Relato: Mi novio contrahecho y deforme No cabe duda que la vida nos da cada sorpresa, voy a presentarme, me llamo Julia tengo 24 a�os mido 1.75 m soy blanca y voluptuosa (no gorda, s�lo llena, vamos con cuerpo que lucir). A pesar de mi edad he tenido muy pocas experiencias sexuales, as� es que de sexo no se gran cosa y como soy muy t�mida y me cuesta trabajo relacionarme con la gente, pues entonces opt� por buscar amigos en internet; puse un anuncio en OLX donde solicitaba conocer a un hombre maduro de 50 a�os en adelante, que fuera solter�n, divorciado o viudo (para no tener problemas con la esposa y para no ser yo la otra) y que me ense�ara cosas de la vida y del sexo desconocidas para mi. Al principio me contestaron puros muchachitos imb�ciles que pretend�an aparecer como hombres maduros, pero su sarta de idioteces los delataba como lo que eran, luego me llegaron unas respuestas llenas de obscenidades y morbosidades hasta que por fin me lleg� un anuncio escrito en un lenguaje que denotaba que el autor ten�a cierta educaci�n y cultura, me dec�a que era un hombre soltero de 64 a�os llamado Ernesto que estaba dispuesto a ense�arme todo lo que yo quisiera aprender y me dijo tambi�n que s�lo ten�a un peque�o problema, era f�sicamente diferente a los dem�s. Yo le contest� enseguida y le dije que esa diferencia que mencionaba no consideraba fuera importante y le di datos para vernos y conocernos personalmente, �l hizo lo mismo. Nos citamos en el estacionamiento de una plaza comercial un viernes por la noche (a las 9). Yo me vest� tal como se lo hab�a prometido a Ernesto, con un vestido azul cielo de cuello redondo sin mangas y cortito a medio muslo, unas sandalias azul cielo de tac�n alto de 12 cm y mis piernas sin medias, adem�s mi pelo que lo tengo largo hasta abajo de mis senos lo llevaba suelto. Al verme Ernesto me hizo se�as con los faros de su coche y el sonido de su claxon, yo me acerqu� y �l me abri� la puerta, yo sub� y not� enseguida (o cre� notar del todo) la diferencia que Ernesto me hab�a mencionado, su auto ten�a equipo especial para que todos los controles estuvieran en el volante, el asiento estaba sobreelevado dando la impresi�n que era para que se sentara un ni�o peque�o. Al notar mi asombro Ernesto me dijo "no te esperabas esto �verdad?" yo le contest� que no importaba, que fu�ramos a donde pudi�ramos estar solos, �l arranc� el coche y despu�s de un trayecto corto llegamos a una casa de dos plantas algo l�gubre, en penumbra y cerrada por todos lados. Al bajarnos del coche pude apreciar bien a Ernesto, estaba completamente contrahecho y deforme, �l al ver mi asombro se adelant� a explicarme: mira estoy as� por un mal cong�nito y un accidente que tuve de adolescente, mis piernas son las de un hombre de 1.75 m pero mi columna est� aplastada y retorcida y no hay cirug�a que pueda componerla, por eso mi estatura es de 1.50 m, no tengo cuello por la misma raz�n y mis brazos son desproporcionadamente largos debido al mal cong�nito que te mencion� y agreg�: si te doy asco o repugnancia, aqu� la dejamos, t� eres una hembra joven y muy hermosa y yo estoy demasiado feo y viejo para ti. Al escuchar aquello me llen� de ternura y lo abrac� dici�ndole que no fuera tonto, que no me importaba su f�sico sino lo que �l pudiera ense�arme, me sonri�, me bes� en la boca y en el cuello y sent� como sus manos acariciaban mis piernas desde mis pantorrillas levantando mi vestido hasta llegar a mis nalgas y tocar mis pantaletas. Despu�s me dio la vuelta y sent� como me recargaba su �rgano entre mis nalgas, lo