Aquella org�a parec�a que no iba a tener un fin inmediato,
parec�a que se iba a extender por muchas horas m�s, especialmente luego de que
Javier y Diana llegaron para unirse a la fiesta.

Carla no consider� que ellas estuvieran adecuadamente
ataviadas, as� que, en lo que las otras 2 perras (Kika y Felicia) le mamaban la
tremenda verga a Carla, 30 cm de carne dura y gruesa. Diana le puso a Ludwika un
top de cuero grueso, aunque flexible, amarrado en la espalda con tiras
entrelazadas como las de un cors�. Debajo nada ella iba completamente desnuda de
la cintura para abajo. Pero le coloc� un collar de cuero, muy ancho, que le
ocupaba casi todo el cuello.

Diana ya no encontr� m�s ropa bondage para ella, as� que tuvo
que improvisar. Tom� 2 cadenitas de oro y las puso en los piercings que
atravesaban sus pezones, de las 5 chicos/chicas que hab�an en esa casa ese d�a,
solo ella y Carla eran verdaderas transexuales, Kika, Felicia y Ludwika eran
travestis.

Luego, Diana se puso una tanguita verde botella, divina, con
encajes y todo. Termin� coloc�ndose un peque�o aro met�lico alrededor de sus
test�culos y pene, para as� evitar perder la erecci�n o acabar demasiado pronto.
Se vio al espejo, con Ludwika a su lado, ambas se ve�an como verdaderas
esclavas. Ludwika no pod�a creer que esa imagen fuera la suya, pas� de ser un
muchachito de 16 a�os a convertirse en una puta completa, total, con la cara
pintarrajeada, el maquillaje ya todo corrido y esa extra�a ropa. Ve�a de reojo a
Diana, su belleza, su cuerpo estilizado, ese par de senos, peque�os pero
redondos, no podr�a decir si eran reales o artificiales. Luego, el cuerpo
delgado, menudo, con su no m�s de 160 cm de estatura, su piel blanca y ese
hermoso par de ojos azules, enmarcados por una melena rubia, Diana era bella de
verdad.

Le coloc� un candado especial en los genitales a Ludwika y
salieron, las otras 3 les silbaron al verlas salir. Ya juntas las 5, Carla las
coloc� en posici�n. En la punta ir�a Diana, con Kika meti�ndole la verga desde
atr�s, y el recibiendo la de Ludwika en el culo, dejando de �ltimo a Felicia,
que era partida por la tremenda tranca de Carla, penetrando a su vez el culito
de la lolita/o de Omar.

La cogida fue espectacular, el trencito se form� y comenz�
cuando Felicia peg� un grito, era la verga de Carla abri�ndola y cogi�ndosela
sin piedad, meti�ndosela hasta el fondo con golpes de caderas r�pidos y fuertes,
tanto, que eran suficientes para que el resto de perras se moviera hacia
adelante y atr�s, penetrando a la que ten�an enfrente.

Aquel era un concierto de gemidos, todas ped�an por m�s,
todas quer�an recibir m�s verga, m�s duro y m�s r�pido. Las continuas
arremetidas de Carla hac�an que Felicia rebotara hacia delante, hundi�ndose
entre las entra�as de una extasiada Ludwika, que hac�a lo mismo con el culo de
Kika, que terminaba el rebote dentro del ano de Diana, que se absten�a de
frotarse la verga para no acabar muy r�pido.

Jal� entonces a Diana, la �ltima de la cola, y la coloc�
frente a si. Diana penetr� con su peque�o pene el culito de mi hermano/hermana,
el que encontr� abierto como un ca�o. La verdad si hab�a diferencia entre el
pene de Carla y el suyo, as� que aquello fue como una suave caricia dentro de
las entra�as de la otra.

Se repiti� la t�nica, Carla penetrando como una loca el
flexibil�simo culo de Diana, las que mejor sab�a encajar y manejar objetos
grandes, y esta gimiendo como una desesperada. Las otras 3 rebotando dentro del
ano de su vecina de enfrente con los golpes de la primera.

