Relato: Jugando a dos puntas Esta historia no es muy alegre que digamos, especialmente para mi�.
Mi nombre es Ricardo, tengo treinta a�os, un tipo culto, pint�n, un ganador con las mujeres, un atorrante.
Hice una carrera interesante en Seguridad Industrial y el destino me llev� a ser el responsable en la materia de una empresa multinacional de productos de consumo masivo. Dicha empresa, en mi pa�s tiene dos plantas fabriles en dos ciudades diferentes, separadas unas cuatro horas de viaje en auto una de la otra.
Mi trabajo requiere que est� permanentemente al frente se lo que sucede en uno y otro lado, por lo que divido mi vida entre ambas, por lo que estoy unos quince d�as al mes viviendo en un lado, luego me traslado a la otra ciudad los siguientes quince d�as.
Hace unos ocho a�os que vivo as�, hasta aqu� no parece haber nada novedoso, de hecho en mi faceta laboral no lo hay, pero que hay de mi vida sentimental?
Bueno� la historia es que�
En un lado hace unos seis a�os que estoy en pareja con Roc�o, ella es m�dica, es neurocirujano, compartimos un semipiso en la mejor zona de la ciudad.
En el otro lado hace cinco a�os que estoy en pareja con Ana, ella es polic�a, es de las que anda patrullando por las calles, y tenemos una linda casita cerca del r�o.
Soy lo suficientemente astuto para mantener ocultos mis ingresos, ninguna de las dos sab�a ciertamente cuanto ganaba yo, y con sus respectivos sueldos pod�a manejar la situaci�n con facilidad, econ�micamente estaba bien, a un lado y a otro, era un maestro, llevaba una doble vida, era la pareja ideal y el amante perfecto, pero claro, ninguna sab�a de la existencia de la otra y en realidad las amaba a las dos�
Roc�o es de piel morena�
Ana de tez blanca�
Roc�o tiene un largo, enrulado y renegrido cabello�
Ana tiene un largo, lacio y rubio cabello�
Roc�o tiene unos hermosos ojos verdes�
Ana tiene unos ojazos azules�
Roc�o tiene las mejores piernas del vecindario�
Ana tiene los mejores labios de la zona�
Roc�o tiene un culo de pel�cula�
Ana tiene unas incre�bles tetas�
A Roc�o le encante que se la de por el culo�
Ana chupa la pija como ninguna�
Roc�o es una chanchita en la cama�
Ana es una putita en la cama�
As� eran, distintas y parecidas el mismo tiempo, todo iba sobre rieles, creo que una era como el complemento de la otra, que feliz era!!!
El tema comenz� esa tarde, estaba con Roc�o, a despidi�ndome, en breve viajar�a al otro lado, me pidi� una importante suma de dinero, sospechoso, no quiso decirme para que, solo me dijo que lo necesitaba y que confiara en ella, como deb�a marcharme y la verdad es que no ten�a la conciencia limpia acced� sin muchas ganas, tom� el efectivo y lo guard� donde siempre, en su billetera blanca, con la imagen de Minnie estampada.
Nos despedimos, viaj� y al otro lado como siempre me esperaba Ana. Cuando llegu� la not� nerviosa, me dijo que ten�a algunos problemas laborales, pero estaba todo bajo control, segu� en la mia�
La tarde siguiente cuando volv� del trabajo empez� la sorpresa, entr� a casa, hab�a m�sica de fondo, la luz tenue y un hermoso olor a flores, Ana estaba sentada al fondo de la habitaci�n, en un sill�n, me qued� observ�ndola, con parte de su uniforme de trabajo, el pelo recogido con la gorra de polic�a, la camisa celeste ajustada, con la corbata anudada, sus terribles pechos parec�an querer desgarrar la tela, una minifalda azul oscuro, sus piernas abiertas me mostraban una tanguita negra, como invit�ndome a su caverna, ten�a unas medias de nylon sujeta con portaligas y unos zapatos taco alto negro brillante, las esposas plateadas brillaban colgadas en su cintura mientras que lam�a f�licamente su bast�n de custodia, como si fuera un pene�
Que sorpresa! Los colores oscuros hac�an resaltar su piel blanca y su blonda cabellera, pero faltaba�.
- Roc�o! Ven�!!!
En ese momento, al escuchar esas palabras me sent� desfallecer, el coraz�n parec�a explotar, transpir�, Roc�o sali� de la habitaci�n contigua con sonrisa c�mplice�
Mientras la observaba miles de preguntas pasaban por mi cabeza, c�mo se hab�an enterado? cuando? donde? y ahora que?
