Relato: Al Caribe con mi esposo I Era un viaje que hab�amos querido realizar desde hac�a alg�n tiempo, pero nuestros compromisos laborales lo hab�an impedido. Fue entonces que el per�odo de vacaciones de mi trabajo coincidi� con una reuni�n internacional de grupos de trabajo de la multinacional en la que labora Carlos, mi esposo.
Soy de 31 a�os, 1.67, blanca, pelo casta�o largo, hago gym. tres veces por semana y mis atributos est�n firmes y en su lugar. Fui a la misma universidad que mi esposo, en ella nos conocimos para luego casarnos. Llegu� virgen al matrimonio y, hasta aquel viaje, hab�a sido fiel, a pesar de algunas peticiones en aquel sentido. Tan fiel, que no participaba de las conversaciones sexuales de mis amigas.
Nos desplazamos pues a aquella maravillosa Isla del Caribe, en cuyas playas bordeadas de fina arena blanca y adornadas por m�ltiples palmeras, descubrimos el resort donde nos hospedar�amos. Lujoso, bien decorado, enorme y con todas las comodidades y entretenimiento que alguien pueda imaginar y desear. Nuestra habitaci�n, a nivel de la playa con jacussi en el balc�n que daba a la misma. Dos camas grandes y todo lo que alguien pueda desear tener a la mano.
Aquella misma noche era la inauguraci�n y bienvenida de la reuni�n de Carlos, raz�n por la cual me quedar�a sola. Sab�a que as� permanecer�a durante aquel periplo por las razones qu �l ten�a para hacer ese viaje. Orden� nuestras cosas y me arregl� para ir a cenar. Vest�a una minifalda no muy ce�ida, vientre dscubierto al tener �sta cintura baja. Top triangular atado por el cuello y la espalda, que dejaban muy descubiertos mis senos. Despu�s de cenar, fui a uno de los bares a esperar el inicio del shuw final de aquel d�a. Al empezar �ste, uno de los chicos que trabajaba en �l, me miraba fija e insistentemente. Era guapo, mulato, alto, fuerte, musculoso y su mirada , muy penetrante... Todo un ejemplar.
Al finalizar el espect�culo, los miembros del staff invitan a bailar a las personas que deseen hacerlo, invadiendo el ambiente el pegajoso, r�tmico y sensual ritmo "t�pico" de aquella Isla: El Merengue. Menudo susto llev� cuando aquel chico de la mirada profunda me invit� a bailar. Acept� y me tom� por la cintura para llevarme hacia la tarima donde se efect�a el baile. Inici� con pasos sueltos y provocar algunas vueltas sobre mi propio eje. Despu�s, nuestros cuerpos empezaron a rozarse y sus manos al provocar ciertos pasos, recorr�an mi desnuda cintura. Charl�bamos tambi�n y para lograrlo, junt�bamos nuestros o�dos a las bocas. Buen conversador, simp�tico, agradable, guapo y con mucho ritmo al bailar. Me estaba sintiendo muy atra�da hacia �l... se llamaba Melky. Termin� el tiempo de la orquesta y termin� el baile. Me desped� de Melky a quien dese� buenas noches. Me pregunt� por mi acompa�ante con quien hab�a llegado al resort. Le expliqu� la situaci�n de mi esposo... me hab�a observado desde que llegamos a registrarnos al Front desk. Insist� en despedirme y me pregunt� si me pod�a acompa�ar. Acept� y empezamos a caminar a la vez que segu�amos charlando. Fuimos por la playa y al llegar a la arena, quit� mis zapatos para sentir el roce de ella en mis pi�s. Melky tom� mi mano y la puso en mi espalda cubierta por una de �l. No pod�a hacer nada en esa posici�n, por lo que desist� de hacer algo. �l pues, me llevaba pr�cticamente abrazada por la cintura y tomada de mi mano. Nuestros cuerpos... muy juntos. Su otra mano empez� a acariciar mi descubierto vientre, las sensaciones que aquello empez� a producirme imped�an que yo quisiera separarme aunque lo intent� varias veces... lo logr� por fin, y me recost� en una palmera. Melky me miraba de una forma muy sugerente, se acerc� unos pasos y se detuvo. No dejaba de mirarme. Camina nuevamente, me toma por la cintura y me aprieta hacia su cuerpo, busc� mi boca e hice que la encontrara empezando a descargar besos en todo mi rostro. Confundida como estaba, no sab�a c�mo reaccionar hasta que el �mpetu de Melky me llev� a aceptar aquellos besos que prodigaba. Se juntaron nuestras lenguas y empezaron a hacer el trabajo correspondiente. Sus manos empezaron a buscar acomodo en diferentes partes de mi cuerpo. Yo empezaba a sentir sensaciones desconocidas hasta entonces. Gem�a y suspiraba adem�s de respirar aceleradamente. Cosquilleo en mi cuevita y sent�a tambi�n en mi bajo vientre la virilidad de aquel magn�fico ejemplar humano. Mis tetas encontraron la libertad y Melky las besaba y chupaba con fuerza y deseo. Levant� mi faldita y puso su manota en mi chochito... me separ� inmediatamente y reacomod� las tetas entre el top. Me pidi� que sigui�ramos a lo que me negu� argumentando que mi esposo llegar�a en cualquier momento, que me ten�a que ir... y me fui dese�ndole buena noche y con el prop�sito que nos vi�ramos al siguiente d�a.
Jadeante, llegu� a la habitaci�n y me duch�. Pensaba en lo sucedido y no pod�a creerlo. Arrepentida? NO. Lo disfrut� y qued� con esa sensaci�n y aquellos pensamientos toda la noche. Me insinu� a mi esposo al llegar �ste a la habitaci�n. No quiso y entonces trat� de dormir. Casi lo imped�a Melky... no pod�a sacarlo de mis pensamientos.
Qu� pasar�a? me preguntaba
Lo sabr�n en la siguiente parte.
Gracias
Denise
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Relato: Al Caribe con mi esposo I
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