Relato: El nuevo museo de la ciudad





Relato: El nuevo museo de la ciudad

El nuevo museo de la ciudad


�Era un espacio abierto al p�blico. Un escenario de lo
perverso y macabro de la antig�edad. El nuevo museo de la ciudad ha abierto hoy
sus puertas.�


Juegos de pareja


La �ltima cosa que le dijo fue muy valiente por su parte.
Agarr�ndole el pene erecto fuertemente como ten�a, ella era la due�a de sus
sensaciones ahora. �l se atrevi� a comentarle que no ser�a capaz de hacerle da�o
alguno, mientras ella apretaba con m�s fuerza. -�De verdad quieres eso?- le
pregunt� tranquilamente ella. -S�, pero s� que nunca te atrever�as, eres
demasiado inocente, jajaja. � sonre�a �l. -Mmm, �pero es que quieres que te haga
da�o? Mira que te tengo aqu� atrapadito, jajaja- le dej� caer ella. -No eres lo
bastante mala como me gustar�a. -Bueno, Juan, ya est� bien, si sabes c�mo soy�yo
nunca te har�a nada, pero esta vez prep�rate que te tengo algo reservado. Ella
se levant�, le solt� el pene, que comenz� a desinflarse al momento. Abri� un
caj�n y saco lo que parec�an dos billetes rugosos. -Mira, esto son dos entradas
para un museo muy curioso y seguro que de tu agrado. Me han comentado que se
exponen artilugios de tortura medieval y de la inquisici�n Espa�ola del siglo
xv. -�Esa es tu sorpresa?, yo me esperaba algo m�s para ahora, no s�, un juego
de atarme a la cama o esas cosas, t� sabes que siempre me he quedado con las
ganas. -Bueno, la raz�n de este regalo, es para coger ideas, yo no s� muy bien
de esto del sado-maso que tanto te gusta, pero si vamos all�, seguro que aprendo
algo y luego podremos jugar m�s como te gusta, �no crees cari�o? -Visto as�


Juan y Cristina eran una pareja de novios que viv�an sin
querer casarse, no consideraban el matrimonio m�s que para cuando quisieran
tener hijos, aunque a ella le hac�a ilusi�n tenerlos ya, pero se callaba ante lo
reacio de su novio a tal cosa.


En la entrada


El museo abr�a hoy sus puertas, ingentes pelotones de adictos
a los temas escabrosos, hac�an ya cola en la acera. �nicamente los afortunados
como Cristina y Juan, iban a poder evitar la cola, ya que Cristina compr� las
entradas por Internet una semana antes.


El portero del museo vest�a una larga sotana negra, como de
cura, y ten�a un enorme tatuaje en el brazo derecho, una cruz y una virgen en lo
alto. Parec�a sacado de una pel�cula g�tica de esas.


Comenzaron a entrar por un largo pasillo, mientras un gu�a
les comentaba qu� ver�an en las diferentes salas de delante.


Paseo de aprendizaje


Sala I:


Bienvenidos todos, est�n ante la sala de tortura medieval
inquisitorial Espa�ola. Admiren c�mo eran tratados los herejes, los paganos y
los considerados esp�ritus pecaminosos. All� delante, frente a ustedes, pueden
ver un cepo de tortura. Se le colocaba la cabeza en �l y las manos quedaban en
esos otros dos agujeritos de los lados. El torturado o torturada, deb�a mantener
esa posici�n forzada mientras por detr�s era fustigada severamente por un l�tigo
de cuero. Normalmente el ajusticiado era previamente desnudado y ba�ado en tibia
agua salada, se cre�a que as� eliminaban al demonio de su cuerpo, si es que ese
era su pecado. M�s all�, a su derecha, pueden observar aquella cruz. En ella se
pon�an a los enfermos de esp�ritu, pose�dos o demon�acos considerados al efecto.
Se les ataba los pies, las manos a los extremos y de pi�, era expuesto a
antorchas encendidas, su cuerpo, su pecho, era quemado al rojo, para liberarle
del diablo. A su izquierda, otro invento inquisitorial, la famosa rueda
acu�tica. Como ven, se trata de una rueda de molino sobre un barre�o. En su
tiempo se enganchaba al preso all�, y era obligado a girar hasta dar con la
cabeza en el agua, si no aguantaba la respiraci�n 3 minutos, es que ten�a algo
malo dentro, y por ende deb�a perecer o suplicar para ser despose�do de todo
mal. Un artilugio muy mal conocido en nuestros d�as.


