Relato: mi mujer, mi primo y yo Hola, el relato que voy a pasar a relatar ocurri� har� aproximadamente un par de meses. Nosotros somos una pareja joven, de 30 a�os, vivimos en una ciudad del centro de Espa�a, llevamos casados 7 a�os y tenemos dos ni�os. Mi mujer es morena, con el pelo largo y rizado, con 85 de pecho, que ella dice que es poco y a mi me parecen perfectos, y un buen trasero.
Despu�s de esta breve descripci�n, paso a relatar lo sucedido. Nosotros nunca hemos tenido ninguna relaci�n fuera del matrimonio, pero llevabamos varios meses, mientras foll�bamos, fantasemos incluyen a otro hombre. Primero fue ella quien lo propuso, mientras estabamos viendo un pel�cula porno, y despu�s ya me entraron las ganas a mi. Lo que sucede que no encontr�bamos al hombre adecuado, dec�rselo a alg�n conocido no entraba dentro de nuestros planes y, contactar por internet con alg�n hombre que ve�amos en los anuncios de contactos, tampoco nos parec�a buena idea.
Un buen d�a, un primo m�o dijo que iba a pasar por nuestra casa ya que iba de camino a otra ciudad y nosotros qued�bamos justo en medio, por lo que har�a noche en nuestra casa y al d�a siguiente saldr�a de viaje de nuevo.
El d�a anterior a su llegada, nos pusimos a hacer el amor mi mujer y yo, y mientras lo hac�amos, sali� el tema de incluir a un tercero, y en eso yo le propuse que si la gustar�a que estuvi�se all� mi primo, el que iba a llegar al d�a siguiente, y respondi� que s�, que la encantar�a que hubiese estado all� en ese momento para poder chup�rsela mientras yo se la met�a. Despu�s de estos comentarios, los dos nos corrimos y quedamos exhaustos. Ambos nos quedamos un poco sorprendidos por esos comentarios, ya que nunca hab�a salido el tema ese de mi primo y, porque justamente llegaba al d�a siguiente.
A la ma�ana siguiente yo me fui a trabajar y cuando termin� y llegu� a casa, ya hab�a llegado mi primo en ese mismo momento tambi�n. Nos saludamos y estuvimos hablando los tres durante un buen rato, le indicamos d�nde estaba su habitaci�n, que era la habitaci�n de uno de nuestros hijos, el cual iba a dormir esa noche en la otra habitaci�n junto a su hermano, puesto que ambos dormitorios, disponen de dos camas.
- Aqu� tienes la oportunidad, no dec�as que te lo quer�as follar.- susurr� a mi mujer mientras mi primo entraba en el dormitorio que le hab�amos indicado y posaba sus cosas.
- Estas loco o qu�.- me respondi� ella algo acalorada por la situaci�n, ya que era una mezcla de nerviosismo y de calentura.
Yo en el fondo sab�a que no iba a pasar nada, puesto que con mi primo tenemos una gran confianza, �l est� casado tambi�n, y no quer�amos que por un calent�n se fuera todo al garete, por lo tanto, yo lo �nico que pretend�a con eso era calentar a mi mujer.
Despu�s de dejar sus cosas, salimos a dar una vuelta por la zona y a ense�arle el lugar donde viv�a. Al anochecer, despu�s de haber estado tomando varias cervezas, pero sin estar borrachos ni mucho menos, llegamos a casa, dimos la cena a los ni�os, les acost� mi mujer y despu�s nos pusimos a cenar los tres m�s tranquilos. Durante la cena, le toqu� varias veces a mi mujer la pierna por debajo, y ella siempre me las quitaba asustada.
Cuando terminamos de cenar, nos sentamos los tres en el sof�, mi mujer en el medio de los dos, seguimos tomando unas copas y hablando sobre la familia, sobre el trabajo y sobre cosas sin transcendencia, pero mientras habl�bamos, ahora era mi mujer quien me met�a mano por debajo del pantal�n, aprovechando que estaba recostada sobre m�, y la met�a y jugaba con mi pene, que para ese entonces ya estaba bien duro.
