Hola queridos lectores. Me he visto en la necesidad de hacer
una peque�a serie sobre las fantas�as de Araceli, ya que me parece que el tema
es bastante bueno para mi imaginaci�n y la de ustedes. Araceli de la Rosa existe
y vive en Mty N.L. y la conozco bastante bien, espero les guste la pr�xima serie
de Fantas�as de nuestra querida Araceli.
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El viejo Ranchero parte I
Desde que mi querida Chelys comenz� a tener sexo con maduros
debido a esa fantas�a que arrastraba desde su ni�ez, ha conocido todo tipo de
personajes y aventuras. Y por lo mismo hemos decidido contarlo para hacer crecer
m�s nuestras fantas�as y nos apoyen en las mismas.
Lo que les vamos a contar sucedi� una noche en que mi querida
esposa y yo regres�bamos de un viaje de matamoros por carretera. Ven�amos de
visitar a unos parientes. Muy contentos por lo mucho que nos divertimos en la
playa, el calor era sofocante, y en una parte de la autopista el coche comenz� a
hacer ruido y comenz� a salir humo del cofre del motor. As� que me desvi� a una
orilla para revisarlo, aunque no s� nada de mec�nica, pero al menos ver que se
pod�a hacer. El radiador estaba roto.
Nos faltaba una hora para llegar a Monterrey y estaba
oscureciendo, as� que le dije a mi esposa que nos detendr�amos en la primera
poblaci�n que encontr�semos a pedir ayuda y pasar ah� la noche si era posible.
Al cabo de 20 minutos de seguir por la autopista, bajamos de la misma al ver una
casa grande, al parecer la entrada a un rancho ganadero. Decidimos llegar hasta
ella y pedir ayuda. Al llegar, un se�or de complexi�n robusta nos recibi� y
pregunt� que era lo que dese�bamos. Le explicamos el problema y llam� al due�o
del lugar. Don Luis Gonz�lez se llamaba el se�or, era una persona bastante
amable de unos 60 a�os, alto, delgado, con un bigote poblado y sombrero. Nos dio
la mano y not� que era rasposa como una lija. Mi esposa se lo coment�, a lo que
�l riendo le dijo que era por las labores del rancho que se pon�an as�.
Por otra parte nos dijo que con mucho gusto nos ayudar�a con
el coche, y darnos asilo en su casa. Casa que era bastante grande y con muchas
habitaciones. Le orden� a su ayudante, que en ese momento se dirig�a al pueblo,
que se llevara el carro remolcando con su cami�n, y que se hablara con el
mec�nico. Yo me ofrec� a ir con �l para ver cuanto seria la reparaci�n, y �l me
dijo que su ayudante ten�a que estar 2 d�as en el pueblo, por lo que ser�a
despu�s dif�cil regresar. Su ayudante le contest� que me prestar�a una camioneta
para que regresara, ya que el camino era muy f�cil de aprender y as� sabr�a
cuanto tardar�a el mec�nico en reparar el coche. Mi esposa se qued� con el due�o
del rancho aquel, sola. No me daba desconfianza ya que la conoc�a muy bien y
sabia que estaba en buenas manos, y la verdad no me imaginaba cuan buenas eran
esas manos y todo lo dem�s que tenia ese hombre. Me desped� con un beso y solo
vi. como don Luis se llevaba al interior de la casa a mi mujer tomada del brazo.
En 30 minutos regres� al rancho en la camioneta prestada.
Encontr� a mi Esposa en una pl�tica muy interesante con don Luis. Que trataba
sobre como inseminaban a las vacas del rancho. Ella re�a con lo que le contaba,
y �l le dec�a.
-Se lo juro se�ora, que estas manos han vuelto locas a esas
vacas.
