LA VIDA EN TIERRA BLANCA


Al llegar a tierra Blanca, Veracruz, conoc� a Erica, una chica de buen ver y estaba casada, con Daniel, ella era de 23 a�os y el de 26, a�os.se hospedaron en un hotelito modesto Erika y su esposo, en donde yo tambi�n estaba hospedado, no por falta de dinero, sino por falta de alojamiento adecuado. Era un sitio sin lujos ni mayores comodidades.

Como Erika, estaba bien, me gustaba mirarla, con insistencia, sin que me importar� si estaba o no presente su marido. El cual, la dejaba sola durante ,largas horas y en Tierra Blanca, no existen, variedad de lugares donde uno se pueda uno entretener

Al mirar a Erika con insistencia, me pude ir percatando, que esa jarocha, tenia un cuerpo lleno de sensaciones y deseos, que ella sola pod�a satisfacer, a medias, mediante la masturbaci�n. Su esposo Daniel sal�a muy temprano y regresaba muy tarde
.
Una tarde, despu�s de comer, regres� a mi habitaci�n. y que veo a Erika, abrumada por el infernal calor que se deja sentir en Tierra blanca, abri� la ventana para respirar un poco de aire. Se acost� en la cama y la vi, que poco a poco, comenz� a frotarse el cl�toris. En pocos momentos, estaba ya embarcada en una furiosa masturbaci�n. Sus dedos se frotaban contra su cl�toris y la excitaci�n crec�a en Ella. Se met�a los dedos entre la vagina. Tras un rato de aquellas caricias, el orgasmo arrib�, a ella

Al aplacarse su agitada respiraci�n, volvi� su vista hacia la ventana y, horrorizada, descubri� que yo Edgar Francisco la estaba observando desde la ventana de enfrente.

Se levanto r�pidamente a correr la cortina, mientras, yo la miraba, fijamente con una sonrisa maliciosa. Abrumada por la verg�enza, permaneci� varias horas encerrada, hasta que finalmente, decidi� bajar al comedor a tomar algo fr�o.

Erika, Bajo las escaleras hacia el primer piso y, para su sorpresa, se top� conmigo, que inmediatamente le sonre� con lasivia. No me quite y me quede ocupando la escalera, para que cuando pasara Erika, la pudiera rozar al bajar, y en seguida le pregunte por su marido a lo que me contesto que no tardar�a en regresar,Al pasar, me dio la espalda , pero en ese preciso momento, la hice , que percibiera el roce de mi verga sobre sus nalgas. Noto que mi cuerpo se apretaba contra su culo y, para su sorpresa, sinti� mis dedos sobarle por encima de su vestido. Se quedo sin respiraci�n y llena de ira..

Se Fue hasta el comedor y ha de ver pedido no volverse a encontrarme conmigo, a la vez que ha de ver pedido que su marido volviera pronto. Pero no fue as�

. Por el contrario, recibi� una llamada de Daniel, dici�ndole que hab�a problemas y tendr�a que quedarse toda la noche.

Circunstancia, que al o�rla me motivo much�simo, Ella mas Tarde se, coloco algo muy liviano por el calor que hace en Tierra Blanca y se dispuse a acostarse. Entonces, me atrev� a llamar a su puerta. Y le pregunte por su marido.

No supo que responderme y yo le sonre�, a la vez que no le quitaba los ojos de su cuerpo, especialmente de las formas que se adivinaban en sus pezones, a trav�s de la delgada tela.

- Y en ese momento le dije, que su esposo era un pendejo, ya que, si yo tuviera una mujer como ella, no la dejar�a ni a sol, ni a sombra.

Erika se puso nerviosa y quiso deshacerse de mi, pero no me mov� y no le permit� cerrar la puerta. Avance, sin que ella pudiera evitarlo, la tome en mis brazos.

Erika, apoyo sus manos sobre mi pecho, haciendo fuerza para separarse de mi y yo hacia fuerza para atraerla a mi lado, l�gico que yo tenia mas fuerza que ella y le gane

le acerque mis labios y trataba de besarla y ella volv�a su cara para el otro lado, y la empec� a besar en su cuello, a lamer su exquisita piel y con una mano, le toque una teta, por encima de la tela, mientras mi otra mano la posaba en su nalga.