Roc�o estaba hermosa, personificando tambi�n a su profesi�n, el cabello recogido y unas gafas provocativas, estetoscopio rodeando su cuello, un delantal de doctora, cortito, llegaba a mitad de sus caderas dej�ndome ver la mitad inferior de sus nalgas, sus hermosas nalgas, que se com�an una casi imperceptible cola less, sus piernas eran cubiertas por unas medias de red blancas y unas botas al tono con altos tacones. Tambi�n en este caso su piel morena contrastaba con el blanco de su vestimenta. Me dijo:
- Sorprendido? Tontito� por que tenernos de a una si pod�s tener a las dos?
Sin decir mas, Ana se paro y se enfrentaron, comenzaron a danzar entre ellas en forma l�sbica, ella tir� la gorra y Roc�o se solt� el pelo, ambas sacudieron sus cabezas y el rubio y el negro se entrelazaron, se refregaban sus cuerpos entre si, mientras Roc�o desabrochaba la camisa de Ana liberando sus enormes pechos, esta pasaba una y otra ves el bast�n por la entrepierna de la otra. Sus lenguas de tocaban pecaminosamente. Todo era muy perfecto, sospechosamente perfecto, mi pija estaba dura, pero era todo demasiado bueno para ser real. Ana fue hasta la heladera y trajo unas copas para brindar por la ocasi�n, me invitaron a la fiesta, brindamos y bebimos. Al cabo de unos instantes comenc� a sentirme mal, confundido, mareado, todo me daba vueltas hasta que perd� el conocimiento.
Me despert� sin entender, estaba en el dormitorio, frente a la cama, en una gran reposera, esposado a la misma, con la esposa de una de mis mujeres, desnudo, estaba sin fuerzas, ellas se rieron al observarme,
- Que sucede? apenas pude preguntar
- Te gusta jugar? Pregunt� Roc�o mientras cargaba una jeringa con alg�n f�rmaco
- Pues ahora vamos a jugar y a divertirnos! Al tiempo que se acercaba y tanteaba mi brazo.
Quer�a evitarlo pero estaba muy d�bil, algo inyect� en mi cuerpo, con algo me drog� la doctora, no se que era, pero a pesar de estar conciente, ver y sentir todo lo que pasaba, mis m�sculos no respond�an, estaba como paralizado. Ana sali� de la habitaci�n, mientras que Roc�o se qued� a mi lado dici�ndome que ahora iba a saber lo que era sufrir, el enga�o, la humillaci�n, la verg�enza, trataba de hablar, de pedir perd�n, tem�a por mi vida, pero no pod�a ni hablar.
Ana volvi� a la habitaci�n, para mi sorpresa acompa�ada, mir� con los ojos exorbitados, una bestia como de dos metros de alto, de piel bien negra, desnudo, solo ten�a una m�scara de cuero que le cubr�a toda la cabeza, todo fibra, todo m�sculo, todo depilado, y lo que me llam� mas la atenci�n, su pija erecta, era un burro! Terriblemente larga, terriblemente gruesa, nunca pens� que un ser humano tuviera semejante miembro.
Lo acercaron a mi, a un metro de mi cara, al tiempo que ambas se desnudaban y se pon�an c�modas, se arrodillaron una a cada lado, me miraban, Ana tomo su miembro desde la base, se fue acercando, era inevitable, no! no! trababa de gritar pero no pod�a, sac� la lengua y empez� a lamerle la verga lentamente, arriba, abajo, se la besaba toda, me indignaba! Esa boca era solo m�a, solo a mi me la chupaba!. Unos minutos mas tarde la convidaba a Roc�o, la doctora tambi�n comenz� a lamerlo, una y otra vez, se lo recorr�an cuan largo era. El comenz� a manejar la situaci�n, tom�ndolas por la cabeza una con cada mano alternaba a quien se la daba, ellas se ahogaban con tanta carne, apenas si le entraban en la boca. Ten�a que verlo, le chupaban la pija con esmero, una la otra, se lo llenaban de saliva, se ahogaban hasta que les ca�an las l�grimas, que cruel venganza. Luego lo compart�an como a un dulce, una le basaba el tronco, la otra la cabeza, un rato cada una. Realmente se saciaron, me miraban y re�an, al final se levantaron, vinieron a mi lado y mientras una preguntaba si me gustaba la otra pasaba su lengua por mis labios, que asco! hab�a olor a pija en sus bocas�
Tal como me imagin� siguieron con sus culos, sab�an como herirme, con que hacerme sufrir, Ana trajo un pote con lubricante, empez� a untarse al tiempo que Roc�o la imitaba, tambi�n el negro comenz� a lubricar su miembro, tan largo y grueso como era. Yo estaba resignado. Primero fue la rubia, espalda contra el piso levant� sus piernas abri�ndolas, la bestia se coloc� al medio entre ambas, y con la ayuda de Roc�o apunt� ese tronco en el orto de la compa�era. A medida que el forzaba ella gritaba como una cerda, una y otra vez, de a poco intentaba penetrarla pero el esf�nter de la rubia se resist�a.