Sala II:


Ahora nos hallamos en la sala de los calabozos. No hay mucho
que comentar aqu�. Todas las paredes como pueden observar, tienen argollas y
cadenas encrustradas, para atar a los reos, y pueden ver unas celdas grandes al
fondo y otras como para perros a la izquierda. Normalmente las celdas peque�as
eran para las mujeres u hombres menudos, o para infligir un penoso sufrimiento
al encarcelado, oblig�ndole a tomar una humillante y sufridora postura. Si
alguno desea comprobar lo mal que se puede estar ah� dentro�-el gu�a miro a
todos que permanec�an ensimismados.-


Sala III:


Hemos llegado a la sala central del museo, la zona de recreo.
No piensen que es una sala de diversi�n, aqu� se expon�an los m�s s�dicos
aparatos de tortura. Pueden ver esa viga central y los correajes de cuero que
incorpora alrededor. Ah� se inflig�a un duro escarmiento. Se ataba a una mujer o
a un hombre y se le conectaba un palo de proporciones parecidas a las de un
falo, en posici�n vertical, que era introducido o por el ano o por la vagina. El
desgraciado ten�a que implorar perd�n para no ser martirizado demasiado
peligrosamente. M�s de una vez alguna virgen fue desvirgada aqu�. All� otro
truculento aparato. Esta vez se trata del cepo tetr�ico. Con este cepo se
manten�a al desdichado en posici�n cuadr�peda, permaneciendo con el trasero en
lo alto y sin tocar el suelo. Cera ardiente era dejada caer sobre su espalda, a
veces hasta era severamente fustigado en tal desventajosa posici�n.


Sala IV:


Nuestra �ltima sala no es del medievo, trata sobre el siglo
XIX y XX, con la llegada de la electricidad, la tortura creci� en sadismo.


Pod�is ver el aparato del centro, una columna vertical y un
falo met�lico vertical electrificado. Serv�a para mantener de puntillas a la
mujer u hombre all� imposibilitado de movimiento, previamente encadenado a la
columna. Si no se manten�a de puntillas, el falo se conectaba, produciendo un
inmenso dolor en el ano o en la vagina. Antes no se pod�a controlar el amperaje
c�mo ahora y muchos acababan electrocutados de verdad.


Este otro de aqu�, es un aparato muy curioso. Se trata c�mo
veis, de una plataforma met�lica sin m�s. Bien, pues en lo alto, justo encima,
se ataba a una persona, se la pon�a de tal forma que su cuerpo quedase
horizontal sobre la plancha pero sin tocarla. Se le ataba unas cadenillas de
hierro a sus pechos, mediante pinzas de metal y la plancha era conectada. Si el
reo no manten�a una posici�n encorvada hacia arriba, las cadenillas hac�an
contacto con la plancha y la descarga el�ctrica le produc�a espasmos tremendos.


Pero, queridos visitantes, todav�a falta lo mejor, la joya
del museo, por favor s�ganme.


La Joya del museo


�Los visitantes fueron conducidos por el gu�a adentr�ndose en
una especie de laberinto de estrechas galer�as. Estaban con luz tenue y bajaban
unas escaleras de piedra negra.�


Ya estamos, acaban de entrar en el s�tano inquisitorial de
Torquemada. Aqu� era d�nde se tra�a a jovencitas para sus juegos s�dicos. A
Torquemada, aunque no reconocido en la historia, le gustaba el sado-maso, fue el
primer reconocido que disfrutaba con su s�dico trabajo, cuando a todos los dem�s
les parec�a enfermizo aunque necesario.


�nicamente se conserva esta �Joya�, se trata de una silla
simple, pero con cierres met�licos para los tobillos y brazos, as� como para el
cuello. La joven era all� sentada y por debajo del asiento se abr�a un agujero
que conten�a un enorme palo de acero. �ste era mec�nico, subiendo y bajando a
voluntad de Torquemada, mientras la joven no pod�a m�s que gritar o callar. Si
Torquemada consideraba, la joven era encadenada all�, en la pared de su derecha,
sujetada mediante un fino cable de acero a su cuello y manteni�ndola a media
altura gracias a la argolla de la pared, imposibilitando que la muchacha
descansara, ya que deber�a por fuerza permanecer de cuclillas, ni levantarse, ni
dormir en el suelo. As� Torquemada se sentaba en su cama al fondo, y ve�a
satisfecho su sadismo.