Aquello era demasiado. Para Erika ya que le estaba metiendo mano y pellizcaba sus pezones, al tiempo que, al apretarme m�s contra Erika, le hac�a sentir un bulto enorme, cada vez m�s gordo, en su entrepierna.

Al principio se sent�a llena de angustia y miedo pero, para su sorpresa, le invadi� una excitaci�n para ella desconocida, que comenzaba a apoderarse de su cuerpo.

Ya no pudo m�s. Le empec� a restregar mi enorme bulto contra su pelvis y ello la hac�a sentir m�s y m�s cachonda., caliente, como son las mujeres de tierra blanca Era s�lo cuesti�n de tiempo para que Erika cediera debido a que ya la hab�a visto masturbarse, estaba excitad�sima y la iba a ser mi mujer..

La mire con lujuria y con mi voz , le dije:
Se nota que tu marido te tiene muy abandonada y que est�s urgida. Deja de resistirte y yo te dar� la verga que necesitas
Me abalance contra Erika, apoy�ndola contra una de las paredes, le meti� la lengua en su boca y con mis dedos la empec� trastearle la vulva y el cl�toris palpitante. Y con esto comenz� a jadear como una puta cualquiera y comenz� a entregarse a mis caricias.

R�pidamente cerr� la puerta de la habitaci�n y volv� a besarla y toquetearle las tetas. La arrastre hasta la cama. Me sac� mi verga y se la mostr� con un gesto de orgullo.

Mi verga es gorda, larga y muy dura. Tendr�a unos 5cm de grueso y unos 20cm de largo. �Nada comparado con la de su marido!

El espect�culo era asqueroso, pero no pod�a quitarle la vista de encima a mi verga..

- En seguida le ordene �T�cala! Erika..
Con mucha vacilaci�n, alargu� su mano y, obedeciendo, la toco y sintio mi verga inmensa, al rojo vivo. Una extra�a sensaci�n, mezcla de miedo, asco y excitaci�n, se apoder� de Erika.Sin soltarla, segu� toc�ndola y bes�ndola, con mi lengua . Le chupaba las tetas por encima de la tela y, de pronto, le di un mordisco, que rasgue con mis dientes su prenda, dejando sus senos al aire. sus pezones estaban duros y erectos. Le mamaba los senos y comenc� a succionar la leche que le Salia.. El deseo se apoderando de ella y yo lo note.

- Erika, Tambi�n t� tienes ganas, �verdad? -le dije, al tiempo que le ensalivaba los pechos.

No sab�a c�mo reaccionar, ya que. Erika necesitaba sentirme amada, acariciada deseada , mamada... �cogida!

Con movimientos r�pidos le quite toda su ropa dej�ndola desnuda. Me quite toda mi ropa yo tambi�nComenc� a acariciar todo su cuerpo, especialmente su cl�toris. ya estaba totalmente desnuda, en mis brazos, y intentaba resistirse, pero no pudo y comenz� dejarme hacer de todo. De pronto, Erika pens� que era una entregada, una ofrecida una puta. Quise resistirse nuevamente, pero no se lo permit� y, agarr�ndola por la cabeza, la oblig� a mamar mi verga, que es lo que mas me fascina que me haga una mujer.

Lo que sinti�, no puedo ni relatarlo, tener mi verga en su boca, le daba n�usea. Le, solt� la cabeza, y jam�s, trato de sacar mi miembro de su boca. Mi Verga era tan grande y gruesa, que se le dificultaba mucho tragarla. Sin embargo, la lami�, chupo y mamo mi verga y me dijo, que. Nunca hab�a tenido algo tan grande en su boca.

Con ese Trabajo que me hizo Erika, me hizo que gimiera y la bombeaba dentro de su garganta, como si fuera un �mbolo. De pronto, empec� a jadear y, la agarre firmemente de su cabeza para que no pudiera retirarse, eyacule, llen�ndole la boca con mi esperma.

Le pareci� algo asqueroso, pero se trago todo mi esperma. Le hizo seguir lamiendo y, en muy poco tiempo, Mi verga se pon�a dura de nuevo. Tire de sus piernas y me las sub� a los hombros, Le roce su vulva con el glande. Le daba asco, pero al sentirlo, no pudo m�s y se corr�. Toda muy rico.

