Esa tarde en que yo regrese de la escuela,
me encontré con la sorpresa que
mis padres habían salido rumbo a la cercana población de Cuernavaca
y no
regresarían hasta bien entrada la noche.
Antes debo decir, que yo era un muchacho muy tímido, a la sazón
tenia en aquel
entonces 17 años. Realmente tenia unos padres muy dominantes, y sobretodo
muy
estrictos en lo que debería ser el deber y de como cumplirlo.
Por eso cuando regrese de la escuela y vi que no había nadie en casa,
fue
para mi como un día de fiesta ya que era muy raro que mis padres, se
ausentaran de esa manera.
Así que lleno de jubilo hice lo que
siempre hacia en esas contadas
ocasiones, me gustaba andar desnudo totalmente por toda la casa y como el
patio tenia las bardas altas también ahí afuera, andaba desnudo
quizás era lo
que me producía mas placer, me sentía pleno de libertad.
Como siempre me salió a recibir mi adorado
perro, aunque se quedo un poco
sorprendido de verme así, no le di importancia, y comencé a tirarle
la pelota
para jugar con el un rato, él la traía desde el fondo del patio
pero no me la
entregaba, se hacia el juguetón y tenia que, forcejear con el para modo
de
quitársela, bueno eso era como parte del juego.
Poco tiempo después note que el animal se estaba excitando, la verdad
que no
le tenia miedo aunque era un pastor alemán de gran tamaño, pero
nunca me
había mordido ni nada por el estilo, sin embargo pensé que era
hora de poner
fin al juego y me dirigí al fondo del patio para recoger la pelota, fue
cuando empezó a suceder todo, ya que al agacharme a recoger la famosa
pelota, el intento montárseme por atrás, poniéndome en
mi cintura sus grandes
patas delanteras, claro la posición no era la mas conveniente así
que me
enderece y me fui a sentar en unos escalones que daban acceso al cuarto de
los trebejos, pensando que así se calmaría un poco.
Sin embargo no fue así ya que el se aferró a una de mis piernas,
montándose
en ella iniciando los movimientos que hacen los
perros para coger a la perra, fue cuando me di cuenta de que de su funda
peluda se asomaba la punta de un enorme pene rojizo y lleno de venas, y que
de la punta salía un chorrito de semen, como cuando los perros orinan
los
árboles para marcar su territorio.
Sin embargo como dije anteriormente era muy tímido y nunca había
podido
realizar ese sueño.
Entonces fue cuando surgió una idea descabellada - así lo creía
yo - en ese
momento.
Porque no llevar a cabo con el perro lo que tanto atormentaba mis noches y
mis sueños, era indudable que el perro estaba completamente dispuesto
a
llevarlo a cabo.
Saltaban en mi mente consideraciones y miedos que los perros se quedaban
pegados que luego arrastraban a la perra cuando, no podían zafarse etc.
Pero también había una cosa una oportunidad así no se iba
a repetir no me lo
pensé dos veces y de un salto me puse en pie y me metí al cuartito
de los
trebejos, tire uno de los colchones viejos al suelo, y me puse en cuatro patas
aguardando la llegada de mi perro con mi culo al aire expuesto y dispuesto
al asalto.
Obviamente no se tardo en llegar y al verme tan dispuesto rápidamente
empezó
a cabalgarme, afianzándome fuertemente con sus patas delanteras por mi
cintura, sentía su enorme verga picoteándome las nalgas y por
todos lados, los
dos estábamos tan excitados, que no coincidíamos, eso era un desastre,
el se
desmonto y me empezó a lamer el culo, como para excitarme y tomar posiciones
al fin se volvió a subir, pero esa vez que me atino en la entrada, una
vez
que sintió que me había penetrado, empezó un movimiento
violento para
metérmela toda, me aferraba con sus patas rasguñándome
todo, para que no me le
fuera a escapar, por mi parte estaba en el quinto cielo sintiendo ese ataque
salvaje del perro y notando como me la iba metiendo poco a poco en mi
interior, ni por aquí me paso que debía apretar el culo para evitar
que me
penetrara con su bola, tan extasiado estaba que solo sentí un ligero
dolor y
ya la tenia toda adentro, poco después, ceso todo movimiento pero yo
sentía
como iba creciendo en mi interior su ya enorme bola, solo sentía el
palpitar de su miembro que no dejaba de bombear su semen en mi interior, no
hizo intento de desmontarse, así que continuamos el apareamiento como
por 15
minutos, a mi se me hicieron un segundo ya que en realidad la estaba
pasando en grande, si vientre peludo sobre mi espalda desnuda es algo que
nunca olvidare, así montado me lengüeteaba con ternura el cuello
y las
orejas, resoplando mientras su lengua dejaba caer gotas de su saliva en mi
cuello.
por fin sentí que su verga se le deshinchaba y de un salto me la
saco, produciéndome un pequeño dolor ya que su bola aun estaba
un poco
inflamada yo me quede como pasmado sin moverme ya que quería guardar
la
sensación placentera que me había producido.
Como un amante tierno me lamía los jugos que se escurrían por
mi culo y que
poco antes me había inyectado dentro
Fue cuando voltie y le vi su enorme miembro me hacia cruces de como podía
yo
haber tenido dentro tan inmensa masa de carne, y eso sin contar que ya se
le iba deshinchando.
Lo acaricie y el se fue a echar en un rincón, yo me fui a tomar un baño
para
así esperar la llegada de mis padres.
Fue así como termino mi primer apareamiento con mi perro.
Los siguientes días fueron de suplicio ya que no había manera
de que lo
pudiéramos repetir.
Por fin llego la ocasión que tanto habíamos esperado, a las dos
semanas mis
padres se fueron a una boda a Guadalajara y estarían ausentes todo ese
fin
de semana, yo contaba los días que faltaban con los dedos.
Hasta que el viernes por la tarde finalmente partieron yo pretexte los
exámenes para no ir ya que estaban dispuestos a llevarme, pero por fin
conseguí que me dejaran.
Lo que paso ese fin de semana lo relatare en otra ocasión en un segundo
relato, ya que ya había hecho mis planes para pasarla en grande.
Ojala les haya gustado mi relato que además
es totalmente verdadero
y me gustaría saber sus opiniones y-o relatos
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Gracias, me llamo Carlos