Y esto es todo lo que hay, �Les pareci� bien?, comprendo que
muchos queden desencantados, puesto que nos dejamos muchos otros aparatos de
tortura europea, pero es que el museo acaba de abrir y de momento es lo que
tenemos para exponer. Pueden ir saliendo por d�nde han entrado, supongo que no
se perder�n por el camino.


De regreso


Juan iba a subir la escalera pero Cristina le detuvo un poco
para seguir contemplando la silla de Torquemada, pronto se quedaron solos en la
habitaci�n. -�Qu� te pareci� la visita amor? -Mira Cristina, si te sirve para
aprender algo, pues vale, pero para m� esto ha sido Light total. -�Y qu� quer�as
de un museo? Aunque ahora estamos solitos, podr�as probar la silla esa,
�quieres?, jajajaja. -Mmmm �en serio, me atar�as en ella? -Vamos anda, que est�s
muy salido y puede venir alguien, no seas rid�culo � Cristina lo cogi� del brazo
con fuerza y subieron la escalera.


Iban subiendo cuando de repente una poderosa sensaci�n de
somnolencia se apoder� de ellos, al rato se quedaron dormidos en la escalera,
sin llegar a subir.


-La droga ha hecho efecto en el momento exacto- se o�an
lejanamente unas voces. -S�, adem�s parece estar bien, es hora de preparar todo.


Dios, no puede ser, sacarme de aqu�


Juan comenz� a despertar, al poco de abrir los ojos not� algo
raro, estaba en una especie de peque�o recept�culo de piedra por todos lados, al
intentar levantar la cabeza dio contra algo arriba. A su frente una met�lica y
oxidada verja parec�a tenerlo encerrado dentro. Pudo ver un candado en el
pestillo y al intentar abrirlo, �aggg�, un calambrazo sacudi� su cuerpo, la
verja estaba electrificada. Intent� comprender lo que hab�a pasado pero nada le
era l�gico ya. Solamente recordaba el subir la escalera al lado de�oh Dios, �y
su novia? �y Cristina? �d�nde la ten�an a ella? �qu� horribles tormentos les
esperaban? �Qu� era todo aquello?


La situaci�n se pon�a tensa, indefenso como estaba �l, los
minutos parec�an largas horas. Pasaron unos cuantos minutos de angustia cuando
por fin alguien se le acerco. -Hola cari�o -�Cristina?, pero� �C�mo? �Qu�?
�apenas pod�a preguntar de lo sorprendido de ver all� afuera a su novia,
totalmente desnuda y con aparente normalidad. -Tranquilo..ssss�no tengas miedo,
t� tranquil�zate �ok? -�Qu�? �se puede saber qu� co�o pasa? �s�came de aqu�!
-�Sacarte? , jajaja, escucha cari�o, a partir de ahora van a cambiar unas
cuantas cosas en nuestra relaci�n �entiendes? -�C�mo? �por qu�? �segu�a sin
poder comprender lo que pasaba. -Te explicar� todo a su debido tiempo, pero
ahora tengo que ponerte unos lindos cuernecitos, jejeje.


Juan no daba cr�dito a lo que ve�a y menos a�n a lo que
escuchaba. Por lo visto su novia lo hab�a encerrado all� y lo peor es que le iba
a poner los cuernos, aunque no sab�a con qui�n ni por qu�.


-Mira cari�o, te presento a Bruno- Cristina le present� a un
chico de apenas 20 a�os, muy musculoso y totalmente desnudo y empalmado. ��l
ser� mi �nica polla en nuestra relaci�n a partir de ahora, me gustar�a que le
dijeses a Bruno que le dejas a tu novia para que se la folle �entendiste? Venga
que se oiga. -�Est�s loca? �Acaso crees que dir� tal cosa? �S�came de aqu�
zorra! -T� lo has querido cari�ito, espero que no tardes demasiado en decidirte,
jejeje.


Juan se qued� extra�ado por esa contestaci�n, y muerto de
celos, rabia, ira y humillaci�n por esa situaci�n, intent� una vez m�s golpear
la verja electrificada. Para su sorpresa, esta vez la verja no estaba
electrificada pero segu�a siendo imposible abrirla. De repente el techo de
piedra de la peque�a prisi�n cedi� y comenz� a descender lentamente. -�Eh? Hijos
de puta (a los dos), Sacadme de aqu�, socorro. -Cari�o, solamente tienes que
suplicarle a Bruno que me folle, eso parar� tu �aplastamiento�, jajaja.