La mire con lascivia y sonriendo, le dije:

- Ahora s�, mi jarocha. Te voy a meter mi verga y vas a sentir el mayor placer que has tenido en tu vida. Volv� a acariciarla con el glande y volvi� a sentirse mojada del gusto. De pronto, sinti�. Mi enorme verga que la estaba penetrando �Noooo! -grito horrorizada, pero presa del deseo.

Entonces, puse la cabezota de mi verga en su sexo y, de un solo empuj�n, se la met� hasta la mitad. Sinti� que la estaba partiendo, pues mi verga es demasiado gruesa y grande. Empuje otro poco y, de un golpe, mis test�culos peludos golpearon sus nalgas. Una sensaci�n de ahogo la invadi� y, entonces, sin miramientos, mis manos agarraron sus tetas y se la apachurraba con violencia..

Le susurre que se tranquilizara y comenc� un mete saca que la hizo perder toda voluntad de resistirse. Mi verga entraba y sal�a cada vez m�s r�pido y fuerte, mis huevos hac�an ruido contra su culo en cada embestida. Aprecie que jam�s hab�a sentido tanto gusto en el cuerpo de Erika, ni su esposo se la hab�a llegado a coger de esta manera. .

Comenc� a sacar y meter mi verga, arranc�ndole gritos de placer al sentir las paredes de su vagina rozadas por mi trozo de carne que le estaba metiendo., hice que sus piernas se juntaran, haciendo que mi verga se sintiera m�s inmensa Erika, temblaba, gem�a y abr�a m�s sus piernas, quer�a sentir toda mi verga entera, dentro de ella. Los orgasmos se suced�an en su cuerpo, uno tras otro y, muy pronto, me grit�ba:

- Erika,dame m�s, papito... �Dame m�s!
Y era cierto. Erika quer�a m�s verga. Cada bombeo le daba mucho gusto y su cuerpo estaba rebosante de placer. Un orgasmo arrollador, el m�s grande de su vida, le sobrevino en aquel momento y grito como pose�da por el demonio.
A Erika ya no le importaba nada, me estaba moviendo tan exquisitamente dentro de ella, que la hac�a sentir un enorme placer con la metida de verga que le estaba dando..
Mi verga le entr� hasta el fondo y luego salia hasta la cabeza. Nunca la hab�an hecho sentir , profundamente penetrada. Las paredes de su vagina, se contrajeron como queriendo atrapar mi verga. Entonces, le pregunte:

-� Erika tu marido te ha cogido as�?
Confundida, pero muy caliente, me respondo:
No Miguel. T� eres mi hombre de verdad... un verdadero macho. Los orgasmos le asaltaban uno tras otro en forma despiadada. Eran tan intensos y continuos, que la volv�an loca.

- Erika �Dale papito rico! �P�rteme en dos!

segu� con el bombeo atroz, por m�s de diez minutos. Sinti� mi verga salir completamente de ella y, al entrar con fuerza de nuevo, percibi� que se me hinchaba y un chorro caliente, un mar de leche la inund� muy adentro, logrando que se corriera nuevamente conmigo. Mi semen eran interminable; sus manos dejaron de sujetarse del colch�n y se abrac� a mi..
Me tire encima de Erika, a�n jadeando y con los ojos en blanco, ten�a la boca entreabierta. la lami� toda y Erika comprendi� que ya era m�a, del todo. Le saque mi verga y Erika se apresuro a limpiarla con su lengua. Nos quedamos tendidos, juntos en la cama y apoyo su cabeza sobre mi pecho.

. Despu�s de todo, Erika ya hab�a retozado como una verdadera puta entre mis brazos . Su cuerpo era totalmente mi�.
Entonces Erika me confeso que nadie la hab�a hecho gozar nunca como yo me dijo tambi�n que hab�a andado con otras parejas de tierra blanca, incluso con un cirujano, pero, nunca logro excitarla as� de esta forma

.
Conversamos un rato y volv� a acog�rmela . Luego, se quedo dormida entre mis brazos.
Erika reflexiono en lo sucedido y sinti� mucha verg�enza, por haber enga�ado a su marido en mis brazos . se levanto a tomar una ducha y, al sentir el cosquilleo del agua escurriendo por su piel, no pude menos que masturbarse, recordando lo vivido la noche anterior.