El calent�n fue subiendo y viendo que la situaci�n se pod�a ir, puesto que ella parec�a que estaba lanzada, puesto que mientras ella cada vez mov�a con m�s intensidad su mano dentro de mi pantal�n, haciendo que se notara que me estaba pajeando, con el pie tambi�n llegaba a rozar la pierna de mi primo, el cual se estaba dando cuenta de la situaci�n, pero no sab�a ni qu� hacer. Asique lo mejor era dar por zanjada esa jornada e irnos a dormir, y as� fue lo que dije, cosa que a mi mujer no la hizo mucha gracia, como despu�s me dir�a. Mi primero se fue al dormitorio que le hab�amos dicho y nosotros para el nuestro.
- �pero porqu� no me has dejado seguir?.- me pregunt� mi mujer nada m�s entrar en el cuarto y con una cara de perra en celo como nunca la hab�a visto.
- ahora la que estas loca eres tu, que casi me la sacas fuera.- le respond� yo mientras me desnudaba para acostarme, pensando ya en el polvo que �bamos a hechar a continuaci�n.
- pues eso era lo que quer�a hacer, sac�rtela all� mismo, tengo ganas de chupartela.- dijo ella con voz caliente, desnud�ndose y acercandose ya a la cama.- �no quer�as que me follara otro? pues esta ha sido la ocasi�n y no me has dejado y mira c�mo me he quedado.-dec�a a la vez que empezaba a besarme y chupar por todas partes.
- ya te veo que te has quedado con ganas de follartelo.
- de follarle no, de follaros a los dos, me muero de ganas de hacerlo con dos a la vez.- dec�a ella que estaba como nunca la hab�a visto en mi vida, actuaba como una aut�ntica zorra, sin parar de besarme por todas partes.
Y en ese momento, dije algo que no deber�a de haber dicho si no quer�a que ocurriese nada m�s- �y tu te atrever�as a hacerlo con los dos a la vez?, yo creo que tu no aguantas a dos, conmigo tienes m�s que suficiente.
- �que no me atrevo?,�quieres ver c�mo voy a su cama?
- venga, vete a ver.
El alcohol y la excitaci�n, hab�an hecho sus efectos, porque en otra ocasi�n nunca se nos hubiera pasado por la imaginaci�n tal actuaci�n.
Mi mujer sali� de la habitaci�n, tan solo con un tanga puesto y una blusa, transparente, pic� en la puerta de la habitaci�n de mi primo, y pregunt� se pod�a pasar, dando la excusa que ten�a que coger algo de ropa para poner a los ni�os al d�a siguiente. Lo que sucedi� es que cuando entr�, a mi primo se le fueron los ojos al cuerpo de mi mujer y, mientras ella estaba de espaldas a �l, en el armario, se le escap� una exclamaci�n.
-joder, bufff
-�qu� pasa?.- pregunt� ella.
-no, nada nada.
-�pero qu� ocurre?
-que me has puesto enfermo, c�mo estas, nunca te hab�a visto de esa forma, l�stima que no est� aqu� mi mujer, que la iba a poner fina.
-tampoco ser� para tanto.- insinu� ella, que se dejaba ver algo m�s y se mov�a m�s descaradamente.
-que no, vaya, mira.- dijo indicando hacia donde supuestamente estaba su herramienta, la cual todav�a estaba tapada por la manta.
-va, no es para tanto, no se ve nada.- dijo ella, mientras le miraba directamente a los ojos y cada vez m�s excitada.
-que no, no lo sabes bien, si no fuese por que esta mi primero ah�, ya te dir�a yo.
-y qu� me ibas a decir, seguro que no es para tanto.
En ese momento, mi primo quit� la manta que le cubr�a, dejando al descubierto su miembro totalmente empalmado.- �te parece poco esto? oyes, mira, no me puedes dejar as� ahora, llevas toda la noche metiendo mano a mi primo y calentandome a mi, no puedes dejarme as�, tendr�s que hacer algo, que me he dado cuenta de todo.- dijo �l ri�ndose mientras se dirig�a hacia donde ella, con su polla apuntando bien arriba. Al acercarse a ella, la cogi� por las tetas, las apret� bien, y pas� las manos por todas las partes de su cuerpo, poni�ndose los dos cada vez m�s calientes. Mientras tanto yo, permanec�a en mi cama, escuchando todo, que por supuesto, la situaci�n se nos hab�a escapado de las manos y, lo que en un principio, hab�a empezado como un juego para calentarnos, al final se hab�a convertido en realiadad, y lo gracioso de la situaci�n, que yo tambi�n lo deseaba.