Ahora la situaci�n si que era dram�tica, ten�a que pasar por
el aro para salvar la vida.


-Est� bien-asustado- Bruno, por favor �quieres follarte a mi
novia Cristina? -Mmmm, deja que lo piense-le dijo Bruno. �Con una condici�n. -La
que quiera, ya-Juan temiendo que el techo le alcanzara la cabeza. -Primero
ch�pame la polla, tienes que dejarla reluciente y lubricada, para met�rsela a tu
novia por el culito m�s f�cilmente.


Eso acab� de derrumbar a Juan, la humillaci�n fue terrible,
pero deb�a acceder. El techo se detuvo y Juan comenz� a trav�s de la verja a
chuparle el miembro a Bruno, tuvo que aguantar la respiraci�n y cerrar los ojos
para evitar ver como su novia al tiempo comenzaba a masturbarse all� mismo
viendo la escena.


Una vez acabad la felaci�n forzosa, Bruno cogi� a Cristina y
se la puso encima, apoyada en la pared. Juan desde su altura, pod�a o�r
perfectamente los gemidos de ambos, aunque no pod�a para nada, contemplar la
escena.


-As� Bruno, as�, c�rrete dentro, quiero que me des tu leche,
as�, mmm, m�s fuerte, dentro Bruno, dentro, d�jame pre�ada de ti- gritaba
Cristina.


Juan comenz� a entender ahora, era una especie de venganza
por no querer tener hijos con ella, y ahora iba a pre�arla otro hombre y delante
de sus narices sin poder hacer nada.


Acabaron los jadeos y apareci� Cristina.


-Bien cari�o, ya sabes que acabo de ponerte los cuernos y
posiblemente me haya quedado embarazada de �l. Pero no quiero que nos separemos.
-Zorra!, ser� lo primero que haga. -�No entendiste a�n tu situaci�n cari�ito?.
Deja que te lo explique. Si me dejas o no me obedeces en todo a partir de ahora,
nunca saldr�s de esa jaula, te mantendremos con vida y tampoco permitiremos que
te masturbes, vivir�s para suplicar morir �entiendes? -Hija de puta, aunque te
diga ahora que s� a todo, cuando salgamos te matar�, a ti y a ese otro cabr�n.
-No cari�o, todav�a no entendiste. Mientras estabas desmayado, Bruno y yo te
grabamos en v�deo. Te sorprender�as lo que se puede hacer mientras uno est�
drogado.


El v�deo


Cristina le puso delante un televisor con video incorporado y
le mostr� la grabaci�n.


Lo primero que apareci� fue �l, vestido de colegiala, con una
de esas faldas escocesas y camisa blanca, tacones altos y medias rosa. Parec�a
todo una putita pervertida. Acto seguido cog�a un falo de pl�stico y se lo met�a
por el mism�simo culo, mientras gem�a de placer. Despu�s en otra escena aparec�a
una mujer de negro, con la cara y cuerpo tapados (ser�a Cristina, pens�), y con
un arn�s con una enorme polla. �l se pon�a a cuatro patas y ella lo enculaba.
Pero el v�deo no acababa aqu�, en otra escena, la �ltima, se le ve�a a �l
esposado de pies y manos, arrodillado ante Bruno, lami�ndole la polla y
suplic�ndole que lo encerrase en una jaula y que se tirase a su novia, Bruno se
acababa corriendo en su cara y �l limpiando toda la leche de su polla y del
suelo con la lengua.


-�Te gust�? -Dios, �yo hice todo eso?, no puede ser, yo no�yo
nunca�la droga que me pusisteis, hija de puta, �qu� co�o me has hecho? -Pues, la
verdad es que pens� que te gustar�a y todo, jajaja. -�Gustarme?, �pero qui�n te
crees que soy yo? -Pues a mi entender, un puto mariconazo pervertido, que le
gusta ser sodomizado, que le aten, que su novia lo domine y le ponga los
cuernos, todo eso y m�s, y si no te gusta, te vas a tener que aguantar, porque
de lo contrario ese v�deo ir� a parar a tu trabajo, a tus padres, a tus hermanos
y hermanas, a tus amistades, te arruinar� la vida cari�ito, a no ser que cumplas
mis �rdenes y me dejes convertirte en lo que realmente siempre has deseado.