Yo tambi�n re� por los comentarios. Le dije que el mec�nico
tardar�a 2 d�as en reparar el coche. �l dijo que no hab�a problema, que estaba
s�lo en el rancho ya que su ayudante ir�a a arreglar la venta de un ganado, y
los trabajadores pasaban el fin de semana con sus familias. Que le vendr�a muy
bien la compa��a de nosotros. Nos ofreci� cenar, y despu�s de eso y unas copas
de vino, not� que no le quitaba la vista a mi mujer, ya que llevaba un vestido
blanco de tirantes. Por el calor y su piel blanca, se hab�a vuelto rojiza por el
Sol que tomo en la playa. Su cabellera rubia y sus ojitos verdes brillaban con
una mirada picara y coqueta que yo muy bien conoc�a. Cuando la escuchaba, supe
que estaba seduci�ndo a don Luis. As� que conociendo a mi esposa, le dije que
estaba muy cansado y me ir�a a dormir, y que si ella quer�a pod�a seguir
platicando con don Luis. Ella evidentemente acept�. Dijo que don Luis poco sab�a
de la ciudad, y estar�a encantada de contarle todo lo que quisiera, si �l le
mostraba cosas del campo.
Me fui a dormir y ellos salieron fuera de la casa, para tomar
el fresco de la noche. Desde el cuarto en el cual dormir�amos, se pod�a ver las
dos figuras iluminadas por la luna, dirigirse a unos corrales como a 50 metros
de la casa. As� que, de mi equipaje saqu� unos binoculares para enfocarlos
mejor.
Aunque fuera de noche no me quer�a perder ning�n detalle por
peque�o que fuera. Segu�an platicando y riendo, hasta que ella le dio la espalda
y �l no dejaba de verle sus hermosas nalgas. Vi como la tomaba de la cintura,
despu�s le pasaba las rasposas manos por los brazos y los hombros, y enfoqu� los
binoculares al rostro de mi mujer, que ten�a la boca semiabierta y le temblaba
su labio inferior. Sab�a que esos s�ntomas eran de una calentura que ella no
soportar�a. Casi pod�a escucharla respirar agitadamente. Como en otras
situaciones parecidas, don Luis la llev� a un granero y entraron en �l.
Aprovech� y me llev� una c�mara digital. Cuando sal�, hab�a una peque�a luz
encendida y busqu� alg�n lugar por donde observar. Una ventana un poco sucia me
ayud� en la tarea, y al fin logr� verlos parados en la caja de un cami�n viejo.
El cami�n ten�a por escalones unas cajas de madera. Ella estaba parada en una de
las cajas para estar a su altura, ya que el se�or era bastante alto.
Don Luis le estaba besando el cuello, y de ah� pasaba su boca
mientras una de sus Manos le masajeaba las nalgas. Con la otra mano le sobaba el
pecho, le quit� los tirantes y dej� caer su vestido. Se prendi� a sus pechos
como un becerro, ella abr�a la boca como buscando aire, mientras �l con sus
manos le bajaba poco a poco los pantys hasta las rodillas. La recost� en la caja
del cami�n, se quit� la camisa y se baj� el pantal�n hasta las rodillas,
mostrando una generosa erecci�n de 30 cm. aproximadamente. Yo sacaba las Mejores
fotos que pod�a tratando de que no notaran mi presencia. �l levanta sus piernas
y las coloc� en uno de sus hombros. Su mano empez� a pajear a mi chelys poco a
poco, �l sab�a lo que hac�a, como dijo antes; sus manos volv�an locas a las
vacas.
Pues imag�nense con una mujer joven y hermosa como ella, le
prodig� las mejores caricias de su repertorio. Ella se agit� y supe que hab�a
llegado a su primer orgasmo. �l continu� con los masajes en su panocha y ella
gem�a y apretaba los dientes. Se mord�a su labio inferior, se�al de que lleg� a
otro orgasmo. Por fin le abri� las piernas y la dej� as� por un momento, para
contemplar su hermosa panochita llena de jugos y rasurada, como le gustaba
usarla a mi esposa dando un espect�culo de ni�a virgen.
�l la comenz� a lamer mientras con una mano se pajeaba la
enorme erecci�n. Ella grita y supe que hab�a llegado a su tercer orgasmo, y a�n
no hab�a sido penetrada. El enorme bigote de don Luis le provocaba espasmos cada
vez que le pasaba la lengua por su conchita. Hasta que pidi� que se la metiera.