Aquello era una locura, las 5 perras se restregaban entre
ellas, se pellizcaban los pezones, lam�an sus espaldas, besaban sus cuellos, se
mord�an y se penetraban. Y cada vez que su ama, Carla, decretaba el cambio, la
primera corr�a a posicionarse frente a esta. La tercera v�ctima fue mi Kika, mi
marido. Esta supo encajar bien el enorme fierro de esa mujer pues manejaba una
semana al mes el de su padre, que tampoco se quedaba nada atr�s.

El turno siguiente fue el de Ludwika, la chico/chica m�s
nueva de ese harem, pero ni eso detuvo la tremenda estocada de la verguda ama.
Ella si que grit�, vaya si berre�, su ano inmaduro no estaba acostumbrado a esas
dimensiones, a pesar de que el mismo Omar no estaba mal dotado. Clav� las u�as
en los hombros de Kika, se abri� lo m�s que pudo, y se resign� a ser partida en
2 por ese animal de mujer. Sus tremendos golpes de cadera la hac�an ver
estrellas, la enloquec�an y la volv�an completamente loca.

Felicia, que era la que se encontraba en el frente, penetrada
por Diana, se dej� masturbar por esta, que a su vez aceleraba sus movimientos de
cogida dentro de su ano. Esta �ltima fue la primera en acabar, pues no estaba
acostumbrada a penetrar, solo a ser penetrada, vini�ndose a chorros dentro del
ano de mi hermano/a. claro, su semen qued� metido dentro de su cond�n, porque
eso si, muy perras pod�an ser pero las 5 se cuidaban, todas ten�an condones
puestos.

La siguiente en acabar fue Ludwika, igual dentro del culo de
Kika. Luego Felicia y Kika se quitaron los aros alrededor de sus genitales y
terminaron a chorros, Felicia sobre el suelo, pues se quit� el cond�n, y Kika
sobre su vientre. Finalmente Carla hizo que se arrodillaran frente a su poderoso
palo y les regal� su semen a las 4, entre gritos y gemidos de placer, parec�a
una regadera vertiendo agua sobre 4 bellas florecitas.

Mientras ellas estaban en aquella tremenda cogida, Omar y
Javier me tomaban como si yo fuese una mu�equita de pl�stico. Claro, me ten�an
muchas consideraciones por mi condici�n de gravidez (aunque aun ni se notaba),
adem�s Omar me quer�a mucho y Javier sab�a que yo era la mujer de su Kika, me
ten�a que cuidar mucho.

Cuando entramos a la habitaci�n ven�an acarici�ndome y
bes�ndome, mim�ndome mucho. Caminaban tom�ndome de la cintura, en medio de
ellos, apret�ndome suavemente. De vez en cuando sent�a una mano traviesa llegar
hasta mi colita, me sent�a� no s�, imag�nenme a mi, con mi metro y sesenta y
piquito, caminando en medio de esos 2 gara�ones de m�s de 1.80.

Inmediatamente se me fueron encima, yo ya estaba desnuda, por
lo que mis senos lactantes e hinchados se mec�an al comp�s de todos mis
movimientos, como un reloj de p�ndulo. Javier fue directamente a ellos,
acarici�ndomelos, tom�ndolos entre sus grandes y �speras manos con una suavidad
que no esperaba de el. Mientras, sent�a la prominente barriga cervecera de Omar
sobre mi espalda, acarici�ndome mi redondo y bonito trasero, pas�ndome su gorda
verga en medio de mis nalgas.

De repente, luego de un apret�n de Javier sobre mis mamas, un
chorrito de leche se escap� de ellas y fue a parar sobre su pecho duro y
marcado. Eso pareci� sorprenderlo y llamarle poderosamente la atenci�n, pues se
detuvo, vi�ndome fijamente a mis nenas.

Omar me empez� a besar y a lamer el cuello, luego baj� por mi
espalda. Decid� hacer que las cosas comenzaran de una buena vez, estaba muy
caliente, as� que me volte� y me puse a lamerle el pecho peludo a Javier,
besando sus tetillas y chup�ndolas como un chupete, para luego dibujar todo el
contorno de su musculatura con la punta de la lengua.