Juan se cay� para atr�s, estaba atrapado, esta vez no podr�a
salir de la situaci�n, tendr�a que seguirle el juego a su novia, tendr�a que
obedecerle en todo, ser su esclavo o a saber qu�. Su juego de sumisi�n con ella,
se hab�a convertido en algo serio, algo que nunca hubiera imaginado, y eso que a
su novia no le atra�a el tema, pero cu�n equivocado estaba, Dios m�o, qu� har�a
ahora�


-�Convertirme en lo que siempre he deseado? -Claro cari�o, a
ti siempre te ha ido el tema del sado y la dominaci�n. Yo solamente quiero que
seas feliz, por eso entre Bruno y yo, vamos a hacer realidad tu fantas�a,
solamente deseo tu felicidad, que a la postre ser� tambi�n la m�a, pero como
sabr�s, no puedo permitirte que me folles, apenas dejar� que me lamas los pies o
que me sobes las tetas alguna vez, ser� Bruno el que satisfaga mis otras
necesidades �lo entiendes?, yo necesito a un hombre de verdad a mi lado y a ti
porque te quiero, pero como vas a ser convertido en otra cosa que un hombre,
pues por eso. -�Qu� otra cosa? -Hab�a pensado en tenerte de escabel, en casa,
para mis antojos, como un perro faldero, por supuesto deber�as ir como
corresponde, evit�ndote el placer a mi antojo. Ser�s un buen esclavo para
nosotros. Deseo que me sirvas bien, porque as� estoy segura de que lo
disfrutar�s m�s. -Dios, pero t� �desde cu�ndo eres tan perversa? -Yo siempre he
sido as�, no ha sido casualidad nada en nuestra relaci�n, deb�a asegurarme que
ser�as el esclavo perfecto para mis prop�sitos. Esto no se puede hacer con
cualquiera, y t� no eres cualquiera cari�ito. -Pero deja ya de llamarme
cari�ito. -Mira �cari�ito�, dentro de poco aprender�s a tratarme como debes, as�
mejor que se te vaya quitando esa man�a de contestarme o de mirarme a los ojos
al hablar. Recuerda que vas a ser nuestro escabel.


Juan entr� en ese momento en la inconsciencia, por lo visto,
Bruno activo un dispositivo que permit�a la salida de un gas adormecedor, que
sal�a directamente hasta la cara de Juan.


De regreso (2� parte)


-Oiga, �se encuentran bien? -�Mmm?, �pero qu�? �qu� ocurre?


Juan y Cristina permanec�an tendidos en el suelo de la
escalera, se hab�an desmayado dando de bruces contra la fr�a y dura roca de los
escalones.


-Han tenido un percance, nada importante, por lo visto se han
dado un peque�o golpe en la cabeza, pero no sangran ni nada, apenas un chich�n.
La culpa ha sido del sistema de ventilaci�n de esta zona del museo, �saben?,
cuando la sala se vaci� y ustedes dos se quedaron solos, no s� a qu� santo, el
detector que deberemos revisar, percibi� que no hab�a nadie en la sala y conect�
un dispositivo extractor de aire, para reponer aire fresco no viciado, fue en
ese momento que perder�an la consciencia, al quedarse en unos segundos sin aire
respirable. Cr�anme que lo siento, pueden reclamar por lo sucedido si desean.
Ahora si me acompa�an a la salida, he llamado a una ambulancia por si fuera
grave, aunque parece que est�n bien.


-�Entonces? �Cristina? �todo lo he so�ado? -�De que hablas
Juan? Me duele la cabeza un mont�n.


Juan respir� para afuera como nunca, por lo visto todo fue
fruto de su mente calenturienta, nunca un dolor de cabeza le hab�a sentado tan
bien como aquel.


-Si te contara Cristina, he tenido una horrible pesadilla,
t��t�..me pon�as los cuernos, me dominabas, me ibas a convertir en tu mascota
esclava, Dios� -�C�mo? Pero..�es que ni en sue�os dejas de pensar en esas cosas?
Realmente est�s como una cabra, si no fuera porque te quiero tanto�anda, v�monos
de aqu�, no sea que quiten otra vez el aire.


Ambos cogidos de la mano, acabaron de subir la escalera,
ayudados por el due�o del museo, salieron de all� y se fueron para casa.


