Este es mi segundo relato, en el describo lo que sucedi� d�as
despu�s del primer encuentro casual con mi cu�ada.
Estaba yo sentado en el sof� de casa despu�s de comer,
descansando un poco, cuando recib� una llamada en el m�vil. Era mi cu�ada, me
dec�a que necesita hablar conmigo, que era importante, que me pasara por su casa
para hablar. La verdad es que yo no sabia que hacer, deseaba ir pero a la vez me
daba miedo que sucediese algo de lo que despu�s me pudiese arrepentir. Lo que
ocurri� la semana anterior con ella, jam�s deb�a volver a suceder. Dude durante
unos segundos, pero acced� a ir. No se lo diaria a mi mujer y cualquier excusa
seria buena para salir de casa.
Llegue casa de mi cu�ada y sin llamar al timbre, la puerta se
abri�, me estaba esperando. Esta vez estaba vestida, no en bata. Llevaba una
falda de vuelo, larga y una camisa de tirantes que dejaba ver un gran escote y
sus pechos. Tiene los pechos de una talla 95, no son firmes pues ya ha tenido
tres embarazos, pero si son bonitos y los pezones son redonditos como
garbancitos. Como he dicho me estaba esperando. Tenia una sonrisa nerviosa y se
frotaba las manos. Yo tambi�n me estaba poniendo nervioso. Tras cerrar la
puerta, nos dirigimos al sal�n y all� nos sentamos cada uno en un sof�, uno
frente al otro. No dej�bamos de mirarnos, yo sonre�a, me pon�a serio, volv�a a
sonre�r, no sabia que hacer y entonces ella dijo la primera palabra.
mira, lo que paso el otro d�a, jam�s tenia que haber
pasado, pero paso. Y tenemos que asumirlo.
Yo intente hablar, pero no me dejo, su dedo se acerco a sus
labios mand�ndome silencio. Esa fue la primera vez que me fije en esos labios de
una manera detenida. Eran sensuales, no muy gruesos, carnosos, atractivos. Y
continuo diciendo.
tal vez para ti, haya sido un polvo mas, uno cualquiera,
pero para mi significo mucho, sent� como jam�s lo hab�a hecho y tuve el
orgasmo que jam�s hubiera imaginado.
Estaba nerviosa, cambiaba constantemente de posici�n en el
sof�, cruzaba las piernas, las encog�a, volv�a a cruzarlas y as�, su falda se
iba moviendo, subiendo, llegando a tenerlas muy por encima de las rodillas. Yo
cre� que lo estaba haciendo adrede, pero mas tarde me dar�a cuenta que no. Yo me
estaba empezando a excitar y no pude reprimir que mis ojos se fueran a sus
piernas. Delgadas pero fuertes, morenas del sol que toma en la terraza de su
casa, suaves. Eso lo pude comprobar unos d�as atr�s.
se que te puede parecer extra�o, pero la verdad es una,
te necesito...-
menudo momento, me acababa de decir que me necesitaba, a mi,
al marido de su hermana y continuo diciendo.
tras pensarlo mucho estos d�as he decidido que para no
romper mi matrimonio y perjudicar a mis hijos, necesito y quiero tener una
relaci�n contigo, como amigos, como amantes, sino me divorciare, necesito un
hombre que me de sexo y amor como el que tu me as dado.- y en ese momento
estallo a llorar.
Silencio durante dos o tres minutos es lo que hubo. Ella
lloraba y yo pensaba que hacer, que decir.
Me levante y me dirig� a su lado. Pase un brazo por encima de
su hombros y con la otra mano acaricie sus mejillas gir�ndole la cara hacia mi.
Pose en sus mejillas un beso, le cog� de la mano y le dije:
no te creas que yo no he pensado en aquello, no te creas
que no he pasado noches sin dormir pensando en ti, no te creas que para mi
no fue algo especial, no te creas que no as calado muy hondo en mi coraz�n,
pero mira a tu alrededor, al m�o y piensa en las persona s que si podemos
perjudicar si nos descubren.
En esos momentos su mirada era baja y la alzo poco a poco,
deteni�ndose en mis ojos fijamente durante unos segundos, cerro los ojos y
comenz� a acercar sus labios a los m�os, inclinando la cabeza, despacio, muy
despacio, tal vez esperando el acoso de los m�os o la huida m�a. Al principio
dude, pero no tarde en sellar su boca con la m�a. Fue un beso suave, dulce, que
fue el primero de uno y de otro y de otro hasta que pasaron a ser besos
apasionados, lujuriosos. Mi lengua exploraba su boca, su lengua jugaba con la
m�a, nuestras salivas creaban un jugo sabroso de placer filial. Un abrazo hizo
que nuestros cuerpos se juntaran de manera que no pasaba ni un suspiro entre los
dos. La cog�a de los brazos, ella a mi del pecho. Nos bes�bamos, par�bamos, nos
mir�bamos y sin decir una palabra nos volv�amos a besar.