Antes de darme cuenta ya me encontraba yo agachada hacia
delante, con las piernas separadas y parando la colita. Le mamaba la verga al
marido de mi esposo, ensaliv�ndola bien, lami�ndola por todo lo largo,
acarici�ndola y paje�ndola al mismo tiempo que lo hac�a con sus huevos. Mientras
tanto, Omar se hallaba arrodillado detr�s de mi, lami�ndome los genitales
enteros, de arriba abajo y de abajo hacia arriba, pas�ndome su caliente y h�meda
lengua desde mi cl�toris hasta mi ano, haciendo c�rculos donde encontraba las
partes m�s profundas, provocando raudales de fluidos lubricantes que bajaban por
mis muslos.

Aquello era incre�ble y delicioso, me hallaba en medio de
esos 2 sementales vergudos, lamiendo y chupando y siendo lamida y chupada� �y
uno de ellos era el marido de mi esposo (�qu� extra�o e il�gico se escucha eso,
�verdad?!).

De repente sent� como la gorda cabeza del pene de Omar
empezaba a abrirse paso por los pliegues suaves de mi vagina, abri�ndome y
distendi�ndome mucho, pero d�ndome un gran placer de paso. Y cuando comenz� a
entrar y salir, primero despacio pero sin parar, el placer se intensific�
much�simo.

Javier se recost� boca arriba sobre la cama, yo segu�a
agachada, comi�ndome su talega mientras era penetrada por atr�s por otro
igualmente vergudo. Poco a poco Omar aceleraba el ritmo, mis paredes vaginales
daban m�s de si y la lubricaci�n aumentaba, llegando al punto que a ese hombre
le gusta, darle duro, con fuerza y r�pido.

Cambiaron, Omar se acost� boca arriba sobre la cama, mientras
yo, puesta en 4 sobre esta, le mamaba la verga y era empalada desde atr�s por
Javier, echado por completo sobre mi. La ventaja de coger con bisexuales es que
una puede compartirlo casi todo con ellos, as� que mientras yo le mamaba la
gruesa vara a Omar, Javier me ayudaba. Estando echado sobre mi cuerpo y siendo
mucho m�s alto que yo, no ten�a que hacer grandes esfuerzos para llegar con su
boca a esa hermosa verga, para lamerla y mamarla como hac�a yo.

Aquella era una mamada doble y h�meda, a veces nos bes�bamos
con Javier teniendo la verga de Omar en medio. O yo me pon�a a lamerle los
huevos peludos a mi barrig�n amigo, dej�ndole su falo a Javier.

Lo mismo hicimos Omar y yo cuando le mam�bamos la verga a
Javier y el primero me perforaba a mi, pero esta vez fue en medio de un 69. En
4, encima de Javier, le mamaba la verga mientras Omar me taladraba desde atr�s.
Este a su vez me ayudaba con largas lamidas y fuertes succiones sobre el miembro
viril del otro. Y Javier, por su parte, me lam�a el sexo mientras Omar me daba
con fuerza, sacando de vez en cuando la gorda verga del otro para saborearla
mientras chorreaba fluidos m�os. Eso me arranc� un delicioso orgasmo.

Se turnaron para cogerme uno, mientras le mamaba la verga al
otro. Me daban con todo, viendo como mi cuerpo moreno se estremec�a de placer y
por sus poderosos embates. Me colocaron como se les dio la gana, yo me dejaba
mansamente, someti�ndome como una mansa perrita al rigor de sus machos.

Terminaron conmigo luego de una penetraci�n doble, Omar por
mi ano y Javier por mi vagina, y pasados unos 5 minutos cambiaron. Les juro que
me sent�a abierta como un ca�o, esos 2 tiene unas vergas b�rbaras. Tuve 4
orgasmos antes de que ellos eyacularan a chorros sobre mis pechos lactantes,
ba��ndome en semen los 2 machos esos.

Yo qued� deshecha, ya no daba para m�s, pero la fistes estaba
aun lejos de terminar�

CONTINUAR��

Garganta de Cuero.