En casa


-Pues s� Cristina, me humillabas y todo, y a ti te gustaba
hacerlo. -Pues ya sabes que no me gusta, no s� por qu� lo pensaste. -Pues no s�,
igual porque me tienes a pan y agua, jejeje. -Oye no te hagas el gracioso, eres
t� el que no quieres tener un hijo, no quieres follar sin cond�n, sabes�.a ver
si de verdad te voy a poner los cuernos y tengo un hijo con otro, jajaja. -Eso
ni en broma, que bastante mal lo he pasado en el sue�o, buf. -Bueno�creo que
deber�as ducharte, est�s sudoroso y hueles mal. -�T� crees? Duch�monos juntos.
-Est� bien, tontito� Cristina no ha sido previamente descrita, considerando la
altura del relato, es preciso hacer un breve par�ntesis para comprender los
celos e ira de Juan en el sue�o.


Cristina tiene 30 a�os, medir� 1 metro 70 cent�metros,
delgadita, no demasiado, largas piernas y amplias caderas, culito duro y redondo
y pechos firmes, no demasiado grandes pero con unos pezones sonrosados muy
enhiestos. Su pubis, apenas ten�a unos finos y cortos pelitos rubios, con unos
labios vaginales sonrosados. Su boca es muy sensual, ojos claros melocot�n y
larga cabellera rubia.


El agua ca�a sobre la piel de ambos, tibia, fresquita y muy
ruidosa. Juan sosten�a la esponja y frotaba la espalda de su novia con frenes�,
los pezones de ella comenzaron a engrandecerse, a la vez que sus pupilas se
dilataban y la respiraci�n se entrecortaba. Juan ya estaba empalmado, su pene
erecto comenzaba a engrosarse con la silueta de unas cavernosas venas. Cristina
comenz� a masturbarse, con un dedo, luego dos y luego tres. Juan la agarr� por
detr�s y se la fue introduciendo por el ano, a cada gemido de placer de
Cristina, �l aceleraba m�s el movimiento. Despu�s Cristina se agach� y comenz� a
lamerle la polla, sus labios carnosos, empapados se abr�an y cerraban, mientras
introduc�a esa tremenda polla en su garganta, la lengua jugueteaba por dentro
hasta que Juan termin� por correrse dentro de su boca, Cristina no tuvo tiempo
de sacar la boca y Juan adem�s le obligaba con las manos. Despu�s de un mmm, y
otro mmm, La solt� y ella comenz� a toser, se lo hab�a tenido que tragar todo.


-Joder Juan, siempre haces lo mismo, cualquier d�a hago que
te tragues tu propio semen. -Son prote�nas, jajaja, adem�s, es una pena
desperdiciarlo por el sumidero.


Terminada la ducha y ya secos, se fueron a la cama a
descansar de aquel d�a tan intenso.


Cada amanecer es distinto


Juan se despert�. Para su sorpresa, estaba inmovilizado en la
cama, dos fuertes cuerdas le ataban las mu�ecas y otras dos los pies. Estaba en
cruz sobre la cama tendido boca arriba, �Qu� pasaba ahora? �o era otro sue�o? -
�Cristina, qu� me has hecho? Nadie parec�a responderle, cuando apareci� Cristina
vestida en l�tex negro, llevando una fusta en la mano y con un collar en el
cuello de pinchos. -Pero qu� -A callar �cari�ito� -Oh dios, �pero no fue un
sue�o? -Tranquilo hombre, jajaja, lo de ayer fue un sue�o, pero me ha dado
ideas, y ahora quiero hacer realidad tu fantas�a �o no te gusta? -Qu� susto
Cristina, pens�buf, pero��de d�nde sacaste todo? -He dicho a callar -Am,
jejeje, s� amor. -No de amor nada, a m� de se�ora para arriba, o mejor ama. -S�
ama �Juan se comenz� a excitar, su pene aument� en tama�o bajo los calzoncillos.
-Eso est� mejor, veamos, �qu� tenemos aqu�? � Cristina le baj� los calzoncillos
a su novio y con la fusta descubri� una polla tiesa hasta arriba, comenz� a
darle latigazos al pene. Zas, zas� -Ostras, que haces da�o- Juan. -Dije a
callar, mira, te voy a poner una mordaza, porque veo que no callar�s.
-Pero�mmmmm mmm �Cristina le coloc� una mordaza alrededor de la boca, impidiendo
as� su apertura �Ahora ya puedo trabajar a gusto, jejeje, espero que te guste,
es lo que siempre has querido.