-vamos a mi cama, vamos a hacerlo los tres.- dijo mi mujer a mi primo.
Cuando llegaron a la habitaci�n, no hicieron falta palabras, ya que mi primo se puso por una parte y yo por la otra a besar y chupar a mi mujer, la cual se deshac�a en gemidos. Mientras yo la chupaba el cl�toris, ella chupaba la polla de mi primo, despu�s nos intercambiamos, hasta que ella no agunt� m�s y dijo que quer�a una polla dentro de ella ya. Mi primo fue el primero en met�rsela por el co�o, mientras que yo la bombeaba por la boca. Despu�s de varias embestidas, �l se corri� y fue mi turno, me coloqu� en su lugar y se la clav� de una sentada. Ten�a el co�o empapado, y decid� penetrarla el culo, algo que casi nunca me deja, pero que ese d�a no la import�, es m�s, casi que lo implor�. No tard� nada en correrme dentro, parte por la excitaci�n de la situaci�n y, en parte, porque es algo que me fascina, follarla por el ano.
No hubo mucho tiempo de descanso, ya que casi inmediatamente despu�s de terminar yo, mi primo ya estaba otra vez con el pene completamente tieso, por lo que volvi� a la carga enseguida. Yo me fui un momento a la cocina para recuperar energ�as y beber un poco de agua, y para cuando regres�, me encontr� a mi mujer sentada sobre �l, con la polla clavada en su co�o y cabalg�ndole como una desesperada, al verla as�, me situ� detr�s de ella y, despu�s de varios intentos, fui capaz de met�rsela por detr�s. Era la primera vez que hac�amos la doble penetraci�n, menuda senci�n, ella en medio de los dos, con una polla en su co�o y otra en su culo, permanecimos as� durante varios segundos, sin saber muy bien qu� hacer, sin movernos, y despu�s comenz� el baiben, uno metia y otro sacaba, algunas veces coincidiamos en los movimientos, mientras que ella gem�a y gem�a, corri�ndose una vez tras otra. Nosotros pudimos aguantar m�s, ya que hab�amos terminado de correnos minutos antes, por lo que estuvimos follandola durante varios minutos, hasta que nos corrimos cada uno en el agujero donde la ten�a metida.
Cuando quisimos darnos cuenta, nos hab�amos quedado dormidos los tres, y nos despert� el despertador para llevar a los ni�os al colegio. Mi mujer se levant� como pudo y nosotros con ella, sin saber muy bien qu� hacer ni qu� decir. Despu�s de irse los ni�os, mi mujer dijo que �ramos los dos unos cabrones, la preguntamos extra�ados que porqu� lo dec�a, porque no hab�amos mencionado el tema ese en toda la ma�ana. Y dijo que la hab�amos dejado toda dolorida y que ten�a el culo que la dol�a.
- eso �chale la culpa a tu marido, que fui quien te la meti� por el culo.- dijo mi primo que no sab�a muy bien si hab�a sido una respuesta acertada.
- ya, como que t� no la follaste bien el co�o, o qu� pasa, eso no te duele.- dije yo.
- me duele tanto un lado como el otro, pero me encant�.- dijo ella que volv�a a tener la misma cara de salida que la noche anterior.
En ese mismo momento, volvimos a follarla los dos, en todas las posiciones, descansabamos y volv�amos al ataque, uno s�lo, o los dos a la vez, hasta la hora de la comida, tras la cual tuvo que irse.
Desde entonces nunca m�s lo hemos hecho, ya que no se ha dado la situaci�n, puesto que como ya indiqu�, �l tambi�n esta casado y nos llevamos bastante bien todos, pero ya lo hemos hablado que cuando surga de nuevo la ocasi�n volveremos a repetir.
Si eso ocurre, ya contar� de nuevo c�mo nos ha ido, espero que os haya gustado. Un saludo.
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Relato: mi mujer, mi primo y yo
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