bajo a desayunar. Desde lejos, me vio y sinti� un cosquilleo en su entrepierna. Sab�a que si Daniel no regresaba pronto, volver�a a ser m�a nuevamente. M�s tarde, en su habitaci�n, recordaba el revolc�n conmigo y, de tan solo recordarlo, su vagina se mojaba. Se pregunto ,�Qu� le estaba pasando? Luego de pensarlo, llegue a la conclusi�n: que le hab�a dado una buena metida de verga y no pudo dejar de pensar en ese episodio sin que se mojara toda. La situaci�n era asquerosa, pero ya no se pod�a resistir.
Reflexiono largamente y se dio cuenta de que su esposo ya no le apetec�a. No quer�a regresar Lo �nico que le importaba, en realidad, era revolcarse conmigo y coger a todas horas. Pas� largo rato pensando en mi y deseando que yo fuera a verla. A media ma�ana, decidi� bajar a mi habitaci�n .La hice pasar con una sonrisa de satisfacci�n.

Apenas cerr� la puerta, se acerco a mi y se echo en mis brazos. Comenz� a besarme y la lleve a La cama, la calentura, se le hab�a ido a la cabeza, la fui desnudando

Erika comenz� a lamer todo mi cuerpo, no deja un cent�metro de mi piel sin acariciar con su lengua con lo que motivo que yo. Gimiera y en eso le pregunte:

- �Te gusto, verdad Erika? - S�, papito. - �Me deseas? - S�, papito rico.

jugu� con sus pechos y con su propia lengua, sin ning�n tipo de pudor. Me ofreci� su vulva, con las piernas bien abiertas, y me agache a mamarle, lamerme, chuparle el cl�toris. Mi lengua se abr�a paso entre las paredes de su vagina, en tanto Erika se retorc�a de placer y gem�a con fuerza. Estaba al borde de correrse cuando de pronto pare.

Ante esto Erika busco con sus propias manos mi verga, que tanto ansiaba y la tuvo tiesa, desafiante, toda para Erika y sin tardarse, se la meto en la boca y mamo de forma golosa. Mis dedos buscaban su cl�toris hambriento y Erika se abr� a�n m�s de piernas. En ese momento, Erika ,supo que, irremediablemente, era mi mujer.

Me tumbe en la cama y la hice que me pusiera su vulva en mi boca, de esta forma Erika pod�a comerse mi verga cuanto le diese la gana. le encantaba sentir aquel bocado tan magn�fico dentro de su boca. Yo le dec�a que se la tragara entera pero, como no le cab�a en la boca, le costaba mucho ensalivarla por todo lo largo y ancho. Mientras tanto, su vulva estaba abierta completamente, y mi lengua entraba y sal�a de su vagina, como si me la estuviera cogiendo.

Erika estaba en las nubes y se corr� en mi boca varias veces , cuando not� yo jadeaba fuertemente y mi verga comenzaba a palpitar, Me suplico que Se la metiera. La levant� de encima de mi y la coloque boca arriba, abri�ndole bien las piernas que Erika, a su vez, levantaba para facilitarme m�s el contacto. Levante mi verga caliente la cual, hizo contacto con su vulva, haci�ndola vibrar de emoci�n y gusto. Lentamente, la fui penetrando, haci�ndola gritar de placer y se corr� otra vez. Qu� gusto sent�a al tener dentro de ella, toda mi verga que le llenaba entera toda su vagina..

Lloro de felicidad.. No quer�a que ese momento se acabara jam�s, y gritaba:
�Oh, qu� rico! Entonces comenz� el vaiv�n en forma poderosa y casi sobrehumana. yo no paraba de cogerme a Erika y ella, entre jadeos, gritaba: - �M�s, m�s,! �No pares, por favor, papito! �Dame m�s!
Mi verga iba y ven�a m�s duro y fuerte. Nunca pens� que esa sensaci�n existiera, eso era lo que siempre hab�a deseado y so�ado, y ahora fue mucho mejor que la primera vez, porque ahora no se resist�a y se dedicaba a gozar mi verga..
De pronto, le sac� mi verga y enseguida le doy. Media vuelta y la puso en cuatro patas en el borde de la cama. sus tetas colgaban como campanas y yo, desde atr�s, se las pellizcaba muy fuerte, siendo violento con ella. Me coloque atr�s de Erika, de pie en el suelo y volv� a notar mi verga en la puerta de su Vagina, la cual estaba llena de flujos vaginales.