Cristina le fustigo la polla severamente, hasta hacerla
enrojecer y con moratones. Despu�s le dio en el pecho descubierto y en las
piernas y brazos. Ella comprend�a que cada �mmm� de su novio, era s�ntoma de su
placer, aunque algunos �mmm� pareciesen de dolor real, claro que ella no sab�a
la diferencia.


M�s tarde, Cristina comenz� un juego que vio en una pel�cula.
Le dej� caer cera ardiente sobre los huevos, ahora s� que parec�an reales sus
quejas, pero Cristina continuaba con su juego.


-Bueno, pervertidito, jejeje, y ahora voy a liberarte de la
cama, y cuando lo haga quiero que me sigas a cuatro patas hasta el comedor,
antes te pondr� este collar de perro con un candado atado a esta cadena de la
que tirar�, tambi�n te voy a poner este cintur�n de castidad, jejejeje.


Hizo todo como lo dijo, y ya ten�a en el comedor a cuatro
patas a su novio. La escena era tremenda, �l tan sumiso como en el sue�o, ella
dominando la situaci�n lo cog�a con la cadena y tiraba de �l. Su cintur�n de
castidad era una preciosa obra de acero y pl�stico adornada con unas tachuelas
de cromo, engarzado y sellado por un robusto candado de titanio endurecido. Con
�l puesto, no pod�a sacar la polla ni para mear, de hecho un orificio en el ano,
atravesado con unos pinchos de acero, eran la �nica v�a de escape de la orina,
ya que el tubo interior por donde se met�a su polla, la conduc�a
irremediablemente hasta el agujero para el ano, de esa forma si quer�a orinar,
deb�a hacerlo sentado, como una muchachita.


-Bueno, ahora que parece que sigues bien mis �rdenes, vamos a
ver si tambi�n me sabes satisfacer.


Cristina se baj� las braguitas rojas y se abri� de piernas,
mientras se sentaba en el sill�n m�s c�modo del comedor.


-C�meme el co�o esclavo. -S� ama, jejeje- le contest� Juan.
-No te r�as esclavo, o te fustigar� y luego te meter� un palo por el culo �Juan
se puso serio con esto �ltimo. -Come despacio, lame bien la zona que acabo de
orinar y estar� mojadita, jajaja. Juan no daba cr�dito a las �rdenes de su
novia, pero le parec�an geniales, estaba a punto de correrse y sin poder
frotarse por el cintur�n. Comenz� a lamerle despacio el co�o, apartando los
pocos pelitos del pubis con la mano, metiendo la lengua en las profundidades de
Cristina y arrancando unos gemidos de placer, parece que lo hac�a bien. Cuando
Cristina iba a correrse, pas� algo inesperado para ella, son� el timbre de
arriba.


-Dios, �qui�n puede ser ahora? -�A qui�n esperas Cristina?
-T� calla, recuerda que sigue el juego, y m�s ahora que estoy super cachonda,
joder. (ring, ring�) Cristina se asom� por la mirilla con cuidado para no hacer
ruido, l�gicamente no iba a abrir la puerta, menudo espect�culo con su novio a
cuatro patas y todo lo dem�s. Cuando mir� por la escotilla dio un salt� para
atr�s; era el tipo del museo. �Qu� har�a all�? �C�mo sabr�a la direcci�n? -�Hay
alguien? Soy del museo, ven�a a devolverles algo que se les olvid�. �Hay
alguien? -Joder- pens� Cristina, mientras hac�a se�ales a su novio para que se
escondiera. Una vez escondido en la habitaci�n, Cristina abri� la puerta y dej�
pasar a aquel se�or. -Hola, supongo que ya se encuentran bien, el caso es que se
olvidaron una cosa en el museo. -Hola buenas, �y de qu� se trata? -Jejeje, pues
de la cartera de su marido �c�mo si no iba a encontrar la direcci�n? -Vaya, si
que es verdad, muchas gracias. Por cierto, �l no es mi marido, somos novios
solamente, jejeje. -Vaya, parec�an una pareja ya casada, perdone. -No pasa nada,
tranquilo. -Bien, bueno, �y su novio? Me gustar�a pedirle disculpas por lo del
accidente. - O no, �l no est� en estos momentos, lo siento. -Vaya, pues otra vez
ser�, d�gale de mi parte que tiene una novia muy guapa, jejeje, adi�s. Cristina
se despidi� y mantuvo el pensamiento en esas �ltimas palabras, mientras se
dirig�a al cuarto para ver a su novio y decirle que ya pas� el peligro.


