Relato: La flor en vacaciones

Pese a mis casi treinta a�os, no goc� de muchas oportunidades para follar. Siempre me dediqu� con ah�nco al estudio, como una rata de biblioteca, quiz� para paliar mis fracasos en el �mbito sexual. Y luego soy gordita, as� que no creo que sea el tipo de chica que a todos le guste. Aunque he de reconocer que soy entrada en carnes, las tetas las tengo gordas y un poco ca�das por el peso, pero bonitas para mi gusto. Creo que los pezones grandes y rojitos son hermosos. El culo tambi�n lo tengo gordito, para que el hombre tenga d�nde agarrarse, y el chochico amaz�nico, pero caliente y dispuesto a recibir a quien guste. Cierto es que tuve alguna follada espor�dica con el hijo de otro vecino, pero mayormente, mi contacto con el sexo viene a trav�s de Internet y sus fabulosos v�deos porno.

Paco y Teresa eran vecinos de mi abuela desde hac�a m�s de 35 a�os. Son un matrimonio mayor, en torno a los 70 a�os. Paco es calvo con bigote u Teresa ya es una mujer un poco entrada en carnes ca�das. Todos nos conoc�amos y nos gustaba echarles una mano porque ya iban mayores. Ellos nos correspond�an con amabilidad y detalles. As�, yo era un poco como su nieta, ya que no hab�an tenido hijos, creo que Teresa era est�ril. Cuando me ofrecieron ir de vacaciones con ellos a Benidorm, no me apetec�a mucho, pero el calor que hace en Madrid en pleno agosto tampoco me gustaba demasiado, y... tampoco ten�a un plan mejor.

As� que all� nos fuimos los tres. Teresa llev� cantidades ingentes de comida por si all� no encontraba supermercado, y ocupamos un apartamento de dos habitaciones que ya hab�an reservado. El primer d�a llegamos por la noche, un poco exhaustos por el viaje en bus. Fue una paliza matadora. Paco y yo nos dedicamos a colocar la comida en la nevera y por la cocina mientras Teresa deshac�a las maletas. Me fij� ya en ese momento en que Paco se acercaba demasiado a m� a la hora de guardar la comida. Siempre hab�a roces a pesar de que, si bien la cocina era peque�a, tampoco hab�a necesidad de tropezar tanto. Pero bueno, no quer�a pensar en que eso significaba nada. Guardando algo, su mano siempre tropezaba contra una teta, o se colocaba justo detr�s, como poniendo su polla en la raya de mi culo. Yo me dej� ir e incluso por un momento, provoqu� yo un tropez�n a ver c�mo reaccionaba Paco. Este estaba muy cerca de m� y yo baj� un brazo hasta rozarle el pirolo. Mir� para m� y me sonri�. Y luego mir� para abajo, para mi chochete y para su pirolo.

Incre�ble, no me daba asco lo que estaba pasando. Casi disfrutaba aunque no me lo cre�a del todo hasta que... Una voz de Teresa rompi� la magia. Intent� olvidarme de eso y Teresa vino a preparar la cena y nos acostamos. Antes de acostarnos, Teresa entr� en el cuarto de ba�o cuando yo estaba meando. Me dio un poco de verg�enza que esta mujer entrase con tal libertad. Dijo que iba a coger una crema de manos, que acabase tranquila. Acab� de mear mientras ella buscaba el bote y, cuando me levant� de la taza del water, estaba ella detr�s de m� con un trozo de papel higi�nico para limpiarme el co�o. En lugar de limpiarlo, casi me hizo una caricia y me dijo maternalmente "nena, hay que limpiar bien nuestras cositas". Me qued� de piedra, pero pens� inmediatamente que tendr�a que disfrutar de todo lo que me pasase...

Me met� en cama y claro, me era imposible dormir. As� que comenc� a tocarme hasta que... sent� los jadeos de Teresa y de Paco. Eran jadeos fuertes, y yo no pod�a creer que ven�an de aquellos dos abuelitos para m�. Paco le soltaba barbaridades como "aqu�, putita, aqu�, ap�rtate los pelos del chocho que te voy a hacer un dedo". Teresa dec�a cosas ininteligibles y alguna groser�a... Estaba claro que ten�an la puerta abierta y me acerqu� a espiar.

Paco me vio y me dijo "menos mal que vienes, cabrona, ven al festival". Como aut�mata, me acerqu� y me desnud�. Teresa se lanz� inmediatamente a comerme un pez�n y Paco me meti� mano en la chochona. Lo que viene despu�s de este relato lo contar� en otra ocasi�n si el p�blico quiere...

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