Erika se agarro a la almohada cuando le meti mi verga de nuevo, Se sent� plena. Me la estuve cogiendo durante un buen rato, al tiempo que mi dedo medio, lubricado en sus propios jugos, se abr�a paso en su rico culo.
Erika me comento que su marido, nunca hab�a intentado nada en ese agujero, y aquello la hizo sentir m�s excitada. De pronto, le sac� la verga de su vagina y not� mi glande en su culito, al tiempo que sus dedo abr�an la vulva y se segu�an masturbando sin parar.
Mi verga enorme se abri� paso de un solo golpe en su rico culo. �Grito! Me doli� much�simo y lloraba de dolor incluso trataba de salirse de mi verga, circunstancia que jam�s le permit�, aunque el ser salvajemente masturbada, mitigaba gran parte de la tortura. �Tranquila! -le dije-. Ya ver�s que el placer ser� maravilloso.
Y as� fue. Primero le met� mi verga despacio, suave, moviendo mi verga con dulzura, luego mas aprisa. Mis dedos segu�an masturbando su cl�toris y su rico culo se mor�a de gusto con los apretones de su mi verga, con movimientos cada vez m�s r�pidos y salvajes. En una embestida brutal, que le di sinti� que le llenaba el culo de leche, le bombeaba como si la tratara de taladrara, entre jadeos, tembloroso, le pellizcaba las tetas y el culo intermitentemente y nos corrimos juntos. Le saque mi verga del culo y cayo de bruces contra la cama, cansada y adolorida, pero feliz, saciada y plena. Pero yo todav�a no terminaba ah�, le met� mi verga en la boca y pudo comprobar que a�n la ten�a dura como el acero. me tumbe en la cama y la obligue a sentarse encima de mi verga inmensa , Haciendo que Erika cabalgara. Mi incansable virilidad la puso excitad�sima y mov�a el culo buscando su propio placer, buscando que mi verga le entrara toda y casi pod�a sentir que le saldr�a por la boca.

