Soy lesbiana y me gusten con locura las mujeres. Estudiando
en la universidad descubr� mi sexualidad. Fue cuando me preparaba para el examen
de primer a�o en la casa de mi profesora particular. Mi Profe, una imposici�n de
mis padres, era morena de ojos marrones, con un cuerpo espectacular. Se
preocupaba mucho de broncearse y le gustaba el deporte. La profe casi siempre
estaba tomando sol en el fondo de su casa cuando yo llegaba, y me recib�a con su
traje de ba�o de dos piezas, y mientras se cambiaba de ropa, yo empezaba a
practicar las lecciones. Yo era la mimada de todas sus alumnas; siempre me
recib�a muy bien y me dec�a que yo era la reina porque era la mas bonita de
todas.
Una tarde la profe me recibi� quej�ndose del inmenso calor que hac�a ese d�a,
-cerca de los cuarenta grados-, y vi. que la parte de arriba de su traje de ba�o
estaba desatada. Solamente se hab�a tapado los pechos, para abrirme la puerta.
Me sorprendi� cuando me pregunt� si no me mor�a de calor con el sost�n puesto, a
lo que le respond� que no. Me aconsej� no usar sost�n a esa edad porque era
malo, y mas con mis pechos que estaban crecidos un poco mas de la cuenta. La
verdad es que me apretaban un poco, mi madre no conceb�a que siendo yo tan chica
tuviera el cuerpo de mujer, pero me obligaba a usar sost�n y no dejaba que usara
camisetas escotadas. Incluso, hasta el d�a de hoy algo me dice si me ve
mostrando mucho de arriba, o mucho de abajo. No le di importancia al comentario
de La profe, y como en todas las clases me sent� en la mesa para repasar los
temas que pod�an salir en el examen.
Esa tarde la profe no se cambi� y no puso su silla al lado m�o para corregirme
posibles errores como lo hac�a siempre. Tampoco se sent� delante, sino que se
tir� en un sof� que ten�a en el comedor. Como me quej� un par de veces por el
inmenso calor, me pidi� que me concentrara mas en la lectura. Como me volv� a
quejar, vino hasta m� y me pidi� que me sentara mas delante de la butaca, (casi
en el borde), y ella se sent� atr�s m�o separando bien sus piernas.
Evidentemente que no hab�a lugar para las dos, as� que La profe qued� con su
sexo pegado a mis nalgas, incluso me dijo que me sentara mas atr�s que iba a
caerme. L�gicamente yo no quer�a tocarla, pero termin� pr�cticamente sent�ndome
en su pubis. Recuerdo que mis nalgas encajaban perfectamente en su entrepierna.
Pasando sus brazos por debajo de los m�os, se puso a repasar los textos y me
dijo que estuviera atenta y que lo hiciera luego igual que ella. Yo la miraba
atentamente porque quer�a seguir la forma como ella hac�a cuadrar las
ecuaciones. Pr�cticamente me ten�a abrazada.
En cuanto termin� de escribir, roz� mis pechos con sus antebrazos, y sin yo
darme cuenta, estaba mir�ndome los senos y los pezones se me hab�an puesto duros
y se notaba. All� me dijo: "Mayra"�qu� te ocurre que tienes los pezones tan
duros?. Yo me qued� muda, estaba concentrada en las matem�ticas y adem�s no
sab�a qu� decirle. La verdad es que no sab�a por qu� se me hab�an puesto los
pezones as�, hoy supongo que fue porque me los roces. Es una de las partes de mi
cuerpo m�s d�bil.
Yo a lo �nico que atin� fue a tap�rmelos con ambas manos, con un poco de
verg�enza, lo confieso. A todo esto tom� conciencia de que estaba sentada en su
pubis, pr�cticamente mi sexo estaba casi incrustado en su hueso p�lvico. Con voz
de estar d�ndome una orden me dijo que el sost�n me quedaba chico, y que as� no
pod�a estar trabajando bien, que me deb�a sentir inc�moda, por lo cual me
levant� la camiseta por detr�s, me lo desabroch� y me lo quit�. Me llam� la
atenci�n c�mo hab�a empezado a respirar agitadamente, me estaba respirando
fuerte en la nuca y yo sent�a el viento de su aliento que me produc�a una cosa
extra�a en el cuello.
Me levant� la camiseta y me quit� el sost�n e inmediatamente puso sus manos
entre mis pezones que estaban verdaderamente duros. Me pregunt� si me dol�an y
le dije que s�. Era verdad, parec�a que algo iba a salir por ellos. Me dijo que
no me asustara, que era porque estaba creciendo y ya era toda una mujer.
Apoy� sus manos en mis senos, y empez� a acariciarme los pezones. Respiraba cada
vez en forma m�s agitada. Su aliento en mi cuello me hizo erizar, mi piel era la
piel de una gallina. Yo no sab�a entonces qu� me ocurr�a pero me sent�
estremecer cuando corri� mi pelo largo hacia un costado y empez� a pasar la
punta de su lengua en mi nuca y en el cuello. Se sent�a fresca, yo estaba
traspirada y empez� a gustarme esa frescura que no sab�a de que se trataba, pero
al fin y al cabo, era mi profesora y la conoc�a no solo toda la gente del
barrio, sino pr�cticamente toda mi familia.
No conforme con pasar su lengua, empez� a darme peque�os mordiscos en el cuello,
y me ped�a por favor que siguiera mirando el papel. Yo a esa altura entre la
confusi�n, el calor ya no sab�a lo que me pasaba. Empez� a masajearme los pechos
m�s fuerte, y empec� a sentir como refregaba su sexo entre mis nalgas. Yo ya no
pod�a controlar la situaci�n porque ella llevaba la batuta. Dej� mis pechos y
llev� sus dos manos a mis muslos, y su mano derecha la empez� a meter entre mis
piernas. Yo apoy� mis dos manos sobre la mesa, apret�ndola con fuerza, porque
estaba sintiendo cosas muy parecidas a las que sent�a cuando me masturbaba en
casa.
Entonces sent� como toda su mano se apoderaba de mi entrepierna y casi
naturalmente y sin darme cuenta, apoy� con firmeza mis piernas en el suelo hasta
quedar casi parada. Se sorprendi� al sentirme tan mojada.
Es cierto, estaba empapada, pero me daba un poco de verg�enza porque mi madre
siempre me dec�a que una mujer cuando se moja debe lavarse enseguida con jab�n
igual que cuando se va a hacer pis. Luego de pasar unas cuantas veces su mano
por entre mis piernas y empezar a lamerme la espalda haciendo que se me pusiera
la piel mas erizada todav�a, meti� el dedo por debajo del el�stico de mi braga y
empez� suavemente a recorrer mi sexo.
Lleg� a ese lugar que yo hab�a descubierto que si me lo tocaba sent�a grandes
sensaciones hasta llegar un momento de placer indescriptible, y ya no pude
seguir sentada sino que me coloqu� delante de ella de cara a la mesa sintiendo
lo mismo que sent�a cuando me acariciaba. Yo no sab�a lo que me estaba pasando,
pero la realidad era que estaba teniendo un orgasmo impresionante.
Con su mano izquierda me levant� la mini y empez� a besarme en las nalgas,
mientras su dedo de la mano derecha segu�a jugando en �se lugar que ella hab�a
descubierto que me desmoronaba en una catarata de placer. La profe se par�, me
dio vuelta en forma brusca y me meti� la lengua en la boca mientras me tomaba
las nalgas con ambas manos acarici�ndolas, a veces con las dos, y a veces una se
desviaba y se me met�a entre las piernas como si quisiera levantarme por el
aire, cosa que casi logra. No tuve m�s remedio que abrazarla por el cuello, sino
corr�a el riesgo de caerme.
Recuerdo que se me sali� una sandalia. Me llev� a su cuarto, siempre abrazada a
m� mientras me tocaba todo lo que me pudiese tocar y ya no me besaba sino que me
lam�a la cara, el cuello, los pechos, todo lo que pudiera lamer en el camino. Me
tir� en la cama, recuerdo que ca� de espaldas y vi. c�mo se quitaba la parte de
arriba de su traje de ba�o, que estaba suelta, y c�mo se bajaba el bikini, hasta
quedar totalmente desnuda frente a m�. Me tom� de la camiseta, me la quit�
fuertemente haciendo que mi pelo quedara enredado en la misma, pero no lleg� a
sac�rmela porque empez� a lamerme desde el cuello hasta los pechos.
Termin� sac�ndome yo misma la camiseta porque estaba tir�ndome del pelo, y la
profe con ambas manos apret� mis pechos como si quisiera juntarlos y empez� a
lamer mis pezones en forma fren�tica. Los lam�a en c�rculos recorriendo la
aureola y d�ndome peque�os mordiscos en los pezones que parec�an que iban a
salirse de su sitio.
Yo sent�a peque�as convulsiones entre mis piernas, estaba tremendamente mojada y
estaba ba�ada en sudor por el calor que hac�a, y por el calor que me transmit�a
el cuerpo de La profe arriba m�o. Dej� de chuparme los pechos, y fue con su
lengua lami�ndome la barriga, el ombligo y me tir� de la mini hacia abajo, la
que pudo sacarme sin problemas porque s�lo ten�a un el�stico.
Empez� a darme besos sobre la braga, que para variar y por consejo de mi madre
era blanca para que no se trasluciera, y corriendo el el�stico de la misma a la
altura de mi entrepierna, empez� a jugar con su lengua recorri�ndome el sexo
como pod�a. Me dijo que ya era hora de depilarme y me baj� la braguita y la tir�
al piso.
Yo segu�a en la cama boca arriba y ten�a mis manos apretando las sabanas en una
posici�n defensiva, de miedo. Debo confesar que lo que me hac�a la profe me
gustaba pero me daba mucho miedo. Mi coraz�n lat�a a mil por hora, y sent�a como
me golpeaba el pecho. Pero mi sexo estaba empapado, ya hab�a tenido dos orgasmos
sin saber exactamente que era lo que me estaba ocurriendo.
A esa edad no sab�a lo que era un orgasmo, pero sab�a que era una sensaci�n de
placer hermosa que cuando se me produc�a quer�a sentirla m�s y mas veces.
Siempre fui de masturbarme mucho y de hecho a esa edad lo hac�a con frecuencia.
Cada oportunidad que ten�a, intentaba tener de esas sensaciones m�s de una vez.
Por cierto, las oportunidades nunca eran muchas.
La profe se puso de rodillas al borde de la cama, levante mis piernas arqueando
las rodillas, y empez� a lamerme los muslos. Los mismos golpes que sent�a en el
pecho, los sent�a en la parte superior de mi sexo. Yo entonces no lo sab�a, pero
era mi cl�toris que estaba hinchado y pronto para recibir su merecido
tratamiento.
La profe fue bajando con su lengua por mis piernas, hasta que lleg� nuevamente a
mi sexo. A esta altura mis jugos vaginales corr�an por mi vagina hacia abajo, se
paraban en mi ano y empapaban la sabana. Realmente estaba dejando un verdadero
charco en la cama. La profe separ� con mucho cuidado mis labios vaginales.
Con su mano izquierda separ� los labios que recubren el cl�toris y empez� a
darme peque�os toques con la punta de su lengua. Recuerdo que yo saltaba de
placer. Tanto que La profe me pidi� que me quedara quieta. Que no me moviera
tanto. Es que yo no sab�a qu� era lo que ten�a que hacer.
Tom� mi cl�toris con el labio inferior de su boca mientras que con la lengua lo
levantaba y lo acariciaba. Lo ten�a aprisionado. Tres veces seguidas sent� esos
espasmos tan lindos, espasmos a los que despu�s les llamar�a orgasmos. Luego
tom� mi cl�toris entre ambos labios y los apret�, como si quisiera mord�rmelo, y
en forma fren�tica empez� a mover su lengua de izquierda a derecha a una
velocidad alucinante.
Empec� a retorcerme en la cama, sent�a mi vientre como si estuviera hinchado, y
lo que ten�a en la vagina eran verdaderas convulsiones. Sent�a adem�s dolor en
los ovarios, que luego La profe me explicar�a que eran normales porque me hab�a
excitado mucho. Cada vez que sent�a los espasmos, La profe segu�a jugando con su
lengua y me hac�a pegar saltos en la cama, y luego violentamente ella me
acomodaba a su gusto y antojo para seguir chup�ndome.
El calor era insoportable, la sabana estaba empapada con mi sudor y mi jugo, as�
que La profe decidi� que me pusiera de rodillas, mirando hacia la pared. Esta
vez fue ella la que se acost� en la cama boca arriba, y meti� nuevamente su
cabeza entre mis piernas. Me tom� de la cintura y me dijo que bajara mi sexo
hasta su boca. Nuevamente me tom� el cl�toris entre los labios y empez� a jugar
con su lengua. Esta vez me ten�a agarrada de las nalgas y tiraba hacia los
costados abri�ndomelas, lo que me produc�a un fuerte dolor, pero muy agradable.
Sent� como con su dedo mayor de la mano derecha acariciaba en c�rculos mi ano
como si quisiera meterme el dedo pero sin hacerlo, hasta all� hab�a llegado mi
jugo, y esa zona era una rara mezcla de sudor y jugo. Me ten�a aprisionada, cada
orgasmo que me dejaba dando saltitos promov�a que La profe me sujetara con mas
fuerza como para no dejar de lamer mi sexo en forma ensa�ada.
Me pidi� que me cambiara de lugar, y a su vez me pidi� que empezara a hacerle
las mismas cosas que ella me hac�a a m�. Me incorpor�, me di vuelta, apoy� mi
sexo nuevamente en la cara de ella, y ella con sus manos empuj� mi cabeza hasta
su sexo.
Con su mano izquierda pude ver como se separaba la carne para que su cl�toris
quedara al descubierto. Con su mano derecha empez� a acariciarse y me dijo que
as� deb�a hacerle yo con mi lengua. Pude ver que su jugo era blanco y espeso.
Estaba tanto o mas mojada que yo. Torpemente puse mi cabeza tratando de tomarle
el cl�toris con mi boca, y recuerdo que hund� mi nariz en su sexo lo que me
aterr� porque con sus jugos se me tap� la nariz y no pod�a respirar.
Luego volvi� al ataque ella. La profe dobl� una almohada a la mitad para que mi
culo quedara a�n mas arriba, y cada vez hac�a m�s presi�n, por un lado separando
mis nalgas y por el otro con su lengua, la que totalmente recorr�a mi parte
trasera mas �ntima y de a poco se met�a dentro de m�. Lo cierto es que me
gustaba mucho, y estaba por venirme ese espasmo que yo quer�a que me viniera
cuando sent�a como perfectamente La profe met�a y sacaba su lengua, me estaba
penetrando con la lengua, y yo a esa edad no ten�a idea de lo que me estaba
haciendo.
A todo esto, la hora se nos pas�. La profe espantada mi dijo que a lavarme y
luego me ayud� a vestirme y me pein�. Volvi� a decirme que lo que hab�a ocurrido
era un secreto que deb�a guardar bien, y que ni siquiera mi madre deb�a saberlo.
Esa misma noche la profe le habl� a mi madre y le dijo que deb�a empezar a ir
todos los d�as a estudiar, y que no nos cobrar�a mas por eso, dado que yo era su
mejor alumna pero estaba un tanto floja. Pese a que mis padres se enojaron mucho
con eso, nos vino bien porque era nuestra oportunidad de estar juntas.
Bueno, la verdad es que hicimos muchas cosas juntas, pero no estudi� mucho. Y
luego cuando llegaron los ex�menes, Buf!!! Nunca hab�a sacado tanta mala nota.
Eso s� nunca hab�a sido tan feliz.
FIN.