sent� aumentar de tama�o, de grosor y ponerse muy duro mientras sus manos acariciaban de nuevo mis piernas desde abajo de mis rodillas hasta pasar por mis muslos levantando mi vestido hasta llegar a mi concha y sobarla por encima de mis pantaletas, despu�s sent� como sus manos se posaban en mis senos apret�ndolos y amas�ndolos con fuerza. Ernesto me dijo, "est�s muy bonita y bien buena, ven quiero mirar por debajo de tu falda". Se tendi� en el piso boca arriba y me pidi� me parara arriba de �l con las piernas abiertas, as� lo hice y mientras miraba mis pantaletas me acarici� las piernas en toda su longitud primero por adelante y luego por atr�s, luego me llev� al piso de arriba y entramos a su rec�mara, ah� me tendi� boca arriba, me baj� las pantaletas y �l se descubri� su �rgano y sus test�culos, su �rgano estaba completamente erguido y era enorme, en mi vida hab�a visto una cosa as� tan grande, tan peluda y tan negra. Ernesto me dijo que en lugar de recitarme una letan�a era mejor predicar con el ejemplo, as� es que sobre la marcha me iba a ir explicando y dicho esto se acomodo entre mis piernas y coloc� la cabeza de su �rgano en la entrada de mi concha; por su misma deformidad su cara quedaba justo abajo de mis senos, sin embargo no tuvo problema en descubr�rmelos y empezar a chuparlos y morderme los pezones, de repente sent� como de un golpe me enterraba la mitad (m�s o menos) de su �rgano duro en mi concha, luego de tomar aire embisti� de nuevo y me enterr� el resto introduci�ndola totalmente en mi agujero, sent� como frotaba fren�ticamente su cosota dentro de mi cuerpo una y otra vez mientras me dec�a "mamacita esta es la manera correcta en que un hombre hunde toda su verga parada en la pepa de una mujer" y agreg� "pasaste la prueba dif�cil que era la de sobreponerte al aspecto f�sico, as� que ahora s�lo falta que aguantes mi vergota dentro de tu cuerpo hasta que te llene tu pepa de mocos blancos". Y as� estuvo un rato m�s o menos largo (no se tal vez una media hora) hasta que sent� como de su �rgano duro sal�an chorros de l�quido viscoso, espeso y caliente. Cuando termin� de venirse se qued� unos momentos encima de mi y yo con su �rgano dentro hasta que al fin me la sac� y se incorpor�, me dio la mano y me ayud� a parar, me hizo parar con las piernas abiertas y luego de acomodarme el vestido me hizo notar como dos filamentos gruesos de su semen escurr�an por mis piernas (uno en cada pierna) hasta que vi y sent� como llegaban a la planta de mis pies aloj�ndose entre mis pies y mis sandalias de tac�n alto. Bueno, despu�s de todo Ernesto ten�a raz�n, fue mejor aprender sobre la marcha que estar escuchando una explicaci�n aburrida, lo cierto es que en ning�n momento sent� asco o repugnancia por Ernesto, s�lo que me sorprendi� y me sorprende a�n su deformidad (que es abrumadora, no asquerosa al menos no para mi, pero si en grado sumo asombrosa). Ernesto me dice luego que lo que lo excita much�simo son precisamente las diferencias contrastantes entre nosotros, f�jense. Ernesto mide (por su deformidad) 1.50 m y yo 1.75 m�s 12 cm de tac�n 1.87 m, Ernesto es priet�simo casi negro, yo soy blanca, Ernesto tiene 64 a�os, yo tengo 24, Ernesto tiene las manos muy �speras y yo tengo las piernas muy suaves y tersas, Ernesto tiene su �rgano muy largo y muy duro y yo tengo mi concha muy profunda y muy el�stica. En resumen estoy feliz con mi novio Ernesto contrahecho y deforme.
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Relato: Mi novio contrahecho y deforme
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