-Bueno, ya est�, ya podemos seguir. -No Cristina, me he
cansado, he perdido el inter�s y la excitaci�n, mejor lo dejamos. -�C�mo? �en
serio? Pero si ahora es cuando estoy m�s cachonda. -Pues conmigo no cuentes.
-�Qu� no? Ahora te vas a enterar, no quer�as sumisi�n, pues vas a saber lo que
es la sumisi�n.


El v�deo (2� parte)


Cristina no dej� a Juan que le diera tiempo para nada, ella
lo agarr� de la cadena y lo enganch� en un barrote de la cama.


-Mira Juan, en serio, una cosa es que te guste el sado, otra
que no tengas ganas, y otra muy distinta que no me satisfagas, no me puedes
dejar a mitad, o sea que me obedeces o soy capaz de cualquier cosa.


Juan entre expectante y asustado, no logr� decirle nada a su
novia, simplemete se qued� con la boca abierta.


-Bueno sumisito, jejeje, ahora dame placer, acaba lo que
empezaste en el comedor, lame mi co�o hasta que me corra en tu boca, y luego ya
veremos.


Juan no tuvo m�s remedio que obedecer, atado a la cama no
podr�a hacer mucho, y de todas formas su excitaci�n aumentaba por momentos,
ahora s� que realmente su novia no interpretaba el papel de dominadora, lo
estaba siendo aut�nticamente, eso le pon�a mil. Su novia por fin hab�a aprendido
lo que le gustaba a �l realmente.


Continuar�


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 1
Media de votos: 10.00


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: El nuevo museo de la ciudad
Leida: 2045veces
Tiempo de lectura: 17minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























Relatos porno amor filial bdlol.rurelatos cuentos porno bdlol.ru incestorelatos eroticos mi abuelito me tocaRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos nenitas putitas chiquitasmi abuelo y yo relato eróticorelatos de incesto entre hermanos en el edomexrelatos de sexo en el cinemi hijita de 9 añitos relatoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos eroticos de hijas desvigandas en familiarelatos eroticos la princesa ayuda a papa con su ereccionrelatos me dejas tocarte xxxrelatos porno de narutoen las duchas de mi escuela relatoeroticoRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gayslas pequeñas de la primaria relatos pornohistorias de sexo con abuelas y gayrelato porno mi ahijada pequeñame cogi ami hijaRelatos eróticos de chicos gayIncesto con la abuela relatadosrelatos fui violada por vergas grandes por mi colita mmmm que rico sentiaRelatos porno amor filial bdlol.ruRelato porno gay folladas gratisrelatod de trios cojienfoPorque tardaste tanto de inmediato me desnude por completo y relato incestorelatos erotica de madrinas putaslos grandes pechos de mi hija y sus tangas de fuera relatos calientesrelatos porno de audio de curasaprendiendo a chupar pollasffollando ami prima menor relatosrelatos eroticos pagando apuestarelatos eróticos las mascotas de mi hermana la historia de.carlos y su madre relato pornorelatos eroticos mi hija en la piscina desnudas relatos eroticos porno de la que se avecinarelato del primer doloroso analRelatos de sobrino follando con su tía en la playarelatos porno durosRelatos porno sexo Con mis dos pequeñas sobrinasinsesto abuelo y nieta relatos completosrelato primitarelatos porno mi abuelito me coje rico yo de 9relatos me coji a mi mama y la enbarasesexo lesbico triosrelato porno abtinencia tiaRelatos eroticos jugando con mi sobrinaRelatos eroticos con mis tios cojiendodesvirgue a mi sobrinita relatosRelatos con fotos incestorelatos cortos desvirgaciones de nietas jovencitasviolada por negros relatos xxxrelatos las tetas de mamáporno amigoMisrelatosporno.com/violadasrelatos coji menor de edadRelatos de mi hermanitarelatos erotico pequeña 12telatos sexo anal monjas me folle a mi nietarelato rica nenitalectura erotica porno primas sobrinas voluptuosasrelatos de insesto jugando tocaba amamaRelatos eroticos gratis familia caliente cochinaditasrelatos eroticas de primariarelato porno mi hija de 8sexo con la hija de mi amigo relatorelatos eroticos experiencia lesbicaRelatos de sexo no consentido con misioneras americanasRelato porno en la pisina con mis hija y su amiga