�l la obedeci� dici�ndole.
-s� mi ni�a, espera solo un poco.
Se la acomod� y empez� a meterla despacio. Mi esposa estaba
llorando de placer, se pod�an ver sus l�grimas en sus mejillas por lo mucho que
gozaba. La meti� toda y ella lo abraz� con las piernas, como para no soltar ese
semental que la estaba montando. Y dici�ndole.
-pap�, m�temela pap�.
�l le dec�a.
-s� hijita, como t� quieras mi peque�a, es toda tuya.
Se mov�a despacio, sin ninguna prisa, entrando y saliendo de
mi mujer. Ella le Rasgu�aba en la espalda y se retorc�a bajo ese hombre, que
bien podr�a ser su padre. Tal vez por eso lo llamaba as�, en la locura de placer
que le provocaba don Luis. Por fin el viejo le dijo que se ven�a, as� que ella
le pidi� que se la sacara, que quer�a su leche en la boca. �l la obedeci�, le
puso su enorme verga en la cara y un chorro de espesa leche peg� de lleno en sus
ojos, sin que ella se moviera para evitarlo. As� siguieron m�s chorros que ella
atinaba a tragar. Ten�a la cara y el pecho escurriendo de tanto liquido. Me
qued� asombrado de tanta leche que ese hombre pod�a tener. Hasta que su erecci�n
bajo un poco, solo se escuchaba la respiraci�n de mi esposa atragant�ndose por
tanta leche que hab�a recibido. Escuche que en su locura dec�a.
-me gusta, me gusta.
-claro hijita, s� que te gusta.
Y todav�a no termin�, la volte� boca abajo, en posici�n de
perrita. �l se qued� de pie, ella con las rodillas en la caja del cami�n y le
volvi� a meter la verga por atr�s. Volvi� a moverse igual de lento. Mi esposa
dec�a incoherencias a cada embestida, yo estaba disfrutando como loco de aquella
sesi�n que mi esposa y ese viejo ranchero estaban realizando. De nuevo mi esposa
le dijo que le gustaba, que por favor se lo hiciera m�s r�pido, a lo que �l
obedeci�. Solo que se subi� un poco m�s arriba. Coloc� sus pies en la caja
tambi�n, quedando montado completamente sobre ella. Se ve�a desde atr�s un
espect�culo fascinante, las hermosas nalgas de mi chelys, con sus piernas juntas
y el enorme cuerpo del ranchero mont�ndola a toda prisa. Solo se distingu�a
entre sus blancas nalgas, el enorme trozo de carne entrando y saliendo como un
pist�n de motor. Y las enormes bolas del ranchero rebotando en ellas.
Ella estaba apoyada con sus codos y comenz� a hacer un ruido
parecido al de una ovejita. Lo que provoc� al ranchero que la embest�a cada vez
m�s r�pido, hasta que los dos gimieron y logr� ver como escapaba leche por el
poco espacio que dejaba esa enorme verga en la conchita de mi mujer. Su leche le
escurr�a por las piernas y ella no gritaba, aullaba de placer. Hasta que �l se
la sac� y ella call� de lado, respirando agitadamente como si hubiera corrido
una marat�n. Regres� a la habitaci�n r�pidamente y guard� la c�mara. Sab�a que
ella me contar�a todo, as� que no quer�a apenarla. La escuch� llegar y dirigirse
al ba�o, escuch� la ducha y mir� el Reloj. Hab�an pasado 4 horas desde que sali�
con el viejo de la casa. Se recost� a mi lado, me bes� y se quedo profundamente
dormida.
Espero que les haya gustado este relato. Y est�n atentos a la
2� parte, es de lo mejor que le ha pasado a este joven matrimonio de Monterrey
N.L. Espero sus comentarios y sugerencias. Y porqu� no, espero que ayuden con
sus propias fantas�as a que esta pareja tenga nuevas y mejores experiencias
gracias.
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