Roc�o se puso a mi lado tom�ndome del cabello y susurr�ndome al o�do, disfrutaba con mi sufrimiento. Al fin al ano de Ana termin� por ceder y se comi� todo lo que pudo, el negro empez� a darle una y otra vez, ella gritaba en cada embate, como gritaba! y cada grito her�a mi cerebro, cada tanto el le sacaba la verga para que viera como le dejaba el culo abierto, una agujero de unos cinco cent�metros que ella no pod�a cerrar.
Cambiaron, Ana fue la que me susurraba ahora, el negro se hab�a acostado en el piso mientras que Roc�o fue a cabalgarlo, una pierna a cada lado, d�ndome la imagen de ese culo perfecto que tiene. Lo mismo que antes, a ella tampoco le entraba, hab�a que dilatar para que penetre, y ella fue perseverante, empujaba y aflojaba, una y otra vez, fue entrando entre sus gritos y empuj� todo lo que pudo, ahora ella gozaba.
Arriba, abajo, arriba, abajo una y otra vez, sus gl�teos redondos rebotaban cada vez que la verga hac�a tope en su interior.
Las manos del negro la tomaban de sus cachas y la ayudaban a moverse, tambi�n cada tanto se la sacaba y quedaba expuesto a mi vista su agujero destrozado, trataba de contraerlo pero era in�til.
Para seguir con este show de sufrimiento, se colocaron en cuatro patas con sus culos directos a mis ojos, hermosas como siempre, con sus manos separaron bien sus nalgas esperando a recibir al miembro del morocho quien no se hizo esperar, primero una, le met�a la pija todo lo que pod�a, mas de la mitad quedaba afuera, se mov�a en su interior mientras ella gem�a, al rato se lo sacaba dej�ndole el ano todo abierto para atender a la otra repitiendo el procedimiento, una y la otra, una y otra vez, que mas pod�an hacerme? Sent�a mi hombr�a por el piso, porque aunque yo hab�a sido una mierda para ellas, en realidad amaba a las dos, a mi manera, pero era cierto, sufr�a mucho viendo como le chupaban la verga a otro y como otro le hac�a el orto, es mas, creo adivinar que ellas no gozaban con esa verga, ellas en realidad gozaban con mi dolor, su dulce venganza.
Pensaba que el castigo llegaba a su fin, pero no, aun faltaba lo peor� el negro se incorpor� cuando se cans� de penetrarlas, Ana se fue por un instante y trajo una filmadora, entre los tres me levantaron y me tiraron sobre la cama, era un objeto inanimado, Roci� sac� su inconfundible billetera blanca, la que tiene la imagen de Minnie, reconoc� el dinero que le hab�a prestado d�as atr�s y con una sonrisa se lo dio el negro diciendo:
- Servite, estos son tus honorarios por el servicio prestado.
Vi una sonrisa bajo su m�scara, Ana comenzaba a filmar cuidando que ellas dos no aparecieran en cuadro, me levantaron las piernas, me aterroric� cuando empezaron a untarme el ano, quise gritar, quise correr, era imposible� el se acerc� y puso su verga contra mi orificio, empuj� una y otra vez, me dol�a mucho! Pero el persist�a, atacaba una y otra vez, mi esf�nter adolorido fue cediendo contra mi voluntad, no pod�a evitar lo inevitable, me penetr�, me viol�, se mov�a s�dicamente dentro m�o, cada tanto ellas se acercaban y me susurraban al o�do, cosas como �viste que lindo es que te la den por el culo? como vos nos hac�as a nosotras�
Se me ca�an las l�grimas del dolor, el negro sigui� y sigui� hasta que larg� su semen, todo dentro de mi culo�
Una hora despu�s comenc� a recuperar mi movilidad, me dijeron que hab�an hecho varias copias del video, y cualquier cosa que yo intentara lo usar�an en mi contra haci�ndolo p�blico en cuanto lugar sea posible. Me tiraron la ropa, me dijeron que me vista y desapareciera para siempre se sus vidas. Avergonzado, violado, solo les ped� perd�n y que el menos me permitieran pasar al ba�o.
Me sent� en el bidet, el chorro de agua fr�a en mi esf�nter me hizo mal, no pod�a ni tocarme del dolor que ten�a, lo lav� como pude, chorreaba leche de su interior, me qued� meditando, la hab�a sacado barata, una era polic�a, me podr�a haber pegado un tiro, la otra cirujano, me podr�a haber amputado el miembro, al fin de cuentas, soy un tipo afortunado, solo me rompieron el culo�
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Relato: Jugando a dos puntas
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