piernas, todas llenas de leche, me vest� y fui hacia la puerta para irme a mi casa, porque seguro que mi madre ya estar�a preocupada por mi demora.
- �Cu�ndo vas a volver? � me pregunt� teni�ndome abrazado y bes�ndome.
- �No te apures, mi lindo Pedrito! � le respond�. La pr�xima visita es para tu padre, despu�s con tu t�o, mi macho, y reci�n despu�s te tocar� a vos.
- �No sab�s c�mo te voy a estar esperando! � me dijo
- �Me imagino! �Con este verg�n bien parado! � le contest�, d�ndole un apret�n.
- �Sos malo! � me dijo.
Ri�ndonos los dos, nos despedimos y sal� rumbo a mi casa. Sent�a la leche de Pedro moverse adentro de mi cuerpo y un ardor en mi culito, pero me iba bien cogido otra vez.
- �Qu� bueno! � me dije a m� mismo. - �Ahora tengo otro lechero! �Vamos a ver el hermano de mi hombre c�mo se porta cuando lo visite!...
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Relato: El lechero (8)
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