La noci�n del peligro de que alguien nos pillase, su marido,
su hija, los ni�os estaban en el colegio, todo daba igual, parec�amos dos
posesos.
Comenz� a desabrocharme la camisa, tenia prisa por hacerlo.
Yo le quite los tirantes de la suya. Se la saque por arriba y sus tetas saltaron
al aire. Estaban duras, necesitadas de caricias, besos, pellizcos. Ella comenz�
a acariciarme el pecho, mi velludo pecho, bes�ndomelo, bes�ndome los pezones. Se
puso de pie por un segundo y se saco la falda. Falda ancha que cubr�a una
peque�a tanga que llevaba puesta. Y se sent� sobre mi. Sus manos pasaron a mi
cabeza, a mis cabellos, enredaba sus dedos en mi pelo y no paraba de besarme. Y
yo me crec�a y mi esp�ritu, mas aun.
Como estaba sentada sobre mi mir�ndome, sus tetas quedaban a
la altura de mi cara y no tarde en besarlas, no tarde en que mi lengua jugara
con los garbancitos de sus pezones. Comenc� a acarici�rselas, con la yema de mis
dedos hacia circulitos en ellos. Ella gozaba, tiraba su cabeza hacia atr�s,
dejando que su pelo largo cayese hacia atr�s. A mi ya me comenzaban a molestar
los pantalones, lo pens� y como si ella me hubiera le�do la mente, dio un salto,
me hizo levantar y se puso a quit�rmelos. A medida que me los bajaba, ella se
agachaba tambi�n. Luego sigui� con los calzoncillos y como un resorte mi pene
respondi� a la falta de ellos.
Durante este tiempo, no se el que paso, no hubo ni una
palabra, solo gemidos, suspiros y exclamaciones de placer.
Me descapull� y se puso a mamarme. Mejor incluso que la vez
pasada. Yo ya estaba desnudo y ella solo con su tanga. Pens� que ir�amos a su
habitaci�n, pero no fue as�. La posibilidad de que si alguien llegaba y nos
descubriese enseguida, creo que nos excitaba mas a los dos.
Ella me mamaba y de vez en cuando, se pon�a mis huevos dentro
de la boca y los succionaba.
oooooohh, si, si.- y tragaba la saliva que mi boca
segregaba- me lo est�s haciendo muy bien- y mis manos cog�an su cabeza
marc�ndole el ritmo, forzando que mi pen� llegara a los mas hondo de su
boca.
Pasado unos minutos, no se cuantos, el tiempo volaba o hab�a
desaparecido, no lo se, hice que se levantara, le comi la boca a besos volviendo
a introducir mi lengua en ella y sin mirar, mis manos le quitaron ese tanga
min�sculo que me prohib�a jugar con su sexo.
Sin dejar de besarla, estando los dos de pie, con el dorso de
la mano acaricie los pocos pelitos de su sexo, solo una caricia y ella se
estremeci�. A continuaci�n abraz�ndola fuerte y con mis manos a su espalda, fui
recorriendo de arriba a bajo hasta llegar a su culo. No muy grande y prieto,
resping�n y virgen. Esto lo sabr�a mas tarde. La acompa�e con mis brazos hasta
el sof�, donde se sent� y donde yo tras arrodillarme a sus pies comenc� a
besarle los pechos, el ombligo, el pubis y por fin su co�o. Ol�a a sexo
caliente, a placer, a hembra.
Mi lengua jugaba en su entrada, lam�a despacio. Rondaba el
cl�toris y se perd�a en la entrada real a su cueva del placer. Lam�a de nuevo el
cl�toris e intentaba penetrarla con mi lengua. Sus labios estaban duros
hinchados. Yo disfrutaba y ella mas. Sus labios menores, se abr�an como p�talos
y me estaban poniendo a mil. Nadie dir�a que por ah� hab�an salido tres bebes.
Ella se abr�a tanto de piernas como pod�a y con sus manos se
acariciaba las tetas, se pellizcaba los pezones y su lengua se relam�a los
labios.
�qu� me estas haciendo? Me estas matando de placer- dec�a
con voz entrecortada.
Mi polla estaba palpitando, perec�a que tenia un coraz�n
propio. Estaba hinchad�sima, dur�sima, las venas se me marcaban como si del
brazo de un gladiador se tratase. Tengo que decir que mi pene, no es colosal, si
lo dijese mentir�a, estoy en la media espa�ola, unos 17 cm de largo, pero eso
si, es gordo, grueso.