Erika me cabalgo durante un buen rato hasta que la llene de leche de nuevo y en eso le pregunte: - �Te gust�, Erika? - �Me encant�, papito! �No me niegues tu verga nunca! -y de esta manera, se quedo dulcemente dormida
Posteriormente, regreso su marido ,ella se acost� con los ojos abiertos, en la oscuridad, sin poder dormir. Y Cuando vio que su marido estaba dormido, se puse de pie y, tratando de no hacer ruido, salio del cuarto, bajo las escaleras y se dirig� a mi habitaci�n. Abri� la puerta y entro. se acerco a la cama y se acost� en la cama, junto a mi. All� estaba Erika ,recostada al lado mi�, el hombre que la hab�a pose�do a la fuerza, en vez de su marido. El olor de mi cuerpo, ese olor a hombre, ese olor intenso de mi sexo, la excitaba, pero ten�a que reconocer que la hab�a hecho gozar, fue acomodando a mi lado, abraz�ndose a mi cuerpo. se quito el vestido y, as�, completamente desnuda, alzo una pierna y la puso sobre mis muslos. Nuevamente, su cuerpo comenz� a llenarse de deseo. su vagina comenz� a frotarse contra mi muslo, mientras su mano recorr�a mi cuerpo. su mano de Erika recorri� el interior de mis muslos y mis test�culos. Luego, mientras besaba mi pecho, su mano �vida de tocar y acariciar, tom� mi verga fl�ccida y comenz� a masturbarme. Mientras lo hacia, me besaba, me mord�a. Fue tal la calentura que fue adquiriendo, que su lengua recorri� todo mi cuerpo a pesar del sudor, por el calor que hace en tierra blanca..
La frotaci�n de su sexo contra mi muslo se fue haciendo constante y se fue humedeciendo.. Se encontraba excitada, sus pezones quer�an reventar, duros y gruesos hasta causarle un delicioso dolor.
Su mano pajeaba con mayor vehemencia mi verga, fue bajando por mi cuerpo, besando, lamiendo, mordiendo. Cuando tuvo mi verga a mi alcance, lo observo detenidamente . la beso, y comenc� a chuparla., se abrazo a mis muslos y la chupo con mucho placer, como queriendo atrapar eternamente en su boca, ese pedazo de carne deliciosa. Su mano, apretaba suavemente mis test�culos, hasta que me despert�. Le puse mi , mano en su cabeza y escucho mis gemidos de aprobaci�n. Mi verga fue creciendo y se fue poniendo dura. Pens� qu� manera de transformarse ese pedazo de carne. En muy poco tiempo, era ya un m�stil duro y cabez�n, el cual erika chupaba como el m�s delicioso de los dulces. La frotaba en sus mejillas y termino frot�ndolo contra sus pechos y pezones. Erika ya no pod�a seguir esperando, hizo que me sentara y abri� completamente mis muslos. Recorri� con su lengua desde el interior de mis rodillas, subiendo por el interior de mis muslos hasta alcanzar mis huevos y los chupo tambi�n para luego seguir subiendo por el tronco de mi verga, hasta la punta. se monto con las piernas bien abiertas sobre mi. Tomo mi verga con una de sus manos y la gui� a su vagina. Cuando la sinti� dentro de ella , lanzo un gemido del alma, se dej� caer sobre ella, despacio pero constante, hasta sentir que ya no, hab�a m�s que meter. La tenia toda dentro de su interior
Con los ojos entrecerrados por el placer de sentirse as� de llena, tom� mi cara y la conduje hacia sus pechos. La tenia all�, ensartada, sin moverse, disfrutando como le chupaba y mord�a con fuerza sus los senos, le arrancaba gemidos intensos, mientras las manos de Erika acariciaban tiernamente mi cabeza. Me rogaba que succionara sus pezones y toda una gama de sensaciones la envolv�a, cuando mi boca los atrapaba.
Mientras yo se chupaba de ese modo, Erika apoyo sus manos en mis hombros y, comenz� a moverse r�tmicamente sus caderas de adelante y hacia atr�s. sus jugos, comenzaron a fluir de su interior. Era exquisita la sensaci�n de moverse de ese modo ( que la verda, sea, las de Tierra Blanca , se saben mover muy rico en la verga de uno), mientras yo le chupaba eternamente sus tetas. Gimiendo como perra en celo y moviendo sus caderas m�s r�pido, alcanzo un orgasmo de locura. Tembl� entera y su cuerpo se puso r�gido, mientras su vagina se contrajo de tal modo, que sus m�sculos apretaron mi verga que la pose�a.




De su entrepierna flu�an tal cantidad de l�quidos, que me dio la impresi�n de que se hab�a orinado. Agradecida y caliente, me abrazo y me beso apasionadamente mientras mis manos agarraban sus nalgas. Continuo movi�ndose, pero esta vez sub�a y bajaba y luego cambiaba su movimiento para hacerlo circular.yo la abrazaba y humedec� mis dedos con sus jugos y la penetre el culo con mis dedos. Al principio le caus� dolor, pero a Erika no le importaba, se calentaba tanto, que estaba dispuesta a cualquier cosa con tal de darme gusto. Mis dedos se mov�an en su interior y mi verga en su vagina. La hice sentir la doble penetraci�n.
Me aferre fuertemente de sus nalgas y comenc� a cogermela de una manera bestial. Nunca se imagino sentir tan profundamente mi verga, me daba la impresi�n que me meaba sobre mi verga. Despu�s, la hice rodar en la cama, poni�ndola de espaldas. Abr� bien sus piernas y la clave mi verga hasta el tope. la hacia sentir mi verga entrando y saliendo de ella Entonces, saque mi verga de su vagina, justo en el momento en que comenc� a eyacular y le vaci� mi semen en el exterior de su cuerpo. , lanz�ndolo hacia su vientre, hacia sus pechos, hacia su cara. Mientras con mis manos esparc�a mi semen sobre su piel, recibo una descarga, en su boca. Me chupo mi verga para tragarse todo el semen que quedaba despu�s, cada quien continuo, con su vida, y despu�s de un buen tiempo la volv� a ver y la invite a la bendici�n, para recordar viejos tiempo, pero hoy busco a otra chica de tierra blanca, te interesar�a ?� Escribe,a,mi,

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