De pronto ella me dijo:
me voy a correr, para que me corro y no quiero, quiero
correrme contigo a la vez, los dos.
Yo le conteste:
deja, tu goza, disfruta del momento, que luego habr�
mas.- y segu� chup�ndola, lami�ndola, haciendo que mi lengua volviese loco a
su cl�toris y dos de mis dedos la penetrasen lo justo para eso, volverla
loca de placer.
Si, si, me ... , me viene, no pares- su voz era
entrecortada- si , si, si, si, aaaaaaaaaaaaaaaaaahh, aaahhhhhhhhhhhhh,
aaaahh,- no gritaba, pero su tono de voz era alto- si, si, si,
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh.
Los dos est�bamos sudando, pero yo adem�s estaba, vamos como
estaba yo...
Pare de lamerle el co�o y vi la cara que tenia, estaba muerta
de placer, su vientre aun se convulsionaba, sus manos reposaban sobre sus tetas
y las aletas de la nariz se le abr�an lo suficiente para recoger todo el aire
que pod�a. Abri� sus ojos y me miro, sonri� y me saco la lengua cari�osamente.
Creo que en mi cara vio la necesidad de correrme que tenia. Me hizo estirar en
el suelo y despacio hizo que mi polla la penetrara, muy despacio. Su sexo era un
torrente de jugos, pero ella lo hacia despacio. Mi polla vibraba. Yo no miraba a
ning�n lugar, tenia los ojos cerrados, solo sent�a, mis cinco sentidos estaban
concentrados en el placer que sent�a y en el que iba a sentir.
vas a ver como yo ahora te voy a hacer gozar mi amor-
dijo de manera muy sensual, casi inaudible
ya- fue lo �nico que sali� de mis labios. Ni que me
llamase mi amor hizo que mi mente se desviara del prop�sito del momento,
gozar.
Poco a poco fue incrementando el ritmo de sus movimientos y
su sexo mojado y el liquido preseminal m�o y el sudor crearon el t�pico, choff
choff, de una relaci�n muy, pero que muy mojada.
Mi respiraci�n aumentaba su ritmo y la de ella tambi�n, yo
iba camino de mi corrida y ella hab�a empezado el camino de su segundo orgasmo.
Las piernas le empezaban a fallar y en vez de subir y bajar, ahora se mov�a
adelante y atr�s, adelante y atr�s.
no pares- le dije- no pares, me estas montando de muerte.
Espera, espera- me dijo, se levanto de encima m�o y se
puso a cuatro patas- dame as�, que nunca me lo ha hecho as�.
Me parec�a incre�ble, que a sus casi cincuenta a�os, no lo
hubiera hacho nunca estilo perrito, pero bueno, ahora iba a ser la primera vez.
Me puse detr�s de ella y la envest�, metiendo mi polla dentro
suyo a la primera y cogiendo un ritmo r�pido enseguida para corrernos ya. Hacia
calor y las fuerza pod�an comenzar a fallarnos. Notaba como su co�o se cerraba
para aprisionarme la polla. Tenia sus m�sculos vaginales muy bien ense�ados. Yo
notaba como a ella le gustaba y sus palabras me lo confirmaban.
as�, as�, sigue, me estas partiendo toda, me estas
llenando toda, aaaaaaaaahh, si , si, si, fo, lla, meeeeeeee- decia con voz
entrecortada.
Toma, toma, disfruta de mi polla cu�ada, disfruta de mi
corrida dentro tuyo- y comenze a expulsar semen y semen y semen, momento en
el que ....
Si, si, si, te siento, me corro, me co..., aaaaahhh,
roooooooo- decia moviendo la cabeza como una potra salvaje y apretando su
cuerpo contra el mio- siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii,
siiiiiiiii cu�adooooo, amor m�o, siiii.
Nos separamos y ella se dejo caer sobre la alfombra y yo
sobre ella, mi polla mojada moj� entonces su culo, y tanto ella como yo nos
restregamos el uno contra el otro.
la pr�xima vez me lo tienes que hacer por detr�s, por mi
culito virgen, que he o�do que es muy placentero.
�pr�xima vez? Pero oye- le dije sorprendido- esto es muy
peligroso, es peliagudo, delicado
me da igual, si tu quieres, esto puede durar tanto como
tu y yo queramos, siendo el secreto mejor guardado y el tesoro mas valioso
del mundo.
No pude decir que no. Me estire a su lado y nos besamos, nos
abrazamos, nos re�mos mir�ndonos el uno al otro y sellando un pacto de silencio
que nos llevar�a a los dos a mas situaciones